COMPARACIÓN CON MASONERÍA

 Conducir esta investigación sobre od basada únicamente en testimonios personales (16) ha sido una tarea difícil desde el punto de vista periodístico. Conseguir convencer a personas de mi buena fe, del hecho de que sus historias humanas y sus opiniones no serían distorsionadas ni manipuladas fue ardua empresa.

(Me consta: alguna persona que ha dejado su testimonio con nombre, apellido, foto en Internet se negó a ser entrevistada para un libro. Lástima porque ocupó cargos nivel regional, estuvo en la pomada.)

Quien sale del od tras un período de sufrimiento, tiende y es normal a levantar murallas de autodefensa personal, a desarrollar una resistencia de envergadura a cualquier apariencia de intromisión en la propia vida privada

a menudo desarrolla una actitud de sospecha frente a las motivaciones de quien solicita grabar entrevista con el móvil o la tablet. Momento delicado y cuasi dramático para algunos.

Fue el primer reto que hubo de superar. Un reto difícil sobre todo en Italia, donde la "manta" informativa que recubre al "opus dei" es más pesada que en otros países. Italia es el lugar donde "opus dei", aunque naciera en España, ha instalado el cerebro de las operaciones y los cuarteles generales. Italia, sede histórica del catolicismo y del Vaticano, dentro del cual el poder opusino se halla fuertemetne representado.

La red de control que los protege en Italia es doble: la que desarrollaron ellos mismos a partir de 1946, año de la mudanza del founder a Roma y del asentamiento de la organización en Italia; y la que se mueve a través de las altas jerarquías vaticanas contiguas a od.

Por esta razón od en Italia es un poder real, un poder fuerte. Pero se trata de un poder que opera en secreto, porque los nombres de numes, supers, agres y cooperadores salvo excepción son desconocidos. Y sin embargo en cualquier negocio, en cualquier cargo público, en todos los ministerios, tribunales, universidades, hospitales, periódicos, siempre hay una o dos personas que de un modo u otro son "cercanos" al "Opus Dei".

La naturaleza totalizadora de la institución y de su pensamiento, bien ilustrada por los testimonios recogios, hace que quien forma parte de esta organización responda a los imperativos y a los estilos de pensamiento que ellos promueven. Quien pertenece tiende a razonar solo en los términos previstos de una vasta serie de normas interiores que afectan a todos los aspectos de la vida. Y con mucha probabilidad obrarán en consecuencia en toda situación: el magistrado de od que tiene que decidir en una causa promovida por un miembro opus contra un periodista crítico, el gran administrador público que tiene que decidir si beneficia uno u otro proyecto, el banquero que tiene que decidir si efectuar o no una adquisición apadrinada por los ambientes de la finanza vaticana.

"OD" puede negar hasta el infinito la existencia de esta doble lealtad pero es connatural a la od misma, al estilo de sus estatutos y constituciones, a toda la "formación espiritual" recibida por quienes forman parte de ella. La lealtad preferente a opus está totalmente interiorizada por sus miembros, y no es menos objeto de discusión. Lo cuestionan quien ya se ha ido o está en proceso de irse.

Este aspecto plantea un problema serio relativo a la penetración del od en los nódulos más delicados de la sociedad, finanza, tribunales, medios de comunicación, investigación científica, enseñanza, sanidad, porque la adhesión de los miembros a los diktats de comportamiento procedentes de la obra misma está totalmente interiorizada.

En este sentido, od aparece incluso más poderosa que otros poderes como la masonería, ya que quienes pertenecen a logias masónicas, al menos de modo oficial, han de constar en las prefecturas de policía, pero sobre todo porque la adhesión interior a al masonería en general es mucho más superficial que la que se presta al "opus dei". Diversos estudios indican por ejemplo que las adhesiones a la misma se suelen producir entre los 35 y los 40 años, con un pico entre 45 y 55, y está motivada por la búsqueda de ventajas profesionales. Es por ello una adhesión libre.

La gran mayoría de los numes entraron en od entre los 14 y los 16. Y no pocas veces antes frecuentaron escuelas o clubes gestionados por opus desde el nivel infantil. Es evidente que en estas condiciones la adhesión interior a los estilos y valores de la Organización es completa y total.

Esto genera un problema relativo a la relación entre "Opus dei" y sociedad civil que no puede ser pospuesto: medidas legislativas que impongan al menos la obligación de consignar a la prefectura de policía y ministerio del Interior los elencos relativos a los numes, super, agres, cooperadores.

Hay que permitir que el ciudadano de a pie tenga conocimiento en determinadas circunstancias si se trata de aspectos importantes de su vida (salud, justicia, privacidad, libertad de expresión) la adhesión a vaoles que pueden condicionar la serenidad y libertad de juicio. Si no se hace  es elevada la posibilidad de legitimar la creación de un poder oculto libre de vínculos con la sociedad civil.

El problema concierne naturalmente a la Iglesia católica, dentro de la que el od lleva un tiempo siendo una de las fuerzas más contundentes y controvertidas.

La creación para el opus y solo para él de una prelatura personal, hace de ella una gigantesca diócesis extraterritorial, una verdadera y propiamente dicha Iglesia dentro de la Iglesia, completamente autónoma en términos de financiación y capaz incluso de ordenar sus  propios sacerdotes. 

Los vínculos del od con las iglesias locales y con los obispos se basan en una condición de absoluta independencia, no responde a la normal y rígida jerarquía eclesiástica. En las relaciones con las iglesias locales rige una la cortesía institucional pero od vive una vida aparte, sobre en lo que se refiere a las parroquias, que como bien explicó Anna Morales de EEUU, son consideradas de nivel inferior. 

Para los obispos se plantea pues un grave problema que ahora se transmite al Vaticano respecto  a la gestión de esta realidad católica que se mueve y vive según reglas propias. Y que no tiene que responder ante nadie si no es el Papa en persona y también esto lleva a preguntarse que ocurriría si el pontífice osara poner límites al poder del "opus dei", ¿quizás un cisma?

Solo el cardenal inglés Basil Hume en el lejano 1981 tuvo la valentía de publicar en su diócesis de Westminster claras directivas para opus dei en sus aspectos más controvertidos.  Pero el problema se plantea en el conjunto de la Iglesia católica, dado que no paran de salir numerosas denuncias de manipulación que dan materia de reflexión a las altas jerarquías eclesiales.

El Vaticano tras la elección de Joseph Ratzinger (en 2005) pareció considerar el problema. Y el pontífice alemán, conocido por su intransigencia en temas de doctrina y disciplina, envió señales de moderación al "opus dei". (Hoy sabemos que apadrinó una institución que cojeaba de parecido pie en su Baviera natal). Una de las señales consistió en relevar del encargo de director de comunicación del Vaticano al nume Joaquín Navarro Valls y lo sustituyó por un exponente de los históricos enemigos, el jesuita Federico Lombardi.

Las llamadas severas a evitar el carrierismo eclesial y el super trabajo diríanse dirigidas al od, que hace de la mitificación del trabajo el fulcro de su estrategia de poder en el plano secular. Pero la tarea de poner al od en su lugar era difícil para un pontífice que había aceptado el doctorado honoris causa por la universidad de Navarra además de otros sustanciales apoyos mutuos.

Ferruccio Pinotti

El cardenal venezolano Baltazar PorrasCardenal Porras, defensor de Francisco, habla claro

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