DOCUMENTAL PREMIADO SAN FERMIN 78





Documental sobre los sucesos del 8 de julio de 1978 de los que ya hablé. No aclara nada.Salen los mismos y alguno más. Las declaraciones que más me han gustado son las de Patxi Urrutia, Liga comunista revolucionaria (1:03:40) "se habían cambiado las formas pero no se había cambiado la realidad del sistema que habíamos estado padeciendo durante los últimos 40 años"....que además tiene un bonito paisaje detrás. El resto unos cobardes y unos mentirosos del patín de la baraja. ¿Se dice así? ....nadie es responsable, las balas se disparan solas y aquí nunca pasa nada.
Los pocos entrevistados del pueblo en el límite de lo normal: lo importante es "que siga la fiesta y a pasarlo bien".


 Las trayectorias posteriores de los entrevistados son significativas. Particularmente del Burgo, no será Opus específicamente hablando, pero  me recuerda a ellos como una gota de agua recuerda a otra. La pose, el tono, la disposición de su persona y el aire de superioridad. "Llamé al gobernador para decirle que recogiera a la policía. Y al poco así ocurrió, lo vimos desde la ventana." Aunque se lo haya inventado,  esa frase vale un imperio y lo dice todo.
Un episodio más de la transición sangrienta e impune.
Me acaba de rematar que la izquierda en Navarra no tiene mejor proyecto que el separatismo. Eso no es izquierda, la izquierda cuando ha existido busca la unión, porque para los que no tienen poder, la unión de los muchos es su única fuerza. En Navarra la izquierda se dedica a fomentar el troceamiento y las diferenciaciones....cuando no a apoyar el bombazo, cuánta insensatez.

He encontrado una hoja de comentarios al vídeo. El comentario que más me ha gustado es de Miguel Sánchez Ostiz. De paso me entero de que en aquellos años de la transi ejerció de abogado. Tira con bala, tras cada una de sus frases críticas se averigüa sin dificultad contra cuál de los personajes que salen en el vídeo está apuntando, no los nombra, pero ganas tengo de poner aquí el "diccionario"

"abogados marrones, de toda confianza, que gastan vitola de preocupaos y son unos vendidos"...Ruiz de Erenchun
Los ministros con manos al pil pil.....Martín Villa
Comisario charlatán..................Avila
Políticos chaqueteros................¿todos los que salen en el vídeo?

A veinticinco años vista
Miguel Sánchez-Ostiz [2005-11-29 20:48:12]
Los sanfermines de 1978 pasan ya a la historia cuando se cumplen los veinticinco años de aquella infamia urdida a todas luces desde las cloacas del gobierno. No se procesó a nadie. No fueron suficientes los documentos gráficos, ni los racimos de testigos. No bastaron unas pruebas tan delirantes como contundentes, es decir, las grabaciones de las conversaciones de los policías que intervinieron en la creación de los desórdenes; unas conversaciones canallescas, criminales, de intención claramente criminal.
Nada bastó. El comisario charlatán, los jefes directos de aquella horda, el gobernador civil, el o los ministros del ramo (con sus manos al pil-pil)... todos salieron de rositas. ¿Se les tomó declaración? Era más fácil de lo que se dijo identificar a quien ordenaba tirar a matar, muy fácil en realidad, salvo que se fuera un profesional de la mala intención o de la trampa entogada que venía a ser lo mismo.
Eran las rebabas del franquismo y la Policía era intocable, su palabra era ley, como en el famoso corrido, por no hablar de una magistratura que había medrado a los pechos de la dictadura nacional-sindicalista y demás casposas mandangas, en su más directo apoyo. En eso consistió la famosa Transición, la que solo sirvió para que a su amparo medrara la clase política del nuevo régimen: el de la Ventaja. Quienes ejercimos la abogacía en aquella época, y tenemos memoria, sabemos de qué hablamos y con qué gente nos tocó lidiar, que no tratar. Tengo para mí que nunca, jamás, hubo una intención seria de investigar acerca de quiénes fueron los responsables de aquella infamia y de exigir con firmeza responsabilidades penales y civiles. Estaría bien que se publicara lo más granado del sumario para que el curioso lector pudiera comprobar por si mismo qué hubo o mejor, qué no hubo. Se estilaba mucho en aquella época el mucho ruido y las pocas nueces. Y si no que se lo pregunten a los carlistas de Montejurra o a los vitorianos del 3 de Mayo o a los deudos de los muertos en extrañas circunstancias de la transición entera o a la familia de Santiago Brouard, ahora mismo, después de la última burla que han padecido: un testigo cobra un pastón de Interior y no acude al juicio. ¡Idioro! ¿Pero quién controla a esta gentuza?
Resultó inútil exigir justicia entonces y poco menos que grotesco hacerlo ahora cuando aquellos episodios siniestros suscitan un desdén informativo que habla a las claras de por donde van los tiros de la opinión pública española y neodemókrata. Las irregularidades eran la ley y había que andarse con pies de plomo para no molestar a los amos del momento. No convenía que te pusieran mala cara. Sólo queda el escribirlo de la manera más clara posible, más directa, y aun así, porque me gustaría saber dónde están los lectores de aquellos episodios nacionales en los que no hay juez ni fiscal estrella que meta el morro.
Yo no veo en estos casos las autorizadas firmas de los escritores auténticos, a los orgánicos me refiero. De hecho no veo nada, al margen de las voces militantes. Indiferencia, marginalidad, desdén, complicidad satisfecha con lo sucedido, pruebas contundentes de que se diga lo que se diga vivimos alentados por los trabajos del odio y del desprecio. Son cosas que pasaron. Sin más. “Algo habrían hecho”, “A fin de cuentas era un rojo”, dirán los más canallas, los que nunca faltan a la cita de la infamia, de la complicidad con el crimen de estado, en su apoyo, a su voz. Es contra esa gente contra la que hay que escribir la historia, la pequeña historia, la que es combativa a la fuerza porque no queda otro remedio. Hacia 1985 le escuché decir a un poetaciruelo que los incidentes de la plaza de toros de Pamplona los había organizado el Partido Comunista para crear confusión y clima propicio a la pugna, a la cuartelada, a la sublevación, y para provocar la intervención desmedida de la policía. Así las cosas los disparos los hicieron los militantes del PC disfrazados de mozopeñas, no la policía. Y el jambo lo decía con la convicción de quien había estado en el ajo, de quien estaba bien informado. También dijo que a España le hacía falta un nuevo José Antonio Primo de Rivera a lo que yo le repliqué: “Sí, y tú su Sánchez Mazas, ¿no?”.
Se sintió halagado. Así andaban las cosas al poco de suceder el asesinato de Germán Rodríguez. Había sido de izquierdas el pavo (como otros muchos que ahora pitan y repitan y vuelven a pitar), aunque quien le conoció en sus tiempos de estudiante sin estudios, sabe que era confidente de la policía. Había mucho confidente de la policía en aquella época siniestra, mucho, más de lo que podemos imaginar. La muerte criminal de Germán Rodríguez, ocurrida hacía entonces siete años, era ya pasto de la mentira, de la calumnia, urdida desde el gobierno de la UCD, que era desde donde se orquestaron todos aquellos atropellos, la propaganda negra, los trabajos sucios. Y es que el neofascismo bajo celofán, el esteticismo acrítico, la connivencia con el gansterismo franquista, cuando no la pura y simple complicidad, la mentira interesada ha sido una seña de identidad de la España democrática. Entre poetas andaba el juego entonces, es decir, entre profesionales de la calumnia, la que hasta se festeja desde ciertos puestos de gobierno y aledaños de la Comunidad Foral.
El votante de la derechona (eterno él, eterna ella) prefiere ver indescifrables manos negras detrás de los incidentes oscuros, birlibirloques, culpa de la víctima por serlo, antes que señalar con el dedo al gobernador civil de turno, al poder político, a las fuerzas del orden que a menudo lo son del desorden más absoluto, a la magistratura claramente franquista de la época, a los políticos chaqueteros y hasta a los abogados marrones, de toda confianza, que gastan vitola de preocupaos y son unos vendidos, los eternos vendidos al poder de turno, los que viven de sus rebabas. Cualquier cosa con tal de no abrir la boca más que para vocear las consignas de los amos. De aquellos días de las fiestas de San Fermín solo se acuerdan los que las padecieron y tal vez, tal vez quienes urdieron aquella infamia desde sus despachazos madrileños, al tiempo que se fuman un buen puro. Y así vamos tirando.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
más sobre el tema de la época franquista: los "preventorios"
http://www.eldiario.es/sociedad/residencia-Guardia-Civil-subvencionada-Madrid_0_529147706.html
Ana A ha dicho que…
Gracias por el link, A partir del min 18:00 en los internados del miedo
https://www.youtube.com/watch?v=wtZ4u8EmJzA
se habla de estos preventorios.
Dolores Zamorano de la que se habla en el artículo y que da testimonio de abuso
por parte de cura sale en el vídeo, min 19:27 y cuenta el abuso.
Ese artículo prueba del PP heredero directo del franquismo
defiende "la honorabilidad de muchas familias" lesionada por estos testimonios.
Me alegro de que en Argentina se haga algo en los tribunales, por lo menos
intentarlo

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