ANTIILUSTRADOS

¡Uf! respiro, el de La Rioja repite en esta legislatura.

Mira por donde ayer oyeron en el parlamento navarro a víctimas de abusos de hace más de 50 años. Oír es lo único que pueden hacer puesto que los perpetradores según se supo crían malvas. Un poco más y nos quedamos sin saber esta parte de nuestra historia de cuya ignorancia tanto me he quejado.Me fui a ver si esta vez los denunciantes y sus propósitos se asemejan a lo "típico" que hemos visto y leído por el mundo y sí, se parece bastante.

 En particular me impactó este testimonio. Fue víctima de abuso delante de los demás niños, en el propio aula del cole. Esa modalidad vamos a llamarla "foral". Lo que relata es espeluznante pero a tono con el gran poderío social de la Iglesia en las mentes, en las familias, en la educación de aquellos lares. Comunidad rebosante de vocaciones religiosas de todo tipo, récord absoluto y relativo. Monjas y frailes navarros esparcidos por el mundo entero.

Bonita misión a veces, cuando se vive con rectitud, como este testimonio que era lo que yo percibí y recuerdo de mis años infantiles. La frase final del misionero acogido por los pobladores del Amazonas es maravillosa y la pongo: No basta amar, es preciso lograr ser amado...
Las víctimas de abusos en colegios religiosos lamentan su "doble victimización"
Jesús Zudaire, José Luis Pérez, Marcos Leyún, Patxi Azpilicueta

 Insomnio, ansiedad, déficit de atención. Secuelas en los que fueron abusados, precisando atención psi durante toda la vida, hasta los 70 años. Más el no reconocimiento de la familia, no poder acusar a un cura, sacrosanta persona, incapacidad para decírselo a uno mismo, a los padres, y cargar con la pena siempre. Las secuelas de la violencia quedan de por vida, se arrastran como una cruz.


Es triste y deprimente, pero a la vez me alegro de que al menos "ajustemos los relojes" con la hora del mundo, no era normal tanto silencio y mudez, si en todos los países que han oficiado de fervientes católicos la catástrofe se ha mostrado como la que es, no podíamos ser menos. Tarde pero aflora. Y con idénticas características de ser masiva, el niño no era nadie en ciertas sociedades de nuestros padres. Y el cura, la máxima autoridad.

¿Por qué tantos católicos y evangélicos ponen su fe en Trump?

También un pecador puede ser instrumento de Dios en lucha contra el estado secular.

Sólo hubo un católico firmante de la Declaración de Independencia de 1776, Carroll of Carrollton. Y a pesar de su condición de Padre Fundador no pudo ostentar cargo público por su condición de católico hasta 1788 cuando la constitución acabó prohibiendo que a nadie se le preguntara sobre su confesión religiosa para hacerlo. Pero hubo descontentos con la decisión. Jefferson fue tachado de infiel peligroso y dijeron que si era elegido presidente la religión desaparecería en los EEUU.

Hoy también algunos han decidido poner la religión en el centro de la vida pública. Entre ellos el fiscal general William Barr, que acusa a los "secularistas de haber lanzado el asalto a la religión y a los valores tradicionales".

La libertad y la democracia angloamericanas han ido tradicionalmente asociadas al sólido individualismo protestante.   Los católicos juzgados como esclavos reaccionarios de una jerarquía eclesiástica. Los individualistas protestantes aparecen libres de pensamiento, trabajadores y entregados a sacar lo mejor de sí mismos material y espiritualmente, mientras que los católicos se muestran atrasados y con frecuencia perezosos.

La incapacidad de los católicos  para el capitalismo fue promovida a principios del siglo XIX por el famoso sociólogo alemán y protestante Max Weber.

John F. Kennedy, hasta ahora el único 
presidente estadounidense católico, tuvo que declarar claramente durante su campaña que su lealtad era a la Constitución, no al Vaticano. Los prejuicios anticatólicos también desempeñaron un papel en la hostilidad inglesa hacia la unificación europea, que a veces fue vista como un complot papista para restaurar el Sacro Imperio Romano.

Pero los tiempos han cambiado, y la opinión al respecto del Fiscal General no es la única muestra de ello.
Sólo un Juez de la Corte Suprema es protestante, Neil Goursch, fue educado como católico. Hay 3 jueces judíos y los otros  5 son católicos, algunos de ellos ligados al Opus Dei, organización secreta que floreció en la España fascista de Franco en los años 1930.


El otro cambio sucedido en la segunda mitad del siglo XX es el alineamiento político de los cristianos evangélicos con los católicos conservadores.

Durante mucho tiempo los protestantes estadounidenses fueron felices viviendo con una constitución que protegía sus vidas religiosas de la intervención estatal.  La esfera pública pertenecía a gobiernos neutrales en cosas de religión, que dejaban tranquilos a cada cual seguir su creencia.
La situación cambió con los movimientos en defensa de los derechos civiles en la década de 1960, que alarmó a muchos cristianos blancos sobre todo en el sur del país. Hoy, los evangélicos y los católicos conservadores forman parte de los partidarios más fervientes del presidente Donald Trump. Todos coinciden en creer que la familia y la fe están bajo el asedio de liberales y secularistas.

Un pecador puede ser el instrumento de Dios.

Para ambos evangélicos y católicos a machamartillo es irrelevante que Trump no sea precisamente un devoto y que su vida privada esté lejos del modelo de la moral cristiana tradicional.

Figuras como el Secretario de Energía Rick Perry creen que Trump es "el elegido por Dios". El Secretario de Estado Mike Pompeo sugirió no hace mucho que Trump había sido "elevado" para salvar a Israel. "Como cristiano, creo ciertamente que es posible".

Llamarlo hipocresía es perderse lo esencial. La reverencia que estas personas tienen por Trump  no exige moralidad irreprochable al líder. También un pecador puede ser un instrumento de Dios.

Está mal visto  señalar los antecedentes religiosos de las figuras públicas en Estados Unidos, sería visto como tendencioso.

Sin embargo, es importante conocer la historia de ciertos tipos de creencias para comprender esta época extraordinaria en la que un presidente pecador se ve rodeado de creyentes  convencidos de que Dios lo puso en la Casa Blanca para salvar a Israel y redimir a una América perversamente secular.

Obviamente, no todos los católicos son reaccionarios.

El Papa Francisco no lo es, razón por la cual a los católicos como Steve Bannon, referencia ideológica de Trump, no les gusta. La teología de la liberación, popular en América del Sur en las décadas de 1960 y 1970, fue un movimiento católico de izquierda. Y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, una de las principales opositoras políticas de Trump, es tan católica como Barr.


Pensamiento antiilustrado

Pero existe una tendencia católica arraigada en Europa, que nunca se reconcilió con la Revolución Francesa, ya que la Revolución atacó el poder temporal de la Iglesia y derrocó el derecho divino de los reyes que eran las bases de la monarquía absoluta.

Uno de los pensadores reaccionarios más inteligentes e influyentes, Joseph de Maistre, creía que sin la autoridad sagrada de la monarquía y la iglesia, la sociedad se hundiría en el caos de la inmoralidad.

Esta línea de pensamiento antiilustrado ha seguido viva.

En Francia, alimentó movimientos nacionalistas de derecha, como la Acción Francesa antiliberal, antisemita y antisecular.

Pero los conservadores católicos no fueron los únicos cristianos que se opusieron al legado de la Revolución Francesa. También en Holanda los hubo y hasta que se fusionaron con otras denominaciones en un Partido Demócrata Cristiano, el principal partido calvinista en los Países Bajos se llamaba el Partido Anti-Revolucionario.

El intento de los conservadores católicos contemporáneos y los protestantes
evangélicos de influir en la política con sus creencias religiosas obviamente va en contra de las ideas de la Revolución Francesa, que quiso liberarse  de la religión, pero también de la Revolución Americana, que estableció la libertad de religión. Ambos grupos apuntaban a las barreras cuidadosamente erigidas entre la Iglesia y el Estado.

Esta deriva no sólo es peligrosa por fomentar la intolerancia, también porque supone un desafío a lo De Maistre, de que el argumentario político debe basarse en la razón humana.

Una vez que los conflictos políticos se convierten en enfrentamientos de fe, no hay transacción posible. Un creyente no puede negociar sus principios sagrados.

Para los que ven a Trump como instrumento de Dios, no importa las razonables acusaciones de malversación que le dirigen sus oponentes. Deben defenderlo. Llamar  irracional a su postura es una mala interpretación. No podemos discutir con Dios.

Es posible que la base de reverentes cristianos defensores de Trump no le baste para seguir en la Casa Blanca más allá de 2020.

Pero es difícil oponerse a esa fe ardiente con planes racionales para solucionar este o aquel problema. Por eso es tan inquietante escuchar a personas situadas en la cumbre del poder de los EE. UU, este gobierno habla de política en términos que son los de  la Iglesia.
Con sus palabras desafían los principios fundacionales de la República Americana, y el resultado podría ser que ganaran.


Ian Buruma
Este artículo fue publicado con permiso de Project Syndicate - America’s Sacred Politics





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