HOMICIDIO
¡Madre mía con el nume reformista dándonos el círculo semanal desde ol...!
Yo le pondría al reformista alguna de la basura que he y hemos recibido tanto en OL como aquí, a veces de ex a veces de in, aunque ciertamente los ex parecen tan in como los in en más de un aspecto.
Con leer las prédicas e insultos recibidos de hace algunos años bastaría para mandar al nume a hacer gárgaras. Lo primero de todo es pedir papeles,¿de dónde sale este tío? otro valiente que no da la cara y sólo piensa como la inmensísima mayoría en salvar su c....Otro submarino enviado por la Armada Invencible esa que no descansa con misión reconversora de ex Opus que todavía no lo han visto todo. Lo que hay que aguantar.
Y no sólo de insultos y calumnias vive la ex numeraria: las aventuras y desventuras en que te mete el "Opus Dei" de las narices que en mala hora me llevó mi madre a él, esas para mi cuerpo serrano se quedan. La gente se pone a escribir, contar y darse mutuos parabienes sin haber recibido ni media pedrada.
Agotador. Una valentía que no veas escribir desde el anonimato para contar no sé qué de chaquetas, corbatas y rodilla en tierra. Yo lo mandaba a la luna o más allá. No tenemos dos dedos de frente.
En fin, pasemos a otra cosa.
Me había quedado en que en Londres Calvi se entrevistó con un venezolano de nombre Berti que iba a realizar una gran operación bancaria con el IOR, OD, la camorra....y todo el que pasaba por allí.
Yo le pondría al reformista alguna de la basura que he y hemos recibido tanto en OL como aquí, a veces de ex a veces de in, aunque ciertamente los ex parecen tan in como los in en más de un aspecto.
Con leer las prédicas e insultos recibidos de hace algunos años bastaría para mandar al nume a hacer gárgaras. Lo primero de todo es pedir papeles,¿de dónde sale este tío? otro valiente que no da la cara y sólo piensa como la inmensísima mayoría en salvar su c....Otro submarino enviado por la Armada Invencible esa que no descansa con misión reconversora de ex Opus que todavía no lo han visto todo. Lo que hay que aguantar.
Y no sólo de insultos y calumnias vive la ex numeraria: las aventuras y desventuras en que te mete el "Opus Dei" de las narices que en mala hora me llevó mi madre a él, esas para mi cuerpo serrano se quedan. La gente se pone a escribir, contar y darse mutuos parabienes sin haber recibido ni media pedrada.
Agotador. Una valentía que no veas escribir desde el anonimato para contar no sé qué de chaquetas, corbatas y rodilla en tierra. Yo lo mandaba a la luna o más allá. No tenemos dos dedos de frente.
En fin, pasemos a otra cosa.
Me había quedado en que en Londres Calvi se entrevistó con un venezolano de nombre Berti que iba a realizar una gran operación bancaria con el IOR, OD, la camorra....y todo el que pasaba por allí.
Berti dijo que el dinero serviría para capitalizar el banco
latinoamericano del que ambos habían sido informados aunque por diferentes
canales. En el interim el dinero se invertiría en bonos blue chip en NY. Calvi preguntó si ese paquete de bonos podía
servir como garantía de un préstamo. Berti respondió que sí pero que por
razones técnicas harían falta unos días para arreglarlo. Calvi pareció aliviado:
“Así que problema resuelto”. Le dijo a Berti que seguirían en contacto.
Mientras esperaba a que llegara Carboni habló con su mujer
por teléfono. La esposa de Calvi lo notó
exultante: “Es maravilloso, va a pasar algo estupendo que podría cambiar
nuestras vidas.” Calvi pidió a Vittor un horario de vuelos de la British Airways.
Carboni se alojó en el Park Lane Hilton, iba con dos
hermanas austríacas una de las cuales era su novia. Llamó a Calvi hacia las
6.15 de la tarde y se fueron de paseo a Hyde Park. Sólo tenemos la versión de
Carboni para saber que cuando regresó a su alojamiento estaba hecho un manojo
de nervios. Por la mañana a las 7.30 llamó a su hija Ana para decirle que tenía
que salir rápidamente a Washington, Zurich no era un lugar seguro. La hija
testificó que su padre estaba muy nervioso y que le dijo que pasarían cosas
terribles si no se iba.
Carboni no pudo contactar con Calvi el jueves 17 hasta las
11 de la noche. Según su versión Calvi no quería verle. Vittor bajó con él a
tomarse algo en un pub cercano, el Queen’s Arms donde esperaban las hermanas
Kleinzig, novias de Carboni y Vittor respectivamente. Cuando Vittor volvió al
hotel hacia las 1 a.m
no tenía la llave y el portero de noche tuvo que abrirle la habitación 881, la
tele estaba encendida pero Calvi no estaba. El supuesto guardaespaldas de Calvi
se fue a dormir tan tranquilo.
Por los testimonios jurados de otros huéspedes del hotel a
los que se preguntó 7 años más tarde, la familia Calvi no paró para demostrar
que su padre y marido no se había suicidado, sabemos que Vittor y Carboni
mintieron. Cecil Coomber, artista sudafricano de unos 70 años, vivía en el
mismo pasillo habitación 834.
A las 10 de la noche salio con un amigo para cenar.
Esperando al ascensor había 3 hombres. Los dos más jóvenes hablaban italiano
mientras el tercero que el sudafricano identificó con Calvi, parecía temeroso y
estaba en silencio. Los 5 usaron juntos
el ascensor para bajar. Coomber se fue hacia la entrada del hotel y vió como los 3
italianos se dirigían a una puerta de servicio que conducía a la parte de atrás
del edificio, donde otro huésped dijo que había un coche negro aparcado. El
artista Coomber fue probablemente el último en ver a Calvi vivo. No llevaba
maletín, sí llevaba pajarita y tenía bigote.
El cuerpo de Calvi fue encontrado colgado de unos andamios
bajo el Blackfriars Bridge por la mañana temprano el viernes 18 de junio de
1982. Vestía un traje gris de dos piezas pero sin pajarita ni bigote. El agua
del río le cubría los pies. La River Police
se encargó de recoger el cuerpo y llevarlo al Waterloo Police Pier. En los
bolsillos de la víctima había cuatro grandes piedras y un ladrillo metido en el
pantalón. La autopsia realizada esa misma tarde estableció que la víctima había
muerto a las 2 de la mañana por asfixia como consecuencia del ahorcamiento. No
había heridas.
Portaba un pasaporte falso a nombre de Gian Roberto Calvi,
una cartera con 7000
libras en diferentes divisas, dos relojes, cuatro pares
de gafas pero no había llave ninguna. En un bolsillo estaba escrito en un papel
la dirección del Chelsea Cloisters, una tarjeta de Colin McFadyean y una página arrancada de una
agenda en la que figuraba el teléfono de monseñor Hilary Franco.
A las 7 de la tarde llegó un telex de Roma a la
Snow Hill Police Station: anunciaba el
viaje a Londres del juez Domenico Sica acompañado de tres policías italianos.
El inspector John White los esperó en el aeropuerto y los llevó a la morgue. De
Sica identificó el cadáver y no tuvo ninguna duda de que se trataba de un
homicidio. Ya en Roma redactó una orden de búsqueda internacional del
desaparecido Flavio Carboni.
Sin que lo supiera White, el policía, los “compis” de Calvi
ya estaban preparándose para salir del país o lo habían hecho. Guiado por el
papel del bolsillo el sábado por la mañana fue a Chelsea Cloister preguntando
por Calvi. Se consideró que había sido suicidio y no se hizo ninguna pesquisa
más en el andamio bajo el puente donde se había encontrado el cuerpo.
Clara Calvi se enteró de la muerte de su marido el viernes
por la mañana, recibió una llamada de su hermano Luciano Canetti que lo había
oído en la radio. Fue un duro golpe, hubo que llamar al médico. La familia no
sabía que iba a pasar.
El hijo explicó más tarde: “La conmoción y el dolor inicial
nos hizo pasar los primeros días en el Watergate, bajo la protección de
guardias armados. Pero nos sentíamos fuertes. Estábamos decididos a usar los
sistemas judiciales de Inglaterra e Italia para descubrir la verdad, era
nuestra tarea, costara lo que costara, de ninguna manera había sido un
suicidio.”
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