EN EL SECTOR FINANCIERO

Economista, matemático, ex calculador al servicio de la finanza y...

jesuita, vocación tardía, puesto que primero estuvo en la entidad financiera y luego se hizo cura.
Interesante personaje que pone la inescrutable ciencia de la economía al alcance de todas las fortunas. Tiene fe y esperanza en que la humanidad es capaz de enderezar el "rumbo al desatre" al que vamos a ritmo de bala. Desastre ecológico, financiero, económico por aumento de la desigualdad....

Pero lo que me ha dado marchamo de garantía es que al final de la entrevista aduce "persecución de los buenos". Buenos banqueros católicos o católicos buenos banqueros o buenos católicos banqueros, habrían acudido a sus "superiores religiosos" instando a que deje de hablar de economía y predique sobre Dios y el hombre, que molesta menos. No especifica pertenencias religiosas de esos celosos hombres de fe que se sienten mal porque un religioso que conoce el mundo financiero desde dentro desvele cosas que pueden ser cambiadas y deberían serlo mejor antes que después, ya que no son leyes sacrosantas de la naturaleza del dinero como nos quieren hacer creer.

Expone los  agujeros negros financieros por donde reventaremos mañana o pasado, y habla sobre el capitalismo y anti capitalismo, no está seguro. Sabe que sin compartir, sin solidaridad, sin "lo común", nos vamos al traste. Lo público, lo privado, lo común. Todo tiene su sitio.

No sé si tiene razón cuando expone que la Reforma gregoriana de la Iglesia fue un gran avance conseguido sin guerra en una Europa semi tribal. El primer estado europeo con su burocracia de clérigos y su Derecho codificado, el codex Iuris Canonici, con un idioma común, el latín, hablado, leído y escrito por ese ejército de burócratas al servicio del obispo de Roma.

Ya que el problema es si otro mundo es posible ¿cómo llegar a él si no es por la violencia, la guerra y la destrucción? y él da ese ejemplo del siglo XI. Veremos. Jesuitas economistas jóvenes no neoliberales no se prodigan por estos pagos. Los que conozco peinan canas  y la finanza no es su campo.

Interesante la problemática de conciencia para un católico banquero con determinadas prácticas que pueden contribuir lejanamente y provocar hambrunas porque se especula sobre el futuro precio de mercancías alimentarias.
Semejantes nudos no creo que afectaran a nuestros banqueros más famosos Termes y Valls.