JERARQUÍAS NO

 Hay curas para todos los gustos: nosotros estábamos a años luz de esta nueva teología en la que saltando sobre la tradición eclesial, se redescubre que en el Nuevo Testamento no era cuestión de papas, obispos, presbíteros, diáconos. No hay jerarquías.

 Todo está en saber porqué lo dice ahora, en este preciso momento en el que corren rumores de que se pretende una religión global, en la que se borren diferencias históricas y culturales. No es que haya que poner la identidad por encima de todo, pero en cierto modo sí, frente  a los que buscan convertirnos en masa amorfa manipulable y eliminable a voluntad. Ignorante de su pasado y sin raíces.

El teologo especialista del Nuevo Testamento de Bonn, Martin Ebner, pide la abolición de la "sociedad estatal" en la Iglesia Católica. El cristianismo no necesita sacerdotes, dijo Ebner en una entrevista en el último número de la revista Publik Forum. El Nuevo Testamento rechaza claramente la idea de que "los sacerdotes puedan mediar entre Dios y el hombre mediante la realización de ciertos ritos". Un "signo fuerte" contra la enseñanza de que el sacerdocio se basa directamente en la voluntad de Cristo es el hecho de que la Epístola a Clemente del año 90, que menciona este concepto, no fue incluida en el canon de la Sagrada Escritura. 

 

 

Ebner es sacerdote y ocupó la cátedra de exégesis del Nuevo Testamento en la Universidad de Münster de 1998 a 2011. Desde 2011 hasta su jubilación en 2019 impartió esta materia en la Universidad de Bonn.

El sacerdocio cristiano, tal como existe hoy, surgió a principios del siglo III, explica Ebner. En ese momento, los ancianos de la comunidad se habían fijado una analogía consciente con los sacerdotes del Antiguo Testamento, con el objetivo de ser financiados por los creyentes. Con eso comenzó una "profesionalización y sacralización" del presbítero (anciano en griego). Como resultado, los ancianos y obispos a tiempo parcial se convirtieron en empleados a tiempo completo "que se llaman a sí mismos 'sacerdotes' y forman su propia clase, el clero,  separada de los laicos". Así se inició en la Iglesia un "orden de dos estados", "que está relacionado con el avance social del cristianismo".



En opinión de Ebner, los trabajos del Foro sinodal "La existencia sacerdotal hoy" quedan dentro del ámbito del Nuevo Testamento. El punto decisivo en el debate de la reforma está siendo eludido: "Si la abolición de la sociedad estatal católica no tiene éxito, siempre nos encontraremos frente a un muro cuando exijamos la democratización".  Los laicos seguirán siendo "los que suplican reformas a una clase privilegiada por la consagración". 

Por eso, hay "círculos interesados" que intentan hacer sacerdote a Jesús, "declararlo el arquetipo del sacerdote católico". Sin embargo, esto no hace justicia ni a la historia ni a la intención de Jesús. "Jesús dijo algunas cosas bastante odiosas sobre los sacerdotes. Solo piensa en el buen samaritano", dice Ebner.

En la celebración de la "Cena del Señor" el foco debe estar en recordar a Jesús, "no en la cuestión de la presidencia". Además, lo que se necesita es una “cultura de la vocación que emane desde abajo”, según el estudioso del Nuevo Testamento: “Por ejemplo, que uno se acerque a alguien de la congregación y le diga: Te interesan las cuestiones filosóficas y teológicas,   ¿No te gustaría estudiarlas?" O: "Tienes un sentido estético, ¿no te agradaría diseñar la liturgia?".

 Ebner subrayó  que no se ve a sí mismo como un "sacerdote de culto" que tiene "poderes exclusivos" a través de la consagración o que está más cerca de Dios: "Me veo como un mediador de una  vida buena -siguiendo los pasos de la Biblia y por encima todo a Jesús de Nazaret".