UN GRUPO DE ZOMBIS EN UNA JAULA


 Ex nume que me dejó bien colgada cuando obtuvo lo que quiso. Missed sin  agradecer mis escritos defensivos de su causa, sin dar explicaciones  "tengo los dólares, me voy". La especie humana es la más desagradecida que hay en el planeta. No me extraña que caminemos hacia el desastre y nos llevemos el mundo con nosotros. Tras 30 minutos de cháchara típica,
que si cilicio, que si no playa, que si no me dejan cuidar a mi padre viudo, que si no sabía qué artículo comprar en el super... un tertuliano le da el título alternativo al libro.


Los entrevistados por la calle, bastante empistados.




El escándalo de los abusos será la prueba de fuego para la iglesia católica, si no hay reformas perderá su credibilidad

Abusos y encubrimiento sistemático durante décadas. Los obispos alemanes quieren implementar reformas y se topan con el frenazo de Roma. Es una herida más en la credibilidad de la Iglesia. 
La Iglesia decimonónica se vió a si misma como un baluarte de la verdad "frente a la locura de los tiempos". Los dogmas proclamados en el Concilio Vaticano I reforzaron el centralismo romano y debilitaron las iglesias locales. Han pasado 150 años. Sin embargo la Iglesia sigue viéndose desafiada por el libre pensamiento moderno, y sigue siendo un problema el equilibrio entre el poder centralizado eclesial y el local.

Lo estamos viendo en el conflicto entre Roma y la Iglesia en Alemania con respecto a cómo debe gestionarse el escándalo de los abusos encubiertos por los obispos
El mal floreció en medio del bien, el schock ha sido fuerte.
Los obispos alemanes y el Comité central de los católicos alemanes decidieron en primavera reflexionar juntos sobre las causas sistemáticas del abuso y las posibles reformas. Para ello querían emprender "un camino sinodal vinculante". El  concepto puede parecer una elección desafortunada, pues en griego «synodos» significa  «camino común». En este asunto las reformas son inevitables. Las declaraciones de afectuosa comprensión que hemos oído hasta la saciedad por parte de los altos cargos eclesiales son tan insuficientes como las indemnizaciones financieras para las víctimas.

Una carta del Papa

El  "camino sinodal" debería organizarse en 4 foros temáticos: Moral sexual, forma de vida de los curas, Poder y división de poder, Mujeres en la Iglesia. Tras el anuncio del camino sinodal el debate interno de la Iglesia se centró principalmente en cuestiones estructurales. Se discutió acaloradamente sobre la apertura del Orden a hombres casados y a mujeres, sobre los cambios en la rígida moral sexual y la democratización de la Iglesia.

Con el fin de contrarrestar la mentalidad estrecha en cuestiones estructurales, el Papa Francisco escribió una carta de 19 páginas "Al pueblo peregrino de Dios en Alemania" el 29 de junio,  fecha simbólica por ser la solemnidad  de los apóstoles Pedro y Pablo. En ella elogia el compromiso de los católicos alemanes y resalta la primacía de la evangelización. Al mismo tiempo alerta sobre un camino especial de la iglesia en Alemania.

Der Brief wurde von den einen mit Erleichterung aufgenommen, von anderen als befremdlich empfunden, da Franziskus synodale Prozesse fördern und eine «heilsame Dezentralisierung» der Kirche voranbringen will. In seiner ausladenden Diktion ist der Brief durchaus deutungsoffen, so dass es von kirchenpolitischen Präferenzen abhängt, wie man ihn liest.





La carta fue recibida con alivio por algunos y percibida como extraña por otros, ya que Francisco parece promover procesos sinodales y una "descentralización saludable" de la Iglesia.  La carta está bastante abierta a la interpretación, por lo que su significado y alcance depende de las preferencias políticas del que la lee.


  Otra carta de Roma

Mucha menos abierta a interpretaciones está otra carta procedente de Roma hecha pública en septiembre. En ella el cardenal  Marc Ouellet, Prefecto de la congregación de los Obispos se dirige a su colega Cardenal Reinhard Marx, Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, y expone claramente que temas como el celibato o la ordenación de las mujeres han de ser resueltos para toda la Iglesia universal. Además el formato del camino sinodal es problemático desde el punto de vista canónico, ya que reconoce el mismo peso al voto de los laicos que al de los obispos. Los foros sinodales pueden asesorar, pero no pueden decidir de modo vinculante, esa es tarea de los obispos.
 
Die laute Kritik an den römischen Einlassungen übergeht allerdings die berechtigte Sorge um die Einheit. Die katholische Kirche ist als Weltkirche von einer Gleichzeitigkeit ungleichzeitiger Denkweisen geprägt. Nicht nur in Afrika denkt, tickt und fühlt man anders als in Deutschland, das ist schon in Polen und Kroatien so. Hinzu kommt die Polarisierung der deutschen Ortskirche. Während manche Akteure bereits zum Ungehorsam aufrufen, sprechen andere vom «Missbrauch des Missbrauchs» und wittern Traditionsverrat.

El cardenal Marx mostró su irritación porque la Curia romana no había buscado previamente el diálogo, y señaló que las críticas de Ouellet se referían a un proyecto desactualizado. La misiva romana halló un eco de indignación en los medios: El camino sinodal ha terminado antes de comenzar. El Papa Francisco ha mostrado su verdadero rostro, su promesa de sinodalidad son palabras vacías, al frenar de modo autoritario los procesos de reforma de la iglesia local.
 

Las voces críticas con Roma ignoran sin embargo la justificada preocupación por la unidad de la Iglesia. Como iglesia universal, la Iglesia Católica se caracteriza por una simultaneidad de formas desiguales de pensamiento. No solo en África se piensa, vive y siente de manera diferente, también es diferente la vivencia del catolicismo en Polonia y Croacia. A ello se agrega la polarización de la iglesia local alemana. Mientras que algunos actores están llamando a la desobediencia, otros hablan de "abuso del abuso" y temen la traición a la tradición.

¿Quién decide?

De hecho, la insistencia en la inserción universal también podría ser una estrategia de inmunización para evitar las reformas. En la reunión plenaria de otoño de los obispos alemanes en Fulda, se presentó una exégesis diferente de la carta del Papa. El cardenal de Colonia Rainer Maria Woelki subrayó la primacía de la evangelización y pidió una reorganización de los foros sinodales. Al mismo tiempo, enfatizó la perspectiva de la iglesia universal para minimizar el "riesgo de división".
 
Es beunruhige ihn, betonte Woelki, dass hochrangige Laienvertreter versicherten, sie wollten keinen nationalen Sonderweg einschlagen, aber zugleich das lehramtliche Verbot der Frauenordination in Zweifel zögen. Dabei liegt offen zutage, dass weite Teile des Kirchenvolkes in dieser Frage anders denken als das römische Lehramt. Die Frage steht im Raum, ob dieser Dissens lehramtlich Gehör findet. Organisatorisch schlug Woelki vor, den synodalen Weg als Beratungsprozess herabzustufen und die Entscheidungen auf der Ebene der Bischöfe zu treffen. Die Mehrheit der Bischöfe ist ihm darin nicht gefolgt.

Woelki subrayó su preocupación porque los representantes laicos aseguraran que no querían tomar una camino especial nacional, y al mismo tiempo arrojaron dudas sobre la prohibición magisterial de la ordenación de mujeres. Es obvio que en este tema gran parte de la gente de iglesia piensa de manera diferente al magisterio romano. La pregunta está sobre la mesa, si se va escuchar o no oficialmente a la disidencia. Woelki propuso degradar el camino sinodal como un proceso de asesoramiento y que las decisiones las tomaran los obispos . La mayoría de los obispos no estuvieron de acuerdo con él.
 
 Felix Genn, obispo de Munster,  interpretó el enfoque sinodal como un proceso espiritual. Genn, quien parece ser tuvo buenas experiencias con la polifonía interna de la iglesia en el Sínodo de la Juventud en Roma en 2018, sugirió un proceso de tres pasos: escuchar, interpretar y decidir. Recordó a Ignacio de Loyola y una asentada regla de comunicación, para apreciar las preocupaciones legítimas del otro, incluso si uno no comparte su posición. Si esta regla se siguiera desde todas las partes, sería un buen paso adelante.

Las reformas no bastan

La tarea a realizar es ingente. Está claro que el clericalismo en la iglesia ha de ser desmantelado, que es preciso un control efeciente del obispo, como jefe de la iglesia local, para poner fin a las prácticas de encubrimiento. No está menos claro que la fe necesita un nuevo impulso y ha de ser traducida para llegar a ambientes apartados de lo eclesiástico.

El cardenal Walter Kasper, de quien se dice que participó en la redacción de la carta del Papa, dijo que es "un autoengaño fatal pretender despertar alegría religiosa solo con reformas estructurales". Ciertamente, la reforma en la iglesia siempre es más que tecnología social, tiene que ver con la conversión y la renovación.

Sin embargo, sería erróneo enfrentar las cuestiones estructurales y la evangelización. Las reformas han de estar destinadas a dar un nuevo impulso a la cadena de transmisión de la transmisión de la fe. Kasper tiene razón al afirmar que las expectativas demasiado altas que no se cumplen son causa de mayor frustración. 

El celibato no debería ser un tabú

En Roma, sin embargo, deberían darse cuenta de que la iglesia alemana está en un conflicto de modernidad. La sociedad ha cambiado desde hace tiempo, en nombre de la igualdad de derechos, las relaciones de género han dicho adiós a las estructuras patriarcales. La Iglesia Católica no lo puede ignorar a pesar de la posición dogmática de Juan Pablo II. ¿Cómo promover institucionalmente la presencia de mujeres? Además, la carencia de sacerdotes deja sin asistencia espiritual a las parroquias, por lo que no debería ser tabú repensar el celibato obligatorio.

El beneficio del asesoramiento sinodal es que los creyentes, teólogos y obispos entran en un intercambio productivo. Tal intercambio, si se lleva a cabo libremente, es conflictivo, pero se destaca beneficiosamente de una comunicación unidireccional en la que la jerarquía eclesiástica actúa en el sentido del Concilio  Vaticano I, dictando desde arriba a los fiele que  obedecen sin pensar. También sería una ficción pensar que se puede controlar las coloridas y diversas formas sociales del catolicismo mediante directivas autoritarias.

Las prohibiciones de debate y las sanciones son herramientas disciplinarias que no aumentan la credibilidad de la iglesia. Por el contrario, si todos los actores en un proceso sinodal están preparados para escuchar y considerar favorablemente las preocupaciones legítimas de la otra parte, entonces las disonancias cognitivas y los frentes endurecidos podrían conducir a soluciones sorprendentes. No deberíamos de fijar fronteras demasiado estrechas al Espíritu Santo.

Jan-Heiner Tück es  Profesor en el Instituto de Teología Sistemática, Facultad de teología católica, universidad de Wiena.



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¿Sabes con certeza que Esquivias cobró y calló o es una suposición ?.¿ Vendió su conciencia por dinero? . ¿Toda la que montó fue por la pasta?

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