ABOLIENDO
25. Mortificación corporal. La obligación para los numes de la mortificación corporal, por dos horas al día con el cilicio y una vez por semana con la disciplina, tiene que ser abolida, ya que un laico (solo numes tienen esta obligación) no puede ser obligado ni forzado a prácticas ascéticas de este tipo, como si fuera un religioso. Dejando de lado que ni siquiera un religioso, hoy por hoy, puede ser obligado a la autoflagelación ni al cilicio
es inaceptable que se obligue a un laico, una persona que, subraya od, es un ciudadano normal, un cristiano en medio del mundo. Parecida obligación ha de ser abolida por la Iglesia y la autoridad civil, porque configura un grave atentado al equilibrio psicofísico de la persona y una pesada lesión a la dignidad, además de una disminución de su capacidad de autodefensa respecto de futuras manipulaciones.26. Derecho al descanso y a la salud. Parece inaceptable la obligación para las numes de dormir en tabla en cuanto esta praxis, que dura 23 años y solo se deja a partir de los 50, lesiona la salud y compromete el descanso. Del mismo modo también tendrían que ser eliminada las duchas de agua fría por la mañana. Debería ser terminantemente prohibida la administración de psicofármacos destinados a aliviar los estados de ansiedad orovocados por las condiciones de vida operísticas. Estas prácticas minan el derecho a la salud garantizado por la Constitución y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
27. Carta de derechos Humanos del OD. Como sugieren autores expertos, p.e Alberto Moncada, debería redactarse una Carta de derechos humanos que facilite a los miembros od saber cuáles son exactamente sus propios derechos. Tiene que ser creada la figura del "defensor cívico" capaz de hacerse cargo de las situaciones internas. Del mismo modo tendría que ser instituida la figura del "defensor del menor", que vigile esta cuestión del reclutamiento de adolescentes.
28. Derecho a una actividad profesional normal. Aunque od sigue repitiendo que los numes llevan una vida plenamente laica, cuyo principal objetivo es la santificación a través del trabajo, de hecho a muchos numes, y de la misma manera a las mujeres, se les hace muy difícil la construcción de una carrera profesional orgánica y coherente. El conjunto de actividades de obligado cumplimiento para un nume en el curso del día crea obstáculos al desarrollo de una vida profesional normal. Además los frecuentes cambios de una ciudad a otra, y también de un país a otro, decididos por exigencia del "gobierno" del od, hacen muy arduo mantener una continuidad laboral. En todo caso, la profesión se subordina siempre a las exigencias od. Esta costumbre lesiona el derecho al trabajo santificado del que se habla en las Constituciones.
29. Limitación en la entrega de los ingresos personales al od. La cesión al "Opus Dei" de los bienes derivados de la actividad profesional determina no sólo un empobrecimiento progresivo y falta de acumulación de ahorro, sino que también impide invertir en la propia profesión, en bienes (oficinas, ordenadores, personal). Las autoridades civiles y religiosas tienen que poner límites a esta praxis y velar sobre las modalidades en las que se produce.
30. La condición profesional de la mujer. La situación profesional de las numes del od es con frecuencia dramática porque se anula sistemáticamente su potencial profesional. Las jóvenes que entran en od son condicionadas en su elección de carrera universitaria, privadas de formación profesional, obligadas a desempeñar trabajos de es modesta cualificación profesional o de bajos rendimientos, sobrecargadas de encargos internos, transferidas de centro con frecuencia, ocupadas en la recluta de adolescentes. Para las mujeres como subrayan Emanuela Provera, Agustina, Amina Mazzali, Colleen O'Neill entre otras ex numes, rigen además y más que en los hombres, distinciones sociales y de clase: solo a las numes procedentes de importantes familias de banqueros o industriales se les consiente cierta libertad y la posibilidad de cultivar un proyecto profesional. El caso de numerarias que destacan como periodistas, psiquiatras o escritoras es numéricamente exiguo. La gran mayoría de las numes vive aplastada por el extenuante ritmo de vida en opusd, por la falta de libertad, por problemas piscofísicos y falta de autoestima. Parece inaplazable por parte del vértice opus y por parte de la jerarquía vaticana, una intervención decidida para cambiar la condición de la mujer en od.
31. Las numes auxiliares. Esta figura de nume llamada a limpiar baños, a fregar suelos y a servir las mesa de los numes de clases social más elevada, parece anacrónica. Es sustancialmente injusta en todos los planos: moral, religioso, civil. La creación de un sistema de castas según el cual las jóvenes de extracción social o intelectual modesta, son destinadas a una vida matadora de la que no estiman la dimensión cuando entran, configura una realidad difícilmente aceptable. Las auxiliares como cuenta Colleen O'Neill, un testimonio entre otros. son mujeres que viven una condición humillante. Y en el caso en el que decidan abandonar, les es imposible conseguir un nivel de vida aceptable. En muchos países no disfrutan de ventajas de la seguridad social. Que la dimensión de las auxiliares es fruto de la impostación machista del od queda relativamente probado por el hecho de que no existan numerarios auxiliares.
Ferruccio Pinotti
Lamentablemente nadie intervino, el sistema se viene abajo solo, según dan testimonio los enterados de la actualidad "opus al día": haced lo que queráis, pero no déis escándalo. Qué bajo hemos llegado a caer, sin que haya habido arrepentimiento ni penitencia institucionales por tantos abusos, puestos por escrito algunos de ellos como dicen quienes han leído disposiciones y Estatutos.
Venda en los ojos de todas las autoridades implicadas. No ver, no oír, no saber...hacer como que a sus oídos no llegó absolutamente nada de todo este lío y disposición esclavista de la vida en nombre de Dios y de su Santísima Madre.
Es curioso, pero con solo abolir una de estas disposiciones se deshace el "opus Dei", como quien tira de un humilde cabo de lana que sobresale del jersey y se queda al fin y a la postre con el ovillo en la mano.
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