LITERATURA CONTEMPORÁNEA

 El autor jienense con la portada de su último libro publicado. /IDEALEn esta novela del escritor jiennense Jesús Tíscar, "opus dei" ocupa un papel preponderante, con matrimonio de navarros procedentes de familia escrivariana, que se afincan en la capital del olivo y truculencias innumerables es comprensible que no podía dejarla pasar.

 Aunque su estilo a veces es difícil y puede resultar enrevesado por la de palabras extrañas que saca del baúl más otras que se inventa, además de que la novela no es líneal, va para adelante y para atrás mezclando los episodios, la estoy leyendo con relativo agrado.

Además de sacar a la palestra al personaje "opus dei" que se merecería más protagonismo en literatura contemporánea, ayuda a relativizar lo estrafalario de la experiencia, hace un buen hueco a la ciudad de Jaén con la Manchega, el Gorrión, y el resto de bares más los recorridos de los autobuses urbanos, y todos los recovecos imaginables. Tiene chispa Tïscar retratando la ciudad, el habla característica, los diálogos de sus habitantes, es lo que más me ha gustado y hace soportable la parte "novela negra".

Ignoro de dónde le ha llegado la inspiración, el planteamiento es un poco surrealista, canalla y valleinclanesco, pero tiene toques de humor y menos mal, porque  los seres humanos que retrata pueden llegar a un nivel de sordidez insoportable. Si consigues hacerte con la trama  y no perderte en las idas y venidas de los distintos "cuadros", se disfruta de la lectura.

Escuché a este escritor jiennense al que ya conocía y apreciaba por sus columnas del Diario Jaén en un instituto de la capital, me llamó la atención su aprecio del Senda, aquel libro de Santillana en el que yo también empecé a amar la literatura. Conservo todos los ejemplares, de 1º a 8º. Aunque Tíscar dice que hoy no lee,  escribe mucho, ¿será que no tiene tiempo?

Senda de 1 Egb (Libro de Lectura Santillana) | PDF

Es curioso que aunque no da detalles dice que lo echaron del Diario, para mi gusto era el mejor articulista, no me perdía ni una sola de sus columnas. Años luz del resto en incisividad de análisis de la actualidad y estilo literario. 

Qué diferente el tratamiento del "opus Dei" de este escritor jiennense al que hace el escritor navarro Sánchez Ostiz,  lo podéis comprobar. Creo que en su novela El escarmiento donde sale un supuesto profesor de la navarrensis. Siempre dije que SO tiene cercanía familiar, aunque nunca le he visto reconocerlo públicamente. 

Tíscar  es otra galaxia, no le afecta sentimentalmente y se lo toma a broma, da el  retrato  desde fuera, con un toque exagerado sin duda, pero es lo que tiene la literatura, que el novelista es libre de crear y recrear el mundo a su gusto.

Maria Angustias Moreno estuvo en opus dei como numeraria de 1960, entró con 19 a,  a 1974 y compara su experiencia "al regreso del astronauta a la tierra a quien nadie cree lo que cuenta".

"Al principio yo pensaba que podría modificar el "opus dei" desde dentro, cambiando algunas reglas que me parecían inadaptadas. Pronto poco después de mi pitaje, me sentí desconectada. La vida no se parecía a lo que imaginaba y a lo que me habían dicho. En ese momento creí que había un malentendido, un problema de mediación entre la voluntad del founder y la manera cómo se aplicaban las reglas".

A pesar de ocupar puestos de responsabilidad, Maria Angustias tiene que ponerse en manos de un directora de conciencia. "Tenía que contarle todo lo que hacía, pensaba o sentía. Tenía que contárselo todo hasta si me había tomado una aspirina. Por medio de los directores de conciencia "opus dei" te aconseja hacer una cosa u otra. Sin darte la razón". 

Pero a María le gusta razonar. No se queda satisfecha con la falta de explicaciones y sigue pensando que hay un malentendido. 

Poco a poco se fue convenciendo de que no podía cambiar nada. 

"Dirigía una residencia del opus dei pero en realidad no dirigía nada. (Dirigió centros en Barcelona, Valencia, Molinoviejo, Madrid y  Jerez) Opus funciona como un establecimiento perfectametne organizado, eltrabajo consiste en hacer las cosas como está dicho que se hagan, como Balaguer quería que se hicieran. En realidad todo venía de Balaguer y todo volvía a él".

Con ocasión de una visita a la residencia que dirige ¿Pozoalbero?, Maria Angustias se concentra en las respuestas de Balaguer a las preguntas que le hacen: "Ese día me dí cuenta de que no había problema de intermediación. Que lo que había visto hasta entonces correspondía a la voluntad del fundador".

Un founder que se mostraba intratable sobre su santa voluntad, precisamente. 

"Se enfadaba cuando no se hacía lo que él quería o si algo no coincidía con lo que él deseaba. Se enfadaba muy a menudo, con gran violencia verbal. Pero peor que sus palabras violentas era la violencia de Balaguer que no dejaba hacer ni pensar a nadie por sí mismo. El padre dictaba todo".

"La voluntad del padre era considerada la voluntad de Dios", Maria Angustias lo recuerda como un tirano amante del lujo. "Tuve la oportunidad de ver a un sujeto termómetro en mano, recorriendo las habitaciones por las que iba a pasar el padre ese día para asegurarse de que la temperatura era la adecuada".

Nos llama poderosamente la atención semejante comportamiento en un eclesiástico, totalmente fuera de lugar. Tanto más cuanto que en las biografías oficiales se lo describe como una persona que ama la pobreza.

Maria Angustias sonríe: "En efecto, Balaguer podía presumir como hizo una vez en mi presencia y ante una joven numeraria de 18 años de llevar la sotana más tiempo que la edad de la chica".

Pero a la vez fue el hombre que hizo lo posible y lo imposible para recuperar un título de nobleza. Una anécdota muestra el gusto que tenía por el reconocimiento social, gusto que puede explicarse por sus orígenes modestos y por las dificultades financieras de la familia, es la historia del marquesado.

A finales de los años 60, se enteró por estudiantes de la uni de Navarra que descendía de un cierto marqués Tomás de Peralta. Escrivá realizó las gestiones para adquirir un título de nobleza que estimaba le pertenecía por derecho. En 1968 el BOE anuncia que el padre es marqués de Peralta. Es paradójico que un futuro santo estuviera tan apegado a un titulo de nobleza, cuando lo característico suele ser el desapego de las contingencias materiales.

En Madrid circulaba el chiste: en la primera página de su best seller tenía que poner en vez de Escrivá de Balaguer "Camino", Marqués de Peralta "autopista de peaje". 

Interrogado 4 años más tarde por la prensa sobre el caso EdB dijo que fue una gestión antipática y sobre todo destinada a pasar el título a los hijos de su hermano. Un titulo que su hermano recibió en 1972, precisamente cuando se supo la historia.

EdB apreciaba la nobleza y lo que lo distinguía del hombre ordinario: "habrá varios papas pero fundadores del od solo uno", le gustaba decir.

Predicaba a sus seguidores que pertenecían a una élite intelectual, religiosa..."que eran aristócratas del amor". Una expresión que fulmina a Maria Angustias:

"¿aristócratas del amor?, mejor aristócratas de la frigidez, de la dureza, de la falta de piedad".


Maria del Carmen Tapia fue otra mujer que experimentó esa dureza de la obra. Conoció bien al founder, fue secretaria en Roma en 1952. En sus 18 años pasados de nume (1948 - 1966), ocupo cargos en Italia, España, Venezuela.

Cuenta su aterradora historia en Tras el umbral, libro publicado en 1992. Dio una conferencia de prensa el 13 de febrero de 1995 en París: "en Roma, tras las puertas del n. 36 de viale Villa Sacchetti se esconde una máquina gigantesca desde la que los superiores del od manejan los hilos que en el mundo entero hacen actuar a hombres y mujeres como si fueran marionetas".

También afirmo:

"OD lo digo alto y claro tiene todas las características de una secta.  Una bien peligrosa en el seno de la Iglesia romana. Sus miembros son suavemente adoctrinados y privados de libertad".

F. Gondrand, portavoz od en Francia respondió: "los miembros de od tienen un sentido de la libertad tan desarrollado como el de sus semejantes. Además son ciudadanos corrientes y la mayoría de ellos fieles laicos de la Iglesia, que ejercen sus actividades profesionales y su apostolado en el seno de la sociedad, con una gran preocupación por su legítima autonomía. La prelatura se limita a darles la ayuda espiritual y la formación doctrinal que necesitan. Una vez hecho esto, su tarea termina".

Lo que dijo en 1995 Maria del Carmen, ¿lo seguía manteniendo en 2004? para comprobarlo le pedimos entrevista. Aceptó, profesora en la universidad de Sta Barbara en California donde se ocupaba de los intercambios Education abroad, Maria del Carmen pasa de vez en cuando por París. Nos recibió en el piso de uno de sus amigos el 14 de octubre de 2004.

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