INGENIERÍA SOCIAL

 Este ex, una auténtica mina de sapiencia intraopusina, a su lado me quedo en la cartilla o el Catón. Conoció al founder en zapatillas, allí en el colegio romano ¿cuando todavía estaba en el centro de Roma? 

 Hace bien en ir soltando perlas, el tiempo pasa, la vida se va y no sabemos la mitad de la mitad del cuarto de las ignominias. 

Tan bien envuelto estuvo el regalo envenenado y tan diferente "pitar" en la ciudad capital opus que es la mía donde hasta las aceras "pertenecen" a hacerlo en cualquier otro lugar. En Iruña/ Pamplona como se llama ahora te bañas en escrivanías, hasta el ateo, es ateo pero defiende las cosas buenas del od. Y si no piensa así, más le vale callar.

 

Ni la experiencia, ni la imaginación ni la deducción me han dado para los casos de conciencia que relata a propósito del sacramento de la confesión que era prescriptivo todas las semanas, y en la que era dificilísimo en tan corto lapso de tiempo hallar pecados.

 


 El "buen pastor" y el "mal pastor" me parece todo un hallazgo por su parte. El buen pastor es el que carga tu conciencia con culpas inexistentes y el mal pastor el que te la descarga. El buen pastor admite como pecado lo que no es sino falta contra la "regla de vida", aquella que nos hacía más parecidas a monjas que a laicas. Brillante.

Parece que como los canadienses preparan un Freedom convoy de camioneros por la libertad dirección Bruxelles, no veo ni España ni comunidades autónomas apuntadas.


Como víctima de manipulación me interesa la ingeniería social, qué es, de dónde viene y adónde va. Ahora ya no somos solo 4 presas niñas tontas, los países desarrollados han caído de lleno. Los no tan desarrollados se han librado de esta cruz.

Nacido en 1972, Lucien Cerise tiene formación en ciencias humanas y sociales, con especialización en lenguaje y epistemología. Se interesa por las nociones de frontera y límite, tanto en el campo político como en el psicológico, ético y conductual.

Le preguntamos, durante una fascinante entrevista, sobre la tiranía de la salud y la manipulación de las masas que aumenta de día en día.

Breizh-info.com: En primer lugar, ¿qué es la ingeniería social?

Lucien Cerise: la ingeniería social es un método de acción sobre los lazos sociales que apareció en los siglos XIX y XX. Este método logra la síntesis de dos corrientes de pensamiento que se iniciaron en la antigua Grecia. En primer lugar, el pensamiento utópico, cuya obra fundacional es La República de Platón. Y al mismo tiempo, el pensamiento estratégico, la reflexión sobre las estratagemas y la manipulación a través del lenguaje, el arte de la persuasión, teorizado por Aristóteles en su Retórica, escenificado por Platón en las contiendas verbales entre Sócrates y los sofistas, y que también se plasma en la obra de Homero con la figura de Ulises, “el hombre de las mil mañas”.

Entre contemporáneos como Karl Popper, la ingeniería social es un enfoque constructivista y mecanicista de los lazos sociales, en términos de “física social”, para hablar como los utópicos del siglo XIX. La empresa se diseña sobre el modelo de un edificio o de un ecosistema que se puede describir científicamente, y cuya planta, arquitectura se puede modificar intencionalmente, recombinar partes, agregar o eliminar ciertas partes mediante demolición, control, etc. Política y moralmente neutral, la ingeniería social se aplicó en Sudáfrica para construir el apartheid y se aplica hoy para deconstruirlo.

 

 La segunda definición histórica de la ingeniería social proviene del hacker Kevin Mitnick: la ingeniería social es una piratería del vínculo social mediante la usurpación de la identidad y el abuso de confianza, que permite modificar el comportamiento de los demás sin su conocimiento, incluso con su acuerdo para extraer información de él.

Estos dos enfoques combinados inspiraron en el siglo XX una nebulosa de disciplinas que gravitaron en torno a las ciencias de la gestión -cibernética, marketing y gestión- y las ciencias del riesgo, o cindínicas, dedicadas a la seguridad de los sistemas y métodos de hackeo de los “factor”.humano”, de su psicología y su comportamiento. 

 

Hoy propongo la siguiente definición sintética: la ingeniería social es la transformación furtiva de un sujeto social, individuo o grupo. Lo que llamamos lazo social, opinión pública, inteligencia colectiva, intersubjetividad o cognición social, toda esta masa de representaciones y emociones que hay entre nosotros, todo eso parece inmaterial y volátil, cuando en realidad es sumamente rígido y constrictivo, casi tanto como los muros físicos, no se desarrolla al azar y obedece a una arquitectura general, que se puede modelar, es decir esquematizar, y que luego se puede esculpir y trabajar como un objeto material o un entorno. 

Esta descripción tiene la ventaja de hacer visual lo que se creía invisible. En efecto, el lazo social está estructurado, organizado topológicamente por tres tipos de relaciones: confianza, desconfianza e indiferencia.

 La ingeniería social modifica las relaciones de confianza, desconfianza e indiferencia en la sociedad para dar una nueva forma a la sociedad, construir o reconstruir el vínculo social, reescribir los habitus, las rutinas, los automatismos y reacondicionar comportamientos.


Esta transformación pretende ser definitiva. Por esta razón, es una operación a escondidas, es como un pirateo del espíritu, en el sentido informático, es decir entran en tu casa sin tu permiso, no te das cuenta o si te das cuenta consientes, no quieren arriesgarse a una  vuelta hacia atrás. 

La primera etapa del  hacking es una operación de phishing, phishing  consiste en ganarse la confianza de los demás explotando los recursos del triángulo de Karpman, es decir, ocupando el lugar de la víctima y/o del salvador en la sensibilidad del objetivo humano a ser hackeado, para que deposite su confianza en nosotros. Podemos así designar un verdugo, un enemigo, sobre quien proyectar desconfianza. 

Todo está ahí: en cuanto tengamos la confianza del objetivo (u objetivos), podemos romper y recomponer los equilibrios sociales levantando la desconfianza entre ciertas partes de la sociedad en conflictos triangulados donde cada parte se ve a sí misma como un verdugo mutuo, o construyendo confianza entre otras partes jugando con la imagen de salvador o víctima. 

Cuando un objetivo está cerrado y abierto al hacker, confiando en él, el ingeniero social puede reescribir su percepción de la realidad haciéndole adoptar sus elementos de lenguaje, sus palabras clave, su narración, según el principio de la hipnosis: la palabra del hipnotizador se convierte en la realidad del hipnotizado. Esto es lo que yo llamo construcción de la realidad. 

El comportamiento real se define por la percepción de la realidad, que no es otra que la representación mental interiorizada de la realidad. Sin embargo, en sí misma, esta representación no es real, el símbolo no es lo que designa, el mapa no es el territorio. Y, sin embargo, es este mapa el que define las convicciones profundas de todos, por lo tanto, el comportamiento de todos, por lo tanto, lo que sucede en el mundo real. 

Una lección preocupante de este campo de estudio es que lo irreal tiene el mismo peso que lo real en nuestras vidas como seres humanos. La palabra no es la cosa, pero tiene el mismo peso que la cosa.

Breizh-info.com: A pocos meses del inicio de “La crisis del Covid-19” y con la poca retrospectiva que tenemos ahora, ¿podemos hablar de la mayor operación de ingeniería social de la historia?


LC: Esta crisis esencialmente mediática tiene puntos en común con los hechos del 11 de septiembre de 2001. En ambos casos se trata de una operación de transformación de la opinión pública mundial reescribiendo el triángulo de Karpman, con un nuevo verdugo, nuevas víctimas y nuevos salvadores,  es decir, la creación de nuevos lazos de confianza/desconfianza/indiferencia a escala internacional, a través de una narrativa ficcional mezclada con hechos reales.

 ¿Por qué ficticio? Porque en ambos casos, ciertas leyes de la naturaleza son transgredidas por la narración mediática de los hechos. Algunos elementos de las "versiones oficiales" del 11-S o de la epidemia de coronavirus son física o fisiológicamente imposibles. Más allá de estos paralelismos, debemos admitir que, de hecho, hemos cruzado un umbral en el control del comportamiento, que es cada vez más intrusivo e íntimo.

Desde hace varios meses asistimos al despliegue coordinado de un gran número de fuerzas económicas, mediáticas, políticas, geopolíticas, gobiernos, ONG, fundaciones, etc., cuya acción convergente consiste en intentar persuadirnos de algo a todas luces falso, esto es para forzarnos a una nueva realidad mental global. Estas fuerzas pueden llamarse pro-virus, ya que quieren que haya un virus extremadamente peligroso que amenazaría la supervivencia de la humanidad. 

Las fuerzas pro-virus se apoyan en una epidemia clásica, como la que ya ha conocido la especie humana, para amplificarla artificialmente a través de palabras e imágenes, y utilizar el pánico así fabricado como pretexto para transformar la sociedad de forma irreversible y, sobre todo, sin necesidad vital, por el contrario, ya que las medidas tomadas son mucho más peligrosas que el propio virus, sobre todo para la economía, de ahí este ambiente morboso que segrega la propaganda pro-virus. (....)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es buenísimo el escrito de Gervasio. ¡ Ojalá lo leyeran dentro!

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