SÓLO LA RENUNCIA AL PODER

 De este escrito elaborado por un cura de Colonia, me quedo con el "cristianismo profesional" que en Pamplona se traduce por "opusdeísmo profesional" de los empleados uni, clínica y demás estructuras facilitadoras de puestos de trabajo a gran número de navarros y navarras de toda clase y condición.


También he creado un vídeo para explicar Aristóteles a mis alumnos con un pequeño mitín inicial:





 

 https://youtu.be/NsUN0dTHzHw








Solo será salutífera para la Iglesia la renuncia a las estructuras de poder.

La Iglesia está perdiendo relevancia y autoridad. Está en crisis. Ni  "seguir así" ni las reformas a medias pueden salvar a la iglesia, analiza el sacerdote Reiner Nieswandt. Para superar la crisis, la Iglesia tiene que reinventarse.

Por Reiner Nieswandt

 La Iglesia Católica en Alemania y probablemente en gran parte de Europa está viviendo una época agitada, que sin exageración puede llamarse "cambio de época", similar al comienzo de la Reforma hace unos 500 años.
 

¿A qué se debe la pérdida actual de apoyo por una gran parte de la población católica? Los guardianes de la tradición llamados  "conservadores" se quejan de la secularización progresiva de la forma de vida "occidental" y su "penetración" en la Iglesia Católica después del Concilio Vaticano II. Los católicos  "liberales", por otro lado, echan en falta la voluntad de reforma del magisterio eclesiástico en la enseñanza moral, especialmente con respecto a la sexualidad humana, y critican la  negativa a democratizar las estructuras monárquico-absolutistas de la iglesia siguiendo el modelo de las sociedades occidentales basadas en la separación de poderes. Mientras que algunos son acusados de querer volver a anteayer, a los otros se les dice que se hagan "evangélicos" porque muchas de sus demandas ya las llevan a cabo las iglesias protestantes.

Abuso sólo posible a través de estructuras de poder "incuestionables"

En el contexto de encubiertos escándalos de diverso tipo: abusos sexual, financiero, psicológico y espiritual, causados ​​por individuos y solo posibles durante décadas por la mentalidad "clerical" de muchas personas  responsables y comprometidas, la Iglesia está experimentando una rápida pérdida de relevancia y autoridad en todos los niveles de la vida social. Incluso si hay formas de abuso en otras áreas de la sociedad como en el deporte, en la iglesia tiene peculiaridades específicas gracias a las estructuras y mentalidades de poder "sacralizadas" y, por lo tanto, socialmente incuestionables.

Las señales de la decadencia están ahí:



   1.  Cada vez menos jóvenes y a pesar de la publicidad están dispuestos a estudiar teología para dedicarse al sacerdocio.

   2.  Cada vez más adultos de todas las edades son analfabetos religiosos porque, a pesar de (o tal vez debido a) años de instrucción intensiva religiosa, la catequesis y la predicación nunca desarrollaron un lenguaje religioso personal.
 
 3.  La burocracia en la iglesia sigue siendo enorme y tiende a expandirse. Como párroco  yo mismo lo experimenté, a pesar de que mientras tanto se contrataban directores administrativos capaces en las parroquias. Aquí como en otros lugares se confirma la "ley de Parkinson" de las burocracias autoexpandibles, conservadoras y fagocitadoras de sí mismas. Cada vez hay menos espacio y tiempo para la tarea  pastoral que consiste en estar cerca de las personas y celebrar con ellos el misterio fidei,  pasamos el tiempo en consultas y reuniones a menudo infructuosas con profesionales y voluntarios.

4.    La percepción y el uso de la iglesia por parte de la sociedad se está convirtiendo cada vez más en un evento, por ejemplo en bautizos y bodas, ferias y carnavales. La aparición de los representantes de la iglesia en vestiduras anticuadas en estas ocasiones fortalece el tradicionalismo 
aparentemente inerradicable y a menudo es percibido como extraño por los críticos y extraños.

5.    En el sector cultural, no hay artistas religiosos dedicados para diseñar vidrieras de calidad para una catedral o para "interpretar" una misa de Mozart.

6.    Muchas de las comunidades religiosas "clásicas" que han moldeado decisivamente la espiritualidad del "Occidente cristiano" no solo se están reduciendo, sino que también están en peligro de extinción en los próximos años.

La innegable pérdida de autoridad y relevancia de la Iglesia,  social y moral, ha llevado a tres reacciones. Los obispos y creyentes conservadores del "sigan así" que aceptan que la iglesia acabe convertida en un pequeño rebaño. La estrategia utilizada en este caso es identificar delitos dentro de la Iglesia de cualquier tipo (financieros, espirituales, sexuales) comopecados de los individuos.  Difícilmente se identifican las estructuras que  fomentan las malas conductas  como tales y se sugieren mínimas correcciones.

Un segundo punto es la introducción de la separación de poderes basada en el modelo de las democracias occidentales, por ejemplo mediante la introducción de jurisdicciones administrativas eclesiásticas y la apertura de estructuras de poder eclesiásticas a los no clérigos. En tercer lugar, se habla del desarrollo de una "teología del poder", pero sin definirla con precisión.

La discusión de la iglesia interior sobre el primer y segundo aspecto, que empezó en el camino sinodal de la Conferencia Episcopal Alemana en Adviento de 2019, ha dado lugar a intensas discusiones internas dentro de la iglesia en los últimos tiempos.

Ni "seguir así" ni las "reformas" salvarán a la iglesia

Sin embargo, la pérdida de autoridad y relevancia de la Iglesia Católica en Alemania ha llegado a un punto que seguir igual salvará a la iglesia tan poco como  "reformas" llevadas a cabo sin entusiasmo. La iglesia tiene que reinventarse a principios del tercer milenio, y para ello no queda más remedio que una "demolición" integral de estructuras que obstaculizan más que ayudan, y una "nueva construcción" fundamental basada en el mensaje de Jesús.

Solo una renuncia integral y voluntaria por parte de la Iglesia a cualquier estructura de poder será beneficiosa, porque le brindará nuevamente la oportunidad de proclamar de manera creíble el mensaje del Reino de Dios en nuestro tiempo siguiendo el ejemplo de Jesús y la Iglesia de los primeros cristianos.

    ¿Cómo se supone que pasará ...?
     Lucas 1.34

La Iglesia en su conjunto debe  aprender de nuevo a orientarse según la ternura y  aparente "impotencia" del "Dios Todopoderoso" del credo. Esto es especialmente evidente en la muerte de Jesús en la cruz, así como en la encarnación por obra del Espíritu Santo (Lucas 1.36-38),  evangelio leído con frecuencia en la Santa Misa en el transcurso de un año eclesiástico.

La Iglesia en su conjunto debe deshacerse  de una vez de cualquier clericalismo en su cabeza y miembros, una preocupación central del Papa Francisco desde el comienzo de su pontificado. La iglesia en Alemania también debe "des-secularizarse" cuanto antes (en el sentido del discurso de Friburgo del Papa Benedicto XVI, septiembre de 2011), liberándose del "cautiverio babilónico" de las estructuras burocráticas y prescindiendo de opciones de poder institucional "positivas" como escuelas, hospitales o instituciones sociales. Lo que podría tener sentido en el siglo XIX ya no está tan claro hoy, mejor seguir el ejemplo de levadura en la masa de las parábolas de Jesús (Mt 11:33).

Utopía de otra iglesia

Una renuncia estructural del poder por parte de la iglesia previene o al menos reduce el abuso de poder, que ya no podría identificarse como perteneciente a su naturaleza. Así quedará abolido el "cristianismo profesional" burocrático de los "sirvientes pagados" (Jn 10, 12) de todas las tendencias y en cambio permitirá y alentará a los cristianos a vivir su fe y servir a su prójimo con obras y de verdad.

La renuncia del poder por parte de la Iglesia crea espacio para la pregunta renovada sobre el Dios misericordioso y para superar la "crisis de Dios", que debe ser discutida y meditada por todos los creyentes y no solo por los teólogos y ministros. Lo mismo se aplica en la era de las "noticias falsas" a la cuestión de la verdad, que también debe incluir la voluntad de ser veraz, dondequiera que se haya usado mal el poder: "La verdad os hará libres", nos dice Jesús (Jn 8:32).

El desempoderamiento voluntario de la iglesia contribuirá  al desmantelamiento del clericalismo, la división ideológica del pueblo de Dios en ministros "omnipotentes" y creyentes "menores de edad", en la medida en que el campo se vuelva poco atractivo para las personas codiciosas y adictas al poder, cómodos, ambiciosos y carrieristas.

El sacerdote célibe debe orientarse según los consejos evangélicos, aunque no pertenezca a una orden religiosa, ha de vivir con poco y estar en los márgenes de la sociedad, allí donde se hacen sentir las necesidades sociales y psicológicas de las personas, en los puntos críticos de nuestras ciudades, en clínicas y prisiones. El número de sacerdotes dispuestos a adoptar esta forma de vida probablemente será muy pequeño.

No sé si así evitaremos que la iglesia se reduzca a una secta. Pero esto es exactamente lo que sucederá si no se sigue el camino de la renuncia voluntaria al poder, mientras que por su lado el aparato burocrático podrá "seguir" durante décadas gracias a los recursos financieros.

En cambio, el objetivo debe ser que la iglesia, como en los primeros tiempos se convierta en una red de ágape global, regional y local basada en el modelo del pobre y sin poder Jesús de Nazaret. Los diversos futuros procesos que sucedan en las diócesis deberían tenerlo en cuenta.



Reiner Nieswandt es sacerdote en la Archidiócesis de Colonia. En 2010fue nombrado párroco  de St. Chrysanthus y Daria en Haan y en 2015 de St. Jacobus en Hilden. Renunció a ambos puestos a principios de 2019. Desde marzo se ocupa de la atención pastoral en hospitales en la ciudad de Wuppertal. A finales de noviembre apareció su libro "¡Echaré abajo este templo!" - Por otra iglesia " en la editorial Bonifatius.

El documental sobre el Anarquismo