DESMEMORIA
No sé a qué estamos asistiendo en España, pero que tenemos el venero de la carcundia debajo de los pies sí me parece irrefutable. No alumbramos más que gente que mira para atrás, un paso adelante y dos atrás en todo lo que supone mejora, avance, libertad. También algunos que han mirado hacia delante, pero a esos se los cargan oportunamente. A tiros o a disgustos.
Matanza sistemática es lo que hubo en España en 1936, no era guerra hasta que llegaron los ejércitos que habían salido de Africa a las puertas de Madrid, en noviembre. Mientras tanto estuvieron matando pobres desde Cádiz hasta la capital. Así, a lo bestia, habiendo importado para ello tropas de marroquíes.
Me he empapado bien del volumen de Espinosa Maestre, "Lucha de historias, lucha de memorias" (2002-2015) donde deja constancia negro sobre blanco del plan sistemático de eliminación de españoles de izquierdas, básicamente jornaleros, agricultores del sur de España. Por el simple método del bando de guerra, recorrieron los pueblos de Huelva, Sevilla, Badajoz, dejando un reguero de muertos. No había habido prácticamente violencia previa, pero los que dieron el golpe lo tenían claro.
Luego hubo que ocultar lo que se había hecho. Muchos desaparecidos en España, muertos de los que no quedó constancia en ninguna parte, se procuró que así fuera. En la democracia de 1978 se tardó en reaccionar. UCD era franquismo, nada que rascar. El PSOE tuvo 14 años, pero "no quiso mirar atrás". Aznar para que hablar. Llegó ZP y en ese momento es cuando los socialistas se dan cuenta de que hay un movimiento social por la memoria que sería tonto desaprovechar. La ley llegó tarde y mal. Ridiculizada al máximo, una ley que no declaró la ilegitimidad del golpe contra el régimen constituido legalmente. Para llorar después de tanto sufrimiento como ha habido en esta tierra ver resucitada y en las instituciones a los nietos de la carcundia.
Carcundia de la que forman parte los escrivarianos que por supuesto salen a relucir en este libro.
Si Espinosa entiende que en la transición los políticos suspendieran la memoria, lo innecesario era trasladar la suspensión a la sociedad civil. Las instituciones encargadas de transmitir la memoria se deshicieron del compromiso de recuperar 50 años de historia antes de que desaparecieran sus protagonistas. Al mismo tiempo a la investigación libre se le hizo la vida imposible. Espinosa cuenta y no para las dificultades para entrar en archivos militares, de la policía y en muchos otros en los que en los años 70 y 80 te hacían todo un test para verificar las intenciones.
Suspendida la memoria, actos de pura protección o connivencia hacia la dictadura y su obra pudieron presentarse como elevadas contribuciones al espíritu de consenso y siniestros personajes, hijos y nietos del padre Albareda, secretario general del Consejo general de Investigaciones científicas, pudieron pasar por lo que nunca fueron. No vienen los nombres y es una pena de esos hijos y nietos de este edafólogo escrivariano de la primera hora que terminaría de rector en Pamplona.
En ese clima se destruyeron archivos como el de la Audiencia provincial de Salamanca, los archivos del Movimiento los mandó destruir Martín Villa, archivos de prisiones provincialies, de Capitanías Generales como la de Sevilla. No tenía que quedar rastro de la ignominia que había sido España hasta el día anterior, y por supuesto OD forma parte del borrado y la reinvención del pasado.
La editorial Ruedo Ibérico dirigida en París por un exiliado anarquista publicó en los años 60 libros sobre la guerra de Hugh Thomas, Gerald Brenan, Herbert Southworth que revolucionarían el panorama historiográfico. Eran las primeras publicaciones que rebatían la visión de la guerra como Cruzada.
EN Ruedo Ibérico se publicaron obras donde se intentó contrarrestar sus influencias dándose una batalla entre libros que pocos leían, los de la historia oficial, y libros que pocos podían leer por circular de manera clandestina.
Manuel Fraga, el founder del PP a la sazón ministro de Franco se alarmó ante la llegada de aquellas historias subversivas y creó un departamento especial a cargo de Ricardo de la Cierva para controlar el pasado, por aquello de que quien controla el pasado contra el futuro y quien controla el presente controla el pasado. Hubo movilización y autores opusdeístas, religiosos, guardias civiles y miltares salieron a la palestra como historiadores de la segunda etapa del franquismo. Los historiadores profesionales se retiraron del tema vidrioso y así evitaron definirse abiertamente.
En uno de esos libros, tan ensalzado entonces hasta el ridículo como olvidado hoy La guerra civil española y el trust de cerebros (1962) del nume Vicente Marrero, se podía leer:
"Una de las causas que más ha contribuido para que el tema de la guerra haya ido desapareciendo de la conciencia de nuestros intelectuales y de las últimas promociones es creer que si bien se cometieron abusos de un lado también se cometieron del otro."
Y dice Espinosa:
"Cuando un significado miembro del Opus Dei decía esto es que para esa fecha no había forma de tapar el terrible secreto del franquismo (la matanza institucionalizada, ciclo represor que empieza en el 36 y dura hasta los años 50), esa frase de Marrero escrita el mismo año 61 en que apareció el primer libro de Ruedo Ibérico y el mismo año en que el franquismo conmemoró los 25 años de paz, demostraba claramente cual seguía siendo el problema: los muertos se negaban a desaparecer."
Hay que leer a Southworth, "El mito de la cruzada de Franco", por el análisis demoledor de la propaganda franquista y sus verdades, no pudieron rebatirlo y por ello el régimen se limitó a prohibir la circulación del libro, además de descalificar a su autor. El mito de la cruzada no se volvería a editar en España hasta 1986.
Espinosa se lía a mandobles con los "equidistantes" del régimen actual, que quieren solucionar la ignorancia buscada y conseguida de los españoles sobre lo que aquí pasó a base de literatura. Me refiero a Muñoz Molina, Cercas o Trapiello. Por no hablar del historiador oficial hermano de cura nume Santos Juliá que se lleva lo más largo e interesante del argumentario.
Matanza sistemática es lo que hubo en España en 1936, no era guerra hasta que llegaron los ejércitos que habían salido de Africa a las puertas de Madrid, en noviembre. Mientras tanto estuvieron matando pobres desde Cádiz hasta la capital. Así, a lo bestia, habiendo importado para ello tropas de marroquíes.
Me he empapado bien del volumen de Espinosa Maestre, "Lucha de historias, lucha de memorias" (2002-2015) donde deja constancia negro sobre blanco del plan sistemático de eliminación de españoles de izquierdas, básicamente jornaleros, agricultores del sur de España. Por el simple método del bando de guerra, recorrieron los pueblos de Huelva, Sevilla, Badajoz, dejando un reguero de muertos. No había habido prácticamente violencia previa, pero los que dieron el golpe lo tenían claro.
Luego hubo que ocultar lo que se había hecho. Muchos desaparecidos en España, muertos de los que no quedó constancia en ninguna parte, se procuró que así fuera. En la democracia de 1978 se tardó en reaccionar. UCD era franquismo, nada que rascar. El PSOE tuvo 14 años, pero "no quiso mirar atrás". Aznar para que hablar. Llegó ZP y en ese momento es cuando los socialistas se dan cuenta de que hay un movimiento social por la memoria que sería tonto desaprovechar. La ley llegó tarde y mal. Ridiculizada al máximo, una ley que no declaró la ilegitimidad del golpe contra el régimen constituido legalmente. Para llorar después de tanto sufrimiento como ha habido en esta tierra ver resucitada y en las instituciones a los nietos de la carcundia.
Carcundia de la que forman parte los escrivarianos que por supuesto salen a relucir en este libro.
Si Espinosa entiende que en la transición los políticos suspendieran la memoria, lo innecesario era trasladar la suspensión a la sociedad civil. Las instituciones encargadas de transmitir la memoria se deshicieron del compromiso de recuperar 50 años de historia antes de que desaparecieran sus protagonistas. Al mismo tiempo a la investigación libre se le hizo la vida imposible. Espinosa cuenta y no para las dificultades para entrar en archivos militares, de la policía y en muchos otros en los que en los años 70 y 80 te hacían todo un test para verificar las intenciones.
Suspendida la memoria, actos de pura protección o connivencia hacia la dictadura y su obra pudieron presentarse como elevadas contribuciones al espíritu de consenso y siniestros personajes, hijos y nietos del padre Albareda, secretario general del Consejo general de Investigaciones científicas, pudieron pasar por lo que nunca fueron. No vienen los nombres y es una pena de esos hijos y nietos de este edafólogo escrivariano de la primera hora que terminaría de rector en Pamplona.
En ese clima se destruyeron archivos como el de la Audiencia provincial de Salamanca, los archivos del Movimiento los mandó destruir Martín Villa, archivos de prisiones provincialies, de Capitanías Generales como la de Sevilla. No tenía que quedar rastro de la ignominia que había sido España hasta el día anterior, y por supuesto OD forma parte del borrado y la reinvención del pasado.
La editorial Ruedo Ibérico dirigida en París por un exiliado anarquista publicó en los años 60 libros sobre la guerra de Hugh Thomas, Gerald Brenan, Herbert Southworth que revolucionarían el panorama historiográfico. Eran las primeras publicaciones que rebatían la visión de la guerra como Cruzada.
EN Ruedo Ibérico se publicaron obras donde se intentó contrarrestar sus influencias dándose una batalla entre libros que pocos leían, los de la historia oficial, y libros que pocos podían leer por circular de manera clandestina.
Manuel Fraga, el founder del PP a la sazón ministro de Franco se alarmó ante la llegada de aquellas historias subversivas y creó un departamento especial a cargo de Ricardo de la Cierva para controlar el pasado, por aquello de que quien controla el pasado contra el futuro y quien controla el presente controla el pasado. Hubo movilización y autores opusdeístas, religiosos, guardias civiles y miltares salieron a la palestra como historiadores de la segunda etapa del franquismo. Los historiadores profesionales se retiraron del tema vidrioso y así evitaron definirse abiertamente.
En uno de esos libros, tan ensalzado entonces hasta el ridículo como olvidado hoy La guerra civil española y el trust de cerebros (1962) del nume Vicente Marrero, se podía leer:
"Una de las causas que más ha contribuido para que el tema de la guerra haya ido desapareciendo de la conciencia de nuestros intelectuales y de las últimas promociones es creer que si bien se cometieron abusos de un lado también se cometieron del otro."
Y dice Espinosa:
"Cuando un significado miembro del Opus Dei decía esto es que para esa fecha no había forma de tapar el terrible secreto del franquismo (la matanza institucionalizada, ciclo represor que empieza en el 36 y dura hasta los años 50), esa frase de Marrero escrita el mismo año 61 en que apareció el primer libro de Ruedo Ibérico y el mismo año en que el franquismo conmemoró los 25 años de paz, demostraba claramente cual seguía siendo el problema: los muertos se negaban a desaparecer."
Hay que leer a Southworth, "El mito de la cruzada de Franco", por el análisis demoledor de la propaganda franquista y sus verdades, no pudieron rebatirlo y por ello el régimen se limitó a prohibir la circulación del libro, además de descalificar a su autor. El mito de la cruzada no se volvería a editar en España hasta 1986.
Espinosa se lía a mandobles con los "equidistantes" del régimen actual, que quieren solucionar la ignorancia buscada y conseguida de los españoles sobre lo que aquí pasó a base de literatura. Me refiero a Muñoz Molina, Cercas o Trapiello. Por no hablar del historiador oficial hermano de cura nume Santos Juliá que se lleva lo más largo e interesante del argumentario.
Comentarios
Tampoc intresesa hablar de la persecución brutal a la que se somete nuestra lengua e identidad en mas de la mitad de España, practicadas por todos los partidos sin excepción del régimen neo franquista católico y antiespañol actual.
Claro que se entiende que franquito fuera recibido bajo palio y no encontrara al mas minimo obstáculo etarra a sus veraneos en San Sebastian o fiera recibido con vitores en Barcelona, mientras arruinaba a los andaluces y a los castellanos particularmente a los madrileños ( los que no fueran de las castas " franco católicas" del barrio de Salaanca o el entorno del Bernabeu)
Claro que es entiende que ETA y Franco tuvieran intereses comunes
ETA es lo mimo que Franco
Los crímenes franquistas son los crímenes de ETA. que sistemáticamente silencia blanquea y justifica el infame régimen romano católico.
EL comunismo , como el franquismo, jesuitas u opusinos son la misma inquisición " franco católica". En Rusia, como país de religión ortodoxa, se impuso una feroz dictadura asesina comunista contra la ortodoxia desobediente al papado " franco occidental" a España una dictadura católica inquisitorial. El mismo autoritarismo romano imperial aplicado tanto a Rusia como contra España de la que no se soporta su pasado visigodo cristiano, también desobediente a Roma. El castigo será eterno para España , los españoles, para los rusos y todos los pueblos eslavos ortodoxos.
Ambos pueblos históricamente puteados por esos sinvergüenzas romanos que privilegian al "corazon católico de Europa"
No, No extraña nada el que un católico del opus franquista estuviera haciendo de agente del KGB, servicio secreto jesuita romano , como todos controlado por Roma, un servicio secreto contra Rusia y contra los ortodoxos rusos, La disidencia " oficial" rusa no es la disidencia real. A mi no me extraña , incluso el descaro en comentarlo en el artículo, ¿ No será por este descaro que al sacerdote opusino que confirmo que el agente era católico del opus franco católico en la Rusia ortodoxa, por lo que esta siendo escarmentado con ese asunto de abusos de apariencia tan falsa?