FUERTE Y OSCURO

 El Opus Dei, como todo lo que nos parece fuerte y oscuro, fuerte porque oscuro, fascina. Pero, ¿qué hay exactamente de esta institución que vive en el corazón de la Iglesia  rodeada del mayor de los misterios? En L'Opus Dei Investigación sobre una Iglesia dentro de la Iglesia (2005), la pareja de periodistas Bénédicte y Patrice des Mazery presentan una cautivadora investigación sobre este fenómeno.



Fundado en 1928 por el sacerdote español Josémaría Escrivá de Balaguer, admirador de Franco que habría tenido, además, "simpatía por Hitler", según un ex sacerdote de esta institución, el Opus Dei aboga por la búsqueda de la santidad en medio del mundo y una especie de "cruzada cristiana". Establecido como "prelatura personal del Papa", un estatus único en la Iglesia, por Juan Pablo II en 1982, el Opus Dei tiene sus propios estatutos y forma sus propios sacerdotes. Su fundador fue beatificado en medio de la polémica en 1992 y canonizado en 2002.

¿Cuál es el problema, algunos se preguntarán, si hay un problema? La investigación del matrimonio Mazery muestra contundentemente, en efecto, que el Opus Dei está habitado por importantes aberraciones sectarias. Siempre de modo oculto, esta institución utiliza, entre otros, en Francia, una escuela de hostelería ( Dosnon) para reclutar a niñas, a menudo menores de edad, a las que anima a alejarse de sus familias para consagrarse  a Dios, es decir, a Opus Dei. Los testimonios de varias de estas "víctimas" recogidos en este libro son abrumadores. 

Aprendemos que la institución protegida por el Papa Juan Pablo II combate el espíritu crítico de sus miembros, rechaza la noción de discernimiento espiritual en favor de la obediencia a los directores, impone una disciplina “cuya austeridad supera a la de las congregaciones contemplativas” y mantiene un dudoso culto al fundador . 

Un exmiembro afirma: “Hay fotos de Balaguer por todas partes. En realidad, uno tiene la impresión de que es a él a quien se le reza y no a Dios”.



Para el sacerdote Jacques Trouslard, delegado de Documentación sobre las sectas desde 1984, varios de los modos de funcionamiento de esta institución derivan de excesos sectarios: proselitismo entre menores (aspecto negado por el Opus), adoctrinamiento basado en los escritos del fundador, ruptura con la familia, el clericalismo, la infiltración en la vida económica, social, familiar y cultural y, finalmente, el culto al fundador. 

Monseñor Dominique Le Tourneau, sacerdote del Opus Dei a quien debemos el “¿Que sais-je?” sobre la institución (falta de objetividad un tanto vergonzosa para esta prestigiosa colección), trató de rebatir estas acusaciones (su carta se reproduce en el apéndice del libro ), pero los testimonios recogidos por los Mazery hacen que sus bellas palabras sean poco creíbles.

El padre Trouslard aparece como un inconformista porque casi todos sus colegas sacerdotes se niegan a comentar sobre esta institución protegida por el Papa. Los pocos que alguna vez han accedido a romper el silencio (el jesuita Albert Longchamp, por ejemplo) han sido silenciados incluso por sus superiores. En cuanto a los ex miembros del "Opus Dei" que optaron por criticar públicamente a la institución, tuvieron que sufrir presiones, incluso amenazas, por parte de sus ex compañeros.

El panorama, como podemos ver, no es alentador y plantea serias dudas sobre el apoyo inquebrantable del Vaticano a esta controvertida institución, por lo menos. Ya en 1963, por ejemplo, el gran teólogo suizo Urs von Balthasar acusó al Opus de caer en el fundamentalismo en el sentido de que "la revelación se presenta como un sistema de proposiciones verdaderas en las que hay que creer porque vienen de lo alto, y que en consecuencia   se prefiere la forma al contenido y la fuerza a la cruz...”. Balaguer, en un libro de máximas titulado Camino que sirve de base a la teología opusiana, llega a escribir: “Este espíritu crítico […] no lo ejercitéis ni en vuestro apostolado, ni con vuestros hermanos […] es un gran estorbo". Esta exhortación, según los Mazery, se aplica sobre todo a las mujeres: “A los hombres les corresponde la sabiduría divina, a las mujeres la servidumbre divina".  Alusión a la jaculatoria distintiva usara por los hombres al terminar sus actos Sedes Sapientiae, y por las mujeres Ancilla Domini

 

La mujer, dentro del Opus Dei, parece estar poco considerada.

De ahi la reciente intervención de una directora romana a la que sacaron en Antena 3 como feminista opusina de servicio.

Cuando se piensa que Joaquín Navarro Valls, portavoz vaticano y director de la oficina de prensa, es miembro del Opus Dei (al igual que varias figuras dentro de la administración papal), son datos preocupantes sobre el liderazgo de la Iglesia.

Un lector de Le Devoir, probablemente consciente de que el "Opus Dei" pretende infiltrarse en todos los lugares de influencia, incluidos los círculos intelectuales, ya me ha preguntado, tras leer algunas de mis columnas favorables a cierto catolicismo, si yo era miembro de este institución. 

Quisiera tranquilizarlo, así como a todos los que temen por el futuro progresista del catolicismo: el credo reaccionario y aplastante del Opus Dei no es el mío, ni el de una multitud de cristianos de base que pueden no ser santos, pero que no tienen la intención de dejar la herencia de Cristo en manos de estos apagavelas empeñados en una triste cruzada, muy eficazmente sacada a la luz por el matrimonio Mazery.

Louis Corneiller, 8 abril de 2006 en "Le Devoir"

Comentarios

Ricardo Pérez ha dicho que…
Si es una fuerza y una Institucion oscura. Muchas veces la verdad esta delante de nosotros, sin que la queramos reconocer, incluso ver. Ahi tenemos al Papa Wojtyla, su apoyo indisimulado y fervoroso por el Opus Dei, es de todo menos claro y luminoso.

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