DINERO DESAPARECIDO

Vaya con el cv de Pedro Sánchez: se ha criado y no sabemos que haya salido en la España nacionalcatólica y de obrero no tiene nada. La vergüenza es que con semejante recorrido se logre presentar y cuele como de izquierdas, por supuesto mucho más de izquierdas que Susanita. Lo que sí está es más cerca del Opus que Susanita.
Elenco de mentiras de todo tipo y condición, para recordatorio.

Me informan de que Edouard Tétreau podría ser el infiltrado opusino en el equipo de Macron. el recorrido por bancos, finanza, universidades, casado con una juez y los propósitos bobalicones, parece, tiene pinta. Financiero hijo de financiero muestra el aire robotizado, formateado, desencarnado de ciertas numes.

Y aquí el lobby opus dei que prepara las próximas elecciones legislativas francesas. Como el fundador había escogido Dios y Audacia, estos han elegido Francia Audacia.

OPUS DEI EN VENEZUELA

En los siguientes cuatro meses Luis Valls le llamó dos veces. “Me dijo que fuera paciente, que el futuro sería estupendo. Me dijo que nos encontraríamos pronto en un país aún no determinado con nuestros hermanos para hablar de todo”. Tras una visita de Navalón Valls se acercó a Londres para tratar con su depre amigo.

Ruiz Ma le dijo directamente: “Me has traicionado”.

“¿De qué hablas?” se hizo el sueco Valls.

Valls evitó todo tipo de explicación. En ese momento Ruiz Ma decidió que había dos obras, otro más que no puede aceptar la realidad única, el “Opus Dei” inmaculado como lo fundó el founder, y el “opus homini”, la obra de los que traicionaron el proyecto inicial. Decidió cortas lazos con este segundo tipo de obra. Echó a Matías Cortés y se deshizo de su ángel guardián Ben Whyte y por supuesto dejó de "charlar" con el nume Kiko Mitjans. El OD le envió a su charlista de quince años, Boro Nacher. Pero Ruiz Mateos no quiso hablarle, sospechó que Valls y los directores estaban de acuerdo en el sacrificio de Rumasa. Lo que siempre dicen: el Opus Dei nada tiene que ver con los asuntos profesionales de sus fieles....

Ruiz Mateos decía que no conocía al abogado caraqueño Alberto Jaimes Berti y mucho menos el asunto Paraparal. Si era verdad lo que decían RM y Alberto Jaimes OD había estado actuando a sus espaldas antes de la expropiación, llevándose el dinero a través del sector bancario rumasino sin que lo supiera ni consintiera su jefe. Según Berti era el cuñado de RM quien se ocupaba, Luis Barón Mora-Figueroa.

RM describía a su cuñado como cien por cien OD. Encantador pero fanático OD, "hablar con él es como hablar con la pared". Luis Barón negaba haberse reunido con Berti, y RM dudaba de que su cuñado hubiera estado en Caracas en 1980 en viaje de negocios.

Hasta 1980 Berti se ocupaba de asesorar financieramente a la nunciatura Apostólica en Caracas y otros negocios eclesiásticos. Implementó un fondo de pensiones "clerical" llamado Imprecleo y por mandato del cardenal Benelli utilizaba otra compañía, Inecclesia para invertir de manera anónima el dinero de la Iglesia en "american blue chip securities". o en compañías controladas por la Conferencia Episcopal de Venezuela. Inecclesia tenía acciones por valor de mil cuatrocientos millones de $.

Berti dice que  nunca admiró a EdB ni a su organización fundada por inspiración divina. Pero dado su cargo de asesor financiero de la Nunciatura tuvo que llevar a cabo una serie de tareas un tanto molestas para la Prela.  En 1970 el nuncio en Caracas recibió quejas de los padres de dos adolescentes de isla Margarita. Los padres estaban dispuestos a denunciar al obispo por abusar de sus hijos. El nuncio temió el escándalo y pidió a Berti que interviniera. El obispo de Margarita era Francisco de Guruceaga, primera vocación opusina venezolana.

Berti voló a la isla, y con la ayuda de una fiscal se hizo con el dossier y lo rompió. Negoció una indemnización con los padres de 160.000 $. El nuncio envió a Guruceaga a Londres para un año sabático, en el que llevó una existencia secular, no de obispo entiendo, viajando a placer.

En 1973 el nuevo nuncio dió otra oportunidad a Guruceaga y lo nombró obispo de La Guaira, una ciudad del distrito de Caracas. Según Berti, Guruceaga se autoconsideraba como un "prelado mercantil" con licencia para hacer dinero en nombre de Dios y para la obra de Dios. Uno de sus contratos consistió en vender por 2mil millones y medio una parcela de terreno perteneciente a la diócesis de La Guaira. El dinero desapareció. El siguiente nuncio pidió a Berti que investigara. Berti reunió la documentación la cual fue enviada a Roma, al secretario de Estado Villot y nunca más se supo.