HISTÓRICO

 El cineasta y dramaturgo Jon Viar, nacido con una cámara en la mano (1985), ha realizado un documental sobre su padre y compañeros mártires, uno de los primeros de ETA, juzgado en Burgos 1970 por petardo que no estalló en la Bolsa de Bilbao, 8 años de cárcel, aprovechó para terminar medicina.  Tras la amnistía de 1977 que permitió salir de prisión al padre de Jon, sorprendentemente ETA recrudeció sus asesinatos. 

Viar, uno de los fundadores de Foro de Ermua y Basta ya junto con Juaristi y Mikel Azurmendi. Todos ex etarras. Eventos históricos, el asesinato de MA Blanco (1997), y el de Gregorio Ordóñez (1995), concejal del PP en SanSe, del que dijeron que había pasado por la numerariez.

Vibra en mí su confesión de que nacido en familia nacionalista un día hubo de romper "con el padre" y fue un drama dejar la tribu. Es el mal que nos aqueja: incapaces de romper con la tribu y crecer, dejar de ser títere y limitarse a criticar por lo bajini "cuando nadie me ve".

Me entristece que tras el recorrido impecable Mikel Azurmenti, profe de filo que fue en San Sebastián, antes de abandonar este mundo (agosto 2021) se hace admirador de CyL, el semiopus italiano. No sé qué polvos de Fierabrás nos han echado en la atmósfera.....Los primeros cristianos, las tonterías y embustes de todos los sectarios que funcionaban con ados de 15 años, funcionan con 70 y un cv de autor como el suyo. 

El documental se puede ver en play rtve hasta el 5 de noviembre. Para los que seáis de la zona, qué recuerdos, bomba va, bomba viene, y el pueblo nacionalista aplaudiendo con 2 manos porque no tenían 3.

¿Es sorprendente la amplitud descubierta de los abusos? no, de ningún modo.

No. Todo nos encaminaba aquí. ¿Fuimos más ingenuos que en Estados Unidos, Holanda, Australia y Alemania? Lo dudo. Contrariamente a lo que nuestra querida jerarquía había argumentado desde 1995, no se trataba de unas pocas "manzanas podridas". El informe Sauvé sobre pedofilia en la Iglesia católica presentado públicamente el martes 5 de octubre de 2021 en París, al episcopado francés y a órdenes y congregaciones religiosas, en presencia de representantes de asociaciones de víctimas, basado en una encuesta de dos años y medio, estima al menos 330.000 menores el número de víctimas desde 1950, y muestra que entre 2.900 y 3.200 sacerdotes o pedófilos religiosos hicieron estragos en la Iglesia en Francia durante este período. Números enormes que no deberían habernos sorprendido.

Como se muestra en sudouest.fr

 (https://www.sudouest.fr/culture/religion/eglise-et-pedophilie-les-principaux-scandales-d-abus-sexuels-depuis-30-ans-6362176.php)

 el informe podía visto la luz  mucho antes, pero hubo una jerarquía que prefirió tapar a sus sacerdotes abusadores. Hay que decir que los casos de pedofilia dentro de la Iglesia en Francia fueron tratados de forma confidencial, varios casos salieron a la luz en la década de 1990. Una decena de sacerdotes y religiosos fueron procesados. En 2001, el obispo Pican fue condenado a 3 meses de prisión condicional por no haber denunciado al padre Bissey, que oficiaba en una parroquia en las afueras de Caen, fue acusado de una decena de violaciones y agresiones a menores entre 1985 y 1996, y lo trasladó a otra parroquia sin informar a las autoridades. En septiembre, Gérard Mercury, sacerdote de 51 años, fue condenado a cuatro años de prisión por el Juzgado de lo Penal de Burdeos por agresión sexual a ocho menores a los que atendió entre 1994 y 1999 cuando ofició en las parroquias de Léognan y Saint-Médard-d'Eyrans, antes de ser trasladado a la parroquia de Saint-Jean-Marie-Vianney-Curé-d'Ars en Pessac. Ya había sido condenado a 18 meses de prisión condicional por hechos similares en Var unos años antes. En noviembre de 2001, según la Conferencia Episcopal Francesa, once sacerdotes cumplían condena de prisión en esa fecha por actos de pedofilia. En 2003, hubo dos condenas por violación en Francia, la de Émile Leblond, de 84 años, a ocho años de prisión por violación por el Tribunal de lo Penal de Calvados, y el padre Jacques Daheron, ex empleado de los Orphelins d 'Auteuil, está condenado a seis años de prisión por violación y agresión sexual a tres menores por los tribunales de París. En junio de 2005, el padre François Lefort, figura humanitaria, fue condenado por violación de menores en Francia. En 2006, son las condenas en Francia de Pierre Dufour, 71 años, vicario episcopal y párroco de Saint-Jean-de-Maurienne (Saboya), por "violación y agresión sexual", a 15 años de prisión penal y Henri Le Bras fue condenado en octubre a 10 años de prisión por el Tribunal de lo Penal de Seine-et-Marne por haber impuesto entre 1995 y 1998 relaciones sexuales a un niño nacido en 1983. En noviembre de 2008, el Tribunal de lo Penal de la Corrèze condenó a 12 años de prisión criminal Olivier Guinant, 56, ex sacerdote acusado de violación de un menor y toques sexuales de otros dos jóvenes, de 1988 a 1994. Entre 2008 y 2011, más de 50 niños abusados ​​en la Comunidad de las Bienaventuranzas por uno de los sus miembros que serán condenados en 2011 a 5 años de prisión. Varios testimonios indican que la comunidad de Bienaventuranzas expulsó a cuatro miembros que revelaron el caso. Los líderes de esta comunidad, procesados ​​por "no denuncia de agresión sexual" son finalmente destituidos por prescripción médica. Según una investigación de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), en octubre de 2010, 9 sacerdotes fueron encarcelados por actos de pedofilia y 51 procesados. 45 sacerdotes han cumplido condenas por pedofilia. Pero lo que obligará a la Iglesia a afrontar la realidad es el caso Preynat. A principios de 2016, un grupo de ex scouts rompió la omertá: denuncian el abuso sexual del que se dice que fueron víctimas unas 70 de ellos entre 1986 y 1991 y acusan al padre Bernard Preynat, quien admite los hechos. El 10 de febrero, en una entrevista con el diario La Croix, el arzobispo de Lyon Philippe Barbarin admitió haber tenido conocimiento del comportamiento del sacerdote alrededor de 2007-2008. Sin embargo, mantendrá las funciones del sacerdote hasta 2015, sin denunciar los hechos ante la justicia como exige la ley, ni siquiera asignarlo a funciones alejadas de los niños. Varias presuntas víctimas han presentado una denuncia en su contra por "no denunciar y poner en peligro la vida de otras personas". El 15 de marzo, el obispo Barbarin fue interrogado por otra víctima, presuntamente abusada por otro sacerdote, sin que se hiciera ni se denunciara nada a nivel de la diócesis. El 9 de noviembre, un centenar de obispos franceses reunidos en Lourdes piden perdón por el silencio de la Iglesia ante la pedofilia. Una iniciativa colectiva nunca antes vista en el país. En 2017, Francia vuelve a estar en el banquillo en junio, con la acusación del ex obispo de Orleans, monseñor André Fort, por no haber denunciado supuestos actos de contacto sexual con menores, cometidos por el padre Pierre de Castelet (69 años). Finalmente, el asunto Preynat inspiró la película de François Ozon, "Gracias a Dios". Lanzada en febrero de 2018, molesta y "hace hablar a la gente" en Lyon y en todas partes de Francia. El sacerdote fue condenado en marzo de 2020 a cinco años de prisión por innumerables agresiones sexuales cometidas contra scouts entre 1971 y 1991. El Tribunal de Casación, el máximo tribunal del poder judicial, rechazó el miércoles 14 de abril el recurso de apelación de ocho víctimas del ex sacerdote Bernard Preynat contra la sentencia del Tribunal de Apelación de Lyon que había puesto en libertad, en enero de 2020, al cardenal Barbarin por no denunciar la agresión sexual del padre Preynat. El 6 de marzo de 2020, el Papa aceptó la dimisión de Philippe Barbarin. Este último, que ahora es capellán de un convento de monjas en Bretaña, fue condenado en primera instancia, en 2019, a seis meses de prisión condicional por no haber denunciado a la justicia algunos de los hechos, no prescritos, de los que había sido informado.

Como se muestra en sudouest.fr (https://www.sudouest.fr/culture/religion/eglise-et-pedophilie-les-principaux-scandales-d-abus-sexuels-depuis-30-ans-6362176.php) otros asuntos e informes del mundo deberían habernos puesto en alerta.

En 1985, en Estados Unidos, el dominico Thomas Doyle publicó un primer informe interno para alertar sobre el alarmante número de casos de menores víctimas de abuso sexual y sobre el silencio culpable de la Iglesia. Sin embargo, el sacerdote se encontró con la resistencia de su jerarquía. Los obispos estadounidenses rechazan el establecimiento de la comisión nacional de investigación que él propone (https://www.la-croix.com/Religion/Abus-sexuels-lEglise-letranger-enquetes-multiplient-2021-09- 30-1201178113) .

En Austria, uno de sus antiguos alumnos revela en una revista que Hans Hermman Groër (1919-2003) practicó caricias sexuales con sus alumnos y que lo había convertido en su amante durante 4 años. El sacerdote dimite de inmediato pero no responde a estas acusaciones. En septiembre de 2004 dimitió Kurt Krenn, obispo austríaco destituido por el Vaticano, obispo ultraconservador de Sankt-Pölten, acusado de haber querido encubrir un escándalo sexual en su diócesis tras el descubrimiento de unas 40.000 imágenes pornográficas, incluso algunos de naturaleza pedófila o zoófila, en los portátiles de varios sacerdotes del seminario. También en Austria, el sacerdote de Annaberg-Lungoetz fue relevado de sus funciones y trasladado a una abadía cercana a esta localidad. Supuestamente se involucró en contacto sexual con jóvenes.

En México, el fundador de la congregación Legionarios de Cristo, el padre Marcial Maciel, tuvo que renunciar en 2006, acusado públicamente de abuso sexual y abuso infantil entre 1956 y 1997.

En Irlanda, el Informe Ryan en 2009, una investigación de nueve años que lleva el nombre del juez Sean Ryan descubrió que cientos de niños habían sido abusados ​​sexualmente, a partir de la década de 1940, en instituciones religiosas de todo el país. en redes de escuelas católicas, talleres, escuelas vocacionales, reformatorios u otras instituciones para discapacitados, más de 2.000 habían dicho a la Comisión Ryan que habían sufrido abusos físicos y sexuales perpetrados por educadores, en particular sacerdotes (http: //www.slate. fr / story / 13653 / eglise-catholique-la-honte-de-lirlande). Desde 2010, se han revelado cientos de casos de abuso sexual de menores en instituciones en Alemania, especialmente en el exclusivo Canisius College de Berlín. En 2010, la comisión Deetman, creada en agosto de 2010, entregó su informe sobre un gran escándalo de pedofilia dentro de la Iglesia holandesa, que encontró "Varias decenas de miles de menores" abusados ​​entre 1945 y 2010 por "800 perpetradores de 'abusadores sexuales que trabajan o haber trabajado para los obispados. Al menos 105 siguen vivos ”. El mismo año, en Bélgica, Roger Vangheluwe, obispo de Brujas, dimitió tras admitir el abuso sexual de sus dos sobrinos, y la comisión Adriaenssens de 2010 recogió 488 denuncias que incriminaban a 320 autores de abusos sexuales (https: // www.la-croix .com / Religión / Abus-sexuels-lEglise-letranger-enquetes-multiplient-2021-09-30-1201178113).

En 2012 en Australia, es público que 620 niños fueron abusados ​​sexualmente desde 1930. En mayo de 2013, el arzobispo de Sydney ofreció "sus más completas disculpas", pero estos números eran lamentablemente bajos, y la Comisión Real Australiana demostrará que la Iglesia no se había preocupado por la verdad. En Australia, el escándalo estalló aún más en 2017: entre 1950 y 2010, el 7% de los sacerdotes católicos australianos fueron objeto de acusaciones de abuso sexual infantil sin que las sospechas llevaran a una investigación. Se informaron a las autoridades de la Iglesia de 4.444 incidentes de pedofilia. El mismo año, una investigación periodística denunció la exfiltración desde África por parte de la Iglesia católica de sacerdotes franceses sospechosos de abusos sexuales a jóvenes africanos. Cubiertos por la Iglesia, quedan así apartados de la justicia local.

En julio, nuevas revelaciones golpearon a la Iglesia alemana. Entre 1945 y 1990, en el famoso coro católico de Ratisbona, se informó de que más de 500 niños fueron maltratados o abusados, algunos de los cuales fueron violados. Se han identificado 49 presuntos autores, pero no serán procesados ​​porque sus delitos están prescritos. Fue el hermano del ex Papa Benedicto XVI quien fue director del coro. La escala del escándalo de los sacerdotes pedófilos sigue creciendo en Estados Unidos. La Iglesia católica en Chile había sido sacudida por el "escándalo Karima", que lleva el nombre de este ex sacerdote, párroco en Santiago, perpetrador de abusos sexuales en la década de 1970 y que había sido destituido del estado clerical en 2011. La polémica renació en 2018. durante el viaje del Papa Francisco a Chile. Algunas de las víctimas aseguran que el obispo Juan Barros, obispo de Osorno y designado por el Soberano Pontífice, lo sabía. 

 

A mediados de agosto de 2018, el fiscal de Pensilvania hizo pública una investigación que revelaba abusos sexuales perpetrados por más de 300 sacerdotes pedófilos en más de 1.000 niños. Actos cubiertos por la Iglesia Católica en Pensilvania. El informe de 884 páginas dice que el abuso duró 70 años. El 20 de diciembre de 2018, la justicia reveló que casi 700 clérigos de Illinois habían sido acusados ​​de agredir a un menor durante décadas. Ese mismo año, nos enteramos que miles de niños fueron abusados ​​sexualmente por sacerdotes en Alemania entre 1946 y 2014, según un estudio sobre la Iglesia Católica Alemana a la que se acusa de encubrir a sabiendas los hechos, revelaron el miércoles 12 de septiembre de 2018 varios medios (https: //www.huffingtonpost.fr/2018/09/12/pedophilie-en-allemagne-des-milliers-denfants-ont-ete-abuses-sexuelles-par-des-pretres_a_23525030/). Finalmente, un informe independiente encargado por la Iglesia Católica en Alemania identificó que 202 miembros del clero o laicos infligieron violencia sexual a 314 menores entre 1975 y 2018, en la diócesis de Colonia. En Chile, el mismo año, 167 miembros del clero, incluidos siete obispos y 96 sacerdotes, son objeto de una investigación. 119 investigaciones estaban en curso (https://www.bfmtv.com/international/pedophilie-au-sein-de-l-eglise-au-chili-le-nombre-d-enquetes-visant-des-membres-du - clerge-explose_AN-201809010017.html).

Y LAS REFORMAS para solucionar el problema son, sin embargo, sencillas salvo por una jerarquía que tiene dificultades para deshacerse del clericalismo. Sin embargo, esta preocupación por reformar la Iglesia ya es visible en Irlanda con la Asociación de Sacerdotes Católicos (ACP) creada en 2010 después del catastrófico informe Ryan en 2009, que pide una revisión del ministerio en la Iglesia, con el fin de desarrollar dones, sabiduría y experiencia de toda la comunidad de fe, hombres y mujeres, una reestructuración del sistema de gobierno de la Iglesia, basándolo en el servicio más que en el poder, y fomentando en todos los niveles una cultura de consulta y transparencia, particularmente en el nombramiento de líderes de la Iglesia, y celebraciones litúrgicas que utilizan rituales y un lenguaje que sean fáciles de entender, inclusivos y accesibles para todos, en 2011 pide un cambio en la forma en que se eligen los obispos y en cómo la Iglesia Católica ve la sexualidad, en 2014 recomendó la ordenación de mujeres y permitir sacerdotes  casarse si la Iglesia quiere sobrevivir, y en 2017 decide redoblar sus esfuerzos para movilizar a los feligreses y dejar de discutir con los obispos, y en Austria con la Iniciativa Sacerdotal en 2011, en una Iglesia católica austriaca ya debilitada por la salida masiva de sus fieles tras los escándalos de abusos sexuales que exigieron la desobediencia, donde exigieron la ordenación de las mujeres y los casados, dos grandes tabúes de la Iglesia. También abogan por la comunión para las personas divorciadas y piden que los practicantes no ordenados, tanto hombres como mujeres, pronuncien sermones y dirijan parroquias, para aliviar la crisis de vocaciones y honrar las relaciones homosexuales. En estos dos casos, la jerarquía hizo oídos sordos.

 

 Pero fue más difícil hacer oídos sordos cuando la Comisión Real Australiana formada en 2012 y la Ciase llegan a conclusiones que, en sus palabras, son diferentes pero encajan perfectamente, en particular, en tres puntos. En sus conclusiones, la comisión recomienda, entre otras cosas, la obligación de los eclesiásticos de denunciar los actos pedófilos admitidos en el secreto de la confesión y el establecimiento del celibato voluntario que dejará de ser obligatorio para los sacerdotes. Dos sugerencias que ciertamente han abierto el debate pero que la Iglesia no ha seguido.

Fue más allá, defendiendo un papel real para los laicos en todos los niveles, hombres y mujeres, incluso en el proceso de nombramiento de clérigos y asegurando la capacidad de trabajo colaborativo en la formación de sacerdotes. Este organismo ha iniciado finalmente el proceso de indemnización, en particular por parte de la Iglesia católica, a las víctimas que, durante tres meses, pueden ser indemnizadas hasta aproximadamente 90.000 euros. La comisión sobre abusos sexuales en la Iglesia en Francia considera que el secreto de la confesión no puede "oponerse a la obligación de denunciar los delitos sexuales contra menores o personas vulnerables", que deben revisar las enseñanzas y la posición de los sacerdotes como concepción tabú de la sexualidad , la distorsión de las Escrituras, o incluso la posición dominante, y la compensación de las víctimas, confiada a un organismo independiente, deben revisarse y considerarse no como "un regalo" sino como algo "debido" a la Iglesia. Pero Ciase recomienda cambiar la gobernanza, porque es necesario dar cabida a los laicos y especialmente a las mujeres. Lamentablemente la actitud de la jerarquía no fue prudente frente a las soluciones dadas para acabar con los abusos como en Australia, donde se niega a tocar el celibato sacerdotal y el sacramento de la confesión, pero también a dar un lugar mayor a los  laicos, y en Francia con su negativa a tocar el sacramento de la confesión y a la indemnización de las víctimas, podría apelar a las donaciones de los fieles.

Si la Conferencia Episcopal de Francia vacila, las iniciativas personales de los obispos pueden por su parte responder a las expectativas de las víctimas y del Pueblo de Dios en su conjunto y mover a una jerarquía aterrada, como las de Mons. Le Saux, obispo de Le Mans, que desea escuchar "la palabra de los diocesanos que deseen expresarse sobre la forma en que reciben este informe", y "aquí o allá, se organizan reuniones para permitir que quienes deseen expresarse lo hagan: la palabra se libera además, además, en el corazón de muchos ", señala un comunicado de prensa del Palacio Episcopal (https://www.ouest-france.fr/pays-de-la-loire/le-mans-72000/abus-sexuels-dans - la-iglesia-yves-le-saux-eveque-du-mans-quiere-escuchar-la-palabra-de-los-sarthois-9f671a60-324f-11ec-8668-6a8a63483124). 

Muchos fieles como muestra lepelerin.com (https://www.lepelerin.com/dans-lhebdo/vie-deglise/rapport-sauve-sonnes-les-catholiques-viron-faire-evoluer-leglise/) quieren un cambio , y se rebelan contra "el silencio de la Iglesia" al que, sin embargo, han servido durante años. Sueñan con un "cambio de gobierno" dentro de una Iglesia que dé más espacio a los laicos. Muchos de ellos desean poner a las víctimas en el centro, reequilibrar las relaciones entre clérigos y laicos, dar más espacio a las mujeres y aumentar la sinodalidad. Y las asociaciones que apoyan a las víctimas de abuso tienen toda la intención de presionar a los obispos para que adopten las recomendaciones de Ciase. Finalmente, el sínodo sobre sinodalidad inaugurado por el Papa Francisco el 10 de octubre de 2021 es visto por Jean-Marc Sauvé, presidente de Ciase, como una oportunidad para reflexionar sobre el gobierno de la Iglesia católica, porque la crisis de abuso sexual tiene su origen en particular de una noción equivocada del ejercicio de la autoridad en la Iglesia, que estará en el centro de las reflexiones sinodales, al menos en las diócesis donde se desarrolla el mismo. 

Mons. Éric de Moulins Beaufort, presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, que estaba en Roma en ese momento, dijo que por el momento no estaba previsto iniciar en Francia un proceso sinodal nacional para responder a la cuestión de los abusos, como fue el caso de la Iglesia en Alemania o Irlanda. Sin embargo, sugirió que el sínodo que se abriría el 16 de octubre en todas las diócesis del mundo sería una oportunidad para “recopilar lo que vendrá” sobre estas cuestiones (https://www.cath.ch/newsf/ four-questions- sobre-las-cuestiones-del-sínodo-sobre-sinodalidad /).

¿Pero hay que esperar a que la jerarquía se mueva? Si miramos de cerca, es la presión de los fieles la que ha obtenido este giro actual en la Iglesia como en Francia hizo La Parole Libérée la que ha presionado a la jerarquía, en Chile donde las víctimas de Karadima obligaron al Papa a ver el alcance de los abusos en el país, y finalmente, la creación de Ending Clerical Abuse en 2018, una red de unas diez asociaciones de víctimas de sacerdotes pedófilos. En Francia, hemos oido que la presión sobre la jerarquía será la única solución como se muestra en Twitter #AussiMonEglise, donde miles de fieles piden un cambio saludable.