MUCHO QUE CALLAR

Por momentos me sacan de quicio estos "coleguis" ex opusinos,  no han llegado a destino y alguno insiste en la "misión rescate" de lo irrescatable.

 

 De puertas adentro han de rescatar es la pasta, de la que viven sin trabajar, sudada por otros, acumulada por otros, birlada por ellos que se han dado un arte sin igual en la práctica del "atraco" de la viuda rica,

el inmigrante enriquecido sin familia directa y con familiares despistados.... etc. El último caso que conocemos el de Argentina - Uruguay, una nume fallecida se apañó para que la herencia de su hermana disminuida pasara a la big family y la familia natural se ha dado cuenta tarde interponiendo recurso.

Viendo su historia no es cuestión de "perdona, te he pisado sin querer" o "sorry, te he soltado la puerta en las narices". Se impondrían demandas, juicios, sentencias, restitución de aquello con lo que se han quedado...etc. Pura fachada lo de la santidad. Para "Santificar" un trabajo, ni ellos saben qué significa esta expresión, primero hay que tenerlo. Los gurús no tienen trabajo. Vigilar vidas ajenas para hacer caer, urdir planes como hicieron conmigo, celadas y encerronas sin cuento, utilizando todo ser humano que se me cruzaba en el camino... de material "santificable" tiene poco.

Y los coleguis del Agora coherencia no tienen ni idea de todo eso, del recorrido del combatiente, saltando cáscaras de plátano puestas ex profeso y patadas en la espinilla además de puñaladas. No veo la vida igual que ellos ni por lo más remoto.

Sobre Carrero y todo lo que dices miraré lo tuyo, he leído abundante de historiadores, comunicadores y protagonistas. Ya saqué mis conclusiones al respecto, pero seguro que aprendo. Carrero, el que los introdujo en el gobierno de España. Acabó molestando al imperio y por lo tanto "voló" por los aires.

Ayer 22 de diciembre de 2023 fue un día importante, como para hacer balance vital. Años enteros se me han echado encima y comprendo que la experiencia de estas personas que siguen de rescatadores de lo irrescatable no es la mía. Hablan "desde otro lugar". No han visto a sus ex hermanos en plan destroyer como yo los ví. Haciendo "manos y pies" para amargarme la existencia. Como les cundió en esta pequeña ciudad que no es nada, hoy ha salido en los periódicos por el "gordo". En otra cualquiera de España me hubieran aniquilado. Mi hermano estaba de acuerdo en "encerrarme". Pero me libré. 

Todo esto se puede escribir como quien no quiere la cosa, pero hay que pasarlo. Yo también acudí por prescripción directoril a un psi opus de Granada, profe de la facultad de medicina en la universidad de esa ciudad. Estuve en dos ocasiones, diciembre de 2001 y mayo de 2002. Era el que la directoras tenían para los casos "difíciles". Fui bien acompañada, de manera que no solo no me recetó nada, sino que milagrosamente, no hay otra palabra, firmó de su puño y letra un papel según el cual no apreciaba en mí signos de enfermedad mental. 

Ello no arredró a opus y ex opus allegados para seguir repitiendo sus calumnias por España y parte del extranjero.

Ni tampoco me solucionó la vida, porque tuve que "arrancar" parecida  declaración a otro psi de mi seguro de salud, consulta en una gran avenida que frecuento. El hombre no se atrevía a poner por escrito que no me pasaba nada, ya era mayor y hoy estará jubilado sino enterrado. Hablamos de 2003, cuando la guerra de Irak que me afectó poco puesto que bastante tenía con la mía. Me derivó a un psicólogo que recibía en el portal de en frente para cargarle el mochuelo de certificar mi sanidad. País de rastreros, cobardes, interesados.

Como para andar ofreciendo amistad y amor al primero que se presenta como dicen los del vídeo Coherencia. Y en eso qué razón tenía el no santo, no en el sentido estúpido de "te vayas a enamorar del que te vende el pan" que recetaba a los numes, sino en el sentido de que no te puedes fiar ni de tu sombra. Estos comentaristas se dejan que a parte de los 7 cerrojos estaban los caraduras tanto supers como numes liados con mujeres, que también existían. Qué falta de perspectiva la del ex nume psiquiatra, pensaba que iba a mencionar los delitos contra la salud en los que quizás él se vió involucrado.

Desde mis primeros contactos estuvo la psiquiatría presente, en forma de padre de una de mis mejores "amiguitas" del club en el que pité. En medio de mi vida numeraril conviví con la supervisora de la cuarta planta, era la directora del centro. Hoy me dan escalofríos de pensar que estuve dirigida por una aprendiza de Mengele, es evidente que allí no se dedicaban a curar y aliviar, como también dice Carmen Charo en el vídeo, ella fue paciente de la agregada psiquiatra famosa que había hace 30 años en la clínica. Empastillar, anular, atontar. Eso no es medicina, provocar que mujeres de 30, 40, 50 andaran arrastrando los pies  de los "pedazos" medicamentos que llevaban ingeridos por receta de estos facultativos.

 

Luego hemos sabido que la medicina hoy está hecha unos zorros, en manos de mercaderes y de políticos que la usan a su antojo. Durante muchos años pensaba que el uso de la medicina para lo contrario de su finalidad primera era privilegio de los santificadores. Desde 2020 ya advertí que estaba equivocada. No arregla lo vivido, ¿para qué tanta fama de facultad de medicina? ¿para dedicarse a anular personalidades y diagnosticar enfermedades inducidas por un modo de vida cruel e inhumano? con lo costoso que son esos estudios ¿tiene sentido ponerse al servicio de una institución trituradora de carne humana?

Estoy hecha de otra pasta que esta mujer, también me tomaban el pelo, no hasta ese punto, y si me hubiera quedado un minuto más quien sabe lo que me habría podido pasar. 

Aquellas numes que cuando exhibían una expo farmacéutica en su mesilla,  todas con su pastillero de diseño, medicadas  a más no poder, me calumniaron de lo lindo llamándome CRAZY, con su carita y modales de no haber roto un plato. Yo, que jamás probé ni una micra de lexatín.

Podían hacer sopa de ansiolíticos en los centros y acababan antes. Pero "así es la vida" como cantan Enrique y María, te pone a prueba, y habla quien más tiene que callar.