DINERO, VERDADES ETERNAS

 Diputación y ayuntamiento cedieron los inmuebles precisos por toda la ciudad, hasta que se hizo el proyecto campus, un expolio que no cesa. En 1959 el alcalde Urmeneta estuvo en Madrid con Ismael Schez Bella, founder de la uni, para negociar en el Ejército la cesión de parte de Taconera, un parque pamplonés.

Fue infructuosa gestión. Después se pensó en el río Sadar y en Mendillorri. Todo el que ha pasado por allí sabe que "elegimos el primero". En versión suya: "el ayuntamiento nos cedió una parte del suelo y el resto se fue adquiriendo hasta llegar a la extensión que hoy ocupa". En cuanto a los terrenos de la clínica: "fue una operación muy feliz porque resultó muy barata." Barato no, gratis cesión de 4000 metros cuadrados en la calle Aoiz para construir el colegio mayor Aralar (1958), primer hito de saqueo urbanístico desmedido, dice Giménez.

El que fuera concejal, compatrioto (está en el Quijote esta palabra) de mi madre, Miguel Angel Muez detalló el expolio: regalo de 300.000 metros cuadrados de suelo público en 1963 más expropiación de 900 000 que el Ayuntamiento compró a sus legítimos propietarios para cederlos al od. Al final costó 500 millones de pts de hace 50 años a cargo del erario municipal. Faltaban dos pequeños trozos "molestos" a las orillas del Sadar: el solar de la antigua fábrica de Chalmeta y la colina Donapea.

El solar de Chalmeta era de propiedad municipal que el Gobierno expropió, allí se edificó la facultad de Arquitectura. Pero con Donapea gracias a Urmeneta, director de Caja Pamplona, o más bien la caja de ahorros municipal de Pamplona, no se salieron con la suya. En 1975 atendió las demandas de los concejales revoltosos del Ayuntamiento y favoreció la compra del solar y su cesión al Ministerio de Educación para construir un instituto de Formación Profesional.

Opus llegó tarde aunque intentaron anular la gestión mediante todo tipo de presiones, que no fueron eficaces, por Urmeneta, quien 16 años antes había favorecido la invasión opusina del valle del Sadar.

Los inmuebles no iban a nombre de "opus dei", como siempre, sino de una maraña de sociedades interpuestas (Inmegenesa, Inmudesa, Ciunsa...) en cuyos consejo de administración figuraban los oligarcas tradicionales navarros Huarte, Aizpún, Gortari, Uranga....además de Sánchez Bella, artífice del tinglado. Ya entonces su hermano Alfredo era ministro de Información y Turismo. Y el tercer hermano supongo que ya estaría en tareas mandatarias opusinas, Florencio.

Cuando se necesitaron los decretos gubernativos, ahí estuvo la firma de puño y letra de Carrero de las expropiaciones, y la providencial presencia de Jaime Ignacio que no sabía yo ha sido un factótum navarro durante 50 años. Entonces director de Planificación de la Diputación (1975).

Todo esto como siempre es solo la punta del iceberg, porque la opacidad fue y es "seña de identidad". En parte a la vista, pero en su mayor parte sumergida, por ahí aumentó la aportación de los presupuestos públicos a la uni. Según Muez en 1967-8 el Estado otorgó 63 millones de pts, más 93 millones para el siguiente bienio...pero hasta las Cortes Franquistas se dieron cuenta del escándalo y dieorn marcha atrás en la sesión plenaria más larga desde 1936 pese a las protestas de Diario de Navarra

"Los procuradores que han votado la supresión de ayuda a nuestra Univ, que sigue tranquila mientras las huelgas de Madrid cuestan muchos millones a los contribuyentes, no han hecho prevalecer la economía sino la política."

No hemos terminado con las cuentas. 1.600 millones de pts dió la Diputación entre 1960 y 1980, súmese la Facultad de Medicina levantada en suelo público, las obras para adecuar el Sario, además de gastos de edificios (calefacción, conserjes...) 

Pero lo subvencionado siempre es menos que lo que se deja de recaudar: las exenciones fiscales para la uni se acordaron con Diputación, Hacienda Foral, en 1971: no contribución, no impuesto industrial, no impuesto de transmisiones y sucesiones, no impuesto de sociedades, y el IRPF "podrá concertarse cada año globalmente."

Además se incluía en el acuerdo a las inmobiliarias, editoriales y resto de centros educativos (Redín, Irabia...) En conclusión: Navarra no retendría los rendimientos económicos de los miles de trabajadores en la uni, lo que supone una concesión inimaginable y un agujero cósmico en la Hacienda foral.

Ya Francisco Ponz, uno de los rectores, reconoció que Navarra fue elegida sede de la uni por "poseer un régimen administrativo foral con amplia autonomía", una razón de peso, mayor que el "son cosas de Dios", del founder.

Y en los tiempos democráticos las ventajas siguen. En 2010 recibieron  de subvención por algunos conceptos 6,4 millones de euros procedentes de los presupuestos forales. Fernando Chivite resume:

"No es que el opus busque el dinero en teoría. Lo que pasa, es que, en la práctica lo encuentra; el opus es discreto pero se ha hecho tan grande que ya no se puede ocultar."

Un fenomenal trasvase de rentas públicas ilustrado por anécdotas que muestran el amor heroico al dinero del founder. Sánchez Bella cuenta que tras recibir un donativo de 100 000 pts de un empresario, no se entusiasmó. "Es un primer contacto" dijo Sánchez Bella, "pues ha dado poca chispa", réplica fundacional. Siempre el aguafiestas. Típico de ellos: nunca estás a la altura.

"Comprendí que hay que fomentar la magnanimidad, no se les está pidiendo algo de poca monta, sino participar en una gran tarea cultural y apostólica."

También "mi" Ponz como decía cierta persona concretó la tarea universitaria:

"La uni de Navarra alienta la investigación de sus profesores, sus interpretaciones y teorías, y ahora viene lo bueno, en cuanto no sean incompatibles con la Verdad revelada (...). Quien cultiva las ciencias debe admitir con humildad la existencia de verdades que superan su inteligencia. No hacerlo sería reducir la grandeza divina a los límites humanos. La razón, esa razón fría y ciega que no es la inteligencia que procede de la fe, ni tampoco la inteligencia recta de la criatura capaz de gustar y amar las cosas, se convierte en sinrazón."

Por tanto al menos sobre el papel nos situamos en perspectivas medievales, "fidelidad doctrinal con el más pleno ejercicio de la libertad", "para que la verdad de Cristo embeba todo el pensamiento científico". Para quien haya pasado por las aulas navarrensis, el argumento se resume en la diferencia entre lo cierto y lo opinable. La Verdad es eterna, inamovible, od es guardián, y la ciencia solo puede adornar no cuestionar.

 


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