CALIDAD DE LA ENSEÑANZA

Hoy en el claustro nos han metido un rollo fenomenal que supongo he sido la única en escuchar detenidamente por ser la principal implicada.

Hacía un calor agobiante pero  tenemos la sana tradición de dejar la sala de profes con su estupenda máquina de aire puesta para ir a pasar calorcico sentados en la dura silla de alumno en el aula de al lado. Disposiciones de la superioridad. Ni siquiera sus más allegados son capaces de decirle  aunque sea medio en broma, “mira chico si quieres asfixiarte quédate aquí y haces el claustro por video conferencia que nosotros nos vamos a la sala”. Es un pequeño detalle que cuento para que se vea el nivel de participación y opinión, libertad y expresión y espíritu crítico del profesorado en nuestro centro. Ni tan siquiera son capaces de eso. El año pasado aproveché una de mis únicas intervenciones en un claustro,( no tiene sentido hablar, todo se lo toma a mal si no lo ha cogitado él), en estos casi 20 años que llevo para hacer notar que estábamos asfixiándonos. Hice historia, ¡qué capacidad de protesta la mía! ¿a quién se le ocurre poner en duda la temperatura y el lugar del claustro? ¡seré rebelde!

Por cierto, aprovecho para recordar que el principal mensaje de mi interve

nción en junio de 2016 no era el calor que hacía: transmití al claustro que me habían dicho los alumnos que el sr. director se pasaba por las clases diciendo que no se preocuparan por el suspenso en filosofia que ya se lo aprobarían en Delegación.

Total que a partir de ahí no sólo el pulpo es animal de compañía también lo es el calamar y hasta el congrio si me apuran.

 

Nos han explicado que hay una profe, a saber, la de filo, quien sino, que es una irresponsable, una dejada y poco menos que una delincuente porque no enseña los exámenes de septiembre a los alumnos ni está en el centro cuando tiene que estar para atender las posibles reclamaciones de la nota.

De paso diré que los alumnos saben que cuando hacemos un examen pongamos a las 9 a.m si es posible lo corrijo en los huecos o guardias, y si puedo al llegar a casa después de comer me pongo con el boli rojo. De manera que los chicos no me preguntan ¿para cuándo estarán? Sino ¿sobre qué hora estará esta tarde la nota? Y ya según mi prevista jornada les digo “7, 8 o medianoche o hoy no va a poder ser”. Las notas de los controles las pueden ver en Internet tanto padres como alumnos. Y por supuesto en cuanto está corregido los alumnos pasan de uno en uno por el departamento para ver y comentar la puntuación recibida. El sr director que domina el tema conoce esta realidad y hace falta ser como no quiero decir para poder soltar por su boca las maravillas que hoy ha soltado. Si quiere  pillarme en un renuncio tiene que dedicarle tiempo al acecho, como el cazador, a ver si te pongo la zancadilla y tropiezas. Llevamos en este régimen de puteamiento casi dos décadas.

Pero lo de este septiembre ha sido el acabose.

Vino a verme un padre con su hija, les enseñé el examen de septiembre. La chica estaba de acuerdo en que estaba suspenso. Evidente, de 30 preguntas me había contestado bien 6, sólo se sabía medio trimestre. Le dije al padre que yo había dado clase hasta mayo y su hija se había quedado en diciembre. El sr. venía con ínfulas: que si era investigador y profesor, que si sabía más filosofía que yo ¿qué tendrá que ver? Me dio una pequeña lección sobre Aristóteles.

“Si sr sabe Vd mucho, pero yo soy la que se tira todo el curso bregando, dando clase, poniendo y corrigiendo exámenes, aguantando las impertinencias que haya que aguantar y sufriendo porque eran casi 40 en clase y algunos estorbaban.”

Obsequio de los alumnos en junio, con frase de Hannah Arendt incluida

Entonces la chica se ve que le tiene cogido el tranquillo, inició una rabieta. El padre me dijo que no pasaba nada si yo le daba el 5, nadie se iba a enterar y así se iban con su título de bachiller en la mano. Ellos no lo iban a radiar.

Esto es una estupidez y es tomarme por medio subnormal, porque estas cosas se saben al minuto, “fue el padre armó la de Dios y le aprobaron”. Y la gente humilde y honrada que ha estudiado con un palmo de narices porque su padre no es investigador y sigue teniendo algo de vergüenza

Yo viendo visiones. ¿Qué se cree la gente que es un instituto? Claro que en mi caso con el directivo que me quiere a rabiar hay padres aleccionados: “a esta me la como en un pispás y encima el dire me da la razón”. Más tarde vino la madre y me habló de una serie de dolencias que no detallaré. Como decía cierta nume “un cuadro de dolor”. Les dije que me dejaran pensarlo. Porque aquello era un atraco a mano armada y a mí los atracos no me van.

Me tomé el fin de semana para pensarlo, le dí vueltas, muchas vueltas. No estaba tranquila, deliberé, muchísimo, sopesé, comparé con el resto de alumnos suspensos, y en cierto momento decidí que no me parecía justo que por una serie de motivos yo tuviera que aprobar a una alumna cuyo suspenso era muy claro, que estaba de acuerdo con él. Pero los padres habían venido con la vara de mando.

No se me ocurre ir a ningún profesional, una médico digamos, a decirle mi diagnóstico. Te empotran en la pared del edificio de enfrente como se te ocurra leerle la cartilla al médico. Pues en la enseñanza estas cosas se toleran e incluso se fomentan si se trata de mi persona.

Apañados estábamos si hiciéramos todos lo mismo, yendo por la vida aleccionando al experto.

Pude comprobar fehacientemente que al padre y a la madre les importaba un comino si su hija sabía, no sabía, estaba preparada o no lo estaba. Ellos: “quiero el aprobado y lo quiero ya.”

Soy educada y amable, pero eso no significa que se me pueda manipular.

Tras el fin de semana le dije a la madre que había pensado que lo mejor era dejar la nota como estaba por el bien de su hija y se lo expliqué, un curso relajante, iba a aprovechar y sacar la asignatura no de regalo sino por sus propias fuerzas.

La sra. me miró como quien mira un bicho que se interpone en su camino, “quita de ahí”. Sin más, sin haber visto el examen tan siquiera ni haberme pedido explicaciones me suelta: “voy a reclamar quiero una copia del examen”. Comprendí que había pasado por la casilla de salida. Le pedí que me escuchara, se lo expliqué, y hasta luego.

Salgo al pasillo y me encuentro con casi toda la directiva, el sr dire me reprende allí mismo, en vena, delante de los padres y de la alumna por la manía que tiene con dar la fotocopia del examen. En realidad la pide él para asesorar a los padres en la reclamación. Le dije que había dado las explicaciones y me iba al curso del CEP.

En el claustro quedó claro que jueves y viernes eran los días de atender padres y alumnos. El lunes todos al  CEP. Eso fue una cáscara de plátano bien puesta,  porque al parecer ahora son 3 días para reclamar. No es comportamiento decente quitarle la palabra, la honra y la vara de mando a la profesora para dársela a los padres. No se hace y punto, no se ponen trampas saduceas ni zancadillas. Y si el lunes no había que estar y de hecho nadie fue al centro también contaba para mí. Nos habían despedido hasta el claustro del jueves.

Total que me desentendí confiada de que ya no había lugar a más.A parte de que estoy hasta las narices de que  controle a los padres y a toda persona que viene a verme, tú no eres nadie para meterte y dominar mi vida como haces, siempre mirando a ver si puedes malmeter.

Llego al curso del CEP y otra persona que trabaja conmigo, me comunica que tengo que mirar Séneca que tengo un mensaje. Aluciné pensando que había sido capaz de dar curso a una reclamación fuera de plazo. Y me fui a mi casa.

Yo no vivo mirando el ordenador y si la ley general es que no hay más reunión hasta el jueves cuenta lo mismo para mí.

Hoy va y dice que lo desobedecí, que no estuve en la reunión de departamento que convocó para el martes, y que las otras profesoras como yo no estaba, lo normal en estos casos, sin mí y sin exámenes que revisar, dieron el 5. Lo normal en estos casos es quitarse de en medio y no hacer marranadas.

Además de que, para más INRI las otras son de ciencias sociales y yo de filosofía. Pero es que me quitaron el departamento de filosofía hace cuatro años precisamente para estas eventualidades, de que así otros cambian mis notas. Es lo práctico, si estoy sola  domino la situación, pero con alguien al lado ya es diferente.

No quiero ni pensar lo que haría él si le cambiaran las notas de esta marrana manera.

Me parece de una bajeza, miserable, poca madre, como dicen en Méjico y que no se puede ser más rastrero. Es lo último de lo último dar lugar a esto.

Ya  que estaban metiendo las narices en ajenos terrenos y aprovechando la “oca” aprobaron la filosofía de primero de bachiller a otro alumno que el dire dijo que había reclamado, me cuesta creerlo.

Este chico me vió toda la mañana del jueves sentada en el vestíbulo de entrada no fue capaz de pedirme ver el examen ¿y va el lunes y reclama? ¿no será que el dire levantó el teléfono para armar bulla? El chaval como todos los demás tuvo jueves y viernes para pedir explicaciones, estuve como todo el profesorado, disponible jueves y viernes.

Todo trampas, dire, todo trampas.

Me he tirado la vida entre libros, hasta hace poco he seguido estudiando y me han suspendido,  siendo la cacho empollona que soy. En mi vida se me ha ocurrido enmendarle la plana a un profesor, ni en sueños, por muy injusto que me parezca el suspenso el profe es la autoridad. Si me suspenden estudio más, le dedico más hasta que lo saco. Es lo suyo, especialmente en el caso de jóvenes en proceso de formación de su personalidad.

Tras vivir  estas barbaridades tendré que escuchar rollazos sobre la calidad de la enseñanza o los stándares o las competencias, ¿competencias, stándares, calidad de la enseñanza en este plan? Nos vamos al garete chicos, agujereando nuestro propio barco. Por no recordar la lata que me dio durante años con los malditos criterios de evaluación, ¿criterios de evaluación? Poner la nota que quieras tú. Ese es el único y el principal.

Vaya carrerón que llevas, estarás satisfecho de ti por hacer esta labor de zapa a una compañera que se merece un respeto como cualquier otra. Y encima la mala fama que procuras darme cuando coges el micro en “tu” claustro, porque allí no te llevan la contraria en nada y para nada, que se atreva alguien, te pones hecho una furia y te salen abogados defensores por las esquinas. No es ni medio normal, todos también los directores, a veces la llevamos a veces no. Es condición humana, y lo que allí se da por hecho, no discutir ni el asunto del aire acondicionado, es malsano. Os pasáis de sumisión queridos compis, os pasáis varios pueblos.

A veces pienso viendo estas actitudes y este poco respeto hacia el trabajo de todo un año, el esfuerzo por los alumnos, allí al pie del cañón desde las 8 am, sólo me falta litera y ducha, que hay gentes a las que les tocaron sus títulos en la lotería, o se lo encontraron por la calle.

Otras veces pienso que para poner las notas que dicen los demás en vez de las que yo decido y estar de “si bwuana”, no merece la pena ir a la universidad y sacarse unas “opos”. De verdad, mejor te quedas limpiando portales, más relajado y barato para los padres.

Así que a seguir peleando por la calidad de la enseñanza, por los criterios de evaluación y esas cosas, ya llega el jefe y hace y mueve y pone lo que él quiere. Y todo tu trabajo y tu opinión a la p. mierda. Porque más de uno de estos seguro que vota al PP, lo digo por lo de la mejora de la calidad de la enseñanza.

Pero bueno, lo güay es que no te han hecho ni caso, todos pendientes de su horario y de irse a la comida, y esto se lo van a leer de cabo a rabo.

Da para amenas tertulias y debates

Me dejo cosillas en el tintero por no alargar ni seguir dejando mal a la gente. Así ya está el retrato suficientemente realizado.