CONSERVANDO TRADICIONES
Lástima que una comparecencia parecida no se produzca en el país inventor del divino sistema de trata. No será por falta de candidatas a las que un día se endilgó la vocación de nume auxiliar y otro día se les fue la vocación, o se fueron ellas como hizo Roxanna, que estaba tan en medio del mundo que ni sacar un billete de autobús sabía.
Y con todo siguen teniendo defensores gratis, aparentemente, por doquier.
Ni siquiera los atropellos son novedosos, hace siglo y medio, d. Benito Pérez Galdós retrataba los abusos eclesiásticos interviniendo en la vida comunitaria y en la educación. Colegía que el fanatismo de algunos sectores eclesiásticos causaba gran perturbación social.
Personajes de las novelas galdosianas practicantes de una religiosidad aparente, rutinaria e hipócrita como Cucúrbitas que "creía que con hacer una genuflexión cuando alzaban (la sgda. Forma), arrodillarse sobre un pañuelo y garabatearse sobre el pecho y la frente la señal de la cruz bastaba" (De la novela El audaz, Historia de un radical de antaño, 1871). Galdós criticó especialmente a los jesuitas, por su tenaz ambición, su juramento de fidelidad al Papa y su práctica de apropiación de herencias de personas vulnerables, "amparados, con hipocresía o sin ella, por la oligarquía dominante, a quien no sabremos nombrar, pues no podríamos decir si es española o papal, si es un sindicato jesuítico o una cofradía financiera".
Denunció la utilización de la religión para confundir los sentimientos y dominar a las personas.
Por lo que visitar viejas viudas ricas, viejas solteras ricas o jóvenes, con el fin de tú ya sabes....se venía haciendo. Costumbre de siempre o norma de siempre, me lío.
Otra norma de siempre en España que como hemos escrito a menudo se esforzaron en santificar consistía en votar al candidato menos dotado y menos cualificado para determinados puestos, sean cátedras o sean sillones de la Academia de la Lengua. Tampoco fue un invento escrivariano, sino decimonónico.
Le ocurrió a Galdós con motivo de su candidatura a un sillón de la Academia en 1888. Defendieron su candidatura Valera, Menéndez Pelayo y Nuñez de Arce, argumentando que Galdós era un novelista universal, una celebridad traducido a todas las lenguas. El ala conservadora de la Academia, Cánovas del Castillo, Pidal y el general Pezuela oponiendo se manifestó en contra oponiendo la de Francisco Commelerán, profesor de latín.
Lo mismo le ocurrió con el Premio Nobel. En 1912 escribieron a Suecia presentando la candidatura de Pérez Galdós los Benavente, Ramón y Cajal, Echegaray, Romanones. Los periódicos progesistas El País, El liberal, El Cantábrico apoyaron la moción. Entonces 200.000 pts del premio le hubieran solucionado la vida al escritor que estaba pasando apuros a pesar del éxito arrasador de crítica y público.
Pero los neocatólicos presentaron la candidatura alternativa de Marcelino Menéndez Pelayo y movilizaron sus periódicos La época, El correo Español, El Diario Montañés en contra de la candidatura galdosiana. Miles de telegramas llegaron a la Academia sueca rechazando que el premio se lo llevara el autor de Misericordia. ¿Resultado? se lo llevó un alemán. Hubo otras intentonas pero estalló la guerra mundial y el gran novelista se quedó sin un merecido galardón.
Yo no sé cómo hay gentes que siguen apoyando hoy estas mezquindades y señalando estos comportamientos como católicos, los hay. Y no de misa diaria.
Tampoco me parece que Echegaray, autor que hoy no lee nadie y ni curiosidad provoca, se lo mereciera más que Galdós. Pero de pensarlo a hacer campaña en contra hay un mundo.
Ya para entonces don Benito era un escritor consagrado, con Misericordia o Fortunada y Jacinta, estaba medio peldaño por debajo de Cervantes. Del profe de latín creo que nadie guarda memoria.
Pues bien, la elección se celebró el 17 de enero de 1889, con la victoria de Commelerán por 14 votos frente a 10.
Otra inveterada costumbre española que nos empeñamos en santificar y que el escritor canario fustiga en su obra Tormento (1884) la vida de apariencias, la hipocresía religiosa, el tráfico de influencias:
"En esta sociedad digo, no vigorizada por el trabajo, y en la cual tiene más valor que en otra parte los parentescos, las recomendaciones, los compadrazgos, las amistades, la iniciativa individual es sustituida por la fe en las relaciones. Los bien relacionados todo lo esperan del pariente, a quien adulan, o del cacique, a quien sirven, y rara vez esperan de si mismos el bien que desean....desde tan sólida base se remontaba Rosalía Bringas a la excelsitud de su orgullo español, el cual vicio tiene por fundamento la inveterada pereza del espíritu, la ociosidad de muchas generaciones y la falta de educación intelectual y moral."
Por no hablar del éxito cosechado tras el estreno de su obra Electra en 1901, la prota es una joven de 18 años de padre desconocido que vive con su tía y a la que un jesuita de la época quiere convencer para que se recluya en un convento, con la excusa de que aunque ella lo ignore, se ha enamorado de su hermano. El espectro de la madre le revela que es falso, no son hermanos ella y su novio. Por lo que los rumores que la atormentan no tienen base. Electra se emancipa, elige la libertad, triunfa el amor sobre el fanatismo, la verdad sobre la mentira, la luz sobre el oscurantismo.
Sobre este drama el escritor argumentó que había condensado la lucha de toda su vida, su amor a la verdad, su lucha contra la superstición y el fanatismo, la necesidad de que olvidando nuestro desgraciado país las ruinas, los convencionalismos y mentiras que nos deshonran en envilecen ante el mundo civilizado, pueda realizarse la transformación de una España nueva....
Y no podemos dejarnos Casandra (1910): obra de teatro en la que dña Juana de Samaniego, encarnación del autoritarismo, la esterilidad y el fanatismo, modifica el testamento de su marido para entregar la fortuna a una congregación católica, privando a los sobrinos de su legítima herencia. Casandra, símbolo de la fertilidad, la libertad y la justicia, defiende los derechos de la familia dando muerte a dña Juana.
En fin...poco después nacía quien tú sabes, ya había nacido su hermano gemelo....y 20 años tras el fallecimiento de don Benito Pérez Galdós, su amada España cogía carrerilla para saltar hacia atrás. Increíble hazaña. pero así fue. ¿Querías progreso y luz? toma dos tazas y media de reclusión, absolutismo, hipocresía, incluida la trata de personas.
Gracias al autor del escrito, nunca se me había ocurrido que reclutar futuras numes auxiliares pudiera equipararse a la trata de personas: engañar chicas para que trabajen gratis para tí y así hacer aumentar el capital, sobre el que se asienta nuestro poder y fama, de manera que nadie nos tosa en la península del miedo y pavor que sembramos.
Fortunata y Jacinta es una delicia, la novela y la serie de televisión española. Galdós pintó el alma de España, de la que forma parte esa parte menos agradable aquí descrita y que tan malas consecuencias nos trajo. Por lo demás está retratado el pueblo español de entonces, desde las cúspides de la sociedad hasta los más bajos estratos, hecho con cariño, arte y verosimilitud. Pero lo grande para mi gusto es que como Cervantes hizo en su época, supo sacar poesía y belleza fijándose en el pueblo español, en lo vulgar y rutinario. Un mundo hoy desaparecido, de ahí el encanto de sus novelas. Lo mismo que Cervantes que retrata venteros, Maritornes, presidiarios, yunteros, pastores....Pérez Galdós se fija en todo y es particularmente llamativo el tratamiento de los personajes femeninos.
Fue la artista y filósofa Paloma, seguidora de Gustavo Bueno quien me inspiró esta intromisión profunda en el mundo galdosiano, por el título que le ha dado a su canal.
Comentarios
«Cuántas veces también, ya al atardecer, ha llegado al planchero de Villa Sacchetti, donde trajinan Julia, Dora, Rosalía, Concha…, se ha sentado en una sillita baja, de esas «de costura», les ha echado una sonrisa y, con toda confianza, les ha dicho a media voz: «hoy vengo a que me contéis vosotras… hoy el Padre está muy cansadico.».