CRISTIANISMO AYER Y HOY

 A las amigas de las causas filosóficas, si estamos contraponiendo antropología cristiana y antropología de corte autoritario fascista, mejor no nombrar a Pío XII, el Papa que antes de serlo firmó el concordato con el Reich de los 1000 años, concordato con la Alemania nazi, que se apuntó como un tanto. En ese momento, 1933. Hoy un baldón darse cuenta de esa connivencia Vaticano - Berlín nacionalsocialista. 

Por desgracia no fueron las iglesias cristianas las que dieron la alarma sobre "lo que estaba pasando". Demasiadas coincidencias inconfesables entre autoritarismo político y autoritarismo religioso, hasta el punto de que se ha hablado de fascismo clerical, del que nosotros seríamos un ejemplo bastante logrado.

Sabemos que en la intimidad Escrivá decía barbaridades de la filosofía: no le interesaba, la despreciaba, sí, tuvo palabras muy duras para esa Escolástica que nos hacían tragar hasta sus últimas consecuencias. Un iluminado narcisista manipulador como él tiene bien poco que hacer con el amor a la sabiduría. Allí solo se entendía del amor a su persona. La filosofía modo operis Escrivae es un instrumento más de manipulación, no de liberación ni de ayuda a la reflexión.

Insisto en la importancia de la historia y de las ciencias sociales y humanas para abordar este tema. Jesús no supo ni habló ni imaginó las Decretales de Graciano ni el Código de Derecho canónico, ni de las diócesis ni del Sumo Pontífice romano. Todo eso y mucho más es fruto de la acción de los seres humanos que somos y del paso de las generaciones. 

Habría que ver lo que aquello fue en un inicio y lo que ha llegado a ser, hay que ser conscientes de ello, y no poner en labios del protagonista de los evangelios lo que ni estaba ni podía estar porque la historia no había pasado. Pero sigo escuchando muchas declaraciones hechas en el mismo marco conceptual de que "esto es tan de Dios como lo demás", y si bien algunos ya se han dado cuenta de que la iluminación supuesta de 1928 es una tomadura de pelo, ninguno se cae del guindo con seguir aplicando ese mismo esquema a otras realidades que no caen del cielo, sino que surgen de la historia, de las peleas y resolución de conflictos. En 2000 años de historia ha pasado todo tipo de eventos, felices y desgraciados.

Sin instituciones y sin leyes, las religiones no perviven. Pero si la ley  predomina y aplasta la fe, la creencia, las conciencias, la vivencia que sale de un corazón creyente...confundimos la Iglesia con el poder y la ley. Y todo resulta humano demasiado humano. Esas leyes le dan materialidad al ideal, pero también lo encorsetan y ahogan. La dialéctica de la historia en acción como en tantas realidades.

A mí me sirvió para entender estas cosas la aplicación a la historia de la Iglesia que Hans Küng hace de los paradigmas científicos, la Iglesia ha pasado por varios paradigmas, (predicación de los Apóstoles, Iglesia medieval, Iglesia después de Trento, Iglesia en la modernidad....) nosotros en algunos aspectos no hemos superado el paradigma de la Iglesia medieval.



SOCIEDAD ESPAÑOLA 1939-1977, EL ESTABLISHMENT

Además del establishment se habla de las nuevas clases medias y de los trabajadores como las tres capas configuradoras de la sociedad española. Pero los Opus de postín, atrayentes y propagandistas, pertenecían al establecimiento de la Dictadura. Al núcleo duro que disfrutaba del poder político.

De la misma manera que los éxitos de la industrialización condenaron a muerte a la autarquía, igualmente la expansión económica modificó el establishment económico y social que había florecido después de la guerra. Los nuevos lemas de los años 60 eran la racionalidad, la eficiencia, las máximas del mundo de la corporación comercial, impersonal y competitiva. Juan Linz y Amando de Miguel describieron la nueva especie de ejecutivos comerciales en 1968: iban a las escuelas de altos estudios empresariales, su capacitación tenía más importancia que sus relaciones familiares, en el mundo de los negocios contaba más la competencia que la adhesión entusiasta al régimen (…)

Si los ataques falangistas contra los ricos pasaron de moda, y el nuevo evangelio de la eficiencia comercial asestó algunos golpes a la vieja clase dominante, el objetivo de los modernizadores económicos como Ullastres y López Rodó consistía en favorecer una especie de nueva simbiosis entre los valores tradicionales católicos, un sistema político autoritario y el nuevo estilo de vida americano.

Esa era la filosofía del “Opus Dei” que se reflejaba en el lenguaje de los Planes de Desarrollo. Así pues la nueva economía política no constituía un desafío al catolicismo tradicional, y la burocratización y racionalización de la vida de los negocios no se hallaba en el origen de una revolución social en el seno de una minoría selecta.

Ésta absorbía a la nueva clase de gestores o sobrevivía enviando a sus hijos a Harvard o a las nuevas escuelas de altos estudios mercantiles del “Opus Dei”. El nuevo compuesto de tecnocracia y catolicismo pudo resultar inestable, a la larga; pero cumplió sus propósitos en los años 60.

Sobre la nueva clase media del franquismo que daría tantas “vocaciones” a Escrivá, interesantes consideraciones de Raymond Carr. Para empezar la educación era la clave que permitía entrar en la élite privilegiada o al menos acercarse a ella. Un sistema de educación al servicio de la clase media aseguraba a ésta su permanencia en los puestos de poder e influencia.

Fueron los valores de la clase media tradicional los que encarnaron la ortodoxia social en la España de Franco. Una mayoría habría simpatizado con una República reformista, pero ante la proletarización del estilo de vida y la amenaza de la clase obrera, la mayoría volvió alarmada a sus raíces conservadoras.

El catolicismo, sincero o superficial, fue la marca característica de la vida de la clase media en la posguerra. Sin ser católico nadie habría podido sobrevivir como ministro o funcionario; un elevado número de hijos era casi una necesidad para el ascenso de todo funcionario ambicioso en un Estado que hizo de la “familia numerosa” el centro de su política demográfica.

Las hipocresías sexuales, las torturas personales para el adolescente víctima de esa ética rígida, porque el catolicismo español hacía hincapié en su puritanismo, en su lucha contra la República laica y permisiva, han sido brillantemente descritas en las novelas y memorias de los escritores españoles de la época.

Ser miembro de una congregación juvenil era casi obligatorio para niños y adolescentes en los años 40, de la misma manera que participar en los ejercicios espirituales era un signo de aceptabilidad social para los padres.

Austeridad dignificada estrechamente ligada al catolicismo.

No era la retórica imperial lo que la sociedad aceptaba ni los sindicatos verticales y la democracia orgánica. Al contrario, ante el “discurso oficial” la población mostraba escepticismo e indiferencia. Lo decisivo del régimen de Franco que le ganó el apoyo de la inmensa mayoría fue la restauración de los valores tradicionales sobre educación, familia, religión, orden social.

La despolitización general del país, aunque como dijera Ridruejo mostrara una sociedad envilecida por la corrupción y la represión, fue una reacción genuina. Hasta 1931 la sociedad estuvo desmovilizada, de antiguo desestimaba la política, tras la experiencia de los años 30 identificó política con desorden público. Por todo ello no puede sorprender la integración en el régimen de esas clases medias. Y su adhesión a algo arcaico y a la vez con escaparate moderno y “rico” como “Opus Escrivae”.

Comentarios

Fjgr ha dicho que…
Es así, no se consigue salir de Aristoteles y Santo Tomás. Fue fuerte la amansada y el adoctrinamiento.

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