CAMBIO DE ÉPOCA, MAL NECESARIO

 A partir del 25 de junio la Seguridad Social tiene entre sus prestaciones la facilitación de la Eutanasia. 

¿Sigue existiendo Hazte oír o lo han disuelto? y el Foro de la family, ¿continúa sus actividades? debe ser que no veo la tele y no me entero de las grandes movilizaciones al respecto. En este caso no se han hecho oír, y entre los srs diputados algún que otro supernume o cooperador tiene que haber, sería la primera vez en la historia un parlamento español opusfree, no es posible que hayan votado sí tan tranquilos ¿O sí es posible? me hago un lío. Al menos el padre del colegio como buen socialista habrá seguido la disciplina de voto de su partido y le habrá dado al Sí.

En un año en que no se oye hablar más que d muerte viene al pelo dicha ley.

Por primera vez en su historia, un tribunal del Vaticano presidido por un laico convoca a un "príncipe de la Iglesia": el cardenal Angelo Becciu. Hasta el motu proprio  de 30 de abril 2021 del Papa Francisco, los cardenales solo podían ser juzgados por el Tribunal de Casación del Vaticano, un organismo dirigido exclusivamente por miembros del Colegio Cardenalicio. La abolición de esta justicia de Antiguo Régimen, cuyo objetivo era proteger a los futuros electores del Papa, se debe según el pontífice, a la necesidad de una "verdadera igualdad".

Esta exigencia de igualdad es fundamental, comenta un catedrático de derecho canónico de una de las universidades pontificias de Roma, porque rompe con la "tolerancia" o incluso el "silencio" cultural que ha caracterizado durante mucho tiempo el funcionamiento de las autoridades del Vaticano. Hasta hace poco prevalecía "una cultura en la que se tiene en cuenta el caso especial a expensas de la regla universal". Este modo de proceder estaba "anclado" en el derecho canónico, por ejemplo en el caso de los llamados  "procedimientos de equidad".


Como ocurre con los casos de abuso sexual, por ejemplo en la gestión de los cometidos por el excardenal Theodore McCarrick, la justicia vaticana considera hoy que nadie puede beneficiarse de un trato especial. Está en juego una lógica de "purificación" de las instituciones vaticanas que se percibe como esencial para preservar la credibilidad de la Santa Sede, analiza este experto canonista que desea permanecer en el anonimato. 

Para este experto, la distinción resultante de los Acuerdos de Letrán (1929) entre el Vaticano, el estado temporal del Papa, y la Santa Sede, el centro espiritual de la Iglesia católica, es cada vez menos relevante. Erigido para responder al final de los Estados Pontificios, poder temporal del Papa, y a la llamada cuestión romana, el Vaticano siempre se ha considerado a sí mismo "frente por frente con Italia" y ha conservado una función "cultural" heredada del pasado. Hoy tiene que ser "un perfecto estado pontificio", insiste el canonista, porque depende de su correcto funcionamiento pero sobre todo de su "credibilidad espiritual".

El hecho de que un cardenal sea un justiciable “casi como los demás”  miembros del pequeño Estado es el signo de este “acercamiento” de las dos entidades - “casi”, porque el Papa Francisco tuvo que autorizar la citación del cardenal Becciu. 

 

Esta evolución radical del Estado más pequeño del mundo supone acabar con una forma de amateurismo generalizado al más alto nivel de la Curia, que se adivina  leyendo las acusaciones presentadas por la Santa Sede en el asi denominado "caso del edificio de Londres".  "Existe un estrecho vínculo entre la incompetencia y el hecho de que te roben", denunció recientemente el cardenal australiano George Pell, ex prefecto de la Secretaría de Economía que fue al inicio del pontificado la punta de lanza de la profesionalización de la Santa Sede. .

"No basta satisfacerse con la gestión que haría un buen padre de familia", dijo un funcionario de la Curia. Aunque haya mucha "resistencia"a las novedades, la dinámica de la profesionalización parece haberse puesto en marcha. Prueba de ello es el hecho de que la investigación sobre el caso del "edificio de Londres" fue llevada a cabo por un ex magistrado italiano designado por el Papa Francisco en 2019, el presidente del Tribunal, Giuseppe Pignatone. Esta designación es contraria a la tradición del Vaticano que siempre recurría exclusivamente profesores de derecho en el Vaticano, el pontífice esta vez fue a buscar a un ex fiscal de la fiscalía romana que cobró fama en la lucha contra la mafia.

El juicio podría crear "mucho escándalo y debilitar la confianza que los católicos tienen en el funcionamiento del Vaticano", dijo el funcionario de la Curia. Pero es un "mal indispensable" insiste, porque se trata de la "ejemplaridad" de la Santa Sede. Y concluye: "El Papa fue elegido para ello". (cath.ch/imedia/cd/rz) 

En cuanto a la primera audiencia que tuvo lugar ayer día 28:

Cuando entra en la sala del juicio hacia las 9:17 a.m., se hace un incómodo silencio. Los periodistas ven con curiosidad como el cardenal Becciu que luce una cruz pectoral toma asiento. Es la primera vez que asiste a un juicio y quiere hacerlos saber, por lo que se dirige a los pocos periodistas presentes: "¿Habéis ido alguna vez a un juicio? ... Yo no".

Con Mons. Mauro Carlino, su exsecretario, el prelado es el único de las 10 personas convocadas que comparece. A excepción de Gianluigi Torzi, las demás personas convocadas no justificaron su ausencia. El financiero italiano, acusado de extorsión, por su parte argumentó a través de su abogado que se encontraba bajo arresto domiciliario en Inglaterra a raíz de una orden emitida por la justicia italiana.

Posteriormente, los jueces dejaron a los abogados defensores expresarse sobre todas las fallas y deficiencias procesales que observaron en el informe del Promotor de Justicia, Gian Piero Milano. Por ejemplo, el abogado de Enrico Crasso afirmó que el Vaticano había retenido ciertos documentos y grabaciones obtenidos durante los registros realizados durante la investigación y, al igual que varios de sus colegas, solicitó una remisión.

Los abogados también han cuestionado ampliamente ciertos procedimientos y métodos específicos de la justicia del Vaticano, en particular el uso post facto de rescriptos del Papa Francisco para poder operar. La forma en que se llevó a cabo el interrogatorio del obispo Alberto Perlasca, exsecretario del cardenal Becciu -quien no es citado en el juicio a pesar de su clara participación en varios aspectos del caso- ha suscitado interrogantes.

Otro punto espinoso planteado por los abogados: la acusación de Cecilia Marogna, la asesora informal  del cardenal Becciu, podría plantear un problema. Este último, de hecho, está sujeto al secreto de la defensa en determinadas cuestiones como parte de su colaboración con los servicios secretos italianos. Pero ya hoy día 29 el gobierno italiano se apresura a notificar que de eso nada monada....no hay ningún peligro para la seguridad del Estado italiano si esta sra habla.

"No cabe duda por la forma en que nos comportamos, no hemos torturado a nadie", bromeó Alessandro Diddi, fiscal adjunto de la investigación. La abogada de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) -que interpuso una acción civil en la Secretaría de Estado- por su parte recordó los plenos derechos del Papa para modificar la ley vaticana. Varios abogados cuestionaron la participación del “banco” de la Santa Sede en el juicio.

Dada la acumulación de críticas, el presidente del tribunal del Vaticano, Giuseppe Pignatone, deliberó con los demás jueces durante un cuarto de hora y luego pronunció su veredicto. Considerando legítimas muchas de las solicitudes de la defensa, ordenó a la Procuraduría de Justicia que pusiera a disposición de los abogados los documentos que faltaban en el expediente. También revocó una orden de arresto contra Raffaele Mincione, el banquero italo-británico que está en el nudo del asunto financiero. Y ha pospuesto el juicio hasta el 5 de octubre a las 9:30 a.m.


Tras la audiencia, el cardenal Becciu reservó unas palabras declaró a los periodistas, por primera vez tras meses de silencio. "Siempre he sido obediente al Papa, [...] me confió muchas misiones en mi vida, quería que yo viniera al juicio y he venigdo al juicio". Y, como ya había expresado el sardo por medio de su abogado, afirmó su confianza en el hecho de que los jueces "verán correctamente los hechos". "Mi gran esperanza y certeza es que reconozcan mi inocencia".

El prelado también confirmó que había dado mandato a sus abogados para procesar a dos de sus ex colaboradores por las "graves denuncias que hicieron sobre (estos) temas y que aparecieron en los documentos del juicio". El primero es el arzobispo Alberto Perlasca, quien aparece, según el informe, como el principal testigo a disposición del Promotor de Justicia dentro de la Secretaría de Estado. La segunda es Francesca Immacolata Chaouqi, una ex empleada del Vaticano que estuvo involucrada anteriormente en el caso Vatileaks en 2015.

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