UN SUICIDIO
La última revelación para mí después de tantos años: mis cartas al Padre, escribí decenas me parece, no salieron de la Delegación. Son miserables. ¿Cómo se puede vivir engañando tanto en lo grande y en lo chico con la conciencia tranquila? no me extraña que salga todo el mundo medio chiflado.
Sin embargo es posible que Carboni no estuviera al corriente
de que la criminalidad organizada seguía los pasos del banquero para
eliminarlo.
Cuando Carboni llegó a Londres el 15 de junio llamó a Laura
Scanu que tenía contactos en la city, el señor Morris que hubiera podido buscar
un apartamento para Calvi. Y por otra parte Carboni se había empeñado en
encontrar una vivienda más digna.
Calvi ya no se fiaba de nadie. Llamó varias veces a su hija
que estaba en Zurich insistiéndole en que se marchara a EEUU, le llegó a decir
que tuviera cuidado con la gente que tenía alrededor.
Las horas pasaban con angustia, Calvi se paseaba arriba y
abajo, llamaba por teléfono. Silvano Vittor dijo en el juicio que Calvi tenía
muchas ganas de cambiar de hotel, “decía que tenía que encontrarse con gente
importante, en particular con dos personas de los que me reveló el nombre”.
Carboni por su parte no se alojaba en el Chelsea Cloister,
sino en el Hilton, un hecho bien extraño si era el angel guardán, quien debía
proteger a Calvi.
También la cronología de los movimientos de Carboni
reconstruida durante el juicio nos llena de perplejidad. A las 6.59 del 17 de
junio, Carboni llamó desde su habitación del Hilton a W. Vitalone, un personaje
muy cercano a Andreotti, que se supone estaba intentando solucionar los
problemas judiciales de Calvi. A las 7.46 llamó por teléfono a Calvi y hablaron 13 minutos
A las 8 se fue con maletas a Heston (cerca de Heathrow) a
casa de Morris, al otro lado de la ciudad, donde llegó a las 9, y lo justificó
diciendo que buscaba un alojamiento para Calvi. Las 2 hermanas Keinszig, novias
de Carboni y Vittor, se sentaron en el bar del Chelsea Cloister y a mitad de
jornada se cambiaron a otro local en el que se quedaron hasta que cerraron.
¿Cuál era el estado de ánimo de Calvi en aquellos momentos?
Silvano Vittor lo contó en el juicio: “Por primera vez aquella mañana vi a Calvi preocupadísimo, llamó 3
veces a su hija Ana. Le dijo que marchara a EEUU, que la llamaría a las 8 al día
siguiente, por la tarde llamó al novio de su hija Vittorio Senso para confirmar
que se irían a EEUU. Según los magistrados la llamada telefónica denota el
miedo de Calvi a que le pasara algo.
De Italia no llegaban noticias sobre el Banco. Calvi no supo
de las reuniones de Leemans ni de la reunión del consejo de Administración,
programada para el mediodía en la que se le quitaron todos los poderes. El drama
del Ambrosiano se estaba consumando.A las 17 terminó la reunión del Consejo del
banco, en la que resvocaban los poderes de Calvi como presidente y
administrador delegado del instituto. De las actas de la asamblea se deduce que
los socios extranjeros del Banco tenía una exposición frente al IOR de mil
millones de dólares y 200 millones de dólares directamente frente al IOR, que
se había insistido para que el IOR devolviese, que la deuda del IOR y de los
socios tenía garantías cuyo valor era un montante modesto con respecto a toda
la deuda, que los socios debían al Banco Ambrosiano 379 millones de dólares. Se
tomó la decisión de poner el Ambrosiano en manos del Banco de Italia. En Italia
las vicisitudes del Ambrosiano abrieron los telediarios de las 20 horas.
Entretanto se produjo una tragedia. La secretaria de Roberto
Calvi, Graziella Corrocher s sucidó tirándose del cuarto piso de la sede del
Ambrosiano. Cayó sobre la rampa de entrada al garage que da a Piazza Ferrari.
Dejó una nota antes de suicidarse y después de haber
dedicado toda su vida al Ambrosiano: “Seré fiel a las decisiones del consejo
pero no puedo seguir siendo fiel a Calvi, que vergüenza huir así. Que sea
maldito mil veces por el daño causado al banco y a la imagen del grupo de la
que una vez estuve tan orgullosa.” Parece que las relaciones entre Calvi y
Carrocher que nunca fueron fáciles habían empeorado en los últimos tiempos.
Bernard Villiers canta al crimen del Ambrosiano
Para acompañar a Calvi quedaba Vittor: “Mientras esperábamos
a Carboni seguí haciendo compañía a Calvi…Los dos fuimos al bar donde estaban
las hermanas Keinszig. En determinado momento ví a Calvi muy nervioso. Ya no
era el Calvi que había conocido poco antes. Me dijo que se había enterado de
que en el consejo de administración del Ambrosiano lo habían desposeído de sus
cargos en el banco. Y decía: ¡Estoy acabado, acabado!”
Según el juez Almerighi en aquel momento no se produjo el mínimo
intento real de parte de Carboni para ayudar a Calvi, sólo se deduce la
voluntad de retenerlo en el Chelsea Cloister en esperá del trágico epílogo. “Tenemos
precisos y unívocos elementos probatorios según los cuales afirmamos que la
tarde del 17 de junio de 1982 Carboni hizo lo posible para no cambiar el plan
diseñado para matar a Roberto Calvi. Y podemos decir que Carboni se esforzó
para poner a Roberto Calvi en las manos de aquellas personas que lo habrían
conducido a la muerte.”
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