UN COMENTARIO

 He seguido las elecciones presidenciales francesas como es de rigor, a ver si echan al lacayo de Rothschild y el globalismo, reconocido por Schwab como uno de sus young global leaders, y por los que seguimos la actualidad del vecino país a diario, un auténtico corrupto, con una rara mujer que le lleva más de 20 años y una historia negra por detrás que los medios mainstream silencian, pero que tiene tela. Un traidor de alto copete.


El típico capaz de un pacto con el diablo, yo creo que lo ha hecho, por tal de estar en el poder, y de llevar a su país, admirable  faro de civilización por tantos aspectos al desastre de los desastres. 

Me tomo en serio lo que pasa al norte de los Pirineos, de todo lo que llevo escuchado y leido tras la noche electoral  este es el que más me ha gustado, no sé si da en la diana, pero lo pongo para ilustración del público, además de que lo decisivo va a ser lo que hagan los votantes de Melenchon, palabra bien jiennense pues sus abuelos eran de por aquí, que es el tercero en discordia y a punto estuvo de ser el rival de Macron en la segunda vuelta, le faltaron 400.000 votos, que le podían haber venido del comunista que se presentó para figurar y sacó 800.000.

 


 ¿Puede la segunda vuelta revertir los resultados de la primera vuelta electoral? 

Dominique Delawarde

Muchos de mis amigos me dicen que la reedición del guión de 2017 está en proceso y tendrá el mismo epílogo, en fin, que la elección de Macron el 24 de abril está cantada.

No estoy totalmente de acuerdo con este análisis por las siguientes razones.

Cierto es que el presidente que salga de las urnas será un presidente electo por defecto ya que el 80% o más de los votantes registrados no habrán votado por él o ella.

Al igual que en 2017, 39 millones de los 48,7 millones de votantes registrados no votaron por el candidato que salió vencedor, lo que pone en perspectiva el alcance de su victoria en la 1.ª vuelta y ya sugiere grandes dificultades para gobernar Francia durante cinco años más.

Pero la pregunta que hoy se nos plantea es la siguiente: ¿Y si el voto por defecto que le sirvió al señor Macron en la 2da vuelta de 2017 favorece esta vez a Marine Le Pen? Y si eso ocurre ¿por qué y cómo?

Examinemos las dos situaciones, las cifras, las diferencias fundamentales entre las dos situaciones (2017 y 2022) que, a pesar de las apariencias, no son en absoluto iguales.

En 2017, los resultados de la primera ronda mostraron CUATRO candidatos con porcentajes altos: TRES que son los mismos que hoy y UN candidato LR (republicanos de derecha) , el Sr. Fillon, cuyos votantes, en gran parte y porqué él lo dijo una vez descalificado, votaron a Macron en la segunda ronda.

En 2022, el grupo de votantes de LR que irían a Macron prácticamente ha desaparecido.

Este voto predeterminado de los votantes de LR de Fillon se anticipó desde la primera ronda de 2022, como lo demuestra el mal resultado de PECRESSE y el mejor resultado de Macron. El resultado de las primarias de LR muestra que, a pesar de que  Pécresse llama a votar por Macron en la segunda vuelta, muchos votantes de LR que se quedaron en casa, votarán a Marine Le Pen, muchos lo harán por la "unión de las derechas", la única forma de que su partido no desaparezca.


Así pues esta vez, son los votantes del Sr. MELENCHON, los que marcarán la diferencia y el resultado de la 2ª vuelta, por defecto. 

Si se abstienen o votan en blanco, están favoreciendo a Macron. Si siguen las instrucciones de Mélenchon, y votan a regañadientes por Macron, aseguran su victoria, o también puede suceder, como  un tercio de votantes de Melenchon hizo en 2017, que voten a Marine.

Lo que nadie sabe realmente es la proporción del voto por defecto de “Todo menos Macron”, que bien podría superar la proporción del voto por defecto de “Todo menos Marine Le Pen” a dia de hoy.

Sin embargo, hay razones  que explican el cambio de actitud de los votantes y particularmente de los votantes “Rebeldes”. Está la crisis de los chalecos amarillos y la más que muscular represión que pasará a la historia. Hubo esta gestión dictatorial y calamitosa de la crisis sanitaria que sacó a la luz varios escándalos de corrupción (Mac Kinsey, Pfizer) y que colocó a Francia en la retaguardia de la peor gestión a nivel mundial. Dudo que un personal de enfermería del partido de Melenchon, que ha perdido su trabajo por negarse a la vacunacion, siga las instrucciones de voto del Sr. Mélenchon en la segunda vuelta. Dudo que un chaleco amarillo que ha perdido un ojo y que ha votado a izquierda siga las instrucciones del señor Mélenchon. Dudo que los padres que han perdido a un ser querido o un hijo a causa de los efectos de la vacunación experimental sigan las instrucciones del señor Mélenchon, el señor Jadot (ecologista) o la señora Pécresse.


Hablando claro, no es imposible que el odio que el Sr. Macron ha despertado y mantenido sobre su persona cambie la orientación del voto por defecto y favorezca voto   de "liquidación" que finalmente le es desfavorable. No se equivocan los encuestadores que dan una victoria incierta al señor Macron, dentro del margen de error de las encuestas.

Pero, me dirás, está Ucrania. ¿Sería el Sr. Macron más apto que el Marine LePen para manejar esa crisis?

Para responder a esta pregunta, debemos tener en cuenta el hecho innegable de que la crisis de Ucrania es, de hecho, la expresión de un enfrentamiento entre dos mundos: Un mundo occidental unipolar bajo la hegemonía de EE.UU.-OTAN-Dólar-GAFAM (20% de la población mundial) y un mundo que quisiera ser multipolar, en el que muchos Estados viven bajo la restricción permanente de las amenazas de sanciones económicas o militares estadounidenses, que incluyen al 80% de la población mundial, dispuesta a seguir a China y Rusia para escapar de quienes quieren explotarlos.

Una vez establecido este marco, el voto predeterminado de Macron es la carrera precipitada hacia el extremismo guerrero occidental y globalista que acabará mal y que no es precisamente lo que más agrada a los Insoumis, el partido de Melenchon.

La paz  volverá a Ucrania. Pase lo que pase, Occidente, la UE y Francia tendrán que reanudar las relaciones con Rusia y con los muchos países que siguen con interés, incluso apoyan, el intento ruso de sacudirse la hegemonía occidental. El Sr. Macron, un aliado incondicional del globalismo estadounidense-OTAN-GAFAM-Dólar, ciertamente estará en peor posición que el MLP para negociar con Rusia y el mundo multipolar.

Podemos jugar a la bravuconería, echar leña al fuego, incitar a la guerra, pero para hacer la guerra, debemos tener alguna posibilidad de ganarla. El estado de las fuerzas militares de Francia y la OTAN no permite prever nuevas provocaciones en Europa del Este, provocaciones muy irrazonables, que podrían desembocar en un conflicto nuclear que sólo tendría perdedores.

En conclusión, ¿quién se beneficiará del voto por defecto? ¿Prevalecerán la liquidación y el "Todo menos Macron" sobre el "Todo menos Rassemblemente Nacional"? ¿Se darán cuenta los votantes de que abstenerse o votar en blanco es votar por Macron? ¿Que al voto en la presidencial le seguirá un voto en las legislativas que moderará el ardor del candidato electo?

 

Respuesta el 24 de abril.


Comentarios

Ricardo Pérez ha dicho que…
Me puedo equivocar en mi analisis, pero hoy la izquierda occidental es la mas globalista del mundo mundial. Tampoco es que me entusiasme la llamada ultraderecha francesa, parece que Le pen es una gran admiradora de ese dictador sangriento llamado Putin. En fin todo muy confuso.
Ana A ha dicho que…
te doy la razón, la izquierda es globalista y Le Pen es Le Pen, peor que el otro que está
es imposible, en realidad es elegir entre Guatemala y Guatepeor, pero al menos Melenchon habla de programa de izquierdas como restablecer impuesto sobre la fortuna, dejar de regalar a los millonarios y no deshacer la seguridad social que es lo que ha hecho el actual inquilino del Eliseo y va a por más.

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