NEOLIBERALISMO ESPAÑOL

Por confusión he borrado tu comentario donde decías que temías por la ley de eutanasia. Yo lo dije irónicamente, más de lo que eutanasian sin ley es difícil. Pienso que si me hubiera quedado dentro o en las inmediaciones hubieran practicado la santificación de la eliminación de la persona molesta. A disgustos casi me matan. Aunque me mantengo lejos, bien a distancia. Su poder en España y capacidad de hacer daño por sucesos y personas interpuestas es considerable.
No creo que una ley de este tipo represente una amenaza mayor para mi integridad. En cuestión de horrores en tiempo de paz lo he visto todo. Quizás me equivoque.

El dictador jugó a enfrentar facciones. En los primeros años de su mandato falangistas contra católicos, Arrese contra Martín Artajo por ejemplo en el 56. Pero el 14 de diciembre de ese año Laureano López Rodó fue nombrado secretario general técnico de presidencia del gobierno, mano derecha en suma del almirante Carrero Blanco, mano derecha a su vez del jefe del Estado y presidente del gobierno. Supuso un cambio de dirección político que se tradujo en la llegada a los puestos ministeriales  y administrativos de una nueva generación caracterizada por un espíritu más técnico y un pensamiento económico más coherente, hombres singularizados por su pertenencia real o supuesta a OD.
En efecto LLR fue solo el primer representante de una dinastía de responsables políticos de sensibilidad tecnocrática y católica a la vez que tras él se vio reforzada por Alberto Ullastres y Mariano Navarro Rubio, quienes recogieron las carteras de Comercio y Hacienda el 25 de febrero de 1957. Fueron los prolegómenos de una entrada opus en el gobierno más importante en 1965 y en 1969.
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El cambio ministerial de feb. del 57 supone una voluntad de modificar los apoyos y finalidades de la dictadura. Muestra que el general Franco encontró la fórmula para la puesta al día que estaba buscando desde 1945 sin éxito, cuando se apoyaba ora en los falangistas ora en los de Acción Católica. La necesidad del cambio se impuso por razones económicas, la autarquía había fracasado.

Era imposible seguir en el inmovilismo político. España iba evolucionando después de años de pasividad superficial impuesta por la represión, el fantasma de una nueva guerra civil y el bloqueo internacional. Reviven cenáculos intelectuales contestatarios. A partir de 1956 se producen huelgas. Los estudiantes se manifiestan en Madrid y Barcelona. La población está harta no tanto de la dictadura como de la mediocridad de las condiciones de vida, de la cerrazón del país, del estancamiento de España frente al progreso de sus vecinos.

Nuevos hombres en el horizonte: técnicos supuestamente apolíticos con algo de liberalismo (económico que no es lo mismo que político), capaces de reiniciar económicamente el país. LLR y compañía son los únicos que logran convencer al caudillo de "su plan" coherente y aplicable.

LLR, Ullastres y Navarro Rubio, Cirilo Cánovas, Joaquín Planell, Jorge Vigón inician una estrategia que en 10 años obrará una auténtica mutación de España. Favorecen el crecimiento industrial acelerado abriendo el país alas inversiones extranjeras, al turismo, dejando partir al excedente de mano de obra. Ya no se trata de proteger la estructura agraria del pasado ni a los obreros agrícolas del alza de salarios consecuencia del desarrollo industrial. Se trata de una política liberal frente al dirigismo de los años autárquicos. Ya no se considera esencial el fomento de las empresas públicas, sino que el papel protagonista lo adquieren los bancos nacionales y las grandes empresas multinacionales extranjeras ¿Coca Cola llegó por obra del Od?

El liberalismo por supuesto es meramente económico. Nada de Montesquieu, Rousseau, Locke. Es la fórmula escogida por el jefe del Estado. Ni Franco ni los beneficiarios del régimen pueden sacrificar  lo esencial, la barrera infranqueable erigida por la dictadura contra todo lo que suponen es el peligro de subversión social generado por la democracia. La huida hacia delante del desarrollo económico ha de permitir al régimen una nueva legitimidad frente a capas sociales más amplias: la legitimidad de la eficacia económica demostrable, susceptible de aportar argumentos capaces de vencer las reticencias de una población rebelde al discurso ideológico de Falange y del nacionalcatolicismo.

No se trata de camuflar la falta de libertad bajo eufemismos aduladores, como hacían los ministros de Acción Católica, sino de limitarla sin complejos como condición y contrapartida de un aumento rápido del nivel de vida. Sobre todo el de las clases medias hartas de vanas promesas.

Pero en 1957 los opus tecnócratas no las tenías todas consigo. Dos otros círculos de elegidos compiten. El primero el de los economistas oficiales del partido único, dirigidos por el presidente del Consejo Económico Higinio Paris Eguilaz. Este grupo temen la apertura económica a Europa y defiende una política de cooperación con América Latina, siguen defendiendo los privilegios de las empresas públicas. Por su parte el segundo grupo está formado por ex Falanges, progresistas, a quienes no convencen la eficacia de medidas fiscales y financieras neoliberales. Son partidarios de reformas de estructuras, proponen no sólo intensificar la expansión del sector industrial público también nacionalizar los bancos, crear un impuesto sobre la renta, reformar el régimen interno de las empresas privadas y la educación. Citan a autores neomarxistas norteamericanos y critican a los que están en el poder. Pronto se les tachará de revolucionarios disfrazados.
Laureano López Rodó
Laureano joven

Franco se queda con los neoliberales. Echa a Eguilaz y lo sustituye por Pedro Gual Villalbi. El historiador Ch. W Anderson supone que el jefe del Estado colocó a los economistas OD en los ministerios técnicos para no darles las carteras comprometidas políticamente. Dice que "Franco en 1957 sabía perfectamente que elegía hombres del OD al frente de la economía española". Además Anderson se pregunta si Franco era consciente de que estaba decidiéndose por un modelo neoliberal. Estima que es más convincente pensar que el objetivo era político.

"Franco quería mejorar la capacidad del régimen por la formación, la coordenación y la apuesta por una política económica dada sin referirse directamente al modelo neoliberal". (The political economy of modern Spain, 1970.)

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