FILIAS Y FOBIAS IMPERIALES

He visto que los seguidores de Gustavo Bueno la han emprendido contra el ubetense autor del que hablé ayer a costa de su Imperiofilia. Hay que andarse con cuidado con los títulos de los libros: Si la profesora de historia ha titulado Imperiofobia, es por afán de "meterse" con la izquierda española que "reniega" del pasado imperial. Y si Villacañas ha escrito Imperiofilia es por responder a esta derecha española siempre renovada que tenemos aquí el manantial de los conservadores, con su reserva de extremos conservadores.
Como española ex miembro o ex seguidora de OD cuadran en mi experiencia mejor los argumentos del filósofo que los de la historiadora. Veo patrones de conducta del poder español en los siglos XV-XVI, o sea de los Reyes Católicos, que se repiten hasta hoy. No me parece que Torquemada necesite monumento ni grande ni pequeño como le he oido sugerir a la señora autora, que pone a nuestro Torquemada ¿no era converso? a la altura de Calvino. Quedándose en las hogueras que alimentaron ambos y obviando todo lo demás.


 No me parece que haya motivos de orgullo en ser español, ser español o ser francés es algo que uno no decide ni hace nada por "conseguir" te viene dado por naturaleza. Tampoco me parece que sea "autoflagelante" o "autoflagelarse" reconocer la historia como fue. Los ejércitos no van por ahí a conquistar con el lirio en la mano y pidiendo "por favor" para hacerse con las riquezas de otros. Es la guerra, el imperio, el colonialismo y el horror de la historia. Y así lo han hecho todos los países europeos y no europeos que han llevado la "luz" de su civilización a golpe de violencia por el mundo.

No sé que haya que defender a España frente a las demás naciones, la historia es la que es, llena de luces y sombras para todos los países.
Sí creo que es autoengañarse por mucho que G. Bueno fuera un máquina filósofo poner la Ilustración española a la altura de la francesa o la alemana. Los momentos históricos y de gloria para cada nación son los que son, y el XIX que es el de los ciclos revolucionarios que dan lugar a la contemporaneidad pasando por muchos conflictos, no era el nuestro, el de España. Tuvimos unos monarcas desastrosos, muy mala suerte, muchas guerras civiles, y retraso, sí, retraso industrial y cultural. Pero un rey siempre dispuesto a las glorias militares en Africa, que ni le iba ni le venía al conjunto del pueblo español.

Tampoco entiendo que los de Oviedo como materialistas tengan que burlarse del filósofo idealista, son opciones. Y que lo traten como si fuera cualquier indocumentado. Su libro sobe El imperio es un estudio filológico e histórico que se remonta a los comienzos de Roma, no lo ví "anti imperio español".

Y  me reafirmo en que tanto los seguidores de Bueno como esta nueva loa a la Inquisición española y las glorias imperiales, van en la línea que parece se nos da mejor: reforzar la reacción y el conservadurismo. La nuestra, la que ha dado lugar a nuestra secta mafia familiar favorita y de cabecera.

Parece ser que la profesora autora del best seller se ha defendido: no es ultracatólica.
Eso dicen todos. No sería la primera atea de servicio.
 No tengo pruebas pero  llevo esperando años"la luz", es decir, alguien diferente a nuestros tradis productos en sentido intelectual y sufriendo decepción tras decepción, que a saber de donde ha salido, con todos mis respetos. A parte de haber salido de su Málaga natal.

Lo que no reconocen los de Oviedo es la historia más reciente: fue en nombre de por el Imperio hacia Dios como se mataron españoles en guerra de exterminio, trayendo moros a la Península para matar españoles, con la ayuda inestimable e imprescindible del tercer Reich, el imperio más sanguinario y racista del que tenemos noticia. Y esto pesa en el subconsciente español, aunque no se tenga ni idea de historia contemporánea y no se lea más que a los best seller promocionados al servicio de la ignorancia y el batiburrillo dominantes.

Pero  es superable con un poco de esfuerzo "perso".

Recupero paralelismos históricos sobre la Inquisición de ayer y hoy sacados precisamente de Villacañas:
MAS SOBRE EL ORIGEN DE LA INQUISICIÓN CASTELLANA
primero, española después, (mi lectura de JL Villacañas, Historia del poder político en España, pp. 231ss)
También se podía titular “De cómo se pasó de la Reales y católicas deudas a la Inquisición castellana”
En fin, lo de siempre y no diréis que no recuerda, mucha ortodoxia religiosa
pero en el fondo lo que estaba en juego con nuestra pertenencia era la pasta,
la pasta que la persona aporta por familia o/y por trabajo,

la pasta que se ahorran teniendo individuos que trabajan o infrapagados o gratis, por el techo y la comida, a destajo “por Dios”, sin cotizar a la seguridad social y totalmente vendidas y entregadas, atadas de pies y manos, encantadas de su entrega a la obra de Dios.
Y la pasta que se ahorran por muchos otros conceptos por los que los ciudadanos de a pie, “gente corriente”, tenemos que pagar a toca teja. No me creo que sus supercasas, super por número de metros cuadrados y barrios en los que se sitúan, tengan precio proporcional al precio pagado por el que va con su pobre nómina a pedir una hipoteca al banco, es decir a pedir una soga al cuello de por vida. “Pobre” frente a su capitalón, la pobreza es relativa.Y qué azar que los más prestigiados y prestigiosos de los banqueros y financieros tengan vocación. Por eso digo que les harán un precio, o se harán precios entre ellos. El todo es estar “en la pomada” en la que no estamos el pueblo llano y plebeyo, sin título ni toisón.
Resultado de imagen de reyes católicos
Isabel y Fernando
El viaje de los reyes católicos a Andalucía fue deslumbrador, Alonso de Palencia nos cuenta como quedaron fascinados por sus ciudades, sobre todo por Sevilla. Este viaje ocurría entre 1479 y 1480. Arruinados, cargados de deudas y gastos –por su culpa, por su culpa, por su gran culpa de guerrear- quedaron sorprendidos por la riqueza que acumulaban Sevilla y Córdoba, ciudades en las que no había entrado el poder regio desde la época de Pedro I. Con el carisma de la victoria, sintiendo que el viento de la historia estaba con ellos, se entregaron a la reforma con intensidad. Reconocieron a las ciudades su independencia militar y administrativa, organizaron la Santa Hermandad o policía de distrito y también milicia urbana.
Continuó el impuesto de la alcabala pero la monarquía se apropió de los mayorazgos de las órdenes militares, se vinculó al sector exportador de la lana.
Los jóvenes reyes lograron reducir la deuda pública con una quita importante a la que acudieron todos los nobles, incluidos los más cercanos, como los filoconversos Manrique y Mendoza.
El contable de la operación fue el converso Hernando de Talavera, un jerónimo que  pronto será confesor de la reina.
Los reyes canalizaron la energía hacia la empresa clave de una nueva época: la toma de Granada, tras la pérdida de Constantinopla a manos de los turcos, los reyes cristianos tenían que resarcirse. Castilla y Aragón se unían en la creencia de que tras Granada vendría el norte de Africa y llegarían a Jerusalén haciendo escala en Sicilia y Nápoles.
Así fue como los reyes católicos, una vez que habían acabado con la violencia que hundía sus raíces en la propia ilegitimidad de la dinastía Trastámara, reconstituyeron toda la fuerza aragonesa y castellana apuntando al reino nazarí. Sin embargo, quedaba un pequeño problema, un detalle: la financiación de la empresa. Hacía falta disponer de recursos, no simplemente haberse librado de pagar las deudas. El pacto con las ciudades implicaba que estas no financiarían como antiguamente. Sólo se les ocurrió un recurso:
lanzar una Inquisición que tuviera efectos expropiatorios generales sobre los conversos.
En las duras negociaciones que se dieron hacia 1478 para que el papa Sixto IV diera la bula de fundación del tribunal que asestaba un golpe de muerte a la jurisdicción de la iglesia católica se consiguió el objetivo de manera impropia gracias al corrupto cardenal Rodrigo de Borja. El papado arrepentido dijo que “la Inquisición castellana iba en contra de los decretos de los santos padres y de nuestros predecesores y de la observancia común.”
Si se trataba de pureza de la fe ¿por qué no se entregaba el tribunal a la Iglesia? ¿por qué no se usaba la vieja inquisición de Aragón? ¿Por qué fundar una nueva forma inquisitorial que daba la autoridad acerca de la fe a los juristas del rey? ¿Por qué se tenían que extremar los efectos confiscatorios del tribunal, rompiendo las tradiciones de las reglas eclesiásticas y las normas de justicia tradicionales, que extrapolaba las penas a las familias enteras y que violaba las costumbres y las leyes antiguas, los privilegios y los fueros de las comunidades? ¿por qué la culpa se lanzaba sobre el linaje y no sobre los individuos? El papa se respondía a sí mismo: ¿no sería más bien por ambición y por ansia de bienes temporales que por celo de la fe y de la verdad católica o por el temor de Dios?
La acumulación de poderes inquisitoriales en manos de los oficiales del rey fue la primera reforma de la Iglesia moderna, que abrió el camino de autoafirmación de los reyes a costa de la Iglesia, como en Inglaterra. Castilla con esta Inquisición arruinó la forma de gobierno eclesiástico pura, aprovechó la debilidad del papado y la venalidad del cardenal Borja para asestar la puntilla a la iglesia católica, que ya no tendría fuerzas para reformarse.
Las consecuencias fueron numerosas aunque no se vieran en 1482. Se pensaba que era una medida puntual, diseñada para acabar con el problema converso de las grandes ciudades de Andalucía. Era un mundo converso en contacto con comunidades judías, que impresionó a los castellanos antiguos por el sincretismo de una religión configurada desde el libre curso de la vida social. Nadie pensaba en llevar la Inquisición a la vieja Castilla, donde las élites conversas llevaban un siglo asentadas en una fidelidad comprobada al servicio del rey.
Algunos se resistieron y quejaron, Pulgar escribió contra los delatores anónimos, Hernando de Talavera pidió que no se asaltara la fe de los buenos cristianos. Aragoneses, catalanes, valencianos lucharon contra lo que arruinaba su legislación y libertades. Pero sin éxito, mientras duró la guerra de Granada la presión por terminar con la presencia islámica acalló las protestas.
Pero lo que empezó por ser medida pasajera se convirtió en constituyente. Lo que se acogió con sorpresa y disciplina pensando en que pronto pasaría se convirtió en la más profunda constitución de España.
Los conversos que habían apoyado a la realeza vieron con estupor como ésta se dirigía contra ellos, sus más fieles apoyos. El desconcierto fue grande sobre todo en Andalucía.
Pero la fundación de la Inquisición no fue solo un asunto regio. Había también inquietud por la reforma de la iglesia desde el concilio de Basilea. El aristotélico Martínez de Osma que fundó escuela en Salamanca llegó a impugnar la fundación evangélica de la confesión.
Una verdad como un templo por otra parte, (invención de monjes irlandeses…) en 1480 el arzobispo de Toledo formó tribunal para juzgar la obra de Osma y quemarla, Hubo de retirarse de la docencia.
Se temía que la nueva religiosidad producida desde las aulas que había prendido en la nobleza castellana conectara con el pueblo. Se vio que los conversos tenían un liderazgo moral, económico, intelectual ¡abajo con ellos!, tan típico y característico de aquí que ya cansa decirlo…
Por tanto se inició una encarnizada lucha entre la monarquía que se financiaba deteniendo y despojando conversos, y los dominicos y franciscanos, que veían competencia intelectual en los conversos.
No nos hemos movido de ahí en 500 años.
El atroz desmoche de 1939 fue una repetición punto por punto de estos hechos.
La predicación popular se impuso frente a la universidad y el saber converso, el mestizaje, la renovación, la evolución….buen hachazo al progreso de los tiempos.
La predicación popular se completó con la Inquisición puesta en manos de jueces de extracción hidalga y plebeya. Ya en el juicio y chamusquina de la obra de Osma apareció un nombre que durara en estas faenas hasta Felipe II, el dominico Diego de Deza.
A todo esto el que presidía o preside la Fundación Francisco Franco era un supernume historiador cuya especialidad primera, como no podía ser de otra manera, son los reyes católicos.

Comentarios

Ricardo Pérez ha dicho que…
El problema del poder politico en España no esta en el color de las opciones. Esta en el control del poder. A mi modo de ver la derecha fanatica, sectaria y mas cavernicola, ha preferido no ganar las elecciones generales, pero si tener el control del maximo partido de la oposicion como es el PP. Lo he dicho en algun lugar mas que el PP de Mariano Rajoy con Soraya al frente, hoy gobernaria con mayoria absoluta junto con Ciudadanos. La derecha mas sectaria el poder mas sectario de la derecha, ha preferido perder el poder pero controlar el PP. Ya se que se me dira que el PP de Mariano era mas de lo mismo, pero con una diferencia, Mariano nunca gusto a los sectarios. Esto la izquierda radical lo sabia, por eso se frotaban las manos. Sabian que la guerra les beneficiaba como asi ha sido. La jugada les ha salido perfecto, porque un personaje al que no quieren, ni de lejos ni de cerca, les ha ayudado de forma inestimable, para volver a controlar el principal partido de la derecha, ese personaje es Jimenez Losantos. Ya puede esperar sentado los agradecimientos por los favores prestados, le engañaran si le hacen creer que se lo han agradecido o se lo van agradecer. Son asi de estupendos en su altiva hipocresia. Aunque el personaje se lo merece, porque hay que tener un par para ayudar a quien te ha dado una patada en el trasero casi galactica. Mientras la Izquierda dejandose querer, en sus maquiavelicas apuestas, porque el trabajo sucio ya esta realizado. Ahora a la izquierda radical solo le queda recoger los frutos o no eso depende, de la tormenta perfecta que han creado ellos y sus socios en la derecha por el control politico. Fuera de estos dos poderes, de los que he hablado, todos los demas somos meros comparsas, incluidos los partidos de Ciudadanos y de VOX. No he hablado del independentismo, porque estos los encuadro en la izquierda radical. Un solo ejemplo hay que ser mezquinos, miserables y sinvergüenzas a tiempo completo, para olvidarse del clan Pujol, a quien el Gobierno de Suiza ha comunicado al español que tienen escondicos en ese pais mas de 56 millones de euros. Ni una palabra al respecto, de la estupenda izquierda radical.

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