OPUS DEI EN CHILE


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También se podía titular “sobre el entendimiento de OD con las dictaduras y los dictadores”, ¿cómo lo podríamos dudar?
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CHILE - Situación de la Iglesia en Chile 1. Poder del Opus (...) - AlterInfos

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El "Opus Dei" es un movimiento de laicos cristianos creado por José María Escrivá de Balaguer, cuya personalidad sigue siendo muy discutida aun cuando va a ser canonizado dentro de poco por el  papa Juan-Pablo  II. El « Opus Dei » tiene fama de amor al secreto, lo que no hace más que reforzar la idea de que se trata de un poder oculto que intenta infiltrarse en la iglesia y en la sociedad civil.  ¿Todo esto es verdad o es fruto de la imaginación? El artículo pretende resumir lo esencial sobre la presencia de este movimiento considerado muy conservador. El texto es un extracto del libro . « Opus Dei. Génesis y Expansión en el Mundo »(LOM Ediciones, mayo 1992), revisado y corregido en 2001 por su autor, Jaime Escobar M., especialista de cuestiones eclesiales y editor de la revista chilena Reflexión y Liberación, que nos ha enviado su trabajo. En el próximo número de DIAL publicaremos una segunda parte sobre la situación de la iglesia en Chile que tratará de la iglesia de los pobres.

Los orígines del « Opus Dei » en Chile remontan a 1948, fecha en la que el fundador del  « Opus Dei”, José María Escrivá de Balaguer, alimentaba el proyecto de enviar un representante a Chile. Esa misión recayó sobre el joven  Adolfo Rodriguez Vidal, ingeniero naval recientemente ordenado sacerdote. Desembarcó en Chile vía via Buenos Aires, en 1950, y se presentó al cardenal José María Caro, el cual lo presentó en Santiago, obteniendo rápidamente un puesto de profesor en la escuela de ingenieros de la Universidad católica de Santiago. Pocos años más tarde, y ya como consiliario regional en Chile inicia una carrera ascendente, primero en la capital y luego en el sur del país.
El trabajo realizado por el « Opus Dei » en Chilie en sus diez primeros años fue lento y se dirigía a un pequeño número de estudiantes universitarios. Dos años más tarde surgen las primeras vocaciones y a finales de los años 60 se observa una vasta acción apostólica dirigida a importantes empresarios chilenos al tiempo que un movimiento en dirección a los sectores rurales y agrícolas.
Las primeras incursiones del Opus en el ámbito empresarial y en la política se producen en la empresa editorial Zig Zag, entonces el segundo grupo periodístico de Chile. Otros interesados en la participación del « Opus Dei » procedían del medio de los seguros y de las exportaciones. La rama femenina del « Opus Dei » en el país se mostró muy activa desde el principio, y en poco tiempo consiguió el control de la revista femenina Eva, mientras algunas jóvenes periodistas ejercen una fuerte influencia en el semanario Ercilla.
En la universidad católica de Santiago el  « Opus Dei » alcanzó un gran desarrollo. Sobre todo debido a la testarudez de unos pocos militantes hábilmente dirigidos por el padre Rodriguez Vidal, que recuerda: « al principio no fue fácil explicar el “Opus Dei” porque su situación jurídica no estaba definida”. Sólo recientemente en 1982 el  papa Juan Pablo II erigió el OD en prelatura y el OD obtuvo así su verdadera identidad jurídica.
Hasta ese momento como todas las cosas de la iglesia, era una asociación de fieles aprobada por la santa Sede (Mentira, era un Instituto Secular desde 1950), pero con un estatuto jurídico que no encajaba exactamente con lo que es el “Opus Dei”. Sin embargo nunca tuvo dificultades para proclamar sus objetivos: “santidad de la vida ordinaria y para algunos sacerdotes seculares que proceden de ese medio laico para servir a la iglesia”. [1].
En su medio siglo de existencia en Chile, el « Opus Dei » ha conocido dos sucesos capitales que han contribuido decisivamente a su desarrollo y al crecimiento de los últimos 15 años. El primero tiene que ver con la visita del fundador del “Opus Dei” a Hispanoamérica. Llegó a Chile en junio de  1974 ; su agenda había sido cuidadosamente preparada y una logística formidable, grabaciones sonoras, videos y cine, sirvieron para conservar cada una de las intervenciones del padre Escrivá (tertulias de Tabancura que vimos 1001 veces). La organización local atribuye tanta importancia a esta visita que cuando se le pregunta al vicario general, don Adolfo Rodriguez, sobre los hechos más importantes de la historia del “Opus Dei” en Chile, responde:  “Hay un solo hecho importante: la visita del Fundador a Chile en junio de  1974. El dió el verdadero impulso que nos hizo dar un extraordinario salto adelante” [2]. De hecho, desde esa fecha hasta hoy el « Opus Dei » ha conocido una impresionante expansión en los medios universitarios y empresariales del país. 
El otro suceso importante es el nombramiento por Juan Pablo II del padre Rodríguez Vidal como obispo de Los Angeles en julio de 1988. En ese momento el cardenal Ratzinger realizaba una visita a Chile suscitando la admiración y « la euforia del empresariado chileno, de algunos obispos del ala conservadora del episcopado, todo ello en medio de una gran campaña publicitaria orquestada por el diario El Mercurio de Santiago” [3].
Estas dos visitas a  Chile se desarrollaron en momentos en los que el país vivía bajo la dictadura del general  Pinochet y en los que la Iglesia, por su misión de defensa de los derechos humanos se enfrentaba a fuertes tensiones de diversa naturaleza. Sin embargo ni el padre Escrivá en 1974, ni el cardenal Ratzinger en 1988 tuvieron palabras o gestos de solidaridad hacia los miles de cristianos perseguidos, encarcelados, torturados y expulsados. Ninguno de ambos monseñores hizo mención al drama que vivía Chile en tiempos de la dictadura militar.
Volviendo a la visita del padre  Escrivá a Chile, hemos de subrayar que el fundador se mostró sonriente, hábil en sus respuestas, muy interesado por el trabajo de la Obra con los estudiantes de la Universidad católica y que dió instrucciones a los dirigentes para que apoyaran todo lo posible a la « junta nacional de gobierno » que acaba de autoproclamarse soberana, dirigida por Pinochet. Era evidente que Escrivá se veía como apoyo de una « noble cruzada  contra el comunismo totalitario » en la que la Obra tenía una sólida experiencia anterior : su apoyo incondicional a la dictadura de Franco durante 37 años en España.
En los encuentros del padre Escrivá con los militantes del « Opus Dei » en Santiago, figura el testimonio de una señora que le confiesa su angustia : tiene tres hijos que pertenecen al « Opus Dei » y tiene el sentimiento de que los ha perdido. Escrivá la miró fijamente y le respondió : « No hablo con gallinas cluecas » (esta parte de la tertulia me la perdí o la cortaron o no figuraba en las que veíamos habitualmente). Otros testigos hablan de una mujer sencilla, del campo que confiesa a Escrivá que es empleada del hogar y que tiene dificultades para santificarse, pues su patrona es muy injusta y muy imbuida de su poder, nueva respuesta del fundador : “Cada uno en su sitio. Reza por tu patrona y haz bien tu trabajo” [4].
La actitud del padre Escrivá con respecto al general Pinochet no era una sorpresa, fue la misma que tuvo frente al general Franco : sentía que esos dos hombres “eran personajes nacidos para mandar y determinados”. Guardó silencio cómplice ante las injusticias de todo tipo que generan las dictaduras militares y no condenó ni al dictador, ni tampoco le animó a santificar su trabajo ni le pidió que cristianizara su modo de gobernar.   
Pero Escrivá se refirió sin embargo a los católicos que luchaban para salvar vidas y se opusieron a la brutal represión desencadenada en 1974 : habló de ellos como de “hijos desleales a la iglesia”. Estas expresiones provocaron un profundo malestar en muchos católicos que sufrían las persecuciones, la cárcel e incluso la muerte [5]. Sus palabras fueron interpretadas como una justificación indirecta del sangriento golpe de Estado perpetrado a penas nueve meses antes en Chiel. Al final de la visita de Escrivá se produjo un hecho extremadamente grave que está en relación directa contra los ataques a los derechos humanos cometidos a diario en el país ; los periodistas chilenos Franz Vanderschueren y Jaime Rojas aseguran que durante una conferencia en Santiago, se habló de la sangre derramada y que sobre el tema  Escrivá afirmó : “Os aseguro que era necesario derramar esa sangre” [6].
Hoy (2002) el « Opus Dei » tiene dos obispos en Chile : en la diócesis de Los Angeles, Msr Adolfo Rodriguez (retirado) y en Rancagua, como obispo auxiliar, Msr Luis Gleisner. Esta posición de influencia del « opus » en los nombramientos episcopales es una constante en  América latina, lo que prueba una gran armonía entre lo que postula el papa actual y lo que hace el “Opus Dei” en el ce continente. En ese contexto triunfalista el « Opus De » dió un enrome paso en Chile: el 19 de marzo de 1990 inició sus actividades la Universidad de los Andes. Esta universidad privada comenzó  por dispensar enseñanza en las secciones de medicina, derecho y filosofía y más tarde abrio nuevas facultades. La Universidad firmó inmediatamente dos acuerdos de cooperación con la Universidad Católica de Santiago y con la Universidad de Navarra, representada en Chile por el delegado Gonzalo Rojas. Las dos sedes de la universidad despliegan una intense actividad, sobre todo con el trabajo que realizan los seminarios organizados en 1991 « empresa y humanismo », en presencia de empresarios católicos y el otro “El divorcio frente al derecho”, animado por  el que era entonces presidente de la Audiencia de Santiago, el ministro Ricardo Gálvez.
Para que la iniciativa fuera un éxito, el Opus puso en juego todos sus contactos. Creó una Asociación de Amigos de la Universidad de los Andres, las prácticas de los estudiantes de medicina tienen lugar en el hospital de  Saint-Bernard y “en clínicas privadas de las que no diré los nombres”, declaró el decano de la facultad de medicina, el doctor, Fernando Orrego Vicuña.
Oficialmente, la inauguración de la Universidad de los Andes tuvo lugar el 10 de mayo de 1990, en presencia de los obispos Jorge Medina, Adolfo Rodriguez y Orozimbo Fuenzalida, del actual consiliario, el padre Alejandro Gonzalez y de una parte de su comité asesor en Chile, los padres José Miguel Ibañez Langlois, Pablo Joannon y Sergio Boetsh. Hoy la influencia del « Opus Dei » se ejerce también e la Universidad del desarrollo y  Finis terrae. Durante la dictadura, sus adeptos alcanzaron los ministerios de economía, de educación y de exteriores [7]. Se ha confirmado que los tres últimos secretarios generales del gobierno del régimen militar eran militantes del « Opus Dei ». Su influencia se hace sentir también en la Universidad católica de  Valparaiso y de Santiago ; en lo que concierne al CanalTV 13 de la Universidad católica de Santiago, testimonios llegados al episcopado aseguran que los dirigentes de esta corporación muestran una excesiva propensión a favorecer al “Opus Dei”.
Ha pasado medio siglo desde que la « obra de Dios » se estableció en Chile y es difícil cuantificar con exactitud lo que representa el « Opus Dei » en el país, por la sencilla razón de que esa información no se hace pública. Se cultiva el secreto hasta el extremo. Sin embargo ha habido diversos ecos en la prensa y a través de personas cercanas al « Opus Dei » se puede establecer el organigrama de la prelagtura : el consiliario para Chile es el padre Alejandro González Gatica ; secundado por el comité asesor compuesto por los padres Sergio Boetsh, Pablo Joannon y José Miguel Ibañez Langlois, los laicos Francisco Silva, Pablo Elton, Guillermo Monckeberg, Ignacio Morandé, Manuel Vial y José Gabriel Joannon. La oficina de información la dirigía hasta hace poco el abogado José Antonio Guzmán. Se estima que son 3 000 les militantes actvos, 35 los curas y unos 25.000 simpatizantes en todo el país.  
Son proprietarios de los Colegios Huelén, Tabancura, Los Andes, Cordillera, Los Alerces, coordinados por el Seduc ; jardín de infancia Cantagallo ; de la residencia universitaria masculina Araucaria ; las policlínicas de Cerro Navia, Tabancura y El Salto ; del centro cultural Los Aromos ; de los centros de formación para mujeres Centrum y Fontanar ; del centro Las Creches y de la escuela agrícola Las Garzas. Además dirigen los colegios San Rafael, Nuestra Señora de Loreto y la escuela de secretarias e intérpretes  (ESI). El « Opus Dei » tiene una gran influencia entre algunos oficiales de alto rango de las fuerzas armadas. En el ejército de tierra figuran los ex generales  Videla y Ballerino. Su presenia es significativa en la marina, con varios almirantes, sobre todo ex comandantes en jefe, el almirante  Jorge Martinez Bush y el almirante Jorge Arancibia Reyes.
El « Opus Dei » da mucha importancia a los medios de comunicación social. Por eso ha hecho un gran trabajo de penetración y/o presencia en Canal 13 y Canal 9 Megavision ; en las radios Minería, Agricultura y Portales ; en los periódicos El Mercurio y La Segunda ; en las revistas Cosas y Que pasa ; en las editoriales Proa S.A. y Antártica.
Pero es sobre todo en el sector de las empresas donde se resgistra el mayor número de simpatizantes y colaboradores del “Opus  Dei” en Chile. Algunos nombres clave son: Bruno Philippi Irarrazaval, Eleodoro Matte, Ernesto Ayala, Fernando Agüero, Fernando Léniz, Ricardo Claro, Carlos Cáceres, José Antonio Guzmán, Pedro Ibañez, Eduardo Arriagada, Guillermo Elton.
En los grandes grupos económicos se sitúa el verdadero poder político y económico de Chile. No afirmamos que la “obra de Dios” sea propietaria de esos grandes centros de riqueza, pero damos la prueba de que ciertos directores están en conexión directa o indirecta con miembros activos del “Opus Dei”. Ocurre en los grupos: MATTE (celulosa, agentes de bolsa, immobiliaria, madera, minas, productos de higiene y papel, etc.), CLARO (metales, vidrios, Sudamericana de vapores, viñas y cadena de televisión Megavision), ENDESA (empresa de electricidad y servicios), CRUZAT (seguros, conservas, sector forestal, inversiones immobiliarias) y ENERSIS (ingeniería e immobiliaria, distribuidores de material eléctrico, etc.)
A través de esta praxis concreta e irrefutable los miembros del Opus nos parecen por citar a Yvon le Vaillant, como “indefectiblemente obedientes a sus superiores, pero altivos frente a otros servidores de Dios : son eficaces, despersonalizados en extremo, intolerantes e inquisitoriales…”  [8]


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