LA CARTA DE LANTINI



Podríamos preguntarnos siguiendo con el asunto post muerte de Calvi, quiénes eran los asesores legales que habían dirigido la investigación y si eran o no miembros de OD.
El lenguaje empleado tenía cierto aire opusino. Ciertamente el cardenal Benelli que había estado cerca de los acontecimientos debería saber que las afirmaciones aparecidas en L’Osservatore eran falsas. Pero en aquel otoño de 1982 las energías de la curia romana se focalizaban en la reunión plenaria del Colegio Cardenalicio organizada cada tres años y programada para finales de noviembre.

El viernes 22 de octubre el más implacable opositor al OD dentro de la curia, cardenal y arzobispo de Florencia, monseñor Benelli sufría un massive heart attack, infarto miocardio acuto, dijo el parte médico. Pero el monseñor de 62 años, un toscano campechano y bon vivant había estado en perfecto estado de revista hasta aquel día según dijo su secretario personal. Trabajaba duro, no dormía más de cuatro horas. Los primeros signos de desarreglo cardíaco se habían producido un par de días antes, murió el 26 de octubre de 1982.

Su fallecimiento fue un milagro tan importante para el Opus Dei como el atribuido a la monja carmelita de Vedruna, pariente de un gobernador del Banco de España OD, la Hermana Concepción, que permitió al founder Escrivá llegar a los altares. La curó de un bulto cancerígeno, nos dijeron. Benelli había pecado preparando su oposición a la erección del Opus Dei en Prelatura Personal, postura que iba a defender en la reunión cardenalicia, y como es norma el Señor se lo llevó.

Pero Dios no para de trabajar.

Cuatro días antes de que se iniciara dicha reunión, el vicario regional del Opus Dei en Italia, don Mario Lantini, escribió una página a los Calvi, madre e hijo reprochándoles sus declaraciones a la prensa. ¿Por qué nos lo ponen tan fácil? Se podían haber ahorrado dicha carta y las sospechas hubieran quedado en el aire…

El tono de la carta era un tanto empalagoso. A parte de la pose cabe preguntarse por qué todo un doctor en filosofía y teología se molestaba en escribir a los Calvi. Obvia respuesta: con su insistencia en que su padre y esposo había sido asesinado, Clara y Carlo resultaban molestos para unas cuantas personas.

Ofrecido el cristiano pésame de rigor, Lantini se refería a los artículos recientes publicados en Wall Street Journal, La Stampa y l’Espresso en los que los familiares de Roberto Calvi afirmaban que el difunto banquero había estado en contacto con el Opus Dei antes de morir. Lantini añadía:

“Como consiliario del Opus Dei en Italia me gustaría confirmar que todo lo que se ha comunicado y publicado en la prensa, a saber, que ningún representante del Opus Dei tuvo nunca contacto ninguno ni conexión, ni directa ni indirectamente con Roberto Calvi o con el IOR a propósito de transacciones compartidas con el Ambrosiano o a propósito de cualquier otra operación, siquiera fuera planeada, de carácter económico/financiero de ninguna clase ni importancia.

Dada la absoluta distancia del Opus Dei, y para que se haga totalmente la luz sobre este aspecto, aparece como totalmente necesario saber a qué elementos se están refiriendo cuando hablan del Opus Dei. La intención, entre otras cosas, es tener evidencias de quien ha podido estar usando el nombre del Opus Dei en vano o quien le ha atribuido falsas intenciones.

Quisiera preguntarles, sr. y sra Calvi si son tan amables me indicaran personalmente qué personas, hechos y circunstancias, qué material les han servido para aclarar los hechos a los que se refieren en las entrevistas citadas.”

Lantini se regodeaba en el hecho de que nunca recibió respuesta y el Opus Dei de un manotazo se quitaba de encima las afirmaciones de la viuda de Calvi asegurando que se debían a “especulaciones emocionales”. Pero lo que Clara Calvi había hecho era simplemente dar cuenta de lo que su marido le había dicho. La carta de Lantini era polémica. Clara Calvi había sido muy clara en diversas ocasiones y había dado testimonio bajo juramento. Don Lantini lo sabía, ¿por qué se molestó en molestarla? El hecho de que Clara no respondiera no era ni sorprendente ni sustancial.

El punto clave más bien estaba en que la carta de Lantini tenía que haber sido mejor y más propiamente dirigida a las personas que habían hecho creer a Roberto Calvi que estaba hablando directa o indirectamente con el Opus Dei.

Y los nombres han salido a colación en el relato: el simpático monseñor norteamericano Hilary Franco, el no tan simpático cardenal Palazzini, el desarrollador urbanístico y hombre de negocios sardo Flavio Carboni. Los típicos que no son y “hacen cerco”, facilitan la “labor” de mover el mundo desde lejos sin mancharse las manos de nada ni con nada, mucho menos con sangre o dinero. Repugnantes materias.

Aunque aquí no se habla de Ratzinger y sus opiniones canónicas a propósito de qué es y qué no es una prelatura personal, el gran enigma eclesial del siglo XX, con la muerte de Benelli la última oposición a que el Opus Dei fuera elevado a “diócesis flotante” universal se evaporó como rocío mañanero en el Colegio de Cardenales y 3 días después de la clausura del cardenalicio meeting los cardenales Casaroli y Baggio sacaron de parte de Juan Pablo II la bula papal, “Con gran esperanza” que incluía la Constitución Apostólica conocida como Ut sit por la que el Opus Dei era transformado en Prelatura personal.

Antes de eso, creo, alguien había encontrado una virgen del Pilar en escayola supuestamente del Escriba estudiante zaragozano que se había “perdido” durante 60 años y que apareció por milagro, no sé donde, en cuya base había escrito quizás con la punta de una llave, entretenimientos de seminarista, Ut sit!, porque desde entonces sabía el joven barbastrense que estaba llamado a muy altos destinos que desde luego no era ser “cura de pueblo” como la inmensa mayoría de sus compañeros. Y en 1982 la jaculatoria del seminarista, ahí es nada, encabezaba nada menos que una bula papal por la que tanto se había rezado, encomendado y sacrificado.

Qué fuertes son los milagros OD. No me digáis que no nos tenían entretenidas.

El Papa declaraba:
“Con gran esperanza, la iglesia dirige su atención y cuidado maternal al Opus Dei, que, por inspiración divina, el Siervo de Dios Josemaría Escrivá de Balaguer fundó en Madrid el 2 de octubre de 1982 para ser siempre un apto y efectivo instrumento de la misión salvífica que la Iglesia lleva a cabo para la vida del mundo”.

Ya era oficial. Según la declaración del Papa polaco, el Opus Dei no era un invento escrivariano sino una realización divina. Ahora vete tú y diles que no cuando te plantean la vocación con 15 años, todo es de Dios, lo acaba de decir el Papa.

Escribá había sido el mensajero, aquello del sobre que se tiraba a la papelera. Igual de significativo: la bula Ut sit legalizaba el estatus canónico del Opus Dei, como “un estado dentro del estado” o “una iglesia dentro de la iglesia” o “un estado dentro de la iglesia”. Otro grupo de gentes dispuestos a ser fieles al Romano Pontífice haciendo lo que les da la gana, puesto que lo hemos comprobado en nuestra carne, nadie les tose.

No sólo dicha Bula hacía de del Portillo el “pequeño Papa” de Villa Tevere, confirmaba también que a nadie rendía cuentas como no fuera al “gran Papa” de otro lado del Tíber aunque el gran Papa era bastante más dependiente del Opus Dei que de nadie. Si el prelado Portillo no quisiera seguir las órdenes e indicaciones papales, sólo ante Dios habría sido responsable. Pero si el Pontífice romano no escuchara al Prelado corría el riesgo de ver sus finanzas significativamente reducidas.
Lo que hace Europa con nosotros hoy, en resumen.

La confirmación de la bula papal de que el Opus Dei había sido fundado por divina inspiración otorgaba a la Prelatura y sus miembros la justificación para mostrar suprema arrogancia, puesto que los colocaba por encima de todas las demás instituciones de la iglesia, al ser la única que aparte de la propia iglesia, se consideraba fundada por Dios y no por un ser humano. Este hecho fue explotado como divina licencia para que el Opus Dei se permitiera practicar un modus operandi que en algunas materias lo colocaba más bien en la parte exterior del margen de la costumbre social y la legalidad.

La ceremonia oficial de la elevación del Opus Dei al rango de prelatura personal tuvo lugar en san Eugenio a mediados de marzo de 1983, ¿el 19? Era la coronación de cincuenta años dando la lata de nuestro santo fundador y sucesores en el Vaticano, cincuenta años de esperanza y planes. Sin embargo el acto se vio ensombrecido por otro perturbador acontecimiento, la expropiación de RUMASA por el gobierno socialista, ¿planeada dónde? ¿en el Opus Dei español?...






Comentarios

Magí Ribas Alegret ha dicho que…
"En la parte exterior del margen de la costumbre social y la legalidad". "En la parte exterior", elegante expresión para tanta ruindad.

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