LECCIÓN AUSTRALIANA

El tema de la semana trae cola, se descubre la importancia de la separación Iglesia Estado, precisamente para poder sacar a la luz las víctimas del poder eclesial en este caso. En otros son las víctimas del poder estatal las que han necesitado una Iglesia separada del poder.

Gran descubrimiento de la humanidad que aquí no nos ha llegado, el poder ha de separarse para no abusar. Empezando por distinguirse poder religioso de poder civil. El opusino poder que todo lo pringa es una complicación más que hoy dejo de lado.

Por cierto que afán con el 19 de marzo: cualquier día del año es bueno para largarse. ¿Qué contrato es ese en el que una de las dos partes ha firmado cheques en blanco literalmente y la otra ni un mísero papel de compromiso de nada, todo oral? no es un contrato es un camelo. No hay derechos ni deberes. Sólo el derecho de no tener ya nunca ningún derecho, diabólica frase por no decir más.

Siguiendo con el tema separación del poder, obsérvese y valórese convenientemente lo sucedido en Australia, la tierra de los canguros y desde hoy la de los cardenales que podrían ir a la cárcel.

Lo que está mal en la Iglesia

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George Pell tenía que gestionar los abundantes y numerosos casos de abusos en la Iglesia australiana, y ahora el cardenal de la curia romana queda como el criminal más destacado de lo mismo. Su caso muestra ejemplarmente que el arreglo y aclaración de la pederastia no puede venir de la sola Iglesia, sólo del Estado y la Justicia. 

Con grandes titulares el  Daily Telegraph de Sydney anuncia: "Es la historia más importante de la Nación". En realidad, lo que durante mucho tiempo los medios australianos tenían prohibido difundir, es un acontecimiento importante no sólo para los aussies, también para muchos más fuera de las fronteras. 

El cardenal de la curia  George Pell era el hombre más importante en la Iglesia de los 5 continentes y hoy se ve declarado culpable, el clérigo más significativo de Australia. Su nombre va a quedar en el abismo de la terrible y mundial crisis de la pedofilia clerical y el encubrimiento que durante años ha practicado la iglesia católica. El caso es ejemplar: La Iglesia es incapaz de resolver esta crisis por sí sola, necesita el Estado y la justicia.  

Dos monaguillos fueron abusados por el entonces arzobispo en la sacristía de la catedral de San Patricio en Melbourne hace 22 años. Después que el juez levantara una disposición mordaza, los medios pudieron informar de que el jurado había declarado culpable a Pell. Precisamente a  George Pell. El cura fornido era precisamente el hombre que debía resolver en Australia los muchos casos de niños violados por curas la mayoría encubiertos por la jerarquía.  

Pell era de los que predicaba desde el altar la tolerancia cero contra los delincuentes sexuales.  Pell era el que predicaba esa nula tolerancia al tiempo que implementó un sistema totalmente insuficiente de indemnizaciones para las víctimas. Pero como conservador estricto luchó contra la transparencia y defendió el cerrado sistema eclesiástico. Se aseguró de que los obispos australianos permanecieran unidos a los tradicionalistas de la iglesia mundial de los que se convirtió en uno de los más influyentes portavoces.

Por ello el poderoso cardenal era durante mucho tiempo el símbolo de todo lo que falla en la Iglesia. Australia no es un país religioso, un tercio de la población se declara aconfesional. Sólo la cuarta o la quinta parte pertenece a la Iglesia católica. Es la comunidad religiosa más importante del país. Pero si y en que Dios creen los políticos no tiene influencia en Australia probablemente debido a un electorado multirreligioso.

Fue el Estado australiano quien descubrió la dimensión del abuso sexual de los curas. El parlamento estableció una comisión que investigó durante años los abusos de niños y jóvenes en instituciones civiles y eclesiásticas. Oyó a miles de víctimas y testigos, y las conclusiones finales prueba con sus miles de páginas a menudo terribles que es falso y no conduce a parte alguna pretender dejar en manos de las instituciones culpables del abuso la aclaración y motivos de los abusos. La Iglesia católica en Australia ha hecho tan poco al respecto como la Iglesia de cualquier otro sitio, se ha preocupado mucho más de sus privilegios, por ejemplo del secreto de confesión, cuyo "levantamiento" exigió la comisión parlamentaria australiana. (Qué cívica osadía...)

La aclaración total sólo puede lograrla un estado de derecho democrático y para ello nunca es tarde. Sea cual sea el resultado de la apelación de la Corona contra George Pell, será más que la historia del ascenso y caída de un cardenal australiano.