INDULGENCIAS

 Sí en efecto siempre hubo clases a la hora de los cumplimientos de las numerosas normas y criterios. Leyendo sobre Franco y sus ministros, los demás del gabinete se reían del cilicio de López Rodó. No creo que tan imponente personaje llevara ese instrumento en su vida, menos en consejo de ministros.

En 1946 iniciaron una maniobra jurídica contra el Vaticano. Movió sus peones, el primero Salvador Canals regresó a Roma tras las vacaciones de Navidad. En febrero Alvaro Portillo y José Orlandis que hablaba italiano alquilaron piso amueblado cerca de Piazza Navona, dispuestos a larga temporada. Fue el cónsul español quien medió para obtener el piso.

Llegaban a Roma con cartas de recomendación de obispos españoles, y quería un régimen jurídico universal para od, un órdago a la grande. Se trataba de pedir un régimen interdiocesano para od y de derecho pontificio, además de conseguir un reconocimiento expreso por parte del Vaticano mediante un decreto de alabanza de los méritos apostólicos de la criatura.

El founder sostenía que no bastaban las aprobaciones diocesanas, su hijo necesitaba un aprobación papal para seguir creciendo. Quería pasar del régimen jurídico diocesano al interdiocesano. 

La solicitud la firmó el mismo inventor como Presidente Gral de la sociedad sac de la sta cruz, fecahda 23-01-1946, pedía a Pío XII se dignata conceder el decreto, la apobación de las constituciones de la sociedad que había sido fundada en 1928 y aprobada como Pía Unión en 1941.

Se presentaba el founder como presidente de una sociedad sacerdotal, no mencionaba od e insistía en la fecha fundacional de 1928. La obra de Dios era la base de la sociedad sacerdotal, inseparables ambas, pero había ambiguedad enla solicitud presentada al Papa con objeto de conseguir una aprobación global para las 2 cosas. Si el Vaticano aprobaba las constituciones aprobaría 2 organizaciones, no 1 como figuraba en la solicitud. El escollo principal era la articulación entre la Pía Unión diocesana y la sociedad sacerdotal de vida en común sin votos. 

El argumentario era que se trataba de defender "el carisma fundacional", pero a los pillos hijos del founder no les iba a bastar la pillería típica porque no tenían suficientes apoyos en los pasillos de la burocracia vaticana.

Monseñor Ussía, un eclesiástico que trabajaba en la embajada española les ayudó con los primeros contactos. Portillo se vistió del uniforme de gala de Ingeniero de Caminos con penacho de plumas incluido. Presentaba el proyecto como si fuera uno de ingeniería, confiaban en que la curia no estuviera tan adelantada para averigüar. Hasta junio el Vaticano guardó silencio.

La Congregación de Religiosos respondió que las denominaciones oficiales no podian ser modificadas sin previa autorización de la propia Congregación, echando por tierra las ilusiones previas. No había salida al laberinto, escribió Portillo al founder.

Paralelamente había realizado otras peticiones para obtener como fuera el reconocimiento de los 2 inventos escrivarianos. Intentaron aprobar implícitamente el espíritu y objetivos a través de demandas anodinas de concesión de indulgencias y de escapularios. Las peticiones las hicieron por medio de la Secretaría de Estado además del conducto reglamentario, oficina de indulgencias de la Penitenciaría Apostólica, la cual tuvo que pedir complemento de información a la congregación de Religiosos sobre la denominación de la Sociedad aprobada en 1943.

Los militantes escrivarianos pedían permiso para que lo sacerdotes de la o miembros de la dicha sociedad puedieran bendecir con la señal de la cruz rosarios y crucifijos, con las indulgencias habituales, erigir el Vía Crucis en todos los oratorios, imponer a todos los socios el escapulario del Carmen, impartir la bendición apostólica con indulgencia plenaria a quienes acudieran a sus Ejercicios Espirituales, 500 días de indulgencia para quien venerase o rezase ante la cruz erigida en los oratorios de la Sociedad plenaria para los que visiten el oratorio los días de la Invención y Exaltación de la Sta Cruz además de indulgencias diversas para las horas de estudio de los miembros de la Sociedad.

Pedían indulgencia plenaria en determinadas fiestas del año, en el día de la emisión o renovación de los votos y las fiestas de los patronos de la o, recibir la absolución gral en determinadas fiestas, pedía la plenaria para el individuo que hiciera las incorporaciones, admisión,oblación, fidelidad, al igual que los religiosos en su profesión perpetua.

La Secretaria de Estado emitió el Breve Cum societatis (28.06.1946) que concedía todas las indulgencias solicitadas al híbrido denominado Sociedad sacerdotal de la santa Cruz y opus dei, y además conseguía que en ese documento se pusiera como fecha fundacional el 2 de octubre. La importancia residía en que por vez primera un organismo vaticano atribuyera la doenminación dicha al conglomerado escrivariano, denominación que iba a pregonar el founder and sons aunque jurídicamente no estuviese aclarada la situación.

En aquella apresurada aprobación de indulgencias se adivinaba la mano de mons. Tardini, encargado de Asuntos Extraordinarios en la Secretaría de Estado, pero la reserva emitida por la Congregación de Religiosos unos días después no dejaba lugar a dudas, las denominaciones oficiales no se podían cambiar sin autorización previa. La dicha Congregación de Religiosos era el organismo vaticano del que seguían dependiendo por ser una organización católica diocesana. En función de la utilidad y la necesidad así se definieron los objetivos opus en Roma. Servirse de la Iglesia más que Servir a la.

El fonder quería intervenir después del fracaso relativo. Solicitó audiencia al Papa Pío XII. Le fue fijada para 16 de julio. Antes de preparar el viaje a Roma consultó al Consejo General que le dió opinión favorable para que lo emprendiera. Como si hubiera alguna duda. Ya lo había decidido de antemano, "Dios así lo quería, lo que hay que hacer se hace."

Consultó al neuropsiquiatra Rof Carballo por una lesión neurológica que arrastraba desde la infancia. También por la diabetes que padecía, diagnosticada desde 1944 que le procava fatigas, sed, fiebre, tendencia a la obesidad. Como diabético insulinodependiente suría trastornos de la vista y se mantenía en pie gracias a inyecciones y dieta, pero la excepción de Portillo y alguno más, nadie estaba al corriente.

Antes de subirse al barco que le llevaría a Roma predicó en Barcelona en el trascurso de la misa. Manifiesta sus dudas, estaba preocupado por el fracaso de la batalla canónica y se preguntaba si Dios había podido permitir que de buena fe engañara a tantas almas...Menos mal que Dios no acostumbra a contestar y tampoco lo hizo en esta cuestión, pero la mala conciencia afloraba "¿resultará entonce que soy un trapacero?"

En la travesía del Golfo de León se desató un temporal que atribuyó al demonio que intentaba impedir el viaje. Años después los fieles hijos compraron la rueda del timón y la bitácora que señala el rumbo cuando el famoso barco JJS fue desguazado por la Transmediterránea. Hoy son reliquias en alguna vitrina de Madrid o Roma.

Llegó el 23 de junio y estuvo hasta finales de agosto. Hizo sus contactos, p. e. Tedeschini, ex nuncio en España, que luego sería cardenal protector de od y también con poderosas figuras de la curia antes de ser recibido por el Papa el 16 de julio. No obtuvo lo que quería y para no volver de vació logró una Carta de la Cong. de Religiosos de ·"alabanza del fin" de sus inventos fechada el 13 de agosto. Era un documento tipo que no se había usado desde hacía 100 años. En ella se felicitaba al Presidente y demás miembros por su apostolado y les animaba a seguir.

En lugar del decreto de alabanza había conseguido una carta de alabanza de fin, no iba más allá de la venia que se le había otorgado en 1943. No obstante existía una posibilidad de reconocimiento en una nueva normativa que se estaba estudiando en el Vaticano que con el tiempo daría lugar a la figura de los Institutos Seculares.

El regreso a Madrid fue en avión y como recuerdos del viaje se trajo un retrato dedicado del Papa y las reliquias de los niños mártires Sta Mercuriana y San Sínfero. También dijo que en Roma había perdido la inocencia, como dicen los italianos "Roma vista, fe perdida".

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