HABLA UN EX AGREGADO

 "Traidor, chivato, informante, espía, intrigante, desertor, quinta columna, colaborador, agente extranjero, agente doble, cuchillo por la espalda, apóstata, vergüenza de Israel, transgresor del pacto, el que vende su alma al diablo, topo, infiltrado, provocador, Bruto, Quisling. (,,,) Renegado,  impostor, desleal, hipócrita, el que no es por dentro como por fuera, Judas, Biblia: como diente picado y pie que resbala es confiar en un pérfido cuando llega el peligro (Prov. 25, 19).

De la deliciosa novela "Una pantera en el sótano" (1994) de Amos Oz.



A partir de 2h10 min habla Jeromin, que fue agregado en Valencia. Recuerdos bárbaros: Alvaro, mano derecha del seudosanto, llegó a asegurar que el founder, como la Virgen María, no había cometido pecado, impoluto, subió al cielo. Nuestro Padre en el cielo. "Está locos estos romanos" que diría Obelix.



Dice que "cuando dejó de ser" tuvo que acudir a la delegación para la "dispensa" ¿dispensa de qué?¿no habíamos quedado en que no le gustaban ni los votos, ni las botas, ni los botines ? los laicos no tienen que ser dispensados de nada, no había ningún "compromiso fuerte", se comportaban como si fueran el Vaticano secularizando curas. La famosa "dispensa" en su caso y en otros muchos era una ocasión para decirte que "sí, bueno te vas, pero que sepas que te vas a condenar". Con las banderillas puestas, en ningún caso en paz y tranquilidad.

Jeromin no espabiló: se sale del escrivarianismo y se va al Camino, la famosa necesidad, la dependencia, no poder vivir sin depender de un grupo o rebaño. Otro chasco que añadir a la lista cuando asistió a los "segundos escrutinios" en los que públicamente se hizo una pregunta íntima a una chica. Anulación de la persona.
Herranz renunció a ser obispo antes de que lo fuera Alvaro Portillo. Dice.

Un tal d. Pablo Cabello, entiendo cura opusino, director espiritual de d Agustín García Gascó, arzobispo de Valencia ¿director espiritual o vigilante, espía, manipulador? menos mal de que se ha dado cuenta de que la sociedad sacerdotal de la Santa Cruz es un grupo que se infiltra en las diócesis.
Se le ocurrió llevar a un agustino a un centro, le metieron "un puro": un religioso no puede pisar un centro.
Cuña de María a la que ni escuchan: la fe en opus está en los "creyentes engañados", no en las directivas engañadoras y tramposas. Eramos los que manteníamos el chiringuito. La gran corrupción cuando consiguen que un "creyente" pase a "corrupto increyente y corruptor".
Oscar Romero, primero odiado por los Opus, prohibieron su película. Y  cuando murió asesinado se hicieron "amigos de Oscar R" y como tal se presentaba el consiliario de la zona, esa es la parte conocida.

"Meterse" con los padres del agregado que compraron un vídeo: era un gasto caprichoso.

Se extienden sobre las catástrofes habidas con tantos agregados que se fueron en masa en Madrid, Sevilla, Murcia.

Las charlas de "criterios", como se comía, se pelaba la naranja o el plátano, se bebía, se comportaba uno en sociedad.

El minuto clave, a los alabadores de José Orlandis: ahora entiendo el predicamento que tenía, ¡pertenecía a la nobleza balear!, no quiso celebrar la misa con un jesuita del que no llego a captar el nombre, eran familia, pero el jesuita "no celebraba la misa correctamente". 
Buscando el jesuita me topo con Chema Tojeira SJ fallecido este septiembre en Guatemala, que no se dejó intimidar por los poderosos centroamericanos en los años duros. Una vida al servicio del pueblo hondureño, salvadoreño. Lo mismo, idéntico a los repeinados curas preocupados del ritual...

Agregado inspector de hacienda según dice, inspeccionando un colegio mayor, le invitaron a comer. Etica profesional.

Enlazan con el ennoblecimiento del founder y sus porqués. La orden de Malta.

Hasta aquí las aportaciones de Jeromin, ex agregado.


Enlazo con Opus Iudei, que trata estos asuntos de la nomenclatura:

El Ministerio de Justicia, por orden del 18 de octubre de 1940, autorizaba al sacerdote José María Escrivá y a su hermana soltera Carmen "para adicionar a su primer apellido el de Balaguer, formando el compuesto Escrivá de Balaguer que usarán como uno solo y primero, conservando como segundo el que tiene en la actualidad" diciéndose en la autorización que "teniendo en cuenta que el apellido Balaguer no corresponde a los peticionarios, es indudable que debe ser incluido en la categoría de los gentilicios, constituyendo esta forma de adición de los apellidos uno de los modos más importantes de formarse estos en castellano, que por la importancia de la población de la cual procede la gens no existe peligro de que los solicitantes se introduzcan subrepticiamente en otra familia a la cual corresponde legítimamente el apellido".

Cuando escribe y se publica la primera edición de Camino aún va firmada como José María Escrivá a secas. En posteriores ediciones ya se adulteraría la forma del nombre que de dos palabras la fusionaría en una: "Josemaría" y desdoblaría el apellido "Escrivá de Balaguer".

En síntesis, podemos resumir que las operaciones de cambio, mutación, transformación y maquillado de los nombres y apellidos de José María Escrivá de Balaguer son los siguientes cronológicamente:

1902 José María Escriba (Con B de Barcelona y sin acento, como figura en la partida de Bautismo y en su expediente académico del Instituto de Logroño)

1915 José María Escrivá (Con V de Valencia y con acento) 1934 José María 1940 Jose María Escrivá de Balaguer.

1960 Josemaría Escrivá de Balaguer (Josemaría en una sola palabra).

1964 Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás.

1968 Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, marqués de Peralta.

La concesión del título que ostentó a partir de 1968 se vió rodeada de múltiples anomalías e irregularidades, como por ejemplo que a la Diputación de la Nobleza se la ocultó fraudulentamente en 1968 la manipulación sufrida por el apellido "Escriba", circunstancia que no aparece en el expediente de solicitud de rehabilitación del título de "marqués de Peralta, pedido por 'José María Escrivá de Balaguer y Albás”", así como a los consejeros de Estado que intervinieron en la tramitación del título se les advirtió uno a uno con gran apremio que tenían que resolverlo pronto y bien, pues a los pocos días debían cesar el Ministro de Justicia Oriol y el subsecretario Alfredo López, los dos miembros del Opus Del.

El título de marqués, como dignidad personal e intransferible, fue concedido el 12 de febrero de 1718 por el archiduque Carlos de Austria a don Tomás de Peralta. En ningún documento figura que se le otorgara el "marquesado de Peralta", sino simple y llanamente el título de Marqués, por lo que el solicitante José María Escrivá de Balaguer pedía su rehabilitación "eligiendo en la gracia ahora interesada la denominación de marqués de Peralta". Originariamente nunca existió un título con la denominación de "Marqués de Peralta", pues el Archiduque lo que concedió fue la "dignidad de marqués" como dignidad personal y directísima concedida a una persona particular en concreto, a don Tomás de Peralta, ni tampoco ningún hijo ni heredero legítimo de don Tomás reivindicó un título inexistente, por no tener la dignidad conferida convalidación de derecho sucesorio - no existió reclamación alguna al mismo.

Don Tomás de Peralta, secretario de Estado, de Guerra y Justicia del reino de Nápoles en 1718, fue uno de los fieles al Archiduque Carlos que se enfrentó al primer Borbón de la dinastía en la guerra de Sucesión. Los expedientes de los títulos concedidos en España por el Archiduque Carlos de Austria, están todos en Viena "sin que pueda encontrarse en España ninguna referencia ni estudio sobre tales títulos"

La resolución de la Subsecretaría por la que se anuncia haber sido solicitada por don José María Escrivá de Balaguer y Albás la rehabilitación del título de Marqués, con la denominación de Marqués de Peralta, lleva fecha de 24 de enero de 1968 y fue publicada en el B. O. E. del día 25 y va firmada por el subsecretario Alfredo López, miembro del Opus Dei. A continuación en el mismo Boletín Oficial se inserta la resolución por la que la misma Subsecretaría anuncia la solicitud del hermano de José María, Santiago Escrivá de Balaguer, solicitaba la rehabilitación del título de Barón de San Felipe concedido a D. Francisco Castillón el 23 de mayo de 1728. En este último caso la trama no prosperó.

El Decreto 1851/68, del veinticuatro de julio, accediendo a la solicitud se publicó en el B. O. E. número 186 del 3 de agosto de 1968, en los primeros días del mes en que la mayor parte de los españoles comenzaban a disfrutar de sus vacaciones estivales, fecha elegida para que pasara más desapercibido el "escándalo" del marquesado de Peralta a favor de persona sin legitimidad de origen ni de ejercicio algurio sobre un título imaginario, de pura fantasía e inexistente.

Puede calcularse que "la compra del título", sin respaldo ni garantía de legitimidad de "operación político-nobiliaria del fundador del Opus Dei, costó - a valores de la época - la fuerte suma de un cuarto de millón de pesetas. A la rehabilitación de un título de marqués sin grandeza que costaba 175.000 ptas., hay que añadir gastos adicionales como actas notariales, certificaciones, etc.... En España 250.000 pesetas eran en esta época una suma de dinero considerable, aunque ese capricho de Escrivá sea una bagatela para la Obra de Dios". Máxime cuando Escrivá no era hombre de alcurnia, ni gran señor, ni noble, ni protector de la justicia.

El periodista Luis Carandell se pregunta: "¿Cuál es la razón que pueda justificar el hecho de que monseñor Escrivá de Balaguer, sacerdote y fundador de un Instituto que persigue la santificación de sus miembros y del mundo, solicitara un título nobiliario? ¿Se hallaba ya en el ánimo del joven seminarista cesaraugustano, que usaba calcetines de seda y llevaba el bonete ladeado, ver algún día su nombre inscrito en la Guía de la Nobleza? ¿Había surgido esta idea tardíamente en el sacerdote que bajaba las escaleras mejor bajadas del mundo?"

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