WORLD DOCTORS ALLIANCE. ¿SOCIALISMO O CAPITALISMO?

Poniendo los subtítulos nos enteramos de que no hay evidencia médica de pandemia. Hay evidencia de que la restricción generalizada de derechos cívicos. Dice el dr. Heiko Schönig que los países

son confinados sin evidencia médica. Es rubio y alemán,  ¿ es más creíble que si lo dicen españoles morenos?

Suecos, daneses, holandeses, ingleses, irlandeses, alemanes, esta vez no está la dra. Prego, se unen para defender las pisoteadas libertades. 

¿SOCIALISMO O CAPITALISMO?

Es importante subrayar que el Vaticano tiene obispos, cardenales, sacerdotes y religiosos en todos los rincones de América hispanolusa y el Caribe. Esta presencia le abre las puertas para promover sus enseñanzas y fomentar la creatividad en las comunidades mediante la práctica de los sacramentos. Su presencia les da mucha credibilidad, lo que los transforma en una fuerza de primera línea ante la población de los distintos países.

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Estados Unidos, imperio americano, es consciente de la importancia de la Iglesia católica como potencia que ha sabido imponerse por la religión y la fe sobre pueblos y dirigentes. Lo que no impide que hayan existido misioneros que se fusionaron con la población y vivieron compartiendo sus rutinas de la vida diaria. 

En los años 60 y 70, los misioneros se acercaron a los humildes para compartir mejor y comprender las raíces de la pobreza que les ha acompañado de generación en generación. Así las puertas se abrieron a una lectura de los evangelios y el mensaje de Jesús que daba una nueva manera de comprender y vivir la religión y la fe.  Por supuesto el Concilio Vaticano II tuvo que ver con el movimiento de una Iglesia centrada en las experiencias de sus pueblos. La cercanía a los humildes del mundo fue una universidad extraordinaria para descubrir el verdadero sentido  de la misión de Jesús en medio de los hombres y comprender mejor su compromiso con los que no son nadie.

Eran los años de la llamada "teología de la liberación". Fue todo un desafío para quienes se creían propietarios del mundo por una supuesta voluntad de Dios. No tardaron en denunciar esta teología que no era según ellos más que comunismo, marxismo de los peores momentos de la ex URSS. Todas las formas de intervencion de los pueblos para recuperar su democracia, sus bienes y sus riquezas, su derecho a participar en los poderes del Estado, no eran a ojos de los amos del mundo más que marxismo y comunismo.

Washington y el Vaticano se unieron para abolir esta "teología de la liberación" haciendo un llamamiento a sus autores para que la abandonaran. El papa Juan Pablo II en diciembre de 1982 en la biblioteca del Vaticano firmó un pacto  con Ronald Reagan, presidente de Estados Unidos, para cooperar en la lucha  contra todo lo que oliera a comunismo y marxismo. La teología de la liberación fue condenada y se obligó a los recalcitrantes a hacer penitencia.

En ese contexto, no es sorprendente que personas escogidas para ser cardenales y obispos lo fueran en función de su adhesión al formato neoliberal. Es conocido el recorrido en Sudamérica de Juan Pablo II, su buena relación con Pinochet y su mala con  Ortega. Benedicto XVI siguió en la misma línea en las nominaciones de representantes de la Iglesia católica en ese continente. En cuanto al papa Francisco, ha hecho muchas buenas declaraciones pero sigue en suspenso en lo que a Washington se refiere. No hay que olvidar que también él firmó un pacto con  Obama del que se habla aquí.

Tenemos el ejemplo del papel del  Vaticano y de sus obispos en Bolivia que hicieron campaña  contra Evo Morales en las elecciones del 19 de septiembre de 2019. Los votos dieron la victoria a Evo Morales en la primera vuelta. Con la intervención de la OEA y del ejército  boliviano, fiel a Washington, el golpe tuvo lugar sin comentarios negativos por parte del  Vaticano ni de los obispos  bolivianos.

En Venezuela, pasó algo parecido, excepto que en esta ocasión el ejército fue leal al pueblo. Pero el episcopado y el   Vaticano se pusieron de parte  de Washington, en especial al no reconocer a Nicolás Maduro como presidente electo de Venezuela. Prefieren apoyar a un tal  Juan Guaido, nombrado por  Trump como presidente interino. Hay que señalar que Naciones Unidas y más de  2/3 de los miembros de la Asamblea general reconocen a Nicolas Maduro como presidente legítimo de Venezuela. En este asunto el Vaticano y el episcopado venezolano siguen la línea del  grupo de Lima.

En su última encíclica  Fratelli tutti, el papa Francisco denuncia la ley del mercado y el capitalismo salvaje con duras palabras. Sin embargo con respecto a los gobiernos emergentes de América que luchan por una alternativa a la ley del mercado y del capitalismo emergente como es el caso de  Cuba, de Bolivia con Evo Morales, de Venezuela, con Chávez y Nicolas Maduro, de Ecuador con  Rafael Correa, de Nicaragua con Daniel Ortega, de Brasil con Lula y Dilma Rousseff y de Argentina con  Cristina Fernández y su cónyuge... el papa  Francisco habla más bien de « populismo  » y de « nacionalismo  ». Ni una palabra sobre el  socialismo del siglo XXI. que se define como humanista, cristiano, socialista y anti imperialista. No deja de ser curioso.

Si en sus escritos nos da la imagen de una persona abierta a esas alternativas al capitalismo salvaje, en los hechos se coloca de manera a no tener que indisponerse con Washington. Se guarda mucho de una denuncia contundente del intervencionismo criminal e ilegal del imperio en los asuntos  internos  de otros Estados en los que impone su ley. En su última intervención en la  Tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas, a principios de octubre se le dió una buena ocasión para denunciar el intervencionismo y las sanciones adjuntas. No dijo una palabra sobre el intervencionismo ni sobre la carta de la ONU que todos los países tienen que respetar. Con respecto a las sanciones condenadas por el Secretario General de la ONU, el papa Francisco solo dijo que no tocaran mucho a los pueblos. 

La fraternidad universal se vive en la familia, en el medio en el que cada cual vive. No señalar con el dedo a dichos opresores es hacerse cómplice de los mismos.

 

Oscar Fortin, 

librepensador  jubilado residente en Canadá después de ser sacerdote en Chile y trabajar como cooperante en organismos internacionales.


Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me parece que se equivoca y piensa lo que dijo Francisco al revés.Francisco cuando habla de populismo quiere decir el de derechas, no al que a Vd parece gustarle. Eso se llama comunismo y el socialismo del siglo XXI que Vd llama, no es más ni menos que comunismo que lleva al hambre, al totalitarismo y al desastre que es exactamente lo que pasa en venezuela.
De hecho ese populismo le va más, porque al final es latinoamericano y le influyen los tópicos y modos del siglo XX en esa parte del mundo.
Eso de populismo y nacionalismos lo reserva para Europa, donde se está poniendo en solfa cada vez más junto al problema de la inmigración ilegal sobre todo islámica, la pérdida de competencias e influencia de la UE etc. Todo eso solivianta al Papa como muchas veces ha sido su discurso a mandatarios europeos e instituciones de Bruselas.
Si bien no caigan en la trampa de que haga populismo latinoamericano en apariencia cuando lo que realmente es no sólo el que apoya si no el gran muñidor del Nuevo orden Mundial, es decir globalismo, dar poder a organismos internacionales en detrimento del Estado-Nación. A quién beneficia, dicen en Argentina, Venezuela, etc que a EEUU. Ahora ya no, lo que beneficia es a la plutocracia mundial que busca la chinización de las relaciones profesionales, económicas y sobre todo de control. Piensen que el sistema perfecto es el Chino, totalitario y nadie se mueve un centímetro y por contradicción un capitalismo salvaje y de rostro muy poco humano.

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