SUDETES. AMORES Y DESAMORES

 Si llevamos meses echando en falta científicos independientes al margen de los "mercaderes de la salud y la enfermedad" y sus voceros, es el momento en el que lamentarse  de la ausencia en el "debate" público de instruidos en historia y más concretamente "geopolítica", el reino del puro maquiavelismo y donde el más fuerte se impone. Como ejemplo de enseñanzas de la historia este libro de Enrique Moradiellos sobre las dimensiones internacionales de la guerra civil española.

Me ha llamado particularmente la atención el capítulo dedicado a septiembre de 1938, cuando la crisis de los Sudetes. La decisión del primer ministro inglés Chamberlain dejando vía libre a Hitler para incorporarse esta región perteneciente a Checoslovaquia con muchos germanoparlantes fue decisiva: alfombra roja que conduciría a la guerra mundial un año más tarde y puñalada definitiva a la segunda república española en su defensa frente a Franco el sublevado.

La talasocracia británica se impuso en Europa contra los intereses de la propia población europea, como hoy el imperialismo norteamericano se nos impone como doxa irrefutable e inevitable. Europa, mejor, los dirigentes de la U.E puestos a dedo, la Ursula and cia, que nadie eligió, han decidido darse/nos un tiro en el pie o en la sien. Para acabar de rematar la situación plandémica que suficiente desastre ha supuesto.

Dice Moradiellos: "El desenlace de la crisis germano-checa a finales de septiembre de 1938 fue una auténtica sentencia de muerte irrevocable para la República y para la politica de resistencia preconizada por Negrín. La cesión de las potencias democráticas ante el Eje en Munich y su sacrifico de Checoslovaquia confirmaban clamorosamente su negativa a hacer frente a la intervención italo-germana en España y descubría su correlativa aceptación implícita de la victoria de Franco. Así fue comprendido y asumido por todas las cancillerías europeas y por los propios bandos españoles".

Hay que decir que el fantasmal Comité de No intervención en la guerra española, sirvió para que Francia y Gran Bretaña se inhibieran en el conflicto, nadie va a otro país a salvar "su" democracia, la de ese tercer pais. Es una milonga ayer, hace casi un siglo y hoy. Y para que si intervinieran con abundante material bélico y tropas proporcionadas de modo sostenido durante los 3 años de contienda Italia y Alemania. Es decir, las dictaduras del momento. Más tarde estas dictaduras perderían la guerra mundial, pero nosotros nos quedamos 40 años con la nuestra más los "picos", porque el seguidismo y sometimiento de todo lo "oficial" español al imperio americano y sus intereses es lacayuno y vergonzoso.

Recomiendo vivamente la lectura de la historia y particularmente de este autor, que explica bien explicado como en el plano internacional las potencias no tienen "sentimientos de ayuda humanitaria", tienen intereses. Hoy con la inmensa fuerza de medios de comunicación en manos de supermillonarios  y redes sociales lo mismo, pretenden que el "pueblo siga" y acepte y apoye. Una guerra es un desastre, y el problema que tiene la industria armamentística norteamericana es que se les acaban los conflictos, con los talibanes dominados y la guerra de Siria más o menos. 

¿Qué tiene eso que ver ese problema con nosotros?

Excusa para machacarnos y seguir robando, porque la subida exponencial de todo es un auténtico atraco del que el ruso no es el inmediato responsable como pretenden. 

"LA CRISIS DE VOCACIÓN"

Igual que Nathalie fue objeto del apostolado de amistad y confidencia por parte de una supernume inocente que pasaba por allí en su facultad, Véronique, de 39 años (en 2003) nos recibe en su apartamento parisino para contarnos su experiencia opus de 10 años atrás.

En su piso moderno y acogedor vemos a un gato durmiendo encima de una silla. Un poco más allá el humidificador hace su función, "es por las orquídeas" nos explica Véronique. En efecto, las hay por todo el piso y tienen muy buen aspecto. Se sienta y nos invita a un café. Luego sonríe evocadora:

"¡Qué historia alucinante! hoy me río pero fue duro....¡estaba locamente enamorada de aquel chico!

Llamémoslo Bertrand al chico. Se lo presentó su cuñado en 1994. Véronique tenía 29 a. y trabajaba en los ferrocarriles (SCNF) además de estudiar derecho. El muchacho era tan guapo que V. no se lo creía. Recuerda entre carcajadas: "me parecía que tenía que tener una vida oculta...." y añade "no sabía lo acertada que estaba".

Se ven durante un mes, un día Bertrand la invita a comer...y hala así como si nada le pide que se case con él. "Me pareció un poco precipitado pero bueno..."

Otra risa recordando la pregunta del pretendiente: "¿Te gustan los críos?" y lo inolvidable de la respuesta cuando ella dijo que sí: "Dí una cifra entre 10 y 20".

Bertrand le pide que conozca a un cura del "opus dei" en París, al que llamaremos el padre Jean. Pero era un cura nicaragüense, el famoso abbé Pallais.

"Me cité con el cura en el número 36 de la rue des Ecoles, no ponía en la puerta que era un centro del opusd", nos cuenta. Empiezan las sorpresas. Una chica la llevó al oratorio, había una puerta con un semáforo, se tenía que poner verde para poder entrar. "¿y esto qué es?...."

Sale una chica llorando y entonces puede entrar ella. "Era un armario escobero convertido en confesonario mediante un reclinatorio frente a una rejilla por la que se oía pero no se veía. Me presenté y el cura sin más y sin conocerme me tutea así, a bocajarro: 

-¿eres la amiguita de Bertrand? y enseguida me regaña "has aceptado la invitación a comer, no está bien, ¿sabes lo que significa? una mujer no debe aceptar que la inviten a un restaurante.

¡A una mujer de 29 años!

"El cura sabía muchas cosas de mí. Me hacía preguntas cada vez más indiscretas, por ejemplo, si soy virgen, si Bertrand me ha tocado...Me pregunta por mi gusto por leer, confirmo. Cuando salgo del confesonario también sale él (a calibrar...) Muy buena planta el hombre, me da una lista de libros de las ediciones Le Laurier y me señala uno titulado "La mujer sacerdotal".

Véronique es es muy sensata se da cuenta de que algo no encaja. Se dirige a UNADFI, y de allí la ponen en comunicación con el padre Trouslard, canónigo en Soissons, "perseguidor" de sectas católicas. Este cura la alerta de que Bertrand no se casará al menos que se haga del opus.

A pesar de los consejos del cura y de UNADFI en el sentido de olvidar el tema, Véronique profundamente enamorada quiere llegar al final de la historia. "Quise formarme mi propia opinión".

La joven no ceja. Sigue hablando con el cura numerario. Acude al catecismo que le imparte una tal Claire en la misma dirección del confesonario, numeraria que dirigió durante varios años la escuela hostelera de Dosnon. 

Mientras el tiempo pasa y un buen día Bertrand le suelta que ya no quiere casarse con ella. El cura por su parte evoca los matrimonios entre opus y no opus y le explica que "los matrimonios mixtos no funcionan". Le habla también del movimiento anti abortista Trêve de Dieu con entusiasmo. "Le parecían una gente estupenda y me propone presentarme a la fundadora Claire Fontana". "Los hombres te decepcionarán, Dios nunca lo hará"....le solía repetir el cura.

Por su parte el pretendiente era un indeciso  y un veleta. Le pidió tres veces que se casara con él y tres veces él mismo se echó para atrás. Véronique no soporta más el tíovivo emocional y decide cortar con este individuo que solo le trae sufrimiento. "Quemada" por el opus, le pide a su amiga Sophie que la sustituya y haga como que acaba de llegar a París y tiene interés por conocer el movimiento.