LA GUERRA, UN TRAUMATISMO FUNDACIONAL

Me preguntaba este verano sobre Santiago Mata, de dónde era y a qué dedicaba el tiempo libre. Y como nadie echa un cable, como no sea al cuello y apretar, me acabo contestando yo sola: fue 30 años nume y en 2005 dedicó una larga y  tediosa página infumable a meterse con Agustina y compañía.

 

LA GUERRA CIVIL, UN TRAUMATISMO PARA ESC.

1936, republicanos y falangistas de Franco se enfrentan en una guerra fratricida despiadada en la que la religión juega un papel importante. Los republicanos persiguen curas no favorables a la República y Escrivá se ve obligado a huir. Se esconde en diversos refugios de Madrid. Incluso estuvo un tiempo en un hospital psi en el que le salvó la locura real de un residente. Durante un registro por parte de milicianos el loco tomó el fusil por una trompeta. Perplejos, los milicianos se retiraron. 

Para el founder la guerra fue una lucha entre el Bien y el Mal, entre católicos, falangistas por un lado y del otro comunistas, ateos, viva encarnación del diablo. Caricatura cómoda que no respondía a la realidad mucho más mezclada. Pero en tiempo de guerra no están los tiempos para el "matiz", lo que cuenta es salvar la vida. Escrivá conservará a partir de este período una concepción guerrera de la vida. Dicha visión se puede ver en Camino, cuya prosa guerrera y patriótica evoca la cruzada llevada por el honor de Dios: 

"el sentimiento patriótico lleva a muchos a hacer de su vida un "servicio", una "milicia". No te olvides que Cisto tiene también sus milicias y sus hombres de élite a su servicio", escribe. 

Y puesto que es divino el combate lleva en sí la marca de la victoria:

"Ten siempre confianza en Dios, no pierde ninguna batalla".

En el curso de nuestra investigación y entrevistas pudimos hacernos gracias a un ex miembro con fotocopias de Crónica, la revista interna destinada a los hombres, e inaccesible fuera del od. Es particularmente interesante la lectura de esa publicación porque los consejos no se adornan con florituras ni circunloquios. El estilo mismo es ilustrativo de los objetivos que tiene od.

Es aspecto guerrero de la o, su lado "cruzada cristiana", aparece claramente en la boca del founder cuando dice: La Obra es a la vez familia y milicia".

Cada miembro es considerado un soldado de Dios. Pero desgraciado aquel que se aparte de la familia. Escrivá advierte así a los traidores en un número de Crónica: "Si uno de mis hijos abandona el combate o deja la guerra, nos da la espalda, que sepa que nos traiciona a todos, a Jesucristo. a la Iglesia, a sus hermanos y hermanas en la Obra (...) Sería una traición consentir el más pequeño acto de infidelidad..."

Hay un hombre que puede hablarnos largo y tendido de esta fraseología de combate que encontramos en filigrana en toda la ideología opusina, Vladimir Felzmann. Cura inglés, ex miembro numerario vive hoy en Londres donde acepta una entrevista.

 

 

Fr. Vlad, hoy a sus 83 años, campeón de media maratón en la región de Londres

Después de 6 horas y media de viaje con avería de Eurostar incluida, acabamos llegando a Westminster, diócesis donde hoy, 2003, ejercer Felzmann.  Estuvo 23 años en od, de 1959 a 1982, 13 siendo cura. Y durante 4 años fue uno de los colaboradores más cercanos de Escrivá. Tenía largas conversaciones con él y le valieron el apodo del "mimado del padre".

Viene sonriendo, mirada viva y dura, benevolente. Preciso en sus respuestas y rápido, deja claro que los años pasados en opus dei siguen presentes en su espíritu.

Desde el principio de su recorrido opus lo nombran secretario de la residencia de estudiantes de opus en London, Netherhall House. Al año siguiente ya era el director de la residencia que alojaba a 66 estudiantes, 15 miembros del opus, Felzmann tenía 22 años. Pero si es una gran responsabilidad para un hombre tan joven, se acuerda entusiasmado de aquellos primeros tiempos de su "vocacion": ¡era duro pero todo era formidable!

Guarda un recuerdo del fundador como de un hombre carismático: "era un líder en el alma, una personalidad muy atrayente que podía ser muy afectuoso, dice recordando al founder. Pero era también un hombre de disciplina que exigía obediencia completa a sus seguidores. Si te comprometías totalmente a su lado podría ser maravilloso contigo..."

Obediencia, disciplina..."viene de su propio pasado, hay que ponerse en el contexto, Balaguer era un español de la primera mitad del siglo XX que había conocido la guerra civil. La cultura de la época era muy diferente: todo o nada, cuando la legión gritaba "¡Viva la muerte!"

Durante la guerra civil (1936-39) hubo asesinatos a mansalva de oponentes. El grito "¡Viva la muerte!" de los escuadrones fascistas ilustra el clima de terror que reinaba en el país.

En 1937 Escrivá y sus compañeros emprenden la huida de Madrid. Lo hacen a través del Pirineo, por la montaña, el bosque y la broza, siguiendo rutas de contrabandistas, eludiendo la vigilancia de la frontera. La historia oficial cuenta que en el momento de mayor desesperación de la travesía, E. encontró una rosa de madera dorada, probable vestigio de un retablo en una iglesia rural abandonada. Vió en ella un signo divino, un omen, improvisó una misa y desde entonces la rosa fue emblema de su od.

Después de unas cuantas semanas de marcha pirenaica, el grupo llegó a Burgos, cuartel general de Franco. Y será una de las paradojas de su vida, porque siempre se empeñará en decir "que nunca las consideraciones políticas o partisanas impidieron el desarrollo de su obra"...en esos tiempos de guerra en que era obligado escoger un campo es difícil imaginar que no hubiera consideraciones políticas.

El padre Felzmann tiene una visión diferente: "Para Balaguer quien salvó el cristianismo en Europa y por consiguiente al "opus dei" fue Franco, ayudado por Hitler".

Felzman nos cuenta una historia  delirante, increíble aunque proceda de labios del "mimado" del padre:

"Estábamos ambos viendo una película para censurar, era una película americana en la que Hitler aparece como un monstruo. Balaguer se volvió y me dijo: Vlad, Hitler no podía ser tan malo, no pudo haber matado 10 millones de judíos, 2 ó 3....no más".

Nos sobresaltamos.

-"¿Escrivá era un antisemita?"

-no, no, no era antisemita, pero para él Hitler era un héroe. Había salvado el cristiansimo y se le presentaba como un monstruo. Era a la vez el salvador y un asesino...psicológicamente era muy duro de admitir para Escrivá, Balaguer no era antisemita pero tenía simpatía hacia Hitler. Me parece que tenía cierta admiración por él".

Sea lo que sea sobre el tema, el founder escogió claramente el campo político. Una actitud que seguirá cuando Franco esté instalado en el poder y el Opus Dei provea de ministros suscesivos gabinetes franquistas.

Bénédicte y Patrick des Mazery