Matriz Económica del "Opus Dei"

Precisaríamos una investigación similar en los demás países, empezando por el nuestro.

Probablemente sólo Pamplona reúne más inmobiliarias que toda la Argentina. Se impone un capítulo exclusivo  para la comunidad foral.

Y como bien dicen la gran cuestión que hasta ahora funcionó es que la institución eclesiástica como tal no figura en los papeles, aunque sean lo desconocidos directores quien parten, reparten y cortan y recortan lo que ocurre con los inmuebles y en los inmuebles. Numes, supernumes e incluso cooperadores figuran como testaferros, puesto que ellos no tienen mando, no deciden sobre las actividades.

Es curioso cómo funcionan, presentando la típica casa de retiros en su web como si fuera un lugar de congresos donde cualquiera va y organiza el suyo. Y funciona, nadie protesta ni decide destapar la superchería.  

 Es difícil llegar a la cima, Ocáriz y sus acólitos nada tienen que ver con la organización del dinero, aún siendo los grandes beneficiados. Los bienes ocultos al Estado y a la Iglesia, qué bonito y qué mentalidad laical respetuosa de las constituciones, códigos civiles y mercantiles. Lo llaman camino de santidad.

El trabajo de Paula pone al descubierto la matriz del asunto: cómo demostrar que los titulares de las asociaciones civiles propietarias de los inmuebles son hombres y mujeres de paja. Y también que mientras todos estos asuntos que no son baladís porque favorecen la opacidad, la exención de impuestos, los privilegios...mientras no haya denuncias, investigación judicial y sentencias, aramos en el mar.

El vínculo de esas asociaciones con el "opus Dei" no figura en ningún sitio, mientras que en los demás chiringuitos católicos, siempre hay  religiosos. En el caso del opus todos son laicos que debieron de encontrarse un día en la plaza del pueblo y se dijeron ¿por qué no fundamos una universidad? ¿por qué no construimos un centro de numerarios? Rastrear el vínculo: misión imposible.

Recordé que tuve en mis manos una lista de las "asociaciones civiles" de Pamplona que estaban registradas en el departamento correspondiente del gobierno de Navarra, solo por el nombre era fácil averiguar cuáles eran en realidad "tapaderas de santos".

No obstante, la frase que se me ha quedado grabada la pronuncia Gianfranco cuando como si tal cosa expone que hacían cola en comisión regional de Colombia para pasar consulta con un psi uruguayo famoso y numerario que al parecer hacía la ronda de todos los países sudamericanos medicando a sus "iguales".

Las normas eran camino de santidad, "la obediencia es el camino seguro", "tenemos toda la farmacopea", pero cuando una "subjetividad" hace preguntas molestas, cuestiona y no se deja llevar, el protocolo de actuación es el recurso a las pastillas.

Se trata de "calmar", "atontar", "adormecer", en ningún caso de ayudar. No tienes derecho a tu propia idiosincrasia, en cuanto sacas manos y pies del troquel, el protocolo opusino dicta que se ha pasar con el psi. No con cualquier psi, sino con el nuestro, al que nosotros controlamos, dirigimos y adiestramos. Como el padre de la famosa Marian que hoy es una estrella psi promocionada por la fundación bbva. Y como tantos conocidos en cada ciudad española. 

Otra vez nos topamos con la psi. Como siempre en estos casos echo en falta a Isabel. Tenía que seguir con vida para ver internacionalizado lo que en 2011 nos parecía que solo pasaba en Madrid.

Por otra parte mis reflexiones del día me han conducido a darme cuenta de que si bien la experiencia numeraril nos marcó y el trauma nos une y nos hizo madurar, tampoco cambia nuestro carácter por haber salido. El caradura dentro sigue siéndolo fuera, la que era tonta lo mismo y la que era lista también. Nos engañamos pensando que por haber pasado por ahí somos lo mismo. Nada más falso. Hubo personas que salieron por la puerta de atrás, otras por la de adelante, a unas las echaron, otras se marcharon por su propio pie, de unas se olvidaron porque eran insignificantes estén donde estén, y otras merecieron persecución dedicada. Y a partir de ahí no vemos las cosas igual. 

Es otra fase del capítulo post opus: a los ex nos unen tantas cosas como las que nos separan.