LAS MALAS PERSONAS. A VUELTAS CON LA CORRESPONDENCIA. DESCANSO VERDADERO
Muy interesante vídeo, a partir de la mitad destaco, el narcisista sabe que nadie se va a meter con él, se sabe impune. Necesita destruir y lo hace sin miedo al rechazo social porque vivimos en un contexto que tolera, no hace nada. Corrompen a los demás, degradan la capacidad de disfrutar de la vida en sus compinches. Despojar de bienes materiales, de lo que te pertenece. Ensuciar la imagen pública de la persona atacada. Muy bien, no se queda en lo meramente psicológico, va a las consecuencias, las malas personas hacen amistades, falsas, son populares, la gente les apoya. Así es la sociedad, así prosperan nuestros amigos y similares.
El founder no soportaba nadie que brillara más que él en su entorno, lo expulsaba, manchaba su reputación. Solo él tenía derecho a ser el "iluminado por la gracia" y un buen ejemplo es Panniker. Un cura numerario con evidentes dones de dirección de almas y un nivel intelectual reconocido en la Iglesia. Lo sintió como una amenaza. Acabó mandándolo a la India y un poco más lejos si hubiera podido.
Inciso con las cartas al Padre, era una costumbre que evidentemente solo practicábamos, de practicarla, quienes pensábamos que las cartas llegaban esencialmente a su destinatario. Las que sabían que terminaban en la mesa de la directora de la Delegación o de la Secretaria de la Asesoría regional, evidentemente no escribían cartas al Padre, ¿para qué? Desde "chiquitillas", centro de estudios con 18 años, te enseñaban a dejar las cartas abiertas en la mesa de dirección.
Antes de la era de Internet consideraban el "apostolado epistolar", había un artículo dedicado, y se suponía que se podía "apostolizar" a nuestras amigas, parientes y conocidas a través de la correspondencia. Se escribían muchas cartas por este motivo, o al menos, yo gastaba bastante en sellos siendo numeraria. En Navidad era capaz de escribir 40 christmas o más a todas mis amistades y parentela. La tecnología y los sellos a un euro han desplazado esta costumbre.
Al ser apostolado y como toda tu intimidad desde siempre estaba en sus manos, ignorante total del código penal y del derecho a la privacidad que no se puede violar ni siquiera y mucho menos por motivos "espirituales", acepté que las cartas, christmas, cualquier misiva se dejaba una vez escrita y puesto el sello abierta en la mesa de dirección. Y acepté que todas las cartas recibidas de mi familia, amigas, parientes y conocidas me las entregaran abiertas. No siempre, o menos cuando ya habías hecho el centro de estudios. No sabía que era delito. Era dirección del "apostolado", la directora tenía que saber cómo respondían las personas a tus intentos apostólicos para darte los oportunos consejos.
En el caso de la familia, era importante para ellas leer las cartas y ver cómo respiraban los padres de la numerarita y darte consejos sobre lo que debías de pensar y cómo reaccionar a las quejas o lamentos paternos o maternos.
Yo no sé si mi madre era consciente de que sus cartas las leía Maria Isabel, la directora del centro de estudios.
Me parece bochornoso que en sus viajes a Pamplona esta mujer se entrevistara con mi madre con ese as en la manga, "señora he leído su correspondencia y Ud no me la va a dar a mí". Y esta directora en mi ránking era la núm. 1, cara de buena persona, filósofa, mujer que yo estimaba de fe no hipócrita, culta, no la típica pija opusina creída, otro estilo. 7 hermanos todos numerarios, su padre pasó los Pirineos en el año 37 con Escrivá y está en la foto de Andorra. En fin, una reliquia viviente, uno de los primeros supers...para no creérselo que estas personas, ella y otros de sus 3 hermanos a los que traté por directoras o por profes, se prestaran a estos tejemanejes y dieran por buena tanta canallada y falta de respeto. Aún hoy me cuesta aceptarlo. Es la dura realidad. No me atrevería a llamarla psicópata, a otras sí, porque es evidente que un el opusino sistema con tanta doblez y recoveco, es el ámbito ideal para que triunfen los psicópatas narcisistas, que mienten sin que les suden las manos ni tengan dudas en aplastar a los demás, despojados de toda empatía.
Se burlaban de nosotras hasta el infinito.
Dejamos aparte las conversaciones telefónicas "a tres", sin que tú lo supieras ni lo quisieras que sólo muy al final "cacé". Si querías intimidad no podías usar el teléfono del centro. Aunque el teléfono no es para conversaciones, sabían con quién hablabas, de qué, y cuánto tiempo. Todo esto antes de los móviles y wasapeos, por supuesto. Ahora supongo que habrá que enseñar a la directora los historiales de wasap para ser exhaustiva en la charla.
Yo también me he encontrado unas reflexiones sobre el mal dentro de las personas que quiero compartir. Son de Amos Oz, "Un descanso verdadero", casi al final del libro, pp. 438 ss:
"Una noche Srulik escribió en su cuaderno entre otros asuntos del día: AL parecer no hya solución sociopolítica para los sufrimientos sencillos, eternos. Se puede intentar acabar con las relaciones de servidumbre en el sentido material, manifiesto. Se pueden eliminar de nuestra vida el hambre, los derramamientos de sangre, la crueldad más burda. Estoy orgulloso de que no hayamos renunciado, de que nos hayamos demostrado que no es una batalla perdida de antemano. Hasta aquí todo bien, pero aquí empiezan los problemas.
He escrito batalla, y al oír esa palabra me acechan de pronto, desde detrás de la fina cortina de las ideas, las terribles y salvajes cordilleras de los sufrimientos primigenios. Esos sufrimientos que no somos capaces de aplacar porque ¿qué podemos hacer nosotros contra ese instinto primirivo que nos empuja a buscar sin cesar campos de batalla, "retos", a luchar, humillar, conquistar, vencer?
¿Cómo reaccionar ante ese impulso ancestral de coger una lanza o una espada y perseguir a un búfalo para clavarla en su cuerpo, someterlo, cazarlo, matarlo y festejar la victoria? ¿Y qué podemos hacer contra el cansancio vital, contra la crueldad no manifiesta y sádica; contra esa crueldad refinada, astuta, capaz de ponerse máscaras "positivas" y "razonables"? ¿Cómo reaccionar ante la maldad que anida en nosotros y que nos convierte en seres insensibles, en eso que nuestros antepasados llamaban "incircucisos de corazón", cuando incluso alguien como yo, lógico, moderado, sacerdote del pueblo, anacoreta, músico, a veces descubre esa maldad oculta en su alma?
¿Cómo evitar los áridos desiertos interiores? ¿Cómo superar el oscuro deseo de mandar en los demás, de humillar, de dominar, de crear dependencia, de atar, de someter al prójimo con telas de araña, finas y diáfanas, de culpa, de vergüenza, e incluso de gratitud?
Miro las últimas líneas que acabo de escribir. "Cómo conquistar", o "cómo evitar": y mientras me pregunto cómo escapar del terror, de ese terror que se introduce en mis palabras. Conquistar, Evitar. Vencer. Me invade el miedo."
"Las montañas y los desiertos callan. La tierra enmudece. El mar lanza un mugido apagado. El cielo arde de día y es oscuro y frío de noche. El invierno sigue al verano y el verano va detrás del invierno. La gente nace y muere y todo se desintegra poco a poco: los cuerpos. Los lugares. Los pensamientos, la mano que escribe todo esto y el bolígrafo y el papel y la mesa. Las creencias y las ideas. Las familias. Todo se desintegra sin cesar, porque el pernicioso tiempo lo corroe todo desde dentro. Todo se desintegra.
Como los sonidos de mi flauta en mis noches de soledad en este cuarto: salen, se esparcen, se desvanecen. Todo se va desintegrando. Aún existe y ya casi no está. Sentimientos fuertes. Palabras. Casas de piedra. Países y ciudades amuralladas. Quizás también las estrellas del cielo. El tiempo lo deshace todo.
Y mientras tanto la razón se esfuerza por distinguir entre el bien y el mal, la mentira y la verdad. Pero también la razón se desintegra y el teimpo, en su devenir, reduce a polvo todas las marcas del bien y del mal, de lo verdadero de lo falso, de lo feo y lo bonito que intentamos grabar en las cosas. Todo se va deshaciendo.
Boloñesi dice, como las aguas cubren el mar. Cuando una mañana caiga aquí y me muera solo como un perro en el suelo, todo se borrará, un sonido que se desvanece. Bendito sea tu nombre, que otorga el descanso verdadero...
Y el final:
"La tierra es insensible. El cielo es grande y misterioso. El mar es misterioso. Las plantas. Las migraciones de los pájaros. La piedra calla siempre. La muerte es fuerte y está en todas partes. La crueldad está en todos. Cada uno de nosotros tiene algo de asesino: si no de los demás, al menos de uno mismo. El amor sigue siendo incomprensible para mí y por supuesto ya no tendré tiempo de aprender. El dolor es un hecho. Pero a pesar de todo, creo que podemos hacer dos o tres cosas aquí.
Podemos y por tanto debemos. El resto...¿quién sabe? en lugar de seguir escribiendo, esta noche voy a tocar la flauta. Seguro que también esto tiene algún sentido. ¿Cuál? no lo sé."
Me envían esta felicitación coral
Pero mientras ando canto Fría, Fría, Fría ¿tendrá sentido? no sé....
Comentarios
¿Porqué van todos con traje y alpargatas?
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