TESTIMONIOS

 Me he leído algunos testimonios realizados a la CIASE, comisión de investigación sobre abusos   cometidos en un marco católico, desde 1950 en Francia. Estiman que hasta 300.000 niños afectados. Guardaron el trauma escondido en el fondo, pero la herida afectó  todo lo que emprendieron. Arrastraron enfermedades psicosomáticas originadas por el abuso.  Hasta la vejez.  Da escalofrío que se pueda hacer tanto daño, y que una sociedad bien pensante

católica practicante y religiosa a más no poder "encubriera", callara y excusara. 

Por una parte me ayuda a soñar con que alguna vez algo parecido pudiera hacerse con todas las víctimas que también son miles, solo en España, seguro que decenas de miles, de nuestro grupo favorito y otros que "no se las traen menos". 

¿Te imaginas? una comisión de personas ajenas a toda tu historia que te escuchan y se comportan como seres humanos capaces de recibir, acoger el sufrimiento de una vida marcada por el abuso de poder, de conciencia, la explotación laboral y dineraria, en un contexto de país que en general, creyente o increyente, baila el agua al abusador/-es. 

Habrá que cambiar de siglo. "Todo cambia, nada permanece" decía el viejo Heráclito y recordaba ayer el "médico predicador anti farsa". No nos queda más que alegrarnos de haber sobrevivido y esperar un cambio de tornas. 

Mientras tanto lean para propia edificación :


Comisión Independiente sobre Abuso Sexual en la Iglesia
CIASE

 
 
Audiencia de la Sra. M.
Lunes 6 de enero de 2020 a las 2 p.m.

Colegio de Abogados, 2 rue de Harlay, 1er arrondissement, París
 

En esta versión del testimonio, las identidades de los fueron sustituidas por seudónimos, así como las personas directamente implicadas en los hechos susceptibles de recibir calificaciones penales

Se han conservado las otras identidades, los nombres de instituciones y lugares.
 
Presentes por la CIASE: Didier Guérin (miembro) y otro miembro.
 
- Inicio de audiencia -
 
M .: Me siento en una especie de rectitud interior  hoy porque ¡vaya vida que he llevado!. Creo que el crimen sexual sufrido marcó mi vida a casi todos los niveles. Primero contaré mi historia y luego explicaré las cosas. Nací en el extranjero. Mis padres se marcharon siendo muy jóvenes. Mi madre porque su padre era pintor y tenía familia fuera. Mi padre porque su padre era coronel y
quería que sirviera en el ejército durante dos años. Se conocieron en una base
Americana y nací allí. Por desgracia y obligados por los acontecimientos, tuvimos que regresar a Francia en 1964. Estuvimos un año viajando por Francia lo que nos dió para conocer a toda la familia de los dos lados. Así es como contraje la tuberculosis. Mi abuela ya la tenía,  mi salud se deterioró con bastante rapidez, y me ví obligada a ingresar en un preventorio para tuberculosos. Dejé atrás mi tierra natal, mis familiares, mis amigos,  todos los hitos de una vida y llegué al sur donde todo era nuevo.

Miembro de CIASE: ¿cuántos años tenía?
M .: 8 años. Un poco antes de los 8 años.Nací en mayo, nos fuimos en marzo y en agosto ya estaba ingresada en el sanatorio cerca de las montañas, completamente sola, sin mi familia. Me dijeron que tenía que quedarme para curarme, porque ya casi no podía respirar. Creo que fue  tan doloroso porque ya había muchas separaciones:  mi tierra, mi familia, mi madre. Así que las dos primeras semanas,
me tuve que  quedar en la cama, sin salir. Y entonces un sacerdote se acercó a mi cama y me preguntó
si quería asistir a la misa del domingo y si había aprendido el catecismo. Mi padre me había dicho que no asistiera a las misas.  Era un hospital católico pero no teníamos obligación de ir a misa. Yo no tenía  educación religiosa, mi padre tuvo una mala experiencia con el tiempo que pasó con los jesuitas, por lo que se había alejado de la Iglesia. Yo estaba bautizada, pero mi  padre dijo que no a la misa. Ya era falta de suerte porque precisamente,  el único momento en el que los niños se juntaban y reían juntos un momento alegre, era el domingo en misa ... Así que los domingos se celebraba misa y parece ser que yo era la única que no sabía el catecismo. 

 

Así que el cura me dijo: "M, o te quedas sola cuando estamos en misa, o vienes a la hora de la siesta y te enseño las bases del catecismo para que puedas participar en la misa y estar con todos el domingo ”. Obviamente dije que sí, y ahí empezó todo:  a la hora de la siesta comenzaron los abusos sexuales. En cada dormitorio estábamos dos personas,  porque habíamos terminado las dos primeras semanas que había que pasar todo el tiempo en cama. Miraba esa puerta que empecé a mirar con auténtico terror cuando llegaba el momento en que venía el cura. El pestillo se movía lentamente, el cura abría un poco la puerta y me preguntaba "M,, ¿vienes?" y me llevaba a una habitación. Era un dormitorio en el que había un pequeño rincón con una silla grande y velas, un lugar de para rezar me parece. En otro
 rincón había una cama, un lavabo y un bidé. Un poco como si fuera un hotel. 

Me llevó  al lugar de la la silla, me dijo que me sentara en sus rodillas y metió su mano en las bragas. Detrás de su cabeza y arriba habia una vidriera, me acuerdo porque esta vidriera me ayudó a no hundirme. Me quedaba mirándola fijamente para no gritar. Me dolió mucho y no entendí lo que pasaba. Me dijo que me callara "shhh" mientras empujaba su dedo (¿o su pene?) en mi sexo, lo único que me decía era: "Sobre todo, cállate, no digas nada, de lo contrario tus padres te abandonarán". Me solía decir cosas así: "Tu padres no volverán a buscarte ”o“ A tus padres les va a pasar algo malo ”. Y yo estaba
allí, entumecida, incapaz de reaccionar. Me penetró, lo deduje mucho tiempo
después, porque  de niña, pensaba que me metía el pulgar. Luego me llevó a la cama, y él se fue al bidé.  Pensaba que estaba orinando, pero probablemente estaba eyaculando. No sé ... A veces se me subía encima y me ahogaba. Pero el sentimiento terrible que me quedaba era que ¡yo no era nada! sentía un dolor intenso en mis partes, el cura desprendía un olor fétido porque era mayor. Debía tener unos 60 años. Y me dejaba bien claro que ni se me ocurriera gritar ni decir nada. Después me llevó de regreso al dormitorio y me fui así. Y no dije nada. 

La primera vez fue a finales de agosto y yo no me atreví a decirle nada a nadie. Estaba como muerta, paralizada, porque por lo general, me comunicaba mucho con mi madre. Me llama todos los días. Pero no se lo conté. 

Así que aquí cada día  se abría la puerta y empezaba el horror del dolor, de la efracción. Una efracción es que ya no existes, eres solo una víctima, una cosa.

Y  dos meses después, según lo que mi padre me pudo decir, hablé con mi madre por teléfono y le supliqué: "Mamá ven rápido, ven rápido". Y vinieron a por mí. Mi padre me contó que  fue a ver al director del sanatorio y le preguntó por  el párroco. Hoy pienso que mis padres eran muy jóvenes, tenían 31 y 33 años. 

Más tarde les pregunté: "¿Cómo pudieron no hacer nada? " Mis padres eran unos críos y estaban perdidos. Entonces mi papá fue a ver al director y luego  al párroco que vivía en otra casa y le preguntó: "¿Qué le has hecho a mi hija?" El cura  confesó.

 A mí todo esto me ha llevado años de terapia, son muchas emociones, pero soy resiliente. Ahora bien, es cierto que las consecuencias son enormes. Porque de hecho lo que
sucedió fue que decidimos no decírselo a nadie. Así que me quedé con esa cosa dentro,
 esa sensación de horror, porque poco a poco  mi familia se fue rompiendo. Mi madre estaba
muy enfadada con mi padre y siempre le andaba preguntando: "¿Por qué no dijiste nada, por qué no hiciste nada? ". 

 

Mi abuela paterna me había contagiado la tuberculosis y quizás por eso mi madre le echaba la culpa a mi padre. Hay que decir que desde ese momento yo que era una niña radiante y feliz, empecé a tener siempre  miedo. Ya no quería hacer las cosas que me gustaban. Lo que sea que me gustaba hacer, ya no quería hacerlo.

 
Tenía miedo de los hombres, dejé mis clases de baile porque el profesor era un hombre. Yo misma comencé a hacerme preguntas sobre la sexualidad. Tenía mucha curiosidad por todo lo que tiene que ver con las relaciones entre personas.  Sé que también hubo juegos sexuales con niños pequeños. Y al mismo tiempo mi madre también se estaba volviendo muy, muy, muy intrusiva. Me controlaba constantemente, quería saber con quién estaba, qué estaba haciendo, etc.
Nunca entendió cómo me sentía. Le dijeron a mi madre que tuviera cuidado con mis primeras
relaciones sexuales. Yo tenía ese dolor enterrado en mí y eso me llevó a iniciarme muy pronto a nivel sexual. Tuve relaciones sexuales por primera vez con mi primo cuando tenía 13 años y medio.
Y salió bien. Pero siempre lo he aceptado todo. Era incapaz de decir cuando me dolía.


Con 14, 15 años, era una niña muy guapa. Atraía mucho a los hombres y es verdad que tuve muchos problemas para poner límites. Me preguntaba a mí misma: ¿qué tengo de más? ¿Por qué todos los hombres me miran y me quieren? ¿Qué hay diferente en mí? » Y al mismo tiempo tenía una gran sensación de vacío interior y siempre escondía mis emociones. Así era yo, escondía lo que sentía, callaba, ninguna espontaneidad. 

Al mismo tiempo tuve la suerte de ser buena estudiante. Me aferré a mis estudios. Estaba a gusto en clase. Me gustaba estudiar así que fui pasando de curso. Mis padres se divorciaron y me sentí abandonada porque mi padre se fue y no se preocupó más por nosotros. Con 15 años, cuando mi madre se fue, me fui a vivir con mi padre y su nueva esposa, me obsesioné con mi cuerpo y
quería bajar de peso aunque ya estaba delgada. Me sentía muy sola porque mi madre y mi hermano se habían ido a llevar un restaurante en el centro de Francia.

Recuerdo al director de un albergue del que me enamoré, que murió en un accidente de tráfico. Fue desgarrador pero no dije nada.
Mi madre volvió con una gran depresión y me volví anoréxica durante seis meses, perdí mucho peso. Volví a comer, pero en exceso y me volví bulímica.

Empezó un infierno que duró más de 25 años. Horror absoluto, todos los días crisis de
bulimia y vómitos. No entendía lo que me estaba pasando. Nadie sabía de mi comportamiento alimentario, en aquellos tiempos no se conocían bulimia y anorexia. Físicamente no estaba ni gorda ni delgada, con lo cual nadie se daba cuenta.


Comencé una terapia de  psicoanálisis. Pero como dijimos el psicoanálisis no es ideal para establecer el vínculo entre abuso sexual y desorden  alimentario. Fueron años realmente difíciles, busqué ayuda, intenté varias terapias pero no conseguía nada. Aprobé bachiller  por correspondencia porque tenía
ataques de espasmofilia y me volví agorafóbica. Saqué muy buena nota. Pero por dentro estaba viviendo
un infierno. Hasta que un día tuve la suerte de conocer a un gastroenterólogo que
se convirtió en mi pareja y al que acabé contándolo lo de le la bulimia. No entendió la gravedad de lo que me pasaba.

 Era muy buena en los estudios pero hice cosas en contra de mi conciencia. Me convertí en una mujer casi licenciosa. Luego paré. Como si nada realmente importara ni en mis estudios ni en nada a pesar de mis numerosos talentos. Algo muy curioso. La suerte que tuve es que había algo que me daba ganas de vivir: cantar. Asistí a una escuela de canto en Niza y  conocí a un cantante que me llevó a un festival
donde conocí a dos gerentes de una importante compañía discográfica de Los Ángeles. Uno de los dos
me propuso: "Ven a Los Ángeles, eres una estrella". 

Fue una suerte porque de hecho en Los Ángeles estaba Jane Fonda que había sido bulímica y que en 1980 empezó a hablar del tema. Así que había muchos grupos y terapias, terapia conductual y cognitiva (TCC), grupos del estilo Alcohólicos Anónimos pero para bulímicos. Estuve tres años en LA. Me formé y curé en UCLA, al tiempo que seguía la terapia me hice yo misma terapeuta. 

Comencé un largo viaje de curación con otras terapias, es decir otras vías y un enfoque multidisciplinar
que descubrió que los trastornos alimentarios estaban presentes en el 90% de las personas
que habían sufrido abusos sexuales en la infancia. Porque obligarse a vomitar es terrible.
A menudo me decía a mí misma: "Te inflinges el daño que te hizo  el cura, te impides gritar tragando  toneladas de comida. Y escupes y vomitas lo que nunca dijiste, escupes como el
sacerdote en el lavabo”.

 Porque al mismo tiempo siempre me abstuve de expresar todos mis talentos, todos los tesoros que había heredado. Me dijeron que cantaba muy bien pero cada vez me pasaba lo mismo. ¡Cuando llegaba el momento de firmar el contrato, me daba atracones y no iba. Eso me pasó durante mucho, mucho tiempo. Me estaba destruyendo en silencio, me saboteaba a mí misma. Y al mismo tiempo, protegía a mi madre  porque ella siempre pensó que tenia que haber evitado los abusos del cura, ¡o incluso que lo tenía que haber matado! 

 

Así que realicé un largo viaje de sanación y también deambulé
porque lo que me pasó toca y trastorna lo mas profundo del ser, todos los puntos que nos orientan en la vida y establecer relaciones amorosas se vuelve muy complicado. A la vez sabía cómo hacer para que me quisieran pero tenía terror por la impresión de que no te puedes fiar de nadie,  que no puedes decirlo  porque tenía que callar, como si en mí viviera algo vergonzoso. Siempre estaba presente el  mandato interno de guardar silencio. 

Tuve muchas relaciones con muchos hombres hasta que conocí al que se convertiría en mi esposo. 

 Es increíble lo que pasó. Nos conocimos cuando regresé de Los Ángeles.
Volví invitada por el cantante que me había invitado a Cannes y que se ofreció a cantar a dúo.
También me puse en contacto con un profesor del hospital / X / para crear la primera asociación en Francia de investigación de la anorexia y bulimia. Conocí a mi futuro esposo que me dijo que había consumido muchas  drogas, así que pensé: "Sabe lo que es la adicción, nos vamos a ayudar a terminar
de curar ". Así que nos casamos muy rápido, en 6 meses y tuvimos dos hijos maravillosos. Todo perfecto, pero yo no lo sabía, pero fumaba porros y bebía mucho alcohol y se tranquilizaba con Temesta. Nunca me dijo que todavía seguía teniedo adicciones. Y hace un mes me dijo, poco después de la
muerte de mi madre va y me dice:

 "Tengo que decirte algo lo que te pasó a ti también me pasó a mí". Había estado en un gran internado católico, desde sexto hasta el final del bachiller. Fue violado por un religioso. Pero no me había dicho nada y no sospeché nada. Y nunca se curó. Es increíble esta historia. De hecho, no se trató a sí mismo. Me eligió y me necesitó para curarse a sí mismo seguramente. Siguió bebiendo, fumando, consumiendo drogas, ansiolíticos ... Lo que me hace llorar es que impactó mucho a mis hijos.


Miembro de CIASE: ¿Qué edad hoy tienen sus hijos ?


M .: Están en la treintena y eso probablemente los impactó mucho.


Miembro de CIASE: ¿Quiere un pañuelo?


M.: No, no, ya tengo. Gracias. Mi marido nunca dijo nada. Yo sí  conté a mis hijos lo que había pasado, eso es importante. Pero él no. Lleva todo este sufrimiento dentro, de hecho, que no se preocupó de sanar. Cuando nos separamos en los 90, porque me fui cuando ví que seguía bebiendo, le pregunté:
"¿Pero qué haces? No estás bien, vamos a ver a un psiquiatra" pero nunca quiso. 

Hoy lo entiendo, pero en ese momento no sabía lo de sus abusos, así que  me fui con mis hijos. Me dieron un buen puesto en un hospital. Fui codirectora, me ocupaba de las adicciones, organizaba los horarios, etc. Trabajé mucho siempre entre Francia y Estados Unidos. También fui psicóloga y
alcoholóloga, sí, porque retomé los estudios de psicología. Eso es todo, pero lo que quiero decir es que sigue siendo increíble porque nos pone en un estado de infelicidad interior que
este abuso sexual contamina toda la vida. A nivel de emociones y de todas las relaciones. Al nivel de ser correcto con  uno mismo y con el otro, todo se ve afectado. 

Hoy me reprocho porque no me dí cuenta de lo que le pasaba a mi marido, lo tenía todo delante de las narices, mi marido sufría un estrés postraumático como resultado del abuso que sufrió de niño. Tras nuestra separación se volvió a casar, aprovechó para malcriar a nuestros hijos, dándoles todos los caprichos y ponerlos en mi contra, era otra forma de intentar reparar su historia. El problema era que se iba de viaje de negocios durante un mes y se los dejaba a cualquiera. No supe todo esto porque mis hijos no me dijeron nada y yo pensaba que estaba bien.

Aunque eran excelentes estudiantes, no aprobaron el bachiller, siendo superdotados. Luego salieron adelante, lo hicieron bien y es meritorio. Mi hijo montó su empresa que funciona, pero es muy emotivo, cortó con muchas relaciones, y  a mi hija también le ha ido bien... Pero pienso que tienen dos padres cuya historia es  muy pesada para ambos y, con suerte, al hacer lo que estoy haciendo hoy, les enseño que pueden parar el sufrimiento, que tienen que detenerlo. Y la pena es que su padre no lo hace. Lo soluciona todo con Temesta, hachís y ¡alcohol! Ya está en los 70 años y se ha pasado la vida destruyéndose a sí mismo e inevitablemente destruyendo lo que tenía alrededor.
 

Miembro de CIASE: ¿Por qué lo ha contado hace un mes? Porque la palabra se libera  o ...


M .: Exactamente ... Sí... De hecho, un amigo suyo ha hablado públicamente sobre la violación que sufrió. Y un dia por teléfono, le digo a mi ex marido "¿Has visto / Jean /? Él respondió: "Está diciendo tonterías". Era el primer paso. El segundo es cuando falleció mi madre. Mi compañero actual
vino conmigo y durante la ceremonia estábamos en el mismo banco de la iglesia, mi compañero
actual, mi ex marido, mi hijo y yo. Al final de la misa, mi compañero me dijo "¿Sabes qué? tu ex mi ha dicho que no quisiera tener una ceremonia religiosa porque con lo que me pasó, con estos sacerdotes que han abusado durante años ... "¿Por qué se lo dijo a mi pareja y no a mí? 

 Hace un mes, el teléfono sonó a las 10:30 p.m. Era él. Me dice "La Parca pronto me va a llegar. Voy a escribir unas memorias y habrá cosas que es mejor que los niños no lean antes de mi
muerto ". Yo respondo "¿De verdad? "Y ahí fue cuando me confesó " Desde los 12 años hasta el final del colegio sufrí abusos....y no fue solo uno ". "Pero nunca me lo dijiste."  Me contesta "¡Bah!". 

Es muy triste, porque todavía está profundamente afectado, le duele. Cuando vemos todo lo que ha padecido su cerebro es un milagro que siga funcionando. Me preguntaba si debería decírselo a mis hijos. Y otra vez curiosamente  una ex cuñada que dijo "Sí, lo sabía". Se lo conté a mi hija: "¡Oh, sí! Su
cosa ? Si. Si lo sabia ". Y le cuento a mi hijo que dice "¿Qué? ¡Pero yo no lo sabía! ". Ahora él decide, decidió hablar de ello a su manera. Le dije que venía a la CIASE a contar mi testimonio.
 

Miembro de CIASE: Tenemos testimonios sobre ese colegio, tenemos testimonios de muchos
gente.
M .: ¿Oh, sí?
Didier Guérin (DG): ¿Es una escuela religiosa?


 
M .: Sí es un colegio católico. Y mi cuñada me dice que fue dramático porque ella estuvo interna con su hermano y solo volvían a casa una vez cada  dos meses. Gritaban: “¡No quiero volver! No quiero volver”.


DG: Pero a tu ex marido no le impidió triunfar. No pesó en su vida profesional.


M.: Sí claro, Pero, de hecho, como todas las víctimas de abuso sexual infantil, sabe fingir. A mí me tomó como su heroína literal y figuradamente. Tenía dos
hijos y se casó conmigo, lo cual sigue siendo asombroso porque cuando lo conocí estaba bastante mal. Yo, acababa de regresar de América, tenía que cantar un
dúo y también vivo mi carrera artística. No estaba del todo preparada para casarme. Me lo presentaron
y 6 meses después nos casamos. Me dijo: "Vamos a tener una gran boda. Vamos a invitar celebridades,
amigos y toda nuestra familia! ¡Será principesco! "Y es cierto que mi exmarido tiene fe en la belleza de
la vida contra viento y marea, un poco como yo, porque mantuvimos eso. Fuimos criados por padres
tanto de su lado como del mío, de padres intelectuales, alegres, excitantes y apasionados.
Así que afortunadamente tuvimos eso. Pero mi marido me dijo: "De todos modos, yo
sigo con mi trabajo por tí, por mis hijos me levanto cada mañana ”. Pero luego está la cara B. Los niños me dicen, después de haber vivido un tiempo con él, "papá sigue en su habitación, sigue en la cama ”. Lo tienen que levantar, vestir, alimentar, cuidar. Hace como que no pasa nada pero en el fondo tiene un dolor muy, muy grande. Ahora lo entiendo. ....

Y siguen 10 páginas más de episodios....

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