SOBRAMOS

 Y no saben como decirlo: primero la "plande", ahora la war, en medio el empobrecimiento y los efectos "No queridos aunque en el fondo sí", sabiamente camuflados de eso que hace que se te peguen cucharas y tenedores.

De todos los posibles tiene que ser un próximo a Francisco el que parece van a meter en la cárcel, desde aquí no sabemos si es culpable o no. Sólo sabemos que el asunto ha sido "sistémico" y que pocos pagan por sus delitos. 

Frente a los subnormales, perdón a las personas con síndrome de Down, sí, subnormales que salen en la

tele hablando de enviar armas no se donde como si fueran paquetes de pipas o de caramelos ¿pero qué nos ha pasado? ¿estamos todos tontos? ¿cómo es posible tanto egoísmo y ceguera? ¿cómo es posible que nadie de fuste contradiga el discurso oficial que pretende hacernos partícipes en un conflicto que no nos concierne? ¿cómo se puede dar credibilidad a unos politicos que tienen a su propia población en "estado de urgencia", enmascarados desde hace 2 años y con la vida rara  cuando dicen que hay que defender la democracia allá lejos? 

He encontrado discursos que tienen más sentido. 

La medicina necesaria: apagar la tele hoy más que nunca, informarse, organizarse la vida aparte. Esta gente, políticos que hablan de una guerra a la que ellos ni sus familias van a ir, y sus voceros, periodistas irresponsables de los medios de desinformación masiva, nos llevan al desastre. 

En un lío de estos, un choque de los grandes entre potencias mundiales, lo suyo sería mostrar perfil bajo y por supuesto no echar leña al fuego ni engañar a la población sobre un asunto complicado como es la politica internacional en el que no hay buenos ni malos, sino intereses imperialistas.  

Las sanciones "contra el ruso" van a recaer en los de a pie. No en ellos. Van a ser sanciones contra las poblaciones europeas, como siempre, nosotros con la luz y el combustible por las nubes y sigue, por hacerse los gallitos despreciando el gas ruso. No podemos acabar sino malamente.

Dicen los comunistas, con razón los odiaban tanto el santo y sus adláteres, que:


Si el capitalismo es visceralmente causante de la miseria, las crisis climáticas y sanitarias, casi habíamos "olvidado" que era y sin duda ¡¡¡sigue siendo  belicista!!! Hoy se lanza la ofensiva militar: hay informes de bombardeos en el Donbass, en Odessa, Kiev, Mariupol, Kharkov…


Proletario que vistes el uniforme ruso:
Durante años te han enviado por todo el mundo para proteger los intereses de “la nación rusa”. Comenzó con la "defensa de la integridad territorial de Rusia" contra los separatistas del Cáucaso Norte, continuó con la "protección de los osetios en Georgia", para culminar con la "protección de los hermanos y hermanas rusos contra las hordas Bandera en Ucrania” y el “gobierno legítimo de Siria, contra los terroristas islamistas”.

El capital y su Estado siempre han encontrado la manera de convertir a los proletarios en carne de cañón y empujarlos a matarse unos a otros bajo la bandera de tal o cual “patria” hambrienta de vuestra sangre. Como si nosotros, el proletariado, la clase explotada, tuviéramos algún país que defender. Como si los “intereses nacionales” no fueran más que los intereses de la clase dominante. La guerra y la subsiguiente lucha por la reconstrucción no son más que una forma concreta de competencia entre las diversas facciones capitalistas.

 

Es la expresión de su necesidad de ampliar su mercado para compensar la caída de la tasa de beneficio. Al mismo tiempo, la guerra sirve para dividir a los trabajadores en bandos nacionales, regionales, religiosos, políticos, etc. para reprimir la lucha de clases y romper la solidaridad internacional del proletariado. En última instancia, la guerra sirve para deshacerse físicamente del exceso de fuerza de trabajo. O sea, se utiliza para masacrarnos, para eliminarnos...

La misma historia se ha contado a generaciones de proletarios, tanto "soldados" como "civiles", en todos los conflictos capitalistas anteriores en todo el mundo, para que vayan a ser desangrados en el frente militar o en las fábricas de la retaguardia, en el frente de producción, en el frente interno… Estaban luchando por “el Zar” o por “Socialismo” o “La Nación” o por “Democracia” o “Lebensraum” o “Cristianismo o “Islam”. Y el mismo cuento de hadas se les cuenta a los proletarios uniformados de Estados Unidos, Turquía, Reino Unido, Israel, Ucrania, Siria controlada por Assad, Daesh, Rojava, Georgia, Donetsk y Lugansk, Irán, regiones dirigidas por Hezbollah, Hamas… y cualquier otra falacia nacional, regional, religiosa o de otra comunidad.


 Proletarios de uniforme ucraniano. Tu propia burguesía te hace creer que tienes una patria que defender contra el “agresor ruso”, que debes unirte a tus propios explotadores y exigir el ingreso en la Unión Europea o en la OTAN. Pero como todos los proletarios en todas partes, solo tienes que perder tus cadenas de esclavos asalariados.


Proletarios de nuestros paises: una vez más te  dicen que te sacrifiques, que seas "más productivo", que seas "más flexible", que "retrases" la satisfacción de tus necesidades inmediatas (incluso hasta el punto de tener hambre en lugar de comer "la comida producida por el enemigo"), etc Todo esto por el bien mayor de la Nación. Se te dice que apoyes esta o aquella “Guerra Santa” sin discusión, que no pienses en huelgas o en interrumpir la producción de material bélico, que envíes a tus hijos, hermanos, esposos y padres voluntariamente a convertirse en mártires en beneficio de sus amos burgueses. .

El capital y su Estado siempre han encontrado la manera de convertir a los proletarios en carne de cañón y empujarlos a matarse unos a otros bajo la bandera de tal o cual “patria” hambrienta de vuestra sangre. Como si nosotros, el proletariado, la clase explotada, tuviéramos algún país que defender. Como si los “intereses nacionales” no fueran más que los intereses de la clase dominante. La guerra y la subsiguiente lucha por la reconstrucción no son más que una forma concreta de competencia entre las diversas facciones capitalistas.

 
Otra llamada al "derrotismo revolucionario":

Declaración de Materiales Críticos
La guerra capitalista siempre se hace contra el proletariado.


 

Las catástrofes capitalistas se suceden y aceleran, revelando así la carrera del capital global hacia el abismo. Palabras y excusas son propios de las guerras capitalistas en todas partes, para mistificar, mentir, engañar y sorprender al enemigo.

Así del lado ruso han reutilizado la ideología "antifascista" y la defensa de "sus" poblaciones para justificar su intervención militar y del lado ucraniano la "felicidad" de la "democracia y la libertad" para trabajar (y consumir). Pero en ambos campos son los nacionalismos los que se desarrollan y las facciones fascistas las que actúan simétricamente. Se blande la amenaza nuclear y todos  se apresuran al rearme.

Las posiciones clásicas del internacionalismo proletario no son negociables, ni ponderables según los conceptos burgueses de “agresores y agredidos” siempre planteados en todas las guerras capitalistas. Putin puede justificarse presentando a Rusia como víctima del colapso del bloque soviético, la desaparición del imperio zarista y estalinista y el avance de la OTAN. Pero se trata sobre todo de una reconfiguración general de las diversas alianzas y bloques “imperialistas”. EEUU debe retomar desde su punto de vista, su posición de liderazgo mundial frente a la alianza que se perfila entre Rusia y China en preparación de nuevas probables guerras en Asia (Taiwán).

En el contexto de la crisis sanitaria, hay una crisis económica y energética, donde todas las potencias y a fortiori las más acorraladas se ven obligadas a reforzarse militarmente y reforzar sus discursos belicistas “ofensivos o defensivos” pero siempre nacionalistas. Los asesinos están en ambos lados; pensemos en Turquía y sus genocidios, que hoy está, oportunamente, en el campo "democrático" como ayer, en 1941-45, estaba la Rusia estalinista.

Estos temas “geoestratégicos” son inherentes a las contradicciones y apetitos competitivos del capitalismo y cada uno de sus estados. La apatía y la anomia del proletariado son generales como el desinterés y/o el miedo egoísta en la mayoría de los segmentos de las clases sociales europeas. Lamentablemente no relacionamos nuestras realidades de degradación salarial con la guerra y la pLandemia, que son una posible salida para el capital, justificadoras de las abismales deudas del Estado, las políticas de austeridad por venir (pero ya iniciadas gracias a la inflación) y el renacimiento generalizado del "nacional-populismo". La unidad nacional se fortalece en un principio gracias a la guerra, pero no dura eternamente.

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