UNA ENCUESTA

Niedlich, aber gefräßig: Der Fleischkonsum der Katzen und Hunde hinterlässt einen erhblichen ökologischen Fußabdruck.






Hubo un cambio con respecto a la Conferencia del Cairo en la actitud del OD frente al Islam. En la cuarta Conferencia de la ONU sobre la Mujer (agosto 1995) Joaquín Navarro Valls salió en las pantallas tv del mundo informando que en Beijing, antiguo Pekín, no habría alianza del Vaticano con el Islam.
No explicó que formaba parte de la doble estrategia OD consistente en usar los derechos de la mujer en los países musulmanes para desacreditar al Islam tradicional. La necesidad de mejorar la educación de las mujeres, la estrecha relación entre educación y pobreza, y el hecho de que  las mujeres cargan con el mayor peso de la pobreza fue central en la plataforma Beijing.

Ese otoño recuerdo una convivencia al máximo nivel, convocada nada menos que por asesoría regional en Molinoviejo, en la que a numerarias de todos los rincones de España nos hablaron largo y tendido de las “anécdotas edificantes” de nuestras hermanas presentes en Beijing. Hubo supernumes de Ubeda presentes en China.

El Vaticano, o sea Navarro Valls, tuvo que aprender que la táctica obstruccionista del Cairo sólo le había granjeado la hostilidad general. Así que en Beijing reclutaron como representante del Vaticano a una profesora de derecho de Harvard, considerada liberal llamada Mary Ann Glendon. Navarro estaba por allí por si se necesitaba algo, más que como portavoz era el negociador. Cuando 2000 de los 4500 delegados firmaron una petición en pidiendo a la ONU que desposeyera a la Santa Sede el estatus de observador permanente, Navarro declaró mostrando la pereza que el tema le proporcionaba: “ya se decidió en el siglo XII”. Se refería al siglo en el que tuvieron lugar la segunda y tercera cruzadas capitaneadas por el emperador alemán Federico Barbarroja.

¿Quién, cómo, dónde y por qué ficharían a Mary Ann Glendon para su papel de escaparate?
 Resultado de imagen de Mary Ann Glendon

Los negociadores vaticanos enfatizaron el hecho de que los puntos de vista de la santa sede sobre el papel de la mujer eran muy diferentes a los de la mayoría de los países musulmanes. Según Navarro Valls Roma había bajado la intensidad de sus afirmaciones porque sentía que el tema era de segundo orden con respecto al diálogo principal.

El lobby católico esta vez estuvo representado por las delegaciones de países latinoamericanos y Filipinas, que si bien no estaban dirigidas por militantes OD, contaban todas ellas con importantes contingentes OD. Pero también esta modalidad de acercamiento corría el riesgo de ser contraproductiva. Una encuesta conducida por la Fundación Arias por la Paz de Costa Rica entre 290 ONGs de América central mostró que el 71% pensaba que OD era una organización de beatos comparable a los fundamentalistas islámicos, el 80% dijo que OD no representaba las necesidades o aspiraciones de las mujeres en sus países, 51% que OD deja a la mujer en una posición subordinada, 78% que se dedicaba a presionar a las delegaciones oficiales presentes en la conferencia para que adoptaran los puntos de vista OD en las cuestiones clave, especialmente en el tema derechos reproductivos, prohibiendo la contracepción, el uso del preser así como todas las medidas conducentes a la planificación familiar o los programas de prevención del VIH, el 18  % estimaban que los esfuerzos OD iban en contra de la libertad de expresión-

No obstante otros cristianos apoyaban la táctica soft opusina. El hecho de que flotara en el ambiente la vaga idea de que OD era conocido por sus esfuerzos por contrarrestar el Islam radical le ganó la simpatía de los que prefieren un Occidente más fuerte frente a las locuras de los islamistas. En general el concepto de “Guerra Justa” como último resorte frente a una agresión no provocada había recibido buena acogida entre los tradicionalistas y otros grupos de extrema derecha. Desempolvar dicha doctrina había atraido a esa clase de admiradores hacia la órbita "Opus Dei"

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