COLAPSO
EN DICIEMBRE de 1979 con 22 años Renata llegó a Bruselas, no
hablaba bien el idioma y no tenía trabajo. Pero el afán apostólico puede con
todo, tenía ganas de servir a la
Obra lo mejor posible. Guardaba en su corazón y cabeza todos
los hechos y canciones de los primeros tiempos con gran cariño y quería imitar
a las primeras seguidoras de Chiara.
En Focolari, lo mismo que nosotros comíamos crespillos en
viernes de Dolores, ellos utilizan palabras del dialecto de Chiara y se llaman
entre sí “Pope” “popi” que significa niña y niños, y con esta práctica familiar
se quiere dar a entender que “todos son hijos
y niños de una gran familia”. Qué estragos no ha realizado la mal
entendida y desviada infancia espiritual…Enseguida le fue indicado quien de las
dos chicas que había ido a buscarla a la estación era la Capo focolar, es decir la
dire, con la que tenía que “estar unida”. La unidad, tan predicado por Escrivá
como por Chiara. Unidad absorbente y despersonalizadora.
Y con las tontás, humillando a diestro y siniestro: una vez
en misa hizo sitio para que otra se sentara a su lado, la otra no lo hizo y por
la noche le dieron la explicación de que esas familiaridades eran costumbres
italianas no belgas. Tuvo sus “horas de la verdad” y recuerda especialmente la
vez que la “capo” convocó a todas en el salón para una “hora de verdad” o sea
una corrección solo para Renata. “Súbete a la silla” se subió obedeciendo como
había que hacer, y ahora baja y vete a mirarte en el espejo lo tonta que eres”.
Unos tres meses tras su llegada le dijeron: “Acaban de
llamar de Italia, la superjefa, tienes que encontrar un trabajo, si no
encuentras trabajo hoy mismo no vuelvas porque no te abriremos la puerta esta
noche. Te tendrás que marchar de Bélgica”. Era difícil porque no sabía
flamenco, y se vió sola ante el peligro.
Se encomendó a uno de los primeros Focolares que había
muerto en un accidente de trabajo cuando ella estaba en la “deformación más
intensa”. Entró en un local a preguntar y sin saberlo estaba en una agencia que
colocan personas de interinos. La entrevistaron y le dieron un trabajo de 15 días.
Así que las responsables se dedicaban a hacer sufrir “activamente”,
Renata se lo guardaba todo para sí. Su madre la visitó en 1981 y notó algo, quizás miedo en su hija. Pero
Renata guardaba las apariencias y no se quejaba, estaba en el mejor de los
mundos posibles. La Capo
de aquella época les decía que no tenían que razonar, solo obedecer, que tenían
que “cortarse la cabeza”, una verdadera capo. No había lugar para recuerdos,
para el pasado, para contar experiencias apostólicas vividas en Italia, todo
eso habría sido faltar al orden. Y la joven focalarina se lo guardaba intentado
plegarse a la Capo
que tenia muchas teorías y el látigo siempre dispuesto para infligir padecimientos
a las “simples focolares”.
El apostolado era de color naranja, y con sus fichas las
focolares iban de dos en dos a visitar a las personas de las que tenían datos y
no estaban ya en contacto, había que hacer “labor de recuperación”, domingo a
domingo, como los Jehovás de casa en casa. Para aumentar las estadísticas. El
fichero naranja tenía dos apartados: los “vivos” que retomaban lazos con el
movimiento, y el “manto de María” los que no querían saber nada, a los que por
supuesto no se renunciaba sino que se ponían bajo la protección de María para
el futuro seguir dando la matraca.
Cada día tenían que rellenar un formulario de cada color según
aspectos de la vida del focolar: rojo para la economía, amarillo para la vida
de oración, verde para salud, azul para armonía en el vestido y en la casa,
indigo para estudio, violeta medios de comunicación. Recuerda un poco a la
escuela de niños pequeños.
Hacían listas según los intereses de las personas a las que
querían meter en la red: política, medicina, enseñanza, ecología…)
Entre 1980 y 82 Renata iba sábados y domingos con sus
diapositivas y sus lápices de colores a entretener chiquillos, futuros
adherentes, ella misma sacaba punta a los colores antes, y esto le valió una
regañina de la capo: estaba divirtiéndose y perdiendo el tiempo. La hizo llorar
pero siguió con el trabajo de sacapuntas. Cuantas humillaciones de la envidiosa
de turno no nos hemos tragado…Así que la vida de familia prometida era inexistente,
reproches continuos más bien, falta de confianza, malas caras.
En el 81 fue contratada en instituciones europeas, al poco
tiempo tenía un contrato indefinido y por esa parte estaba contenta.
Pero en el focolar seguían las exigencias: por ejemplo
limpiar lo limpio, le dieron como encargo los ventanales del piso que al
parecer eran inmensos. Su oficina estaba a un cuarto de hora y en el tiempo de
la comida se dedicaba al encargo de limpiar los ventanales a veces quedándose
sin almorzar. Había que obedecer, absurdamente, la voluntad de Dios expresada
por la superiora. El programa de limpieza de cada día se lo escribieron en una
ficha.
El día empezaba a las 6.30, a las 7.45 se recogían un poco
en una iglesia ante el sagrario y a las 7.50 la misa. Trabajo de 8.30 hasta
mediodía, trabajo otra vez de 14
a 17.30, cosas variadas que hacer antes de cenar a las
18.30. De vez en cuando iban a cenar con gentes con las que hacían apostolado,
escuchaban y daban consejos…pero a las 22 había que estar en casa.
El estrés de vida le costó 10 kg a Renata pero la Capo exigente lo anotó como
un punto positivo.
En enero de 1982 Renata que se sentía morir por las
exigencias, la falta de cariño, los malos tratos, el exceso de trabajo y que
callaba y todo lo encauzaba a morir con jesús en la cruz, estaba dispuesta a
morir realmente, tuvo un ataque de pánico cuando la gran jefa de la zona la
llamó. Mil y una posibilidades de reproches, riñas, a saber qué pasaron por su
cabeza. Salió del despacho despavorida. La frenaron, la llevaron a la cama y le pusieron una inyección que la durmió.
Años más tarde le dijeron “te creías la virgen que iba a dar
a luz a Jesús”, recogiendo un texto de Chiara. ¿Un arrebato místico o más bien
un arrebato de colapso traumatíco?
A las 10 h de la mañana siguiente la querían despertar a
base de café, se habían pasado en la dosis. Ya habían decidido llevarla de
vuelta a Italia, como no pueden ir a misa, la super jefa coge una forma
consagrada del sagrario la parte en 3, y ya han comulgado, además de estar las
3 unidas. La capilla en el piso era diminuta, un armario prácticamente 1m/1m
¿tendrían aprobación de las autoridades eclesiásticas?
En el aeropuerto fueron al bar, otro hecho increíble en
focolares, a por más café. En Milán unas señoras amigas les prestaron un piso,
la acostaron en una habitación ¿qué le habían inyectado? Y en la de al lado las
jefas se entrevistaban con la madre que había venido a recogerla. La preparaban
antes de que viera a la hija.
La manipulación que no falte.
Ya habían pedido cita con un médico amigo, había sido grave
el colapso.
Entró en la consulta escoltada por sus dos guardianas y lo
que recuerda de ella son unas preguntas del médico que contestaron las otras. Los
padres esperaban en una salita. Le preguntaron si prefería irse con sus padres
o volver al Focolar. De todas formas la decisión no la tomó ella, no estaba en
condiciones.
Después de este hecho le pusieron la etiqueta de “enferma”
de por vida. Más tarde sabrá que la calificaron de “loca” y que incluso el médico
italiano habló de internarla en un hospital psiquiátrico cosa a la que la madre
se negó.
Con el tiempo sabrá los celos y miedos que por su
comportamiento al pie de la letra despertaba en las “Capos”, como si quisiera
quitarles el puesto. Temían que hablara mal de ellas al centro de los
Focolares.
La aniquilación del yo, el sólo pensar en lo que mandan los
jefes conduce a las personas a la locura. Es inhumano.
El profesor de teología Jean Marie Hennaux leyó los textos
de Chiara Lubich de 1950 que comienzan diciendo: “Cada alma de los focolares
tiene que ser una expresión de mí y nada más. Mi palabra contiene toda la de
los focolares. Los sintetizo a todos. Cuando aparezco así tienen que dejarse generar
por mí, comulgar conmigo. Yo también como Jesús les tengo que decir: quien come
mi carne… para vivir la Vida
que Dios les ha dado tienen que nutrise del Dios que vive en mi alma. Su
actitud ante mí tiene que ser una nada de amor que se llama mi amo.”
Y concluyó que Chiara se ponía en el lugar de Cristo.
No me extraña son palabras de un gurú new age en versión católica.
Si canonizan esto canonizan cualquier cosa. Vaya papeleta. Y
tienen textos donde mirar porque todo lo grababan y todo lo escribía.Qué tonterías digo, han canonizado la mafia y esto es sectario pero no mafioso, (el pulpo que extiende y mete el brazo hasta en los lugares más insospechados, a eso me refiero con mafioso, además de amargar la vida años y años después)
Comentarios
No habrá "restitutio in integrum" de la víctima hasta que esta devuelva el golpe, con la misma intensidad. "Ojo por ojo, diente por diente", "el que la hace, la paga".
imagino que está satisfecho si le han
dado un dinerito,
aunque es imposible
que feliz, nos ha fallado, después de aparecer
como ex numerario cura que hablaba bien clarito
de los abusos en la dirección espiritual, una
decepción más. Al final yo y mi gato....
No hay tiempo de seguirle la pista a todos
los que se han quedado en el camino en este tema.
si sigues OL desde el principio te darás
cuenta de que también es larga la lista de desaparecidos
que querían cambiar el mundo y se enzarzaban
en trifulcas como si les fuera la vida en ello.
¿Todos muertos? eso parece.