LA BÚSQUEDA DEL PADRE

 

Entrevista a Michèle-France Pesneau con motivo de la publicación de su biografía por Éditions Golias: L'Emprise. (El control, dominio, la influencia) Michèle-France Pesneau, ex carmelita, fue víctima de los dos hermanos Philippe, Marie Dominique y Thomas, tiempo de impostores. Es una de las primeras víctimas en denunciar públicamente a sus agresores. 

 

 Michèle-France, ¿qué le impulsó a escribir este libro, cuando ya había testificado en varias ocasiones sobre los abusos que sufrió por parte de dos religiosos? 

 

 "Hablar" para mí desde el principio ha sido escribir primero: escribir para encontrar las palabras. Escribir para decir lo indecible. Escribir para arreglar el caos. Escribir para objetivar, para intentar sacarme de encima todo este sufrimiento. Entro en detalles del abuso, incluso si me ha resultado doloroso, quiero crear conciencia sobre la gravedad de los hechos. Por eso escribí varios testimonios. El primero, en noviembre de 2014, estaba destinado al Coordinador Internacional de L'Arche y se utilizó como parte de la investigación sobre el P. Thomas Philippe. Un año y medio después envié mi testimonio a AVREF, que lo publicó en el otoño de 2016 bajo el seudónimo de Anne-Claire Fournier. En enero de 2019 volví a enviar un testimonio detallado a la revista Golias, que lo publicó unas semanas después. La escritura ha tenido su efecto terapéutico: al escribir mi experiencia dolorosa, me estaba alejando de ella. Durante el verano de 2016, en el contexto de la psicoterapia emprendida en noviembre de 2015, comencé a escribir, primero para mí, una historia mucho más desarrollada. Cuento mi historia desde el principio de mi vida, porque creo que lo que experimenté desde mis primeros años facilitaron que luego cayera en las garras de 2 abusadores.

 

 Poco a poco, la idea de intentar publicar esta historia comenzó a tomar forma, me animaron mi psicoterapeuta y algunos amigos cercanos. En el verano de 2018 pensé que había terminado mi "trabajo" de escritura, y unos meses después envié mi texto a una editorial bien conocida en los círculos católicos. Un año después todavía no había recibido respuesta. En marzo de 2019, el canal Arte emitió el documental “Abusos a  religiosas”, en el que intervine. Parecía estar empezando a dar frutos  al menos en algunos rincones de la iglesia ... ¿Quizás bastaba con eso?

 

 En otoño de 2019, unos amigos me regalaron el libro de Sophie Ducrey "Etouffée" "Asfixiada". En la última página  agradece entre otros a “Michèle-France”. No nos conocemos, nunca nos hemos visto ni nunca nos hemos comunicado. Su agradecimiento me llega hondo y  me hace pensar: se han publicado varios testimonios de mujeres maltratadas por religiosos o sacerdotes, y cada vez descubro que  puntos comunes a todas nosotras: cierta fragilidad, y muchas veces, en paralelo a una búsqueda espiritual, una búsqueda del padre. 

 

Los abusadores, por su parte, se benefician de un aura, de una reputación de santidad, y al mismo tiempo ocultan un ego enorme. Pero también hay, en cada una de estas historias, características específicas: cada mujer trata de sobrevivir a su modo y lucha por liberarse del dominio del abusador, es muy complicado hacerse oír y reconstruirse. Pensé que  mi testimonio podría ayudar a otras mujeres y reanudé mi proyecto de publicación. He revisado y complementado mi texto. 

 

En  agosto de 2019 tuve algunos intercambios amistosos con Xavier Léger, quien me había iluminado sobre las nociones de "secta" y "deriva sectaria". Que conste una vez más mi agradecimiento. Estas conversaciones me llevaron a reflexionar sobre los factores que habían permitido la acción de los depredadores en las dos comunidades en las que estuve. De ahí salió el capítulo final: "Dimensiones sectarias".

¿Por qué acudió a ediciones Golias? 

 

 Podría haber buscado otras editoriales, pero me faltó energía, ya soy una anciana, y sobrevivir todos los días sigue siendo dura prueba. Por eso me decidí por ediciones Golias, por una lucha común, manifestada entre otras cosas en la publicación del testimonio de mi amigo Jean de La Selle y el mío en febrero-marzo de 2019. Gracias a la revista Golias me enteré en 2013 de que habían hablado otras mujeres pertenecientes a la “familia St Jean”, que habrían sufrido abusos por parte de Marie-Dominique Philippe.

 

 Además, Christian Terras, el editor de Golias, testifica en el documental de Arte "Religiosas abusadas, el otro escándalo de la Iglesia". Luchar por lo mismo une, Golias publicó el testimonio de mi amigo Jean de La Selle en febrero-marzo de 2019. En octubre de 2019 le envié mi manuscrito y en los últimos días de diciembre me anunció la decisión de Golias de publicar. Luego llegó el primer confinamiento,  una oportunidad para que me pusiera a escribir otra vez, pude referirme  entre otras cosas a las revelaciones sobre Jean Vanier. Así es como se gestó mi libro. 

 

 ¿Cómo explicar que adultos, mujeres u hombres, se dejen arrastrar por situaciones como la que usted ha vivido?  

 

Entiendo que es difícil de entender. También fue para mí los primeros años después de mi  toma de conciencia. Es una pregunta dolorosa: ¿cómo puede uno, siendo mujer, joven ciertamente pero adulta, dejarse seducir y abusar durante tanto tiempo (unos veinte años), psicológica, espiritual, sexualmente, - por dos religiosos mucho mayores, en nombre de “el amor de Jesús”, en nombre de las “gracias místicas de Jesús y María”? ¿Cómo pude haberlo aceptado? ¿Cómo pude haberme dejado llevar tan lejos en la negación de lo que soy profundamente, en una relación tan retorcida? Me llevó muchos años desentrañar mi caos interior, darme cuenta de que estos dos hombres, estos dos sacerdotes, que se decían servidores de Cristo, estaban usurpando el lugar de Dios. Durante muchos años me quedé sola con mi angustia. ¿Dónde estaba Dios entonces? ¿Seguía presente? No lo sabía. No tenía a nadie con quien hablar, me refiero a hablar de verdad, en profundidad. 

 

 ¿Cómo definiría el control y dominio? 

 

 Las definiciones de los diccionarios se refieren a la idea de ocupar, de tomar posesión en sentido material. En sentido psicológico, moral, espiritual, es en última instancia lo mismo: tomar posesión de la personalidad de otro. Para ello, el abusador se presentará como portador de lo que corresponde a las expectativas más profundas de la persona, en este caso su deseo de descubrir a Dios, de estar unido a Dios. Procederá por seducción. Entonces se establecerá una relación de dependencia: el abusador se presenta como el único capaz de llevarte a tu meta que es la unión con Dios. Cualquier crítica al mismo es irrelevante, inconcebible. Y esa relación tiene que ser y permanecer secreta: "Si tienes alguna duda, cuéntamelo antes que nada. Todos los demás guías espirituales potenciales no están a la altura de la tarea, o incluso te llevarán por caminos extraviados. 

 

 A la larga, esta relación retorcida conlleva mucho sufrimiento, cuya fuente no puedes comprender. El depredador aprovecha la oportunidad para subyugar aún más a su víctima, privarlo de sus poderes de discernimiento o incluso obligarlo a que no los use: "Sobre todo, no  analices". 

 

 ¿Cómo caemos bajo la influencia de otra persona? 

Puede deberse a una fragilidad particular, que puede tener su origen, por ejemplo, en el sufrimiento o maltrato físico o psicológico sufrido durante la infancia. También puede ocurrir en un momento particular de mayor fragilidad, un período de duelo, fracaso, abandono ... El aura que algunas figuras manipuladoras en la Iglesia han disfrutado, y tal vez aún disfrutan, en "nuevas comunidades", por ejemplo, puede contribuir en gran medida a establecer su influencia. El hecho también es que la revelación del abuso sexual por parte del clero es bastante reciente. Se remonta a lo sumo a la década de 2010. Además, para salir del control y dominación, hay que hablar, hay que encontrar las palabras. Hay que encontrar un interlocutor válido. No cualquiera sirve.

 En mi caso tuve que enfrentarme a los muchos admiradores de mis dos abusadores. (¿Un país entero en nuestro caso?) Ha sido un camino largo y duro, un camino doloroso. Hablar implica volver a revivir toda una experiencia de abuso. Las víctimas de abuso tenemos que enfrentarnos a las reacciones de incredulidad, incomprensión del entorno en el que se produjeron estos abusos. Hablar implica cruzar el valle de la sombra de la muerte. Se reabren las viejas heridas. Pero es un camino de liberación

 ¿Quién le ayudó en este duro recorrido?

Lo digo en mi libro, primero la gracia de Dios. Dios nunca ha cesado, incluso en medio del caos, en completa confusión, de estar presente para mí, pero especialmente desde la muerte de mis abusadores. También tuve algunos amigos, pocos  pero fueron preciosos, incluidas algunas de las víctimas de Thomas Philippe. Mi psicoterapeuta me ha ayudado considerablemente a no perderme. No creo que hubiera sobrevivido sin ella. 

 

También me beneficié de la escucha amable y compasiva del investigador designado por la iglesia, un dominico. Me creyó y, a través de él la iglesia la que aceptó mi palabra. (Np podemos decir lo mismo los ex del opusd, ni remotamente se va a poner eclesiástico español alguno en frente del od acogiendo nuestro testimonio). 

 

¿Qué aconsejaría a otras personas que han sido abusadas en el entorno de la iglesia? 

 

 Les aconsejaría que hablen, pero que no hablen solos. Personalmente, tuve la suerte de dar mi primer testimonio junto con otra persona. Dos testimonios concordantes e independientes entre sí tienen necesariamente más peso que uno. Se necesita apoyo, amistoso y profesional, psicoterapia, espiritual si es posible. Tuve mucha suerte de disponer de  todo ello. Tampoco debe dudar en hablar en voz alta siempre que surja la oportunidad, si es posible en los medios de comunicación. No hemos de permitir que la Iglesia o cualquier institución religiosa pasen estas páginas sin leerlas.

 

  

Michéle Frances Pesneau en la época en la que emprendió la vida religiosa como carmelita