INDIFERENCIA CIUDADANA
De mis tiempos de adolescente recuerdo cuando los profesores de literatura e historia nos hablaban de que España sufrió cierre de fronteras a toda novedad y libro procedente del resto de Europa. Que esto había ocurrido en tiempos de Felipe II que era un rey muy religioso y muy celoso de la ortodoxia. Y el asunto duró hasta el XIX, cuando llegaron ideas nuevas, tipo el liberalismo de los doceañistas. Pero donde siempre quedó ese resto aferrado al pasado, esto ya no procede de mis profes.
El tema es que no estamos en tiempo del ordeno y mando de un rey que dispone absolutamente todo o casi en su reino e impide los contagios ideológicos. Porque como muy bien nos explicaban en od, recuerdo a MIsabel A. al respecto, en aquellos tiempos, el contagio de herejía era se consideraba como hoy el contagio del virus. Religión y política iban de la mano, y la herejía religiosa implicaba deslealtad al rey.
Estamos en 2020 y la cerrazón de España con Felipe VI y respecto al tema de moda es completa.
No veo ni una sola alusión en la medicina española a la auténtica guerra que se está librando por ahí fuera. Sumisión total de nuestros facultativos, silencio en la sala, silencio ensordecedor.
Mientras el profesor Perrone del hospital de Garches reconoce que sus jóvenes aprendices de médicos reciben amenazas por usar la cloroquina. Y al mismo servicio llegan cartas de las autoridades sanitarias recriminando que no han curado según el "método oficial". Alucinante, en lugar de correr todos al método que funciona y es barato, siguen criticando al profesor de Marsella que ha tratado a 4000 enfermos con notable éxito, si esto no es un mundo de locos ya me diréis que es.
Los medios siguen dale que te pego con los muertos y las nuevas infecciones, como si fuera el arma de destrucción masiva. Ellos, los gobiernos que se está demostrando son uns peleles son ese arma. En lugar de tranquilizar se dedican a sembrar el pánico, a asustar, a prometer multas imponiendo medidas que no se justifican desde el punto de vista sanitario de ninguna manera. Porque ni hay virus, ni es cierto que se contagie hablando a la cara de la gente, ni es cierto que las mascarillas eviten el paso de algo tan minúsculo como un virus, ni pasa nada a la gente sana y joven que no se pueda remediar si acaso se pillara que no lo vamos a pillar.
Es todo una manipulación soberana, reducirnos a la esclavitud ¿Cómo? atemorizándonos, dividiéndonos, separando a la población, sembrando el pánico en tantos que se alimentan de los medios de comunicación de masas y no buscan más ni se plantean las cosas, ni van más allá de lo que sale todo el rato en la tele. Para que nos lancemos luego en brazos de la vacuna salvadora.
Vacuna salvadora absurda e innecesaria.
A saber las porquerías que llevará, pero no tenemos más que un deseo, volver a la vida normal.
ILUSOS.
Los chalados de las vacunas quieren que los gobiernos les descarguen de toda posible responsabilidad en caso de efectos secundarios indeseados. Que los parlamentos legislen para decir que si la gente se muere por la vacuna o enferma, "ah, se siente, no somos responsables, inmunidad votada".
Y por debajo de todo el lío del falso virus, la falsa pandemia, la dictadura que ya está aquí "en nombre de la seguridad", la crisis financiera mortal. La finanza absorbe el dinero contante y sonante de la economía real y lo esconde en los paraísos fiscales como Luxemburgo. Los fondos de inversión que poseen las residencias de ancianos, mucho cuidado con los montajes financieros de esas empresas que no se sabe donde acaba el dinero y se apañan para pagar poco a sus trabajadores y que no beneficien de las ganancias de la compañía.
Lo dice un tipo que trabajó para la finanza en ese paraíso fiscal. Si quisieran lo mismo que nos han encerrado a todos en casa 3 meses y nos han inmovilizado, de un plumazo acababan con esos paraísos fiscales donde esconden la pasta. Pasta que sale en muchos casos de los impuestos. Porque las residencias EPAHD en Francia reciben ayudas estatales.
Lo cuenta este investigador independiente que ha trabajado para la finanza y para los servicios secretos franceses, Maxime Renahy.
https://youtu.be/-NN89JhzOvk
Estamos asistiendo a la depredación del mundo, tan tranquilos.
Al menos a mi alrededor no veo conciencia ninguna ni molestia por estas absurdas normas de la mascarilla, que ahoga y entristece. Que hace que la gente perdamos la sonrisa y vayamos mirando para el suelo en vez de mirarnos unos a otros.
La falta de conciencia no solo del pueblo también de grupos de ilustrados y observadores como los herederos de Trevi me tiene anonadada. La falta de reflexión y el no interés por saber qué se esconde detrás de este guiñol alucinante, en el que nos quieren hacer creer que después de un millón de años conviviendo con los virus necesitamos una mascarilla para salir a la calle para "protegernos".
Necesitamos protegernos de tanto mentiroso, aprovechado y ladrón. Ese es el virus. Que encuentra terreno abonado en nuestra indiferencia, estulticia, credulidad y egoísmo.
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