LAVADO DE CARA DEL RÉGIMEN

Como alguien se ha metido con los anarquistas traigo un anarquista famoso, José Luis García Rúa que presenta la democracia española como el sexto capítulo del franquismo.




Me agrada el estilo de los libertarios como éste, parece que acaba de dejar las fichas del dominó y se pone a perorar de historia de España con naturalidad y sencillez. Sin pretensiones retóricas, con pretensiones pedagógicas, ilustradoras.

Destaco las seis etapas del franquismo, la quinta sería la de los tecnócratas del "opus Dei" sobre la que no se extiende mucho, pero pareció más presentable presentarse como tecnócrata, así como sin ideología, de cara al exterior. Cuando había tanta ideología en su interior como tuvimos ocasión de experimentar, y además más arcaica que el fascismo de Falange, que de cara a la opinión fungió de oponente del Opus, en los felices 60.

En la primera etapa del 39 al 42 el régimen era descaradamente fascista. Alemania iba triunfando en la guerra, "éramos" sus aliados. En ese período de tiempo Franco fusiló así como a ¿200.000? se habló de que una comisión internacional investigaría semejante masacre, pero nada se hizo y se ha procurado hasta hoy que esa cifra de fusilados, en "tiempo de paz" no quede clara para que no se hable mucho del tema. Ya os daréis cuenta que no pasa lo mismo con las víctimas de Eta, todos sabemos que son unas 800 en 40 años. De los miles que mató el dictador, silence buscado.

Me importa porque son los años y es el contexto del despegue del "opus Dei": tesis patrioticas, cátedras patrióticas, vocaciones de ingenieros, filósofos, historiadores, apertura de centros por todas las capitales...y sí claro, en los pelotones de fusilamiento no estaba Escrivá ni sus chicos diciendo ¡apunten fuego!, pero la miseria del pueblo español era muy grande, como para no verla, y sin embargo nunca, jamás de la vida se nos habló de ella. O de que todos estos primeros hubieran intervenido en paliar de algún modo la desolación de la inmensa mayoría de obreros, campesinos, gente de abajo a la que se humilló y aplastó lo indecible.

Como bien dice García Rúa, Franco procuró que el pueblo español a la vuelta de 50 años no supiera nada de lo que había habido antes del 39. Objetivo conseguido plenamente. Aún hoy a los 80 de todo aquello, es de radicales andar desempolvando trastos viejos. Un país sin memoria no tiene ni presente ni futuro, a ciegas vamos.

Hasta el 43 fuimos plenamente fascistas. Antes de esa fecha los ricos de Europa ya se preparaban para la victoria de los Aliados, pero en Stalingrado es cuando se vislumbra la derrota alemana. Hubo que echar a Serrano Súñer demasiado pro germánico, hubo que tirar de "catolicismo" para darle otro cariz al régimen. Y a partir del 49, tras bloqueo de Berlín, creación de RFA, inicio oficial de la guerra fría, tocaba ser el alumno anticomunista aventajado de la clase. Seguimos los gobernantes españoles haciendo de alumnos aventajados de Alemania, no hay más que ver Rajoy, no hay más que ver Sánchez.

Lo  de la transición al final no se entiende sin este largo preámbulo. La corrupción, el dinero compra voluntades es elemento indispensable del régimen que vivimos, así como el crimen de Estado del que pone ejemplos: criminales liberados, policías y jueces investigadores defenestrados. Nombra a los historiadores españoles que han contribuido a dulcificar el régimen de Franco en el imaginario: entre los españoles Suárez y Tussell me constan conexiones escrivarianas, entre los extranjeros Benassar.

Pío Moa estuvo acertado diciendo que Franco había traído la democracia a España. Así es ella. Julio Cerón profetizó los 40 de posfranquismo.

El cementerio formado por dignidades enterradas, en medio de él vivimos. Allí se vendió todo, Gregorio Morán dice que la transi fue cosa de no más de 7: ¿rey, Suárez, Torcuato, Carrillo, (Fraga), (Felipe), (Martín Villa)?