EL FOLLETO MÁS ATRACTIVO

 "Obra de Dios, parte del diablo"

Bénédicte y Patrick des Mazéry

Octubre de 2003, llegamos a un pueblo de Seine et Marne. En un pabellón de jardín bien cuidado se nos ocurre la idea de escribir un libro de investigacion. La mujer con la que nos entrevistamos tiene 31 años, la llamaremos Sylvie. Hace 2 años que está en proceso de rehacer su vida. En septiembre de 1985, con 14 años y medio entraba en la escuela de hostelería od en la region de Aisne, había visto un folleto informativo en el colegio en el que estudiaba.

¿Por qué se decidió por esta escuela? Nos dice: "escogimos el folleto más atractivo".Ni ella ni sus padres que no son catolicos supieron en ese momento que la Escuela estaba relacionada con od. Tambien lo ignoraba el colegio donde encontraron el folleto publicitario. A pesar de todo ello od se quedará con 14 años de la vida de Sylvie.

Jacqueline, la madre, recuerda con horror el fin de semana de junio de 2001 en el que recibió a su hija que regresaba a casa en un estado lamentable.

"La última vez que había venido a pasar el fin de semana daba miedo de lo delgada que estaba. Tenía la cabeza inclinada sobre el hombro y vomitaba sin parar. No podia ni escribir ni hablar. Insistí para llevarla al médico, no quería acudir, pero como madre no podia dejarla que se volviera en semejante estado".

"Pesaba 40 kg" confirma la joven "llevaba 10 años tomando neurolépticos".

Esta vez Sylvie (Catherine) no volverá al centro del od, abandona la vocación o mejor, como les gusta decir en el lenguaje interno "tirará la vocación por la ventana".

Dos años después Sylvie nos recibe en el cuidado salón de su casa, no puede contar todo pues su abogado se lo desaconseja. Pero nos dice suficiente. De vez en cuando su mirada queda fija recordando algo más doloroso. Su madre la acompaña con gestos de asentimiento. 

Conforme avanza el relato, su historia es más conmovedora. 

Sylvie, tímida adolescente de 14 años, no quería estudiar, pero le pareció una opción realizar un diploma de hostelería en Dosnon. "Quería realizar un trabajo manual y tener contacto con la gente". Aunque le costó abandonar a sus padres y su hermano para irse a vivir en internado, iba entusiasmada a prepararse para trabajar en el futuro de recepcionista o camarera en un hotel. Aquel curso 85-86 fueron 18 estudiantes en la promoción.

El primer año las cosas fueron bien. El tiempo libre era escaso, media hora a mediodia y otra media por la noche y las preceptoras o tutoras aconsejaban que ocuparan ese tiempo ensayando cantos de misa, Sylvie volvia a casa cada tres fines de semana. Aunque la escuela pregonaba que la religión era opcional, Sylvie acudia a misa los domingos y confesaba cada trimestre. No se siente alejada de los suyos que de momento no notan nada raro. La religión catolica atrae mas y mas a Sylvie y ese año recibe la confirmacion sin que sus padres se enteren.

En segundo vuelve bien dispuesta a la escuela. Pero el ambiente cambia. Ese año  y el siguiente empieza a realizar las prácticas religiosas a las que le invitan: meditación los miércoles y confesión semanal.

Su preceptora- tutora se transforma en directora de conciencia y le establece un "plan de vida" cuya austeridad no deja que desear: oración a las 6.30 a.m., rosario diario, misa cotidiana, lectura espiritual, examen de conciencia por la noche en el oratorio....retiro anual de 5 dias en silencio total.

Al final con 16 años y 6 meses pide la admisión en od como numeraria auxiliar.

"En noviembre de 1988 escribí la carta al prelado de Roma como me dijeron literalmente, pedía la admisión como n.a. Me dijeron que no se lo dijera a mis padres porque no iban a entender mi compromiso".

6 meses después le dijeron no por escrito sino de palabra que se le habia admitido. Hubo una ceremonia en el oratorio   en presencia del capellán de la escuela. "Entre la carta y esa ceremonia me dieron clases sobre normas y costumbres de od. Tenia que aprender el catecismo interno del od, pero estaba prohibido tomar apuntes, me enseñaron las mortificaciones corporales, cilicio y disciplinas".

Sylvie nos enseña estos instrumentos. El cilicio lo fabricó ella misma, con alambre de hierro, como una pulsera con puntas que se clavan en el muslo, "lo llevaba 2 horas diarias salvo los domingos y dias de fiesta".

Nos entra un escalofrío cuando nos explica ¡tiene que doler semejante chisme!

Nos responde sin pensar: "el dolor te recordaba la presencia de Dios".

En cuanto a las disciplinas: "te autoflagelabas con estas cuerdas una vez por semana, y también había que dormir en el suelo". Son revelaciones sorprendentes, pensábamos que eran costumbres desaparecidas....sobre todo porque aunque Sylive se haya hecho del od sigue siendo laica.

En 1990 hizo la oblación, incorporación por un año...un compromiso de pobreza, castidad y obediencia. Acababa de cumplir los 18. Seguía al pie de la letra las consignas de su directora: "tenía que obedecer aunque me pareciera aberrante lo que me pedía, sin hacer preguntas".

Ese año, sus padres que ven cada vez menos a su hija y se dan cuenta de que se muestra agresiva con ellos, empiezan a tener dudas. Sylvie les cuenta que se ha hecho numeraria auxiliar. La madre nos cuenta: "enseguida pensé que mi hija se había metido en una secta". Debate complicado sobre el que  habrá que hablar....

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