DICTADURA NECESARIA



Si tienen los pisos vacíos que colaboren con el ayuntamiento de Madrid. De cada centro pueden salir 6 viviendas o más, depende. Están pagados, y seguro que a mejor precio que el común de los mortales españoles. Aunque sea inapropiado alojar parados en la calle Hermosilla o Príncipe de Vergara: ¿qué habrán hecho o tendrán pensado con inmuebles, muebles, enseres? Vajilla normal para 20, vajilla de fiesta, vajilla para las empleadas, toda la “cacharrería” de las cocinas y oficios. ¿Qué con los “ornamentos”, vasos sagrados…? ¿cómo poner a salvo tanta inversión ahora que la mayoría de las vocaciones eternas estamos fuera? 


He disfrutado y leído con ganas “historia del poder político en España” de José Luis Villacañas. Las alusiones al opus escrivariano son vagas, pero por lo demás se aprende sobre una de las constantes históricas que ha marcado el ejercicio del poder y es lo que venimos diciendo: la santa inquisición, creada en Castilla en el siglo XV para sacarle el dinero a la gente con la excusa de ser judío o falso converso y así poder pagar las costosas guerras, en Europa, en América y donde hiciera falta.

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Es un buen resumen de nuestra historia: el pueblo español inculto, analfabeto pero siempre dispuesto a pagar para guerritas que ni le iban ni le venían. Mientras por supuesto aristocracia e iglesia exentos. Es la gran desgracia. Y así durante varios siglos. Duró hasta el siglo XIX y había quien la echaba en falta en la época de la Restauración, porque sin Inquisición no se tiene a la gente suficientemente atada y exprimida. Con el miedo en los talones y en el alma, el miedo formando parte de la vida de este pueblo.



Así que hubo un interregno sin inquisición breve, y cuando Franco ganó la guerra, tazón y medio de lo mismo. En este caso Villacañas pone de inquisición renovada a Falange, el partido único de Franco. Espías agradecidos del pueblo y para el pueblo, bien distribuidos por las capas populares, con carguitos y empleos en el régimen, y chivatos en sus horas libres y en sus horas no libres. Eran los nuevos “familiares” de la Inquisición, así se llamaban los que trabajaban en tiempos viendo herejes y falsos conversos por doquier.
Villacañas se deja este oficio en el opus que es evidente también lo ha ejercido. Sus correos, chivatos, embusteros, oliscones y ventaneros, por usar términos del santo founder en Camino dedicados a ir con el cuento a las grandes jefazas, que si no tienen cuento se lo inventan. Resulta que ni siquiera estos comportamientos son fruto del azar, ni del franquismo, tienen hondas raíces en nuestra historia patria. Meterse en lo que no te importa buscando un beneficio del superior. Ocuparse en asuntos que no son los de uno e ir propalando, hoy ya sin beneficio contante y sonante, por compulsión repetitiva de comportamientos anclados en la memoria y en los genes.

 Nunca he sido una chivata, por eso no ascendí. No pillé lo esencial. La constitución no escrita o constitución existencial,  la contraria de la escrita en tantos aspectos.




Entre españoles el poder siempre ha sido asunto de unos pocos elegidos, dejarlo al pueblo es peligroso, la revolución acecha. Este espíritu de oligarquía, de casta elegida y excluyente es otra constante en España. Y no me digais que Opus no participa de pleno. Pero se les fue la mano en su afán expansivo, se expandieron demasiado, quizás ni siquiera sospechaba Escribá el éxito arrollador, pasando de capas de selectos a capas inferiores de la sociedad.
Por si acaso el concepto del poder como algo que no debe ser dejado así como así por ahí lo expresa bien otro ideólogo español que se hizo famoso fuera de nuestras fronteras. Estudiado por el jurista nazi Carl Smith, que por cierto visitó nuestro país, y qué casualidad se entrevistó con d’Ors el catedrático de derecho romano supernume que entonces estaba en Santiago, seguro que Carl Smith estuvo de tertulia en la Estila, colegio mayor opus en esa ciudad, no me creo que se perdieran esa oportunidad. No sé si por entonces estaba en Compostela el cura Federico Suárez, el nume que luego fue capellán real, viajero de Pamplona a Madrid, no había curas en Madrid para ejercer de capellán real.
Oí hablar de Donoso  por vez primera a este cura. Y la última gracias a Villacañas que explica magistralmente la necesidad de la dictadura.

Donoso había sido liberal. Tras la regencia de Espartero regresó del exilio en 1845. Le hicieron marqués y  grande de España. La muerte de su hermano lo traumatizó, y le influyeron sus amigos franceses también traumatizados por la revolución parisina de 1848. estuvo de embajador en Berlín y a su regreso hizo su aportación al pensamiento político europeo, que yo sepa y hasta que lo de García Trevijano coja más altos vuelos, por ahora es lo único que ha aportado España en ese campo, una justificación de la mano dura. ¿Cómo no? De eso sí hay experiencia aquí, de la libertad colectiva y la república constituyente (García Trevijano) no sabemos qué va a dar de sí.

Resume Villacañas la tesis de Donoso: Cuando la legalidad basta para salvar la sociedad, la legalidad; cuando no basta, la dictadura.”
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En el presente, el de Donoso, la realidad era “el estado de excepción” y en esas circunstancias la dictadura es legítima. La dictadura es racional y legítima en la teoría y en la práctica. Donoso pretendía con semejantes presupuestos enterrar las ideas contrarias. El parlamento para Donoso, cementerio natural de las infecundas ideas progresistas. . La legalidad sólo un arma de la sociedad entre otras. Como para el francés Bonald, que se hizo famoso por sus doctrinas contrarrevolucionarias,  la sociedad tenía carácter absoluto y su contrario es la “revolución”, la revolución es lo contrario de la sociedad, como el mal es lo contrario del bien. Cuando el mal se concentraba sólo podía vencerse desde el poder concentrado, desde la dictadura.

Donoso se veía a sí mismo como un humilde ciudadano que quería poderes especiales, no para él, sino para defender la sociedad, para no tener que ejercer la violencia. La dictadura ejercería el poder dañando si hacía falta, así Donoso y cualquier ciudadano se vería exonerado de ejercer daño sobre nadie.
Los hombres de bien merecen que los defienda un dictador para poder salvar su alma, no se les puede dejar indefensos frente al mal=revolución. Y las asociaciones políticas eran las portadoras del mal.

Y en conclusión la dictadura era una forma del gobierno divino del mundo, ya tardaba en salir lo divino por algún lado. Dios permitía las revoluciones para que los hombres adquieran conciencia de la peligrosa realidad de la historia y de los propios deberes. Dios enseñaba permitiendo revoluciones para obligar al hombre a tomar decisiones. De ahí que hubiera triunfado la revolución parisina, la de 1848, supongo.

Las revoluciones eran obras de Dios, procedían de la culpa de los hombres y la divina providencia las consentía como castigo. Parece ser que esto ya lo dijo san Isidoro de Sevilla y puede que hasta algún historiador de la iglesia antigua tipo Orosio o Eusebio de Cesarea o incluso san Agustín.
Si se sabía esperar la providencia brillaría porque los agentes de la revolución se autodevorarían. Eran los tribunos, los partidos, los ideólogos y los intelectuales que pecaban animando al pueblo con sus panfletos “a ser como dioses”.

Donoso profetizó que se había acabado la época de la libertad. “¡La libertad se acabó! ¿Os asusta señores la tiranía que sufrimos? De poco os asustáis, veréis cosas mayores”. Donoso dijo algo que se quedó grabado en mucho españoles. Los liberales no sabían nada del rumbo que tomaba la civilización y el mundo. No sabían nada de la lucha terrible que se preparaba para Europa y Rusia en el futuro. El mundo caminaba hacia el despotismo más desolador. Sólo desde el catolicismo se  podía llegar a la altura necesaria para juzgar el conjunto pavoroso de los acontecimientos. La “libertad” era una noción cristiana, sin cristianismo se acababa la libertad.

Al decaer el principio interior religioso de obediencia, tendría que aumentar hasta el extremo el principio exterior de la coacción política. El gobierno interior y pastoral de la iglesia sería desalojado ante un gobierno puramente exterior. Carentes de Dios esos gobiernos imitarían a Dios. Serían omniscientes extremando la vigilancia y la policía, omnipotentes, extremando la técnica y las armas, sus deseos serían impuestos a todos los súbditos. Lo peor sería la imitación nihilista de lo mejor, el Leviatán se cumpliría.

El dilema futuro sería dictadura revolucionaria o dictadura de gobierno, Puestos a elegir había que elegir la más noble, saludable, serena, procedente de regiones limpias, la dictadura del sable. Supuestamente así se vió el generalísmo Fco Franco, la dictadura del sable de Donoso, procedente de regiones limpias. La otra dictadura, la de la navaja, la del puñal, la popular, la innoble
No creo que ni Franco ni Escrivá leyeran a Donoso, pero si lo hicieron sus acólitos, o intelectuales cortesanos, ambos tuvieron pléyade de cortesanos dispuestos a echarle algo de poesía a la sordidez de sus respectivas dictaduras.

Así nos informa Villacañas de que no hubo intelectual del franquismo que dejara de escribir sobre estas profecías de Donoso Cortés: la España de Franco dictadura del sable,  y la dictadura comunista de Rusia, la dictadura innoble.




Comentarios

Anónimo ha dicho que…
La reconversion de las casas vacias en pisos turísticos es lo más adecuado a su ubicación y confortabilidad. Cubriría buena parte de la demanda de calidad y aprovechando las administraciones podrían ampliar a otros servicios hosteleros y crear empleo. Podrían tener imagen de marca, Domus Dei, por ejemplo, y perpetuarian el recuerdo del Fundador. Tampoco es una novedad: muchos monasterios tienen hospederias. Por un turismo de calidad: reconversion de los centros del Opus en pisos o residencias turisticas.
Anónimo ha dicho que…
Carl Smith ? The author does not seem too au courant. Nice to name drop, but the wrier of the above text had read the author, he or she would know to spell his name, Carl Schmitt. One can even read him, under his proper name, in Spanish ...

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