PREPARANDO EL GOLPE
UNA VEZ QUE Rumasa se hizo con el banco Atlántico, los
bancos rumasinos que eran 20 pasaron a formar parte del selecto grupo top ten
de los bancos comerciales españoles, todos bajo la férula de Luis Valls, el del
Popular, hoy banco en horas bajas.
Los grandes banqueros de toda
la vida temían que si RM había descubierto alguna fórmula secreta y
continuaba sin ser evaluado por la autoridad podría llegar a convertirse en el
núm. 1 del sector. El Banco de España reaccionó presionando a Rumasa para que
abriera sus libros a los inspectores.
RuizMateos concluyó que la persona más influyente en la
finanza española era Luis Valls. Se había dado cuenta de que la mayoría de los
directivos bancarios eran “Vallses”, le debían fidelidad a Valls, entre los
Vallses estaba José Alvárez Renduelles gobernador del banco de España y Mariano
Rubio, presidente del mismo, que tenía la responsabilidad de asegurarse que
Rumasa cumplía las órdenes de dejarse chequear.
Pero RM era muy consciente de que si abría los libros de
cuentas se descubrirían las transferencias no declaradas al OD y ambos. Opus Dei y Rumasa tendrían problemas. Si
rechazaba el examen se arriesgaba a ser expropiado. ¿Por qué?
Por tanto decidió consultar el dilema con Valls Taberner.
Ruiz Mateos, hoy difunto, aseguró que Luis Valls, también difunto, le respondió
que el asunto se resolvía pagando. El mismo Luis le recomendó a un especialista
en pagar sobornos o recibirlos o transmitirlos o gestionarlos, Antonio Navalón,
y le recomendó que contratara los servicios legales del especialista Matías
Cortés. Valls habría dicho que ambos personajes disfrutaban de su entera
confianza.
“¿Cuánto dinero hace falta?” preguntó RM
“Mil millones de pts. por ahora.” Dijo Luis sin despeinarse.
Matías Cortés a todo esto era un abogado especialista en
derecho penal que había trabajado para el supuesto o presunto emperador de
Centroáfrica de nombre Bokassa, representaba en España a la Banca Rothschild, un par de
editoriales españoles de primera plana y Manuel de la Concha presidente de la Bolsa de Madrid que más
tarde y junto con Mariano Rubio iría a la cárcel por corrupción.
Y nos tratan como si la corrupción fuera de hoy.
Cortés exhalaba influencia, en su agenda estaba el número
del rey campechano y solía cenar con ministros y aristócratas diversos. Era
propietario de una agencia de relaciones públicas y de un restaurante, tenía
negocios con Arthur Wiederkehr. Aunque cercano a Luis Valls una vez anotó en su
agenda refiriéndose a él el siguiente comentario: “soberbio, obsceno y chuleta
de barrio”.
En marzo de 1982 RuizM contrató los servicios de Navalón,
por lo visto le pagó una cuota mensual de uno cinco millones de pts sin ni
siquiera pedirle un recibí. Cortés, Navalón y Valls eran amigos de Pio
Cabanillas, el ubicuo notario y ex ministro de justicia de la transición.
Cortés tenía experiencia en grandes golpes legales. Por ejemplo ayudó a
negociar la adquisición por parte de Banesto del Banco Coca en 1978. Al precio
en dinero contante y sonante se añadió la participación en 7% del capital de Banesto.
Poco después Banesto se dio cuenta de que las acciones del Coca estaban
infladas, que el propietario había emitido títulos de propiedad y
participaciones ficticias. Cortés pidió a Coca los 8000 millones de pts que
faltaban y Coca se suicidó.
En octubre de 1982 fue la mayoría absoluta absolutísima del
PSOE de Felipe. Qué tiempos. Ruiz Mateos
que sabía menos de lo que había en España que yo va y le pregunta a Luis Valls
qué podía e iba a pasar. Valls le dijo que pagara otros mil millones a Navalón,
qué desplume, y así tanto los del banco de España como los socialistas se
tranquilizarían y lo eximirían de exámenes y checkings. Conste que era su “hermano” de vocación desde la
eternidad. El secretario personal de Ruiz Mateos entregaba el dinero en líquido
y en cheques al portador a Navalón, la pasta era para el abogado “mis
caramelos”.
Poco tiempo después OD envió dos emisarios a Ruiz Mateos
para preguntarle si había alguien en Rumasa al corriente de las transferencias
a Dios vía Suiza. Les dijo que el único que sabía era Carlos Quintas, el jefe
de la división bancaria de Rumasa. Se fueron satisfechos, pero más tarde el
empresario jerezano pensó que los emisarios sabiendo la que se avecinaba
querían asegurarse de que los libros rumasinos estaban limpios de toda
referencia molesta a transferencias bancarias a OD.
A principios de 1983 otros dos hermanos en la fe y en
religión de Ruiz Mateos, Rafael Termes y Paco Curt Martínez se deshicieron de
las acciones Ruiz-Mateos & Cía, subsidiaria de Rumasa. Ruiz Mateos en el
limbo y sin sospechar del movimiento pagó con generosidad. Más tarde pensando
sobre todos estos movimientos se daría cuenta de que debía ser la única persona
en Madrid que no estaba al corriente de que el gobierno iba a expropiar Rumasa,
mucho menos de que el piloto de la operación tras las bambalinas sería Luis
Valls y todavía más allá, Dios mismo.
Comentarios
Y esas empresas, familias etc se enriquecen y se arruinan y son sustituidas por otras.
En cambio los escudo rojo no, los Rockef no, los... Esos que pasan los siglos y cada vez tienen más poder y cada vez son más milbillonariamente ricos y nunca se arruinan... Esos, ahí está el meollo del Evil.