¿SERVICIO O PODER?
Reconocer que ciertos falsos dichos con los que se nos martilleaba ni siquiera los había inventado él resulta doloroso, para muestra un botón.
Me lo encuentro en un periodista de la Norddeutscher Rundfunk, Radiotelevisión del norte de Alemania con sede en Hamburgo. Y lleva fecha de 19 de mayo de 2023.
Solo que como no estamos en contexto "captación" de menores imberbes que no saben de la vida y todo lo tragan como si viniera de DNS, el articulista halla la respuesta merecida al cardenal.
Cardenal Hollerich de Luxemburgo
por Andreas Braun
Un cardenal probablemente dirá de sí mismo: "no sirvo a ninguna congregación eclesiástica, sino a la Iglesia Católica, ya que cumplo tareas ligadas a mi dignidad cardenalicia, que no se limita a la elección del Papa".
El Papa y los cardenales son los más altos dignatarios
Actualmente, 122 de los 222 cardenales serían elegibles para votar porque tienen menos de 80 años. Los cardenales son los más altos dignatarios de la Iglesia Católica después del Papa. Muchos encabezan dicasterios vaticanos, otros diócesis individuales. Y cuando un cardenal habla de servir a la Iglesia, no es menor porque tiene el poder para interpretar de ese modo su tarea.
En la Iglesia Católica el poder está en manos de muy pocos hombres
El cardenal luxemburgués Jean-Claude Hollerich ha declarado en relación a las discusiones de los católicos alemanes en el contexto del camino sinodal: "La Iglesia no tiene que ver con el poder, sino con el servicio. Cuando el servicio se convierte en poder, tenemos un problema". Nada que añadir. El problema es evidente y es que el poder está en manos de unos pocos hombres. Ellos mismos niegan el poder, se ven a sí mismos como servidores de la iglesia. Pero ninguna organización humana y menos la Iglesia funciona sin un poder.
La Iglesia Católica es un sistema de poder
Pero ¿cómo es posible que manden en un sistema los mismos que dicen servir? Los católicos alemanes se sienten incapacitados y controlados porque las decisiones se toman desde arriba sin pedir opinión a los afectados y sin dar explicaciones. La Iglesia Católica es obviamente un sistema de poder en el que los hombres consagrados comparten el poder entre ellos para dar forma a la Iglesia. Muchos usan su poder para fortalecer a las mujeres y los hombres en las diferentes comunidades que forman la Iglesia.
Pero ya es hora de que dejen de negar el poder eclesiástico, tienen que reconocer que pocos son los que disfrutan ese poder en esta Iglesia. Poder con todas las consecuencias. Es importante equilibrar este poder y no esconderlo detrás del término "servicio".
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