LA CIA Y EL VATICANO

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Operación Gladio: La alianza no santa

Entre el Vaticano, la Cia y la mafia: reseña del libro de  Paul L. Williams

Antony C. Black

El  2 de agosto 1980 una super explosión destrozó la estación de tren de Bolonia. Murieron 85 personas y hubo cientos de heridos. Aunque se acusó en principio a la legendaria guerrilla urbana italiana Brigadas Rojas, pronto se supo que el ataque había sido planeado por el estado profundo dentro del propio gobierno italiano.

La naturaleza de dicho estado secreto compareció una década más tarde cuando el primer ministro Giulio Andreotti, respondiendo a las preguntas de una comisión de investigación reveló que había armas escondidas por todo el país a disposición de una organización que más tarde se supo se llamaba   ‘Gladio’.

Los miembros de dicho grupo incluían no solo cientos de figuras políticas de la derecha en los servicios de inteligencia, ejército, gobierno, Iglesia y corporaciones, también y sobre todo un buen ramillete de fascistas sin arrepentir de la guerra, psicópatas y criminales de los bajos fondos. A pesar de los esfuerzos de Andreotti para presentarlos como patriotas, fue evidente para el resto del pueblo que eran gente bastante mala. No lo sabían todo. Investigaciones de  Daniele Ganser, Claudio Celani, Jurgen Roth y Henrik Kruger retrazaron las conexiones con grupos similares repartidos por toda Europa y se vió que formaban organizaciones terroristas del estado profundo y últimamente se ha sabido que eran vasallas de los más altos mandos de la   CIA y de la OTAN.

El apodo de 'Gladio' (se refería a la espada de dos filos utilizada en la Roma clásica) se amplió para incluir una desconcertante  serie de estructuras terroristas  relacionadas con el deep state que incluyen: 'P2' en Italia, 'P26' en Suiza, 'Sveaborg' en Suecia , 'Counter-Guerrilla' en Turquía y 'Sheepskin' en Grecia. Se descubrió que esta lista europea (que no es definitiva) tenía conexiones no solo con prácticamente todas las organizaciones terroristas estatales secretas patrocinadas por Estados Unidos en todo el mundo (incluidas las de la Operación Cóndor en América Latina), sino también con muchos de los cárteles de la droga globales que proporcionaron los necesarios fondos para financiar y engrasar toda esta podedumbre y corrupción.

Por si todo ello no sonara suficientemente siniestro, nos referiremos a la estructura diabólica de la construcción llamada "Gladio". Y en esos detalles entra el extraordinario libro publicado en  2015 por el periodista Paul L. Williams titulado, ‘Operation Gladio: The Unholy Alliance Between the Vatican, the CIA and the Mafia’. Aunque ya hay otras publicaciones sobre el asunto dignas de mención, como   ‘NATO’s Secret Armies’ de Daniele Ganser, y el reciente ‘Gladio: NATO’haber realizado un retrato completo de las maquinaciones  globales de Operation Gladio.

Antes de embarcarnos en un viaje tan lúgubre como fascinante, vale la pena señalar que, si bien 'Gladio' fue oficialmente reconocido y condenado por el Parlamento Europeo (en noviembre de 1990; Washington y la OTAN se han negado a 'hacer comentarios' sobre el asunto) ), y aunque se ordenó el desmantelamiento de sus múltiples órganos y facciones, es poco probable que esto  último se haya realizado del todo. El contexto histórico de 'Gladio', es el telón de fondo por excelencia para comprender los eventos de de la marca registrada "falsa bandera" en la era moderna.

De fantasmas y "made men"

Los orígenes generales de esta red laberíntica de actores estatales profundos se encuentran en los llamados 'ejércitos que se quedaron atrás' al final de la Segunda Guerra Mundial por las potencias aliadas (principalmente los EE. UU.), Aparentemente para actuar como fuerzas de resistencia en caso de que los soviéticos alguna vez invadieran Europa. Rápidamente la razón de ser de los "ejércitos" se transformó en una misión para contrarrestar,  no la invasión externa, sino la subversión interna ". Así fue como se procedió a socavar no solo del socialismo europeo de posguerra, sino la propia democracia italiana, griega y global.

Pero nos adelantamos.

El principal inventor de los "ejércitos que se quedan atrás", dice Williams, fue el general Reinhard Gehlen, jefe de la inteligencia militar alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Habiendo previsto desde el principio que el Reich estaba condenado a la derrota, Gehlen  “tuvo la idea de formar escuadrones guerrilleros clandestinos compuestos por la juventud hitleriana y fanáticos fascistas acérrimos” aparentemente para defenderse de la inevitable invasión soviética. A estas unidades guerrilleras las llamó "hombres lobo".

Para no perder una oportunidad fascista nada más verla, la Oficina de Servicios Estratégicos de los EE. UU. (OSS, precursora de la CIA), dirigida por William 'Wild Bill' Donovan reclutó a Gehlen y al general de las SS Karl Wolff (en 1945) en la formación de la Organización Gehlen (que más tarde se transformó en el actual BND alemán) y recibió su financiación inicial de los recursos de inteligencia del Ejército de los Estados Unidos G-2.

El hombre clave estadounidense  fue Allen Dulles, en 1927 primer presidente del Consejo de Relaciones Exteriores, y más tarde primer jefe de la CIA. Debidamente incorporados al redil estadounidense, a los "hombres lobo" se les dijo que su primera misión sería Italia, allí se les rebautizó como "gladiadores". Había nacido la Operación Gladio.

En 1947, la CIA (que, ese año, había reemplazado al OSS) se enfrentó a su primera tarea desmovilizadora, consistente en evitar que el Partido Comunista Italiano (PCI) formara gobierno. Las elecciones estaban programadas para 1948 y el PCI llevaba las de ganar  en toda Italia Sicilia incluida.. Pero menos mal que "Gladio" estaba dispuesto y a la espra. Los gladiadores habían estado entrenando en un campamento especial establecido en Cerdeña bajo el mando local del ex líder fascista italiano de la Segunda Guerra Mundial, el príncipe Junio ​​Valerio Borghese.

Además, cientos de mafiosos estadounidenses empezaron a llegar a las costas de Italia para echar una mano con el "problema" comunista. La llegada de los 'made men' fue el resultado de los esfuerzos de Donovan a partir de 1943. Trabajó con los mafiosos estadounidenses Charles 'Lucky' Luciano y Vito Genovese con el fin de obtener fondos procedentes de las drogas destinados a las operaciones encubiertas de la OSS, y de reinstalar la Mafia siciliana en la isla antes de la Operación Husky, la invasión aliada de Sicilia. Estas fuerzas se desataron contra el electorado italiano, y hasta 1948 un promedio de cinco personas por semana fueron asesinadas por las unidades terroristas respaldadas por la CIA. Los resultados fueron terriblemente predecibles. Aleluya, el PCI fue derrotado y los demócratas cristianos volvieron al poder.

La amenaza seguía viva. La mitad del electorado italiano era comunista o simpatizante, mientras que muchos izquierdistas infectaban el resto del enfermo cuerpo europeo. Había más que hacer. El problema era el dinero. No había suficiente.

Los 200 millones de dólares iniciales que financiaron Gladio procedentes de las fundaciones Rockefeller y Mellon se habían agotado. Y aunque la Ley de Seguridad Nacional de 1947 había proporcionado la laguna jurídica que permitía las operaciones encubiertas de la CIA, no permitía permitido su financiación pública por el Congreso. Ese era el problema. Afortunadamente, Paul Helliwell sabía cómo resolverlo.

Paul Helliwell era un miembro interno del OSS original (junto con los vástagos clave de las familias Morgan, Mellon, Vanderbilt, Carnegie, DuPont y Ryan) y, según Williams, probablemente el mayor héroe anónimo del llamado 'Oh-So-Social 'club. Fue él, quien, habiéndose iniciado en el intercambio de opio por armas cerrando acuerdos  con el Kuomintang (KMT, Ejército Nacional Chino  contrario a Mao Zedung), tuvo la brillante inspiración de hacer exactamente lo mismo en Estados Unidos.

Por lo tanto a sugerencia suya Donovan decidió forjar un vínculo profundo que todavía perdura entre los servicios de inteligencia estadounidenses y el crimen organizado. Entraron en escena  personajes tan notables como 'Lucky' Luciano, Vito Genovese, Meyer Lansky y los clanes del crimen Trafficante y Gambino. Rápidamente, las calles de, primero, Nueva York, y luego de muchas metrópolis estadounidenses, se inundaron de heroína. Estos primeros y felices días pronto conducirían a la infame 'Conexión francesa', de allí al 'Triángulo de oro' (donde la propia 'Air America' de la CIA transportó drogas desde el sudeste asiático durante la Guerra de Vietnam) y, más tarde, a los cárteles de la droga de los Balcanes, México y Colombia.

Todo perfecto. Pero, para empezar, todavía había un problema en el invento de drogas por armas para el terror. A saber: cómo pagar al mafioso sin que nadie se dé cuenta, de hecho, cómo esconder, blanquear y esconder todo esta sucia finanza de las miradas indiscretas de las autoridades,  ya sabéis, las autoridades reales, la policía del Tesoro y demás. ¿Cómo hacerlo?

The Vatican Connection

El artículo 2 del Tratado de Letrán de 1929 era claro e inequívoco. El artículo, que servía para regular los asuntos entre la Santa Sede y el Estado italiano, prohibía expresamente cualquier injerencia de este último en los asuntos del primero. Por supuesto, difícilmente es concebible que los redactores del Tratado hubieran previsto alguna vez lo que tal inmunidad podría significar realmente en la práctica. Probablemente no habían contado con la formación diabólica del Instituto de Obras de Religión (IOR), o más coloquialmente, el Banco del Vaticano

Fundado por el Papa Pío XII y Bernardino Nogara en 1942, el Banco pronto llegaría a servir como el repositorio principal de posguerra tanto para la mafia siciliana como para la OSS / CIA, donde todos los fondos y documentos relacionados con el tráfico de drogas y Gladio serían almacenados y lavados. Ya en 1945 el Papa había recibido en audiencias privadas a Donovan para discutir la implementación de Gladio y  como informa Williams, Donovan  por sus méritos de cruzado anticomunista fue nombrado caballero con la Gran Cruz de la Orden de Silvestre. Anteriormente, Pío XII había demostrado ser un aliado leal al trabajar con Dulles y la OSS para establecer las líneas de ratas utilizadas para ayudar a los jefes nazis en su huida de Europa. Tras la guerra se abrían nuevos horizontes. El primer deber, por supuesto, era destruir la amenaza comunista con respecto a las elecciones de 1948. Con este fin, el Papa autorizó a sus propios escuadrones de terror dirigidos por  Monseñor Bicchierai a que ayudaran a los gladiadores y los "hombres hechos" a intimidar al electorado italiano. Misión cumplida.

La segunda tarea sin embargo, era a más largo plazo. El comunismo, el socialismo y, de hecho, cualquier forma impía de gobierno progresista, en cualquier lugar, tenía que ser erradicada en su origen. Para esto se necesitaría dinero. Mucho dinero. Dinero imposible de rastrear. Dinero de la droga. En los meses previos a las elecciones de 1948, la CIA depositó unos 65 millones de dólares en el Banco del Vaticano.  Ese dinero salió de la heroína producida por el gigante farmacéutico italiano Schiaparelli, y  fue transportada por la mafia siciliana a Cuba, donde fue cortada y distribuida en Nueva Orleans, Miami y Nueva York por la familia Santo Trafficante. A pesar de lo lucrativo que resultó el negocio no bastó para satisfacer las necesidades de la CIA y "Gladio". Hacía falta más. Más redes de drogas y más bancos. Gladio estaba a punto de globalizarse.

Para empezar se forjó una nueva alianza con la mafia corsa. A diferencia de la mafia siciliana, los corsos tenían una amplia experiencia en el procesamiento de heroína, una habilidad que habían adquirido a lo largo de años de trabajo con técnicos laosianos, camboyanos y vietnamitas en la Indochina francesa. Así nació una ruta de suministro que iba desde Birmania a través de Turquía hasta Beirut y  Marsella. Por desgracia, hubo un pequeño contratiempo cuando los trabajadores portuarios de izquierda en Marsella, simpatizantes del ejército rebelde dirigido por Ho Chi Minh, se negaron a cargar y descargar los barcos de Indochina. No problem. Un hábil terror administrado por los muchachos corsos (y financiado por la CIA), y problema resuelto. En 1951, Marsella se había convertido en el centro de la industria occidental de la heroína. Voilà, la "Conexión francesa"

Mientras tanto, Wild Bill Donovan había "dimitido" de la CIA para formar la Corporación de Comercio Mundial (WCC), cuya función principal era facilitar los contratos "armas por drogas" con el KMT. Paul Helliwell echó una mano muy necesaria como jefe de Sea Supply, Inc., una empresa tapadera de la CIA que ganaba dinero enviando heroína desde Bangkok. En 1958, la operación tuvo fue tan éxitosa que se estableció una segunda ruta de suministro por Saigón. En esta ruta fue decisiva la ayuda de Ngo Dinh Diem, el déspota instalado por Estados Unidos de Vietnam del Sur.

Aún así una  potencial nubecilla ensombrecía el horizonte: llegaría un día en que todas estas travesuras saldrían a la luz. ¿Qué hacer? El primer reflejo fue echar la culpa del creciente problema de heroína en Occidente a los comunistas chinos de Mao Zedung. La segunda respuesta más pensada consistió en organizar una campaña para desviar la atención de la CIA y lavar su imagen. Con este fin, en 1953, la CIA estableció la Operación Mockingbird '. Bajo bandera "Mockingbird", la Agencia reclutó a cientos de periodistas estadounidenses para difundir   propaganda sobre las beneficiosas actividades de la CIA. Este depravado tejido de anti-periodismo contó con cadenas informativas  incluidas ABC, NBC, Newsweek, Associated Press y The Saturday Evening Post. Los chicos y chicas de Langley podrían relajarse. A partir de entonces los ojos de los estadounidenses (y del mundo entero) se volvieron prisioneros de las lentes de color rosa de "Mockingbird".

Pero volvamos al Vaticano. El IOR, como sólido pilar bancario de la de Gladio, difícilmente podría sacar adelante solo todo el trabajo. Después de todo, la industria mundial de la heroína, en 1980, estarba generando unos 400.000 millones de dólares anuales. Por el camino, se necesitaría una red financiera extensa y orquestada que complementara al Banco de Dios. Como en cualquier buena orquesta, ayuda tener un maestro de genio  exquisito para dirigir el espectáculo. Michele Sindona se merece por eso un buen aplauso. La biografía de Sindona comienza humildemente con una licenciatura en derecho tributario por la Universidad de Messina en 1942, tras lo cual y rápidamente se lanza al estrellato como importante asesor financiero de la mafia siciliana, agente de la CIA y desde ahí banquero de confianza de la Santa Sede. A fines de la década de 1950, Sindona se había convertido en el eje de un nexo entre la mafia, la CIA y el Vaticano que como dice Williams de su acción "resultaría el derrocamiento de gobiernos, masacres generalizadas y devastación financiera".

 

 

Michele Sindona 1920-1986, murió envenenado en la cárcel

 

Aunque es mejor dejar al autor la elaboración completa de este sistema financiero desconcertantemente complejo, vale la pena saborear brevemente algunos aspectos destacados. Para empezar, Sindona compró Fasco AG, una sociedad de cartera de Liechtenstein y a través de la cual compró su primer banco, la Banca Privata Finanziaria (BPF). BPF se transformaría, a través de un banco intermediario con sede en Chicago, Continental Illinois, en el conducto principal para transferir dinero proveniente de la droga del IOR a Gladio. De hecho, fue este oleoducto bancario en particular el que proporcionó el inmundo dinero que alimentó el golpe de estado de 1967 en Grecia. Hay más todavía.

A través de sus contactos en Chicago Sindona conoció a monseñor Paul Marcinkus,  popularmente apodado "el gorila". El gorila medía dos metros y medio, "un luchador callejero talentoso ... y un amante del champán, los puros finos y las mujeres jóvenes". Bajo el patrocinio de Sindona, Marcinkus pronto se convertiría en el guardaespaldas personal del Papa Pablo VI y JPII y en jefe del IOR. Un tercer mosquetero en la persona de Roberto Calvi (adjunto y más tarde director titular del famoso Banco Ambrosiano con sede en Milán) vino a completar el grupo de tres amigos del Vaticano. Juntos, se convertirían en una figura colectiva dramática en el submundo bancario global durante todo el 'anni di Piombo', los años de liderazgo de Gladio en Italia de 1969 a 1987. Cuán dramático resultó la unión queda ilustrado  por el trágico final de Calvi. ¿Quién de nosotros, lo suficientemente mayor para recordar, puede olvidar el espectáculo macabro (junio de 1982) del cuerpo de Calvi colgando del puente de Blackfriars, con los pies colgando sobre el Támesis y  cinco ladrillos en los bolsillos del pantalón? Sindona sería asesinado en 1986 por medio de una taza de café que contenía  cianuro  que le fue suministrada en la cárcel bajo "máximas medidas de seguridad".

 Calvi con Pablo VI. El puente Blackfriars donde se encontró su cuerpo colgado

Calvi fue una figura clave en el establecimiento de una serie de ocho empresas fantasma (seis en Panamá, dos en Europa) a través de las cuales se alentó a los narcotraficantes como Pablo Escobar a depositar su botín. La CIA ayudó a transportar la cocaína de Escobar por medio de una flota de aviones que operaban desde el aeropuerto de Scranton en Pensilvania. Luego, el dinero se transfería a través del Banco Ambrosiano al IOR, que cobraba entre un 15 y un 20% por los servicios de transferencia. Desde allí, los fondos se distribuían a una serie de bancos europeos creados por Sindona para que los usaran las unidades Gladio repartidas por todo el continente. Además del flujo de efectivo de los cárteles, los fondos se transfirieron del Banco Ambrosiano a las ocho empresas ficticias, también para que la CIA financiara sus operaciones encubiertas.

Era un procedimiento operativo general de todo el sistema bancario Gladio, es decir el sistema, lejos de estar diseñado para generar ganancias, estaba diseñado expresamente para "perder" dinero; es decir, para desviarlo hacia operaciones encubiertas. De ahí  las espectaculares quiebras en cadena  de una serie de bancos relacionados con la CIA: Franklin National Bank (comprado por Sindona), Castle Bank & Trust, Mercantile Bank & Trust (ambos creados por el omnipresente Paul Helliwell), Nugan Hand Bank ( en Australia, y de los cuales se desviaron fondos para sabotear al primer ministro Gough Whitlam durante la guerra de Vietnam), y el infame Bank of Credit and Commerce International (con sede en Karachi para ayudar, principalmente, al comercio de heroína del sudeste asiático). De hecho, fue precisamente el colapso del propio Banco Ambrosiano lo que llevó a Calvi y Sindona a un final prematuro.

Para terminar vale la pena señalar aquí que estas augustas instituciones estaban vinculadas en un estrecho abrazo criminal con muchas de las firmas financieras más prestigiosas de Estados Unidos, como Citibank, Bank of New York y Bank of Boston. La base del iceberg, en resumen, se extendía a lo largo y ancho. Pero entonces, ¿para qué estaba sirviendo realmente todo ese dinero?

El terror

Tras el fracaso de la democracia italiana en 1948, los "ejércitos secretos" de Gladio entraron en un período de lo que podría caracterizarse como incubación. Así, durante la década de 1950 se fueron creando las distintas rutas de suministro de drogas y redes financieras, y algunas de las principales organizaciones políticas. Probablemente la más importante de ellas fue "Propaganda Due", también conocido como "P2".

Creada en 1877 era una logia de masonería para la nobleza piamontesa, Mussolini la prohibió en 1924 y tras la guerra resucitó  con la aprobación de Allen Dulles, él mismo un masón de grado treinta y tres. La logia, aunque al principio dominada principalmente por  espías, militares y figuras de la mafia, pronto reuniría al who es who de los principales políticos, industriales, banqueros y empresarios de medios de comunicación italianos. De hecho, la organización se ramificaría por toda Europa, América del Norte y del Sur, y entre sus miembros se incluirían  luminarias como Henry Kissinger y el general Alexander Haig

Un integrante de la "P2" de especial importancia fue Licio Gelli. Su pedigrí era impresionante:  ex voluntario en el 735 o Batallón de Camisas Negras,  ex miembro de la División SS de élite bajo el mando del mariscal de campo Goering y más tarde, empleado a sueldo del Cuerpo de Contrainteligencia de los Estados Unidos del Quinto Ejército. Trabajando con William Colby, el agente de la OSS en Francia, y Allen Dulles, el director de la OSS, Gelli logró pronto entrar en el Vaticano, donde ayudaría a establecer las rutas de huida de los nazis a Argentina. Más tarde, sus vínculos con Argentina resultarían fundamentales para facilitar la Operación Cóndor, el programa de asesinatos en masa respaldado por Estados Unidos en América del Sur de los años 70 y 80. Además, en 1972, Gelli aparecería como el Supremo Venerable Maestro de la P2 bajo cuyo liderazgo la logia alcanzaría su pleno y horrible florecimiento. Hay  que mencionar que de resultas de una redada policial en su mansión en 1981 salió a la luz la estructura completa de los tentáculos de Gladio. Pero me estoy desviando.

Una de las primeras acciones sustantivas de Gladio fue el golpe de Estado turco de 1960. El primer ministro en ejercicio, Adnan Menderes, cometió el error fatal de creer que él estaba realmente a cargo y realizó una visita a Moscú para obtener ayuda económica. El "ejército que se había quedado atrás" en Turquía conocido como Counter-Guerilla, en alianza con el ejército turco, rápidamente lo desengañó de modo expeditivo arrestándalo y ejecutándolo. A lo largo de la década de 1970, tanto Counter-Guerilla como su ala juvenil, los Lobos Grises, organizaron “ataques terroristas continuos ... que resultaron en la muerte de más de cinco mil estudiantes, maestros, líderes sindicales, libreros y políticos.

La contraguerrilla también figuraría en el golpe turco de 1980 cuando su comandante, el general Kenan Evren, derrocó al gobierno moderado de Bulent Ecevit. Según Williams, el presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, llamó jubiloso al jefe de la oficina de la CIA en Ankara, Paul Henze: `` ¡Sus muchachos lo han hecho! '', lo que habían hecho era instalar una dictadura torturaría y encarcelaría a miles de turcos. Los muchachos turcos Gladio también se emplearían a fondo en la década de 1980 contra el PKK, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán. Dichas acciones estaban en consonancia con la visión de Zbigniew Brzezinski (asesor de seguridad nacional de Carter) sobre la importancia de controlar Asia Central de la que Turquía era puerta de acceso y, por lo tanto, un aliado clave de la OTAN.

Por desgracia, Gladio fracasó en Francia, donde, después de haber apoyado una serie de intentos de asesinato del demasiado independiente presidente Charles de Gaulle, se encontró con que De Gaulle le daba un puntapié. En realidad, fue la propia OTAN que entonces tenía sede en París, la que fue expulsada sin ceremonias de Francia en 1966. De allí se trasladó a su actual, acogedora y famosa residencia corrupta en Bruselas. Pero, por supuesto, De Gaulle se había adelantado y había comprendido quién estaba realmente detrás del desorden e intento de asesinato.

A Grecia, por desgracia, no le fue tan bien. En 1967, la "Hellenic Raiding Force", una franquicia de Gladio y siguiendo un guión escrito por la OTAN titulado Operación Prometeo, derrocó al gobierno de izquierda de George Papandreou. La dictadura militar resultante duraría hasta 1974, aunque esto difícilmente marcaría el final de las tribulaciones de Grecia. Desde 1980 hasta cerca del cambio de milenio, la nación sufriría bajo un reinado de terror y asesinatos políticos atribuidos nominalmente al '17 de noviembre', un presunto grupo revolucionario marxista, pero que de hecho (y aquí brevemente me relaciono con autores Cottrell y Ganser) era otra facción de Gladio griego conocida como 'Piel de oveja'.

Esto ilustra un punto que la investigación de Ganser ya sacó a la luz: en principio prácticamente todos los supuestos grupos `` revolucionarios de izquierda '' que se decía que habían estado operando en Europa durante los años de la posguerra eran, en verdad, una unidad del `` ejército secreto '' de Gladio o bien habían sido completamente infiltrado por los servicios de inteligencia estatales, y posteriormente fueron dirigidos por ellos con fines terroristas de Estado al estilo Gladio. Este extremo está bien documentado en el caso de las 'Brigadas Rojas' de Italia y la 'Pandilla Baader-Meinhof' en Alemania. La 'pandilla' fue convenientemente exterminada a sangre fría en la 'noche de los cuchillos largos', el 18 de octubre de 1977, mientras estaba bajo custodia en la prisión de Stammheim. También, por cierto, se refiere a la asociación anterior universalmente atestiguada de muchos terroristas de hoy en día "con los agentes de policía y de inteligencia".

España, a principios de los años 70, Stefano delle Chiaie y sus compañeros agentes de Gladio de Italia proporcionaron su experiencia en consultoría a la policía secreta del general Francisco Franco, que llevó a cabo más de mil actos violentos y unos cincuenta asesinatos. Tras la muerte de Franco en 1975, delle Chiaie se mudó a Chile para ayudar a Augusto Pinochet, respaldado por la CIA, a establecer sus escuadrones de la muerte. En años posteriores, la unidad española Gladio encontraría un empleo remunerado persiguiendo y asesinando a los líderes del movimiento separatista vasco.

De Italia ya hemos mencionado los "años de plomo", pero solo para resaltas algunos aspectos destacados. La 'estrategia de la tensión' desatada en 1969 en Italia, el mismo año en que se empezó 'Cóndor' en América Latina, era la respuesta a la renovada popularidad del comunismo en todo el país y al repunte de la revolución revolucionaria, sentimiento mundial que fue resultado de la antipatía que despertó la guerra de Estados Unidos contra Vietnam. 

El antídoto, naturalmente, para este lamentable estado de cosas progresistas fue una saludable dosis de terror. Según Williams, "Henry Kissinger, asesor de seguridad nacional de Nixon, dio órdenes a Licio Gelli a través de su adjunto, el general Alexander Haig, para la implementación de ataques terroristas e intentos de golpe". Los ataques terroristas comenzaron el 12 de diciembre de 1969 cuando una bomba estalló en el abarrotado vestíbulo de un banco en la Piazza Fontana de Milán en el que murieron 17 personas y 88 resultaron heridas. De 1969 a 1987 siguieron más de 14.000 actos de violencia con una motivación política. El más infame de ellos fue, por supuesto el atentado de Bolonia en agosto de 1980 y que condujo a la aparición pública  de "Gladio" en Italia.

De los muchos intentos de golpe de Estado y maquinaciones políticas de alto nivel relacionadas, diseñadas por las fuerzas de Gladio en Italia (1963, 1970, 1976) y Sicilia,  el que causó más sensación fue el secuestro del 16 de marzo de 1978  y el asesinato un mes después del primer ministro Aldo Moro. Moro se había atrevido a incluir a los comunistas en su nuevo gobierno de coalición. Al principio se culpó a los sospechosos habituales, es decir, Las Brigadas Rojas, una investigación más a fondo iniciada empezar por el periodista Carmine 'Mino' Pecorelli, quien pagó con su vida, llevó a los verdaderos sospechosos habituales, incluido el agente de la CIA Mario Moretti, condenado por el asesinato,  hasta Gelli, y hasta el ministro italiano de interior, Francesco Cossiga, para acabar en Zbigniew Brzezinski.

Sin embargo, la intriga de alto nivel no se detuvo con el asesinato de un primer ministro. Al menos dos Papas también sintieron el extremo afilado de la espada Gladio. En agosto de 1978 murió el Papa Pablo VI. Su sucesor, el sobrenaturalmente tímido Juan Pablo I, pronto dio un buen susto a quienes "manejaban" cuando tras examinar las cuentas del IOR, habló de  reformas en el banco. Al día siguiente, el pontífice, por lo demás fastidiosamente consciente de la salud,  murió después de 33 días de pontificado. No solo murió sino que murió con los reveladores ojos saltones y la horrible mueca de envenenamiento agudo. La autopsia no se llevó a cabo, en cambio se realizó un embalsamamiento ilegal y apresurado, mientras sus papeles personales desaparecían sin dejar rastro. El arzobispo Marcinkus, que había sido destituido temporalmente antes, fue devuelto a su cargo mientras Calvi y Sindona, también bajo escrutinio en ese momento, dieron un suspiro (temporal) de alivio.

Habiéndose cuasiquemado una vez, los supervisores de Gladio se aseguraron de diseñar la sucesión papal. Así, el cardenal Karol Wojtyla apareció en escena como el Papa Juan Pablo II Al principio, Juan Pablo trabajó a la perfección con la CIA y Gladio. Juntos supervisaron la destrucción de la Teología de la Liberación en América Latina, el debilitamiento de la democracia italiana y la distribución de fondos negros para Solidaridad en Polonia. ¡Pero cómo se descarrían los planes mejor trazados!. En la primavera de 1981, los acontecimientos no solo estaban fuera de control para Gladio, sino también para el Banco Ambrosiano y, por extensión, para el IOR. El Papa, inexplicablemente, se negó a actuar. Para agravar las cosas se produjo un inexplicable trío de vilezas morales por parte del Santo Padre: cantó los beneficios del acercamiento con los soviéticos, reconoció la Organización de Liberación de Palestina y, animó al desarme nuclear. La orden llegó de lo alto: "Kill the Pope".

Pero mejor échale la culpa a los soviéticos. Así nació la "pista búlgara" en la que un humilde empleado de una aerolínea búlgara (Sergei Antonov) era el chivo expiatorio. En verdad, los actores clave en la trama papal vinieron directamente del casting central de Gladio. El papel protagonista en el drama recayó en el general Giuseppe Santovito, jefe de la inteligencia militar italiana (SISMI) y comandante de las unidades italianas Gladio. Su coprotagonista, Theodore Shackley, era el infame cerebro de la CIA que ya se había desempeñado como productor ejecutivo en épicas como la Operación Fénix (que llevó al asesinato de unos 40.000 no combatientes en Vietnam), la Operación Cóndor, la creación de Nugan Hand Bank. y, junto con delle Chiaie, el asesinato de Salvador Allende. El BND de Alemania Occidental (los servicios de seguridad nacional) obtuvo un crédito significativo al albergar y financiar a los dos asesinos reales, Mehmet Agca y Abdullah Cath (ambos de la rama turca de Gladio). Y, por supuesto, el Mighty Wurlitzer, es decir, Operation Mockingbird, ocupó un lugar destacado en las secuelas de la "tesis búlgara", a pesar del hecho de la única condena de Agca por los disparos al Papa. 

La producción terminó de manera algo aguafiestas cuando el Papa el 13 de mayo de 1981 solo fue gravemente herido. Sin embargo, en un fascinante desenlace, el día de Navidad de 1983, el Papa optó por perdonar públicamente a Agca. La televisión estatal italiana pudo registrar el momento en que Juan Pablo preguntó a su potencial asesino quién le había dado la orden de matarlo. Inclinándose hacia adelante para escuchar la respuesta de Agca, el Papa pareció momentáneamente congelado, luego se llevó las manos a la cara. Aunque el Pontífice lo mantuvo en secreto, no había necesidad de adivinar la respuesta.

Las aventuras de Agca y Cath son de leyenda. De hecho, Cath figura en eventos mucho más allá de los tiempos  Gladio propiamente dicha, lo suficiente como para sugerir que Gladio nunca se terminó del todo. Pero esa, como dicen, es una historia completamente diferente, y dejo que sea el autor del libro quien la cuente

*

Paul Williams ha hecho una excelente contribución con  este libro. Si alguna vez alguen te trata de conspiracionista, te basta con recostarte, sonreír y pronunciar  solo dos palabras ... 'Operación Gladio '.

Antony C. Black es un escritor independiente canadiense especializado en temas internacionales. Lleva 30 años escribiendo  para numerosos medios de comunicación tradicionales e independientes como  Canadian Dimension y Global Research.