GRANDE

te burlaste porque te creías enorme, 

De mis cenizas, de mis trozos rotos...puse en pie, me paré, me elevé

Quitando las alusiones a la ciencia extraterrestre y los alienígenas, es un vídeo instructivo y divertido

https://odysee.com/@catarsisman:6/CON-FRAN-PAREJO-Y-RAFA-NAVARRO:0

qué facundia la del cordobés....Variedad en la resistencia: Trota, Arconte, Aitor, Fernando, Ricardo...no veo ningún foral entre ellos...

La muerte del founder fue sentida especialmente por los más conservadores y recalcitrantes del Vaticano, a su funeral acudieron los cardenales Violardo, Ottaviani, Furstenberg, Baggio, Palazzini, Mozzoni, Aponte y Casariego.

Pablo VI envió unas líneas de pésame y su representante en el funeral fue Giovani Benelli, precisamente él, que cuando trabajó en Madrid en la nunciatura, se dió cuenta de que todas las comunicaciones eran vigiladas por las numes auxiliares que servían el comedor, atendían teléfonos y etc.

En el congreso general electivo del 15-09-1975 fue designado ¡oh sopresa! Alvaro Portillo como sucesor. Los 172 electores decidieron que se volviera a plantear la cuestión jurídica ante el Vaticano. Dado que las 2 únicas prelaturas personales eran de carácter territorial, od consideraba la delicada cuestión con una actitud muy reivindicativa y propugnaba el estatuto de Prelatura como si se tratara de ¡Gibraltar español!

El Vaticano no estaba dispuesto a tolerar la independencia y la rebeldía del od, que pretendía ser una excepción dentro la Iglesia para moverse a sus anchas, como siempre, en virtud de un carisma indiscutible y porque sus dirigentes estaban acostumbrados a la España de Franco donde todo fue coser y cantar, al disfrutar de un trato político privilegiado.

Con ánimo de corregir tan malas costumbres, Giovanni Benelli fue encargado por Pablo VI de efectuar un seguimiento especial de las actividades del od. Benelli curtido en misiones diplomáticas, entre otras la nunciatura de Madrid, conocía los abusos y maniobras opus y sus connivencias con el régimen de Franco al que, él, Benelli, no consideraba ni cristiano ni democrático....

Pese a protegerse con el manto de la humildad colectiva que ayudaba a recubrir precariamente sus actividades, el od no podía soportar por su parte el control impuesto por la Congregación de Religiosos para conocer lo que ocurría en el interior de la obra. La pugna fue larga y poco fructífera, duró los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI, más de 20 años.

El nuevo presdente general, conocedor de la actitud de Pablo VI,consideró preferible no hacer ninguna gestión en los comienzos de su mandato y en la primera audiencia de 5 de marzo de 1976 así se lo dijo al Papa. Los deseos de cambio de estatuto se disimulaban como en la fábula de la zorra y las uvas, "estás verdes". Pablo VI se mostró de acuerdo con la decisión de "no tocar el tema" y dijo diplomáticamente que la cuestión continuaba abierta. En la segunda audiencia de dos años después, 5 de marzo de 1978, por Pablo VI a Portillo como las uvas seguían incomestibles porque el Vaticano no estaba por la labor, la cuestión jurídica continuó sin poder plantearse.

CUando falleción Pablo VI en agosto de 1978 la od no había presentado la solicitud correspondiente para la modificación del estatuto de Instituto Secular a Prelatura su más ferviente anhelo y en el que se basaba toda la actividad desplegada en el Vaticano.

E. en sus obsesiones aristocráticas ensalzaba a Portillo con frecuencia: "¡Alvaro del Portillo! ¡Grande de España no sé cuantas veces!". Portillo se presentaba como pálida copia, alter ego discreto sin la brillantez y facundia del founder. "Desde que fui elegido como sucesor de ntro amadísimo fundador, mi intención fue la de ser su sombra en la tierra." Aunque era una criatura surgida de la matriz escrivariana, era de otro modo, mucho más frío y tecnocrático. Su durante los años 40 se convirtió en Jefe de Estado Mayor de E. , Portillo fue luego custodio y lazarill, además de secretario general, hasta que terminó de sucesor y único albacea testamentario.

"La época de mi vida se considera fundacional, de manera que todos los que pidan la admisión hasta el día de mi muerte, tienen la gracia de la época fundacional, son cofundadores."

Este tiempo, pues, se había cerrado y con su muerte en junio de 1975, debía una nueva etapa diferente, sin el carisma del founder, más discriminatoria, pues habría que diferenciar entre cofundadores y los demás. Los que habían llegado después de 1975, coincidencia terrible y significativa, año en el que también falleció el dictador oficial de España. El otro era dictador pero no oficial, era santo.

Mientras duró la etapa fundacional, el Padre, el founder tuvo toda la autoridad, todo el derecho personal de hacer, poner y quitar normas de doctrina, de moral ,de costumbres y establecer praxis. Estas notas conllevaban la dirección de  costumbres elementales de convivencia, dietéticas, criterios sobre el descanso, la lectura o las (pocas) diversiones. En ellas estaba reglamentado todo, desde cómo tratar y explicar la O a los obispos hasta las tácticas de captación de socios, pasando por la zona corporal donde había que aplicarse la mortificación disciplinaria o el menú del viernes de Dolores. Abarcaban lo divino y lo humano, lo más pueril.

Tenía prisa y afán por dejar constancia de todos los hechos y las cosas bien hechas: "Estas notas o comunicaciones internas, cesarán en el momento de mi óbito."

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