CERRILISMO DURADERO
Así que según los estatutos prelaticios contra quien debería dirigir sus iras quien se haya visto ofendido por un nume, que de eso se trata, es el Papa. Pero en ningún caso los obispos españoles. Gracias por el aporte jurídico. Preguntas si hay un organismo vaticano entre la prela y el pontífice, imagínate que durante años el que presidía la comisión Intepretadora oficial del CIC era uno de la family. Por dar alguna pista. En la actualidad en temas CIC
dudo de que tengan quien les haga la competencia, en las diócesis no la tienen. En Roma ya son palabras mayores y puede que la tengan. Estamos acostumbrados a que nadie ni siquiera el sumo pontifex les tosa.
Magistrales pág. de G. Minois dedicadas a las ambigüedades de SJ en el terreno científico precisamente en el momento del nacimiento de la ciencia moderna, a caballo entre los siglos XVI y XVII. Escogimos nosotros el campo de la reacción 300 años después de estas aventuras, dureza de mollera y cerrazón.
También Minois se extraña de que a pesar de las meteduras de pata institucionales la credibilidad eclesial en el mundo no haya descendido. Pero claro, la mayoría de seres humanos no se interesan por "ciencia y fe". Queremos creer casi en lo que sea. La necesidad de creer es más fuerte que la de romperse la cabeza entendiendo cómos y porqués de los fenómenos de la naturaleza. Si la tierra se mueve o está quieta en el centro del universo, cómo y por qué y en qué te basas. Se estiman son complicaciones para las que nos puede la pereza.
Así que a pesar de Inquisiciones y Galileos condenados así como Giordanos Brunos chamuscados, siguen resurgiendo fundis, aquí y allí, en el ámbito católico en especial, al calor de las dictaduras militares que algo ayudan. Así como de las monarquías restauradas por esas dictaduras.
SJ fue la punta de lanza de la Reforma católica tras Trento. Recuerdo a una nume a la que tuve por santa a pesar de que la santa leía mis cartas personales, hablándonos de Pedro Canisio, el SJ "reconquistador" de la Alemania protestante.
Durante al menos 200 a, los SJ habrán de ser semillero del que broten los científicos de la Iglesia tanto en el ámbito de la investigación como en el terreno de la docencia.
Su absoluta sumisión a Roma terminará convirtiéndolos en los científicos oficiales de la Iglesia, y de hecho, las posiciones que dé en adoptar esta última respecto de la ciencia serán en muy buena medida obra suya. El centro intelectual de la orden de los SJ será el Colegio Romano inaugurado en 1584, foco de actividad notable en matemáticas, astronomía y baluarte del aristotelismo.
Hay que decir que por una especie de acción-reacción que Minois explica detalladamente, los Papas a partir de 1550 se empeñaron en defender el estudio de la naturaleza tal como lo veía Aristóteles, un Aristóteles que había pasado por toda la edad media, con Tomás, y que había servido para explicitar el importantísimo dogma de la Eucaristía, del que por supuesto el filósofo griego no tiene la culpa ni remotamente estaba pensando en ella con su teoría hilemórfica. El dogma que nos enseñaron de que cambia la sustancia de pan a sustancia Cuerpo de Cristo mientras permanecen los accidentes del pan, su color, su sabor, es incompatible con la teoría física que en ese siglo empieza a tomar cuerpo, el atomismo. Muchos SJ se daban cuenta y lo sabían, pero callaban u ocultaban opinión por obediencia. Qué tiempos más duros.
Pero no sirvió de mucho el avance de la ciencia. No soy del siglo XVI y me aprendí la transubstanciación de maravilla. Nadie ha venido a desengañarme, simplemente no se habla del tema. La Eucaristía es para el común de fieles, la reunión de los domingos sin demasiada precisión aristotélico tomista. Para nosotros era un pilar, así como el sagrario que contiene la sagrada forma era otro. En fin. Cuando realmente da la impresión de que los relatos de la Última Cena tratan de la convivialidad y unión en la fe de los discípulos, más que de sagrarios y formas consagradas. Aristóteles y Sto Tomás nos han constituido en el catolicismo que somos. El hilemorfismo entendido a la medieval objeto de firme creencia católica. ¿No es ir un poco lejos?
No quiero desperdigarme pero todo esto se une al imperio español defendido por los imperiófilos actuales, el imperio católico defensor del estricto catolicismo obediente a Trento y evangelizador. 1992, fecha clave de la conmemoración de la evangelización de América por parte del Imperio Español en la cual nos movilizamos los historiadores de la Iglesia opus full time. Con subvenciones sustanciosas de gobiernos autonómicos que aspiran a la soberanía y otras malas hierbas llamadas famosas firmas aseguradoras españolas.
Volviendo a los SJ del XVI y XVII: desde el principio su posición científica será ambigua. SJ encarna el malentendido fundamental sobre el que descansan las relaciones Iglesia-Ciencia. SJ ofreció por tanto un doble legado, por un lado formó a los científicos más notables y audaces que la Iglesia haya generado desde entonces hasta Teilhard de Chardin e instruyendo por otro a los defensores del aristotelismo más retrógrado que pueda imaginarse.
En cada época encontramos a intelectos abiertos y mentalidades cejijuntas, en SJ militaron personas entregadas a la investigación científica e individuos dispuestos a condenar a sus propios miembros en nombre de principios totalmente superados.
La historia de la Compañía es la historia de una tensión permanente entre una ciencia inteligente y libre y una defensa corta de luces del inmovilismo más palmario. Definidos como combatientes de la fe, obedientes a las órdenes de su general y del papa, los SJ tb habrían de promover los principios de una cultura humanista, equilibrada y autónoma. En ellos confluirán los ideales de la fe y del conocimiento, aunque esa convergencia acabe derivando en recíproco antagonismo.
Serán los apóstoles de la casuística humanista frente a los rigoristas jansenistas.
Optarán por defender a los indios guaranís frente a los masacradores conquistadores españoles.
Se mostrarán abiertos a los ritos y a las costumbres de los chinos frente a la mezquindad de Roma al respecto.
Se revelarán pioneros de la palentología y campeones de la pedagogía activa. Y al mismo tiempo Jesuitas serán los principales responsables de la condena de Galileo y Copérnico (éste después de muerto), agentes promotores de la Contrarreforma, adversarios de la Ilustración, desleales perseguidores de su cofrade Teilhard.
Si SJ, la orden más notable de la Iglesia, no fue capaz de verificar el encuentro Fe-Ciencia ¿es un encuentro imposible?
La historia es enrevesada por la obediencia ciega de SJ a la jerarquía y al papado. En otros ámbitos, p.e el ejército, la disciplina es un elemento fortalecedor, pero perturba grandemente el libre funcionamiento de la vida intelectual. Nada entorpece más la investigación científica que la omnipresencia de restricciones jerárquicas dictadas las más de las veces por razones de carácter táctico, político, diplomático o puramente teológico, totalmente desentendidas de la búsqueda de la verdad.
Scheiner fue un SJ que descubrió las manchas solares antes que Galileo y se tuvo que callar por orden del superior. Lo publicó de modo anónimo así como la rotación de la tierra.
Condenaron el heliocentrismo en el caso Galileo por obediencia, muchos SJ sabían y se habían sumado cientríficamente al heliocentrismo, p.e el citado padre Scheiner y el padre Clavio, famosísimo matemático. Scheiner se atuvo a firmar por el heliociocentrismo por pura obediencia.
Por sacrificar la inteligencia en el altar de la docilidad adhirieron al sistema componenda de T. Brahe.
Así fue como se ralentizó el avance de la ciencia. Hasta la segunda mitad del s. XVIII no se permitieron los SJ adherir públicamente al sistema de Copérnico.
Y el famoso Padre Suárez tan ensalzado, tampoco queda bien en la historia Ciencia-Religión. El fue el principal responsable de poner el hilemorfismo al servicio de la transubstanciación entendido del modo más estricto y tridentino posible.
Quizás todas estas aventuras de los SJ aclararían dudas a los eruditos actuales que se preguntan sobre los motivos del retraso científico español en la época moderna. Si en SJ hubo espíritus abiertos, espíritus conciliadores y espíritus cejijuntos, por desgracia los SJ españoles abundaron entre los cejijuntos más que entre los matemáticos avanzados, los físicos experimentales y los teólogos sin ganas de guerra.
A todo esto ¿no era Vidal Quadras fundador de Vox un físico nuclear od metido a político? ¿cuántas horas habrá dedicado a la investigación y cuántas a salir en pantalla con el título en el faldón catedrático de Física? mundo alucinante el nuestro.
Nota local, Francisco Javier tuvo la genial idea de usar los avances científicos occidentales como método para convencer a las élites orientales. Fueron los SJ quienes comunicaron a los japoneses que la tierra es una esfera. Problema: los SJ enseñaban ciencia occidental aristotélica, ciencia que al periclitar descubriría el pastel. Descrédito del evangelio. Enseñando la elíptica de Ptolomeo en vez del ecuador celeste. La ciencia como instrumento misionero, no importaba la ciencia en sí.
¿Nos suena la instrumentalización de lo que sea para ganar almas? ya estaba inventado y lo que es peor creo yo, SUPERADO.
dudo de que tengan quien les haga la competencia, en las diócesis no la tienen. En Roma ya son palabras mayores y puede que la tengan. Estamos acostumbrados a que nadie ni siquiera el sumo pontifex les tosa.
Magistrales pág. de G. Minois dedicadas a las ambigüedades de SJ en el terreno científico precisamente en el momento del nacimiento de la ciencia moderna, a caballo entre los siglos XVI y XVII. Escogimos nosotros el campo de la reacción 300 años después de estas aventuras, dureza de mollera y cerrazón.
También Minois se extraña de que a pesar de las meteduras de pata institucionales la credibilidad eclesial en el mundo no haya descendido. Pero claro, la mayoría de seres humanos no se interesan por "ciencia y fe". Queremos creer casi en lo que sea. La necesidad de creer es más fuerte que la de romperse la cabeza entendiendo cómos y porqués de los fenómenos de la naturaleza. Si la tierra se mueve o está quieta en el centro del universo, cómo y por qué y en qué te basas. Se estiman son complicaciones para las que nos puede la pereza.
Así que a pesar de Inquisiciones y Galileos condenados así como Giordanos Brunos chamuscados, siguen resurgiendo fundis, aquí y allí, en el ámbito católico en especial, al calor de las dictaduras militares que algo ayudan. Así como de las monarquías restauradas por esas dictaduras.
SJ fue la punta de lanza de la Reforma católica tras Trento. Recuerdo a una nume a la que tuve por santa a pesar de que la santa leía mis cartas personales, hablándonos de Pedro Canisio, el SJ "reconquistador" de la Alemania protestante.
Durante al menos 200 a, los SJ habrán de ser semillero del que broten los científicos de la Iglesia tanto en el ámbito de la investigación como en el terreno de la docencia.
Su absoluta sumisión a Roma terminará convirtiéndolos en los científicos oficiales de la Iglesia, y de hecho, las posiciones que dé en adoptar esta última respecto de la ciencia serán en muy buena medida obra suya. El centro intelectual de la orden de los SJ será el Colegio Romano inaugurado en 1584, foco de actividad notable en matemáticas, astronomía y baluarte del aristotelismo.
Hay que decir que por una especie de acción-reacción que Minois explica detalladamente, los Papas a partir de 1550 se empeñaron en defender el estudio de la naturaleza tal como lo veía Aristóteles, un Aristóteles que había pasado por toda la edad media, con Tomás, y que había servido para explicitar el importantísimo dogma de la Eucaristía, del que por supuesto el filósofo griego no tiene la culpa ni remotamente estaba pensando en ella con su teoría hilemórfica. El dogma que nos enseñaron de que cambia la sustancia de pan a sustancia Cuerpo de Cristo mientras permanecen los accidentes del pan, su color, su sabor, es incompatible con la teoría física que en ese siglo empieza a tomar cuerpo, el atomismo. Muchos SJ se daban cuenta y lo sabían, pero callaban u ocultaban opinión por obediencia. Qué tiempos más duros.
Pero no sirvió de mucho el avance de la ciencia. No soy del siglo XVI y me aprendí la transubstanciación de maravilla. Nadie ha venido a desengañarme, simplemente no se habla del tema. La Eucaristía es para el común de fieles, la reunión de los domingos sin demasiada precisión aristotélico tomista. Para nosotros era un pilar, así como el sagrario que contiene la sagrada forma era otro. En fin. Cuando realmente da la impresión de que los relatos de la Última Cena tratan de la convivialidad y unión en la fe de los discípulos, más que de sagrarios y formas consagradas. Aristóteles y Sto Tomás nos han constituido en el catolicismo que somos. El hilemorfismo entendido a la medieval objeto de firme creencia católica. ¿No es ir un poco lejos?
No quiero desperdigarme pero todo esto se une al imperio español defendido por los imperiófilos actuales, el imperio católico defensor del estricto catolicismo obediente a Trento y evangelizador. 1992, fecha clave de la conmemoración de la evangelización de América por parte del Imperio Español en la cual nos movilizamos los historiadores de la Iglesia opus full time. Con subvenciones sustanciosas de gobiernos autonómicos que aspiran a la soberanía y otras malas hierbas llamadas famosas firmas aseguradoras españolas.
Volviendo a los SJ del XVI y XVII: desde el principio su posición científica será ambigua. SJ encarna el malentendido fundamental sobre el que descansan las relaciones Iglesia-Ciencia. SJ ofreció por tanto un doble legado, por un lado formó a los científicos más notables y audaces que la Iglesia haya generado desde entonces hasta Teilhard de Chardin e instruyendo por otro a los defensores del aristotelismo más retrógrado que pueda imaginarse.
En cada época encontramos a intelectos abiertos y mentalidades cejijuntas, en SJ militaron personas entregadas a la investigación científica e individuos dispuestos a condenar a sus propios miembros en nombre de principios totalmente superados.
La historia de la Compañía es la historia de una tensión permanente entre una ciencia inteligente y libre y una defensa corta de luces del inmovilismo más palmario. Definidos como combatientes de la fe, obedientes a las órdenes de su general y del papa, los SJ tb habrían de promover los principios de una cultura humanista, equilibrada y autónoma. En ellos confluirán los ideales de la fe y del conocimiento, aunque esa convergencia acabe derivando en recíproco antagonismo.
Serán los apóstoles de la casuística humanista frente a los rigoristas jansenistas.
Optarán por defender a los indios guaranís frente a los masacradores conquistadores españoles.
Se mostrarán abiertos a los ritos y a las costumbres de los chinos frente a la mezquindad de Roma al respecto.
Se revelarán pioneros de la palentología y campeones de la pedagogía activa. Y al mismo tiempo Jesuitas serán los principales responsables de la condena de Galileo y Copérnico (éste después de muerto), agentes promotores de la Contrarreforma, adversarios de la Ilustración, desleales perseguidores de su cofrade Teilhard.
Si SJ, la orden más notable de la Iglesia, no fue capaz de verificar el encuentro Fe-Ciencia ¿es un encuentro imposible?
La historia es enrevesada por la obediencia ciega de SJ a la jerarquía y al papado. En otros ámbitos, p.e el ejército, la disciplina es un elemento fortalecedor, pero perturba grandemente el libre funcionamiento de la vida intelectual. Nada entorpece más la investigación científica que la omnipresencia de restricciones jerárquicas dictadas las más de las veces por razones de carácter táctico, político, diplomático o puramente teológico, totalmente desentendidas de la búsqueda de la verdad.
Scheiner fue un SJ que descubrió las manchas solares antes que Galileo y se tuvo que callar por orden del superior. Lo publicó de modo anónimo así como la rotación de la tierra.
Condenaron el heliocentrismo en el caso Galileo por obediencia, muchos SJ sabían y se habían sumado cientríficamente al heliocentrismo, p.e el citado padre Scheiner y el padre Clavio, famosísimo matemático. Scheiner se atuvo a firmar por el heliociocentrismo por pura obediencia.
Por sacrificar la inteligencia en el altar de la docilidad adhirieron al sistema componenda de T. Brahe.
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| modelo del universo de T. Brahe |
Así fue como se ralentizó el avance de la ciencia. Hasta la segunda mitad del s. XVIII no se permitieron los SJ adherir públicamente al sistema de Copérnico.
Y el famoso Padre Suárez tan ensalzado, tampoco queda bien en la historia Ciencia-Religión. El fue el principal responsable de poner el hilemorfismo al servicio de la transubstanciación entendido del modo más estricto y tridentino posible.
Quizás todas estas aventuras de los SJ aclararían dudas a los eruditos actuales que se preguntan sobre los motivos del retraso científico español en la época moderna. Si en SJ hubo espíritus abiertos, espíritus conciliadores y espíritus cejijuntos, por desgracia los SJ españoles abundaron entre los cejijuntos más que entre los matemáticos avanzados, los físicos experimentales y los teólogos sin ganas de guerra.
A todo esto ¿no era Vidal Quadras fundador de Vox un físico nuclear od metido a político? ¿cuántas horas habrá dedicado a la investigación y cuántas a salir en pantalla con el título en el faldón catedrático de Física? mundo alucinante el nuestro.
Nota local, Francisco Javier tuvo la genial idea de usar los avances científicos occidentales como método para convencer a las élites orientales. Fueron los SJ quienes comunicaron a los japoneses que la tierra es una esfera. Problema: los SJ enseñaban ciencia occidental aristotélica, ciencia que al periclitar descubriría el pastel. Descrédito del evangelio. Enseñando la elíptica de Ptolomeo en vez del ecuador celeste. La ciencia como instrumento misionero, no importaba la ciencia en sí.
¿Nos suena la instrumentalización de lo que sea para ganar almas? ya estaba inventado y lo que es peor creo yo, SUPERADO.
Comentarios
Cuando finalmente llevan los conflictos a su terreno preferido, los tribunales, se plantea la problemática con toda su crudeza, juzgadores que son "juez y parte". En caso de promover recusación, cuya resolución puede caer en socios o entorno de la Obra, habitualmente la prueba directa está en sus archivos, y la indirecta o de indicios requiere hechos base, aún así, difíciles de acreditar.